Pintura a la aguja

La pintura a la aguja (Acu pictae) es como se llama el bordado realizado a partir de la Edad Media en punto de cordoncillo, para llenar o reseguir la silueta de los dibujos de un bordado hasta cubrir completamente el tejido-base, con el que quedaba el efecto como si fuera un tapiz, se conoce también por el nombre de «punto de figura» y se realizaba con hilos de lana o seda sobre tejido normalmente de lino.

Tapiz de la Creación del Museo capitular de la catedral de Gerona, bordado con la técnica de la pintura a la aguja.

Unos ejemplos del tipo de este bordado en la época románica del siglo XI son el Tapiz de la Creación de la Catedral de Gerona, y el Tapiz de Bayeux (Francia). Otro ejemplo de este tipo de bordado es el Estandarte de Sant Oth, procedente de la Catedral de Urgel y guardado en el Museo Textil y de la Indumentaria de Barcelona, correspondiente a la segunda mitad del siglo XII.

En los siglos XIV y XV se añadieron hilos de oro a los de seda. Esta técnica se continuó llamando «pintura a la aguja», «punto de figura» o «de borgoña».

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