Síndrome del impostor

patrón psicológico de dudar de los propios logros y temer ser expuesto como un "fraude"
No confundir con el síndrome de Capgras, donde el paciente observa a una persona familiar y cree que esa persona ha sido reemplazada por un impostor.

El síndrome del impostor, a veces llamado fenómeno del impostor, es un cuadro psicológico en el que la gente se siente incapaz de internalizar sus logros y sufre un miedo persistente de ser descubierto como un fraude. No es una enfermedad mental oficialmente reconocida, y no se encuentra entre las condiciones descritas en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, pero ha sido el sujeto de numerosos libros y artículos por psicólogos y educadores. El término fue acuñado por las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978, año en el que publicaron un artículo sobre este síndrome, llamado «The imposter phenomenon in high achieving women: Dynamics and therapeutic intervention».[1]

En dicho artículo hicieron una investigación donde analizaron un grupo de mujeres con grandes logros. En los resultados encontraron que la gran mayoría de estas mujeres desconfiaban de sí mismas, pensaban que su éxito había sido un fraude y que tarde o temprano eso se descubriría.

La doctora Valerie Young es experta de renombre a nivel internacional en esta materia. En 2011 escribió un best-sellers llamado The Secret Thoughts of Successful Women: Why Capable People Suffer from the Impostor Syndrome and how to Thrive in Spite of it[2]​ (Los pensamientos secretos de las mujeres exitosas: por qué las personas capaces sufren el síndrome del impostor y cómo prosperar a pesar de él).

Categorizó los comportamientos relacionados con este síndrome en cinco grupos de personas:

  • Los perfeccionistas: el éxito para estas personas no suele ser satisfactorio, porque al ponerse metas tan altas, siempre piensan que lo podrían haber hecho mejor.
  • Los individualistas: rechazan la ayuda. Sienten que, si piden ayuda, no demuestran su valía.
  • Los expertos: suelen pensar que no han sido honestos en la selección y temen ser descubiertos.
  • Los genios naturales: se juzgan a sí mismos, se estresan y se agobian si no hacen las cosas con fluidez, rapidez y a la primera.
  • Los superhumanos: se presionan para trabajar más duro y dar la talla, pudiendo dañar su salud mental y relaciones sociales de las mismas.

Aparte, establece algunas posibles causas del origen del síndrome, como las dinámicas familiares llevadas a cabo durante la infancia, por ejemplo las comparaciones entre hermanos, familiares, la presión que ejercen los padres a sus hijos…

A pesar de las pruebas externas de su competencia, aquellos con el síndrome permanecen convencidos de que son un fraude y no merecen el éxito que han conseguido. Las pruebas de éxito son rechazadas como pura suerte, coincidencia o como el resultado de hacer pensar a otros que son más inteligentes y competentes de lo que ellos creen ser.

El síndrome del impostor, en el que gente competente encuentra imposible creer en su propia competencia, puede ser visto como complementario al efecto Dunning-Kruger, en el que gente incompetente encuentra imposible creer en su propia incompetencia.

Grupos de riesgo editar

El síndrome del impostor se creía particularmente común entre mujeres con éxito en sus carreras[3]​ y, por ello, la mayoría de estudios se han realizado en mujeres.[4]​ Esto puede deberse a diferentes motivos, como la falta de referentes femeninos o las muchas expectativas que tiene la sociedad sobre la mujer.

Referencias editar

Enlaces externos editar