Primer Tratado de Partición

El Primer Tratado de Partición (también conocido como Tratado de La Haya o segundo pacto secreto ) fue un tratado firmado el 11 de octubre de 1698 en La Haya entre Inglaterra, los Estados Generales de las Provincias Unidas y Francia sobre la sucesión a la Corona española debido a que el enfermizo rey Carlos II de España seguía sin conseguir tener descendencia.

Inglaterra
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Francia
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Historia editar

El tratado, firmado de forma secreta tras la paz de Rijswijk, reconocía el primer testamento de Carlos II, escrito en 1696, que nombraba como heredero a José Fernando de Baviera hijo de María Antonia (sobrina de Carlos II) y del elector Maximiliano II Manuel de Baviera. Excluyendo al otro candidato: su sobrino el delfín Luis hijo de Luis XIV y María Teresa hermana de Carlos II.

Como compensación por su renuncia a sus derechos a la Corona española el tratado proponía que Luis, El Gran Delfín, hijo de Luis XIV, obtuviese el Reino de Nápoles, el Reino de Sicilia y los presidios de Toscana y de Finale, además de Guipúzcoa. Así José Fernando de Baviera recibiría los reinos de España (excepto la provincia de Guipúzcoa), los Países Bajos españoles y las Indias.[1]

Como ha señalado Joaquim Albareda, "lo que realmente se debatía [con el tratado] era la redefinición del equilibrio político europeo ante la crisis evidente del Imperio hispánico, a la par que el control del comercio americano y del mercado hispánico". Por eso este tratado contaba con el antecedente del tratado de Grémonville firmado treinta años antes entre el Reino de Francia y el Imperio Austríaco por el cual se repartirían las posesiones de la Corona española si Carlos II moría sin descendencia.[2]

El rey Carlos II de España se opuso a este acuerdo, ya que significaba la división del Imperio español, cosa que deseaba evitar a toda costa.

En febrero de 1699 murió prematuramente José Fernando de Baviera, por lo que Francia e Inglaterra y las Provincias Unidas de los Países Bajos tuvieron que firmar un nuevo acuerdo, el Segundo Tratado de Partición, el 3 de marzo del año siguiente.

Finalmente, Carlos II legó todas sus posesiones al segundo hijo del Delfín, Felipe, Duque de Anjou. A la muerte de Carlos, el rey Luis XIV de Francia renunció a los acuerdos del tratado, aceptando así el testamento de Carlos II que favorecía claramente sus intereses. Estos factores llevaron a la Guerra de Sucesión Española, la cual comenzó en 1701.

Referencias editar

  1. Albareda Salvadó, 2010, p. 47.
  2. Albareda Salvadó, 2010, pp. 46-47. Los reinos de España (con las excepciones que a continuación se detallarán), las Indias y el ducado de Milán, Cerdeña, Canarias y las Baleares quedarían bajo el dominio del emperador, mientras que los Países Bajos Españoles, el Franco Condado, las Filipinas, el reino de Navarra, Rosas, los presidios del norte de África y los reinos de Nápoles y Sicilia pasarían a Francia.

Bibliografía editar

Véase también editar