Usuario:Jessica Oliva Garcia/Taller

Alfredo Ballí Treviño
Información personal
Nacimiento 2 de octubre de 1931
Tamaulipas, Mexico
Fallecimiento 3 de enero de 2009
Tamaulipas, Mexico
Nacionalidad mexicano
Educación
Educado en Universidad Nacional Autónoma de Nuevo León
Información profesional
Ocupación Médico

Alfredo Ballí Treviño (2 de octubre de 1931, Méndez, Tamaulipas) fue un médico mexicano y el último condenado a pena de muerte en México por el asesinato de Jesús Castillo Rangel, su pareja extramarital.

El  8 de octubre de 1959, después de una discusión, Ballí Treviño sometió a Castillo Rangel en su consultorio en la colonia Talleres, en Monterrey, mediante la administración de un poderoso sedante. El médico cortó el cuerpo de su amante en siete partes y posteriormente enterró los restos en un rancho a las afueras de la ciudad.

Luego de un juicio de dos años en el que confesó ser el autor material del crimen, Ballí fue sentenciado a la pena de muerte el 17 de mayo de 1961, lo que lo convirtió en el último mexicano en recibir esta sentencia.

En 2013, en la edición del 25 aniversario de la novela El silencio de los inocentes, el autor Thomas Harris reveló que basó su personaje de Hannibal Lecter en un médico mexicano que cumplía una sentencia en el penal del Topo Chico, en Nuevo León, México. Una investigación del periodista mexicano Diego Enrique Osorno, encargada por Harris, reveló que se trataba de Alfredo Ballí Treviño.

Biografía editar

Vida temprana y carrera editar

Alfredo nació el 2 de octubre de 1931. Fue el segundo de los cinco hijos que tuvieron Alfredo Ballí Cano y Rosa Treviño. Creció en Méndez, Tamaulipas, pero en 1946, a la edad de 15 años, se mudó con su familia a Monterrey, Nuevo León. Ahí estudió la carrera de Medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Nuevo León. Su padre se dedicaba a atender una farmacia de su propiedad en la colonia Talleres, mientras que su madre era ama de casa.

De 1948 a 1959, Ballí Treviño ejerció la medicina en un consultorio ubicado en la casa que habitaba con sus padres, en donde ofrecía consultas gratis a personas de bajos recursos.

Matrimonio y vida privada editar

De 1953 a 1960, Alfredo estuvo casado por lo civil con Dolores Montiel. Tuvieron dos hijos: Alfredo y Humberto, ambos médicos también.

El 26 de enero de 1979, a la edad de 48 años, nuevamente contrajo matrimonio con Anita Rangel Gómez.

Posteriormente, Ballí también mantuvo una relación con Cristina Gutiérrez, con quien tuvo un hijo.

Relación con Jesús Castillo Rangel editar

Alfredo Ballí reconoció durante su proceso penal haber mantenido una relación sexual con Jesús Castillo Rangel, a quien conoció alrededor de 1954. Vivían en el mismo barrio. Después de hacerse amigos, Alfredo lo empleó como chofer, lo apoyó económicamente y se convirtió en su médico de cabecera. En ocasiones también le administraba inyecciones de pentotal sódico, un seconal con efectos relajantes, como tratamiento para los episodios de angustia y ansiedad que padecía Castillo Rangel.

Asesinato de Jesús Castillo Rangel editar

El 8 de octubre de 1959, Jesús Castillo Rangel visitó a Ballí en su consultorio. "Para ese jueves, el doctor Ballí le pidió a su secretaria que no le programara ninguna cita y le dio el día libre",[1]​ escribe el periodista Diego Enrique Osorno, en una de sus columnas. Una vez ahí, Ballí le pidió a su amante que se acostara en la camilla y le inyectó pentotal sódico. Después, lo arrastró a un desagüe y lo desangró en el baño de su consultorio durante tres horas. Posteriormente, cortó su cuerpo en siete pedazos usando sus instrumentos quirúrgicos y depositó los restos en una caja de cartón de botes de avena en la que había paja y viruta de madera. Un día antes del asesinato, Ballí había solicitado la ayuda de su amigo Francisco Carrera Villarreal, chofer de profesión, para enterrar la caja. Alfredo le dijo a Carrera que el paquete contenía “restos médicos, tumores y placentas”. Manejaron hasta un punto de la carretera a Reynosa y enterraron los restos de Castillo en el Rancho La Noria en La Villa de Guadalupe, propiedad de Carrera y donde vivía el tío de éste, Guadalupe González Villarreal.  

Investigación y captura editar

El cadáver de Castillo Rangel fue encontrado al día siguiente por una vaca pinta[2]​ que pertenecía al pastor y policía auxiliar de Guadalupe, Manuel Ovalle Ibarra. El hallazgo movilizó a la policía, la cual inició una averiguación. Ballí Treviño fue señalado por el cuidador del rancho, y luego por su sobrino Francisco Carrera, como el dueño del paquete encontrado.

En la autopsia realizada en el anfiteatro del Hospital Universitario de Nuevo León se dictaminó que el cadáver presentaba amputación quirúrgica de sus extremidades y mostraba huellas de dos inyecciones en la vena del pliegue del codo izquierdo. Los órganos externos se encontraban casi completamente sin sangre. La causa de muerte oficial fue anemia aguda producida por la hemorragia externa, a su vez causada por las lesiones descritas. No presentaba ninguna otra huella de lesión externa. El reporte concluyó que, para que este procedimiento se hubiera consumado en una persona viva, el perpetrador debía haber utilizado algún anestésico general.

El 9 de octubre de 1959, agentes policiacos se hicieron pasar por pacientes para visitar el consultorio de Ballí. Le pidieron al médico que los acompañara para ser interrogado y ahí lo detuvieron.

Proceso judicial editar

En el proceso judicial contra Alfredo Ballí Treviño participaron el juez  Marco Antonio Leija Moreno, el fiscal Julio Canseco Garza y el abogado defensor Mario N. Flores. El médico rindió su primera declaración el mismo día de su detención y en ella confirmó lo que ya había declarado en la comandancia de policía. En los siguientes tres días amplió su testimonio en cinco ocasiones más, en las que dejó constancia de cómo sucedieron los hechos y las causas que, según él, los generaron.

De acuerdo con el expediente judicial, la primera versión de Ballí implicaba un conflicto pasional. "Según él, el día del crimen, Jesús llegó a su consultorio y lo chantajeó con dejarlo de si no le daba dinero. 'Me cansé de todo y con cualquier pretexto logró inyectarle pentotal sódico', le dijo al juez Marco Antonio Leija".[3]​ Sin embargo, el médico cambiaría su versión poco después.

El 10 de octubre de 1959, en una segunda declaración, Ballí añadió que antes del intento de asalto, Castillo le dijo que se sentía muy débil y le pidió que le inyectara vitaminas. El médico preparó una ampolleta con una solución de dos centímetros de novocaína y uno de pentotal y le aplicó la inyección intravenosa en el brazo izquierdo. Al día siguiente, Ballí amplió una vez más su declaración y reconoció los restos de ropa que le mostraron los agentes como los que portaba el occiso el día del asesinato. Añadió que cuando Jesús llegó a su consultorio le dijo que se mudaría a la Ciudad de México para trabajar.

Ballí confesó también en esa declaración que no se había recibido de doctor. Era pasante, pero consultaba, realizaba operaciones y, además, tenía afuera de su consultorio un rótulo que anunciaba que era doctor recibido.

Condena (última sentencia de muerte en México) editar

El 13 de octubre de 1959, Ballí fue ingresado en el penal del Topo Chico, en Monterrey, Nuevo León, por los delitos de homicidio, usurpación de profesión e inhumación clandestina. El homicidio fue considerado calificado con las agravantes de premeditación, alevosía, ventaja y traición.

Luego de un juicio que duró año y medio y que enfrentó desde prisión, Ballí Treviño fue sentenciado a pena de muerte el 17 de mayo de 1961, de acuerdo al artículo 310 del Código Penal Federal. Fue la última pena de muerte dictada en México[4]​. El 15 de agosto de 1961, el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Nuevo León confirmó la sentencia de muerte de Ballí.

El 27 de julio de 1969, el abogado defensor de Ballí consiguió que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con sede en la Ciudad de México, amparara y protegiera al acusado contra la sentencia de pena de muerte y dictara una nueva resolución dentro de la apelación interpuesta en contra de la sentencia de primer grado. Un año antes, la pena de muerte había sido erradicada en Nuevo León por el gobernador Eduardo A. Elizondo.

Su sentencia fue modificada conforme al nuevo texto del artículo 310 del Código Penal del Estado, que había sido reformado un año antes y que suprimía la pena de muerte mediante el decreto 55 publicado en el Periódico Oficial el 15 de junio de 1968.

Ballí fue condenado a la pena de 27 años de prisión y fue absuelto de los delitos de inhumación clandestina y del pago de reparación de daño. Purgó su condena en el penal del Topo Chico. 

Purgación de la condena editar

Durante su estancia en el penal del Topo Chico (después Centro de Prevención y Reinserción Social Topo Chico), Ballí ofreció consultas gratuitas tanto a prisioneros como a visitantes externos. El 12 de mayo de 1970, el médico solicitó la reducción de su pena.

Tras pasar 19 años en prisión, el gobernador Pedro Zorrilla le concedió el perdón y quedó en libertad.

Cobertura periodística del caso editar

Los periódicos regiomontanos más importantes de la época, El Porvenir y El Norte, hicieron una extensa cobertura del caso Ballí y el crimen de Jesús Castillo en sus secciones de nota roja. Hubo rumores de que el médico había succionado la sangre del cuerpo, puesto que no se había encontrado ni una gota de sangre como evidencia, hecho que generó una serie de apodos. Entre ellos se encontraban el Hombre Lobo de Nuevo León, el Monstruo Ballí,  el Vampiro de la Talleres.

A Ballí también se le intentaron adjudicar otros asesinatos. Uno de ellos fue el llamado Crimen del Paquete: un cuerpo mutilado y envuelto en una caja había llegado a las instalaciones de correo de Buenavista, en la Ciudad de México, proveniente de Monterrey. Las características de la víctima eran similares a las de Jesús Castillo.

En diciembre de 2008, Alfredo Ballí dio a Milenio la última entrevista de la que se tiene registro. En ella se rehúso a hablar del asesinato. "No quiero revivir mi oscuro pasado. No quiero despertar a mis fantasmas, es muy difícil. El pasado es pesado y la verdad es que esta angustia que tengo es insoportable. No puedo vivir con ella", le dijo al entrevistador.[5]

Encuentro con Thomas Harris editar

En 1963, el entonces periodista y reportero norteamericano Thomas Harris viajó de Texas a Monterrey como enviado de la revista Argosy para entrevistar a Dykes Askew Simmons, un norteamericano condenado a pena de muerte por el asesinato de los hermanos Pérez Villagómez, ocurrido el 12 de octubre de 1959. Apenas unos días después del asesinato de Jesús Castillo, este multihomicidio desvió la atención de los regiomontanos y de los medios de comunicación locales.

Durante la entrevista, Simmons le contó a Harris que había intentado huir de la prisión, pero que en el intento de fuga había sufrido una herida de bala en una pierna. Ballí Treviño, el médico del penal, fue quien lo atendió. Para complementar la información del artículo que estaba escribiendo sobre Simmons, Harris solicitó hablar con el médico del penal para conocer sus impresiones sobre Simmons. En la edición del veinticinco aniversario de su bestseller El silencio de los inocentes, Harris declaró que este encuentro con Ballí Treviño fue la inspiración para crear a su mítico villano, el doctor Hannibal Lecter, quien posteriormente fue encarnado por el actor Anthony Hopkins en la película El silencio de los inocentes, adaptación cinematográfica de la novela.

Cultura popular editar

El caso criminal de Alfredo Ballí y su influencia en Thomas Harris para la creación de Hannibal Lecter es abordado en el documental Dr. Ballí, dirigido por el documentalista Diego Enrique Osorno para la plataforma de streaming Paramount+. Osorno, también periodista y escritor, fue el encargado en 2013 de redescubrir la identidad del doctor Ballí bajo las instrucciones de Thomas Harris.

Ballí Treviño es el tema central del libro El Dr. Aníbal, ¿un caníbal de Monterrey? o el último condenado a muerte en México, de J.C. Moreno, publicado el 24 de junio de 2019.

Vida después de prisión y muerte editar

El 26 de enero de 1979, Ballí contrajo matrimonio con Anita Rangel Gómez, quien murió de cáncer cinco años después.

Ballí también estuvo casado con Cristina Gutiérrez, con quien tuvo un hijo. Por años ofreció consultas médicas en el mismo consultorio en el que asesinó a Jesús Castillo.

El 3 de enero de 2009, Alfredo Ballí Treviño murió en su domicilio, a la edad de 78 años. Las causas de su muerte fueron cáncer de próstata, diabetes mellitus y derrame pleural maligno. Permanece enterrado en el panteón El Carmen, en Monterrey, Nuevo León.

Referencias editar

  1. Diego Enrique Osorno (30 de marzo de 2015). «Hannibal Ballí II». Máspormás. 
  2. Daniel de la Fuente (8 de octubre de 2019). «Desde la celda del doctor Ballí». Reforma. 
  3. Diego Enrique Osorno (6 de abril de 2015). «Hannibal Ballí III». Máspormas. 
  4. «Descarta el magistrado Marco Antonio Leija la pena de muerte como solución». Proceso. 8 de noviembre de 2006. 
  5. María G. Valdez (30 de junio de 2013). «Who Was The Real Hannibal Lecter? See Photo Of Gay Mexican Doctor Alfredo Balli Trevino Who Was Inspiration For 'Silence Of The Lambs' Character». Latin Times.