La prueba del cajón es utilizada por los Fisioterapeutas para detectar la rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla.

El paciente debe colocarse en decúbito supino, con las caderas flexionadas a 45 grados, las rodillas flexionadas a 90 grados, y las plantas de los pies sobre la mesa de exploración. Se colocan las manos alrededor de la rodilla con los pulgares sobre la línea articular medial y lateral, y los índices en las inserciones medial y lateral de los músculos femorales posteriores. Se tira de la tibia adelante (prueba del cajón anterior), observando si se desliza por debajo del fémur; de la misma forma se empuja la tibia atrás (prueba del cajón posterior) y se observa el grado de desplazamiento posterior de la tibia. Es conveniente comparar el grado de desplazamiento de la tibia con el de la rodilla contraria.[1]

El término "prueba del cajón" deriva del deslizamiento de la tibia debajo del fémur adelante o atrás, como si se tratara de un cajón.

Véase también editar

Referencias editar

  1. Bates, guía de exploración física e historia clínica; 9a edición