Salón de la Rue des Moulins

cuadro de Henri de Toulouse-Lautrec

Salón de la Rue des Moulins es un cuadro del pintor francés Henri de Toulouse-Lautrec. Está realizado al óleo sobre lienzo. Mide 111,5 cm de alto y 132,5 cm de ancho. Fue pintado hacia 1894, encontrándose actualmente en el Museo Toulouse-Lautrec, Albi, Francia. También es conocido como En el salón de la rue des Moulins[1]​ y En el salón del burdel de la rue des Moulins.[2]

Salón de la Rue des Moulins
(Salon de la rue des Moulins)
Año hacia 1894
Autor Toulouse-Lautrec
Técnica Óleo sobre lienzo
Estilo Postimpresionismo
Tamaño 111,5 cm × 132,5 cm
Localización Museo Toulouse-Lautrec, Albi, Bandera de Francia Francia
Estudio a pastel para este cuadro

Toulouse-Lautrec frecuentaba los prostíbulos, como este situado en la calle des Moulins de París. Acudía como cliente, pero también como testigo, en compañía de su primo, el doctor Tapié de Celeyran. A veces llegaba a pasar semanas enteras en uno de ellos, pintando y bosquejando la vida cotidiana de las prostitutas.[3]​ Es uno de sus temas favoritos que, como las bailarinas, las actrices o los cantantes, acaba siendo una representación de la vida nocturna del París de finales del siglo XIX.[1]

Toulouse-Lautrec realizó varios bocetos antes de ejecutar la pintura definitiva.[2]​ En este óleo representa el decadente interior de un burdel de lujo. Se ve a varias prostitutas esperando a los clientes en los divanes de terciopelo rojo. La figura con el moño en alto y vestido rosa de cuello alto, que contrasta con el ligero ropaje de las demás mujeres, es la «gobernanta» o la «madame», quien dirige a las prostitutas una mirada evaluadora, pero casi compasiva; se encuentra en una posición tensa y parece preocupada.[2]

Junto a ella se encuentra Mireille, la preferida del pintor,[2]​ con un vestido azul y zapatos de tacón, sentada relajada. Toulouse-Lautrec representa con más simpatía a las prostitutas que a los clientes y proxenetas.[3]

El cuadro está dominado por el color. La composición está descentrada, dejando amplios espacios vacíos. Esto, unido a una abertura al fondo por la que entra la luz, consigue darle sensación de profundidad al cuadro. La luz entra sobre los escotes de las prostitutas, mientras que las caras quedan en sombra.[2]

Referencias editar

  1. a b P. F. R. Carrassat, Maestros de la pintura, Spes Editorial, S.L., 2005. ISBN 84-8332-597-7
  2. a b c d e L. Cirlot (dir.), Museos Toulouse-Lautrec • Van Gogh, Col. «Museos del Mundo», Tomo 2, Espasa, 2007. ISBN 978-84-674-3805-5, pp. 180-181 125
  3. a b Christa von Lengerke, «Del Impresionismo al Art Nouveau» en Los maestros de la pintura occidental, Taschen, 2005, pág. 518, ISBN 3-8228-4744-5

Enlaces externos editar