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La ley de Hubble es una ley cosmológica que describe la relación entre la distancia y la velocidad de recesión de las galaxias.

Recibe este nombre por Edwin Hubble, quien la formuló por primera vez en 1929. De este hecho observacional se interpretó posteriormente que el universo mismo está en expansión, lo que supuso un importante impulso al desarrollo de la cosmología moderna,[1]​ y es uno de los pilares fundamentales con los que se sustenta la teoría del Big Bang.[2]

La velocidad de recesión de las galaxias se determina a partir del desplazamiento al rojo de sus líneas espectrales.

Historia de su descubrimiento editar

 
Gráfica que muestra la relación lineal distancia-velocidad con los datos de 24 galaxias que Hubble utilizó en su trabajo original de 1929.[3]​ En esta gráfica se incluye la velocidad local del Sol, la cual añade ruido a los datos; este término fue sustraído por el astrónomo en su representación original.

En 1929, Edwin Hubble se percató de que cuanto más alejada se encuentra una galaxia, más deprisa se separa de nosotros, y que además esta relación es lineal. Para ello utilizó el telescopio de 2,5 metros del Observatorio Monte Wilson.[3]​ Sin embargo, Hubble no fue el primero en descubrir la relación distancia-velocidad en las galaxias. No obstante, se le atribuye este mérito porque continuó investigando en este sentido en los años posteriores, mejorando las mediciones y estudiando sus implicaciones.[4]

En 1912 Vesto Slipher realizó la primera medición de la velocidad radial de una galaxia.[5][Nota 1]​ Cinco años más tarde, en 1917, ya había medido las velocidades radiales de casi una treintena de galaxias y resultó que la mayoría se estaban alejando, aunque no realizó ninguna asociación entre sus resultados y un universo en expansión.[8]​ En 1921, Carl Wilhelm Wirtz halló una relación entre la velocidad radial de las galaxias y su magnitud aparente.[Nota 2]​ Así pues, obtuvo una relación  .[9][10][11][12]

Algunos teóricos como Alexander Friedmann, Georges Lemaître y Howard Robertson, habían postulado con algunos años de antelación a las observaciones de Edwin Hubble un universo dinámico en expansión. En particular, todos los modelos relativistas, excepto el modelo de universo estático de Albert Einstein, predecían la relación distancia-velocidad.

Alexander Friedmann publicó su teoría en 1922.[13]​ En ella se expone un modelo dinámico de expansión del universo, pero el autor no relaciona su trabajo con ninguna evidencia observacional, siendo por tanto puramente teórico. A pesar de haber sido publicado en una revista de relativa importancia en la época, su trabajo pasó enormemente desapercibido. Tanto es así que el belga Georges Lemaître publicó en 1927 una teoría muy parecida a la de Friedmann de manera independiente.[14]​ Un año más tarde Howard Robertson publicó un modelo con las mismas consecuencias: un universo en expansión.[15]

Aunque Friedmann sólo le diera importancia matemática a su modelo, no fue así para Lemaître y Robertson. Ellos se dieron cuenta de que la relación distancia-velocidad era una predicción de su propio modelo de universo, y buscaron una confirmación de este hecho en publicaciones observacionales anteriores, como en los datos que Slipher había publicado una década atrás.[4]​ Lemaître dedujo lo que denominó el "efecto Doppler aparente", donde «la velocidad de recesión de las nebulosas extragalácticas es un efecto de la expansión del universo». Por su parte, Robertson indicó que debía de existir una relación entre   y  ,[16]​ aunque para ambos esta relación no tuvo mayor trascendencia y ni siquiera es presentada como tal en sus publicaciones.[4]

Del mismo modo, los observadores intentaban que las evidencias cuadrasen con los modelos relativistas. Knut Lundmark se propuso realizar un ajuste cuadrático entre la velocidad y la distancia de las galaxias, postulando un máximo para la velocidad de alejamiento de éstas.[17][Nota 3]​ El ajuste lineal fue rechazado en un principio por los astrónomos debido a que cualquier ajuste permite una aproximación lineal de primer orden, y por tanto podría dar la falsa impresión de que los datos eran correctos. Sin embargo, en el artículo de 1929 en el que Hubble da a conocer la relación distancia-velocidad, éste indica que el coeficiente cuadrático no es necesario, y que los datos ajustan perfectamente de manera lineal.[4]​ No obstante, realmente el objetivo de Hubble fue determinar la velocidad local del Sistema Solar respecto a las galaxias,[18]​ pero observó una relación entre la distancia de las galaxias y su corrimiento hacia el rojo (y, por tanto, la velocidad). La mayoría de las velocidades que Hubble utilizó para derivar su ley fueron las tomadas anteriormente por Slipher.

La ley de Hubble se confirmó en 1931 cuando el propio Hubble, junto con su colaborador Milton Humason, continuó midiendo las velocidades radiales de hasta cuarenta galaxias más. En esta ocasión, la relación distancia-velocidad ajustó mucho mejor a los datos experimentales, siendo la galaxia más lejana que midieron unas dieciseis veces más distante.[19]​ En 1935 ambos astrónomos ya habían obtenido la velocidad de recesión de casi 150 galaxias.

A partir del descubrimiento de la ley de Hubble, todos los modelos de universo se han basado en ella. La teoría del Big Bang se sostiene principalmente en tres hechos observacionales: la ley de Hubble, el fondo cósmico de microondas, y la nucleosíntesis primordial. Hasta el año 1998 se creía que la expansión del universo se estaba frenando debido a la gravedad de la materia, pero las observaciones de las supernovas más lejanas evidenciaron que el universo no sólo no está frenándose, sino que se encuentra en expansión acelerada.[20][21]

Expresión matemática editar

La ley de Hubble se expresa del siguiente modo:

 

siendo:

 , la velocidad de la luz en el vacío.
 , el corrimiento al rojo del espectro de la galaxia.[Nota 4]
 , el parámetro de Hubble, que varía con la edad del universo. En el momento actual se expresa como   y se denomina constante de Hubble.
 , la distancia a la galaxia en Mpc. También es común designarla como  .

Esta es realmente la expresión propuesta por Hubble en 1929, la cual solamente es lineal para valores que cumplan  . No obstante, como para velocidades mucho menores a la de la luz se cumple que  ,[Nota 5]​ es común expresarla del siguiente modo:

 

donde   es la velocidad a la que se aleja la galaxia. Esta última expresión tiene validez general, y se denomina "relación distancia-velocidad", aunque muchas ocasiones se presentan ambas indistintamente para referirse a la ley de Hubble.

Parámetro de Hubble editar

El parámetro de Hubble,  , es la constante de proporcionalidad en la ley de Hubble y está relacionado directamente con la expansión del universo. Es una variable cuyo valor cambia con el tiempo ( ). El parámetro de Hubble en el tiempo actual se denota   y de denomina "constante de Hubble".

Constante de Hubble editar

La constante de Hubble,  , es el valor del parámetro de Hubble ( , sin subíndice) en el instante actual.

 
Constante de Hubble en segundos:
 
En ocasiones escrita como:
 
donde   expresa la incertidumbre de las medidas, pudiendo tomar valores entre 0,5 y 1 (según la medida más aceptada,  ).

Importancia de la constante de Hubble editar

La constante de Hubble es el valor más importante y fundamental en la cosmología observacional,[23][24]​ en parte porque desempeña un papel importante al determinar el valor de las demás constantes cosmológicas.

Las implicaciones que tiene cualquier variación de su valor son muy grandes. La constante de Hubble determina la edad del universo (su inversa es el tiempo de Hubble) y, por tanto, las dimensiones del universo observable (radio de Hubble). También está relacionada con la geometría y estructura del universo, con la densidad crítica, con la nucleosíntesis primordial, y con la determinación de multitud de propiedades de las galaxias (luminosidad, masa, densidad de energía) y quásares.[25]

Dificultad en su medida editar

Para determinar el valor de la constante de Hubble se deben medir las distancias y las velocidades de las galaxias. Las velocidades se obtienen a partir de la medida del desplazamiento al rojo de las líneas espectrales. Este valor admite pocas ambigüedades, ya que los espectros de emisión se conocen bien, y por tanto las medidas de las velocidades radiales de las galaxias se pueden conocer con relativa precisión.

La única dificultad de la medida de la velocidad de las galaxias radica en la "velocidad peculiar" que pueden presentar, independiente de la velocidad debida a la expansión del universo. Por ejemplo, la atracción de una galaxia por un cúmulo de galaxias o por una galaxia cercana, o el movimiento de rotación del Sistema Solar alrededor de la Vía Láctea, provoca esta velocidad residual. Estos efectos pueden mitigarse aplicando el mismo método a varias galaxias, promediando la velocidad peculiar resultante. El principal problema radica, por tanto, en determinar con precisión las distancias a otras galaxias.

Para calcular distancias astronómicas se utiliza la denominada escalera de distancias cósmicas; existen varias técnicas para determinar distancias, aunque cada una de ellas es adecuada para un cierto intervalo. Sólo para los objetos más cercanos se puede medir directamente su distancia, por ejemplo por métodos trigonométricos como la paralaje. Para objetos lejanos se utilizan técnicas que a su vez están basadas en otras, por lo que cada "peldaño" de la escalera añade una indeterminación en la medida final de la distancia. Uno de los métodos más utilizados es el de las candelas estándar (en particular, Hubble se basó en las cefeidas variables). Para determinar distancias extragalácticas con este método es necesario calibrar un total de cinco peldaños, por lo que cada uno de los peldaños debe estar lo más calibrado posible si se quiere obtener una medida lo suficientemente precisa.

Otro factor son las incertidumbres en las observaciones. La lejanía de las galaxias provoca que la resolución de los telescopios no sea suficiente como para cerciorarse de que en la dirección de observación no se encuentre otra estrella distinta de la que se quiere medir. Esto resulta en una medida distorsionada de la luminosidad observada de la candela estándar (la distancia se determina directamente de la luminosidad).[26]

Tiempo de Hubble editar

 
Soluciones a las ecuaciones de Friedmann. El tiempo del universo es distinto según su geometría.

La constante de Hubble tiene unidades de inversa de tiempo. Así pues, se puede definir otra constante, inversa a la constante de Hubble, que tenga unidades de tiempo. Se define así el denominado tiempo de Hubble:

 

Su valor, 1.380 millones de años, sería la edad del universo si su expansión hubiera sido constante. En realidad, la edad del universo es ligeramente menor, pero es una muy buena primera aproximación.

En un modelo de universo que posea la densidad crítica y donde la constante cosmológica sea nula (universo plano), la edad del universo sería de  ,[27]​ lo cual equivale a 9.000 millones de años. Como las evidencias observacionales muestran que algunos objetos son más antiguos que esa cifra, se demuestra que nuestro universo no cumple dicho modelo. Solamente una constante cosmológica distanta de cero podría explicar estos resultados.[28]

Radio de Hubble editar

Como consecuencia del tiempo de Hubble, puede también definirse el radio de Hubble, siendo una escala característica de la dimensión espacial del universo:

 

Implicaciones editar

Independencia del observador editar

Como la ley de Hubble enuncia que todas las galaxias se están alejando del observador, en un primer momento se podría razonar que la Tierra se encuentra en el centro del universo. Sin embargo, esta conclusión es falsa, ya que un observador situado en cualquier otra posición también deduciría que se cumple la ley de Hubble, y que las galaxias se alejan de él en proporción directa a la distancia que los separa. De hecho, a diferencia de cualquier explosión convencional, la expansión del universo no posee un centro definido.

La analogía más común para explicar este fenómeno es la de un globo en inflación, donde la superficie del globo son las tres dimensiones espaciales del universo; si se dibujan pequeños puntos por toda su superficie, al hincharse todos los puntos se alejarán de los demás.

Isotropía y homogeneidad del universo editar

La ley de Hubble se puede escribir en forma vectorial:

 

Donde la negrita representa un vector. Esto se puede hacer porque la distancia y la velocidad de recesión de las galaxias comparten la misma dirección. Esta ecuación indica, de manera implícita, que el universo se expande igual en todas direcciones; ninguna dirección del espacio se ve favorecida. Así pues, la ley de Hubble implica que la expansión del universo es isótropa. A continuación se demostrará su homogeneidad.

Se escribe la ley de Hubble desde nuestra posición para una galaxia cualquiera:

 

Y ahora se escribe la ley de Hubble que un observador en dicha galaxia arbitraria deduciría, simplemente cambiando el origen. De este modo se tiene:

 
 

Llegando a:

 

Es decir, la ley de Hubble preserva la misma forma en cualquier punto del universo. De este resultado se concluye que el universo es también homogéneo.[29]

Esta isotropía y homogeneidad del universo conforma la hipótesis del principio cosmológico,[Nota 6]​ la cual asume que a gran escala el universo posee estas dos propiedades. La mayoría de los modelos de universo se basan en este principio.





Robertson: 500 Así pues, Hubble observó que esta relación era lineal y se dispuso a medir la constante de proporcionalidad, que resultó ser de 500 km s-1 Mpc-1, un valor muy alejado del considerado actualmente (en torno a 71 km s-1 Mpc-1). Esta constante se denomina "constante de Hubble", y se denota como  .

Notas editar

  1. Se trata de la galaxia de Andrómeda. En realidad, en el momento en que Slipher realizó las mediciones todavía no estaba claro si aquellas nebulosidades eran parte de la Vía Láctea o eran galaxias propiamente dichas e independientes, y por ello en la publicación se refiere a ella como la "nebulosa de Andrómeda". Fue precisamente Edwin Hubble quien, en 1926, proporcionó las evidencias concluyentes de que aquellas nebulosas que actualmente conocemos como galaxias se encontraban verdaderamente lejos, aunque Hubble utilizaba el término "nebulosas extragalácticas".[6]​ La galaxia Andrómeda es una de las galaxias más cercanas y una de las pocas que se están acercando, ya que su "movimiento peculiar" debido a atracciones gravitatorias locales es mayor que la velocidad debida a la expansión del universo. De hecho, en un futuro las dos galaxias colisionarán y acabarán por fusionarse.[7]​ Por esta razón, la relación distancia-velocidad es más complicada de deducir a distancias pequeñas, ya que estos movimientos locales generan un ruido aleatorio en los datos.
  2. El denominado "módulo de distancia" relaciona la magnitud aparente, la magnitud absoluta y la distancia de una galaxia. Matemáticamente se expresa:
     
    donde   se expresa en parsec. Como la magnitud absoluta es una magnitud intrínseca de la galaxia, desde el punto de vista del observador la expresión relaciona la magnitud aparente con el logaritmo en base diez de la distancia.
  3. Knut Lundmark intentó determinar relaciones entre los datos observacionales de las galaxias. Probó a relacionar la velocidad de recesión con la inclinación, concluyendo que no existía correlación alguna. La velocidad de recesión con la posición celeste tampoco parecía tener relación. Sin embargo, observó que el tamaño (y por tanto la distancia) sí estaba de alguna manera conectado con la velocidad de recesión. Lundmark utilizó un ajuste cuadrático y obtuvo  , siendo   un múltiplo de la distancia a la galaxia de Andrómeda.[17]​ Posteriormente Hubble demostraría que Lundmark estaba equivocado, y que el ajuste cuadrático no era necesario.
  4. El corrimiento al rojo se define:
     
    donde   y   son las longitudes de onda que recibe el observador y que emite la galaxia, respectivamente.
  5. En realidad, la relación general entre la velocidad y el corrimiento hacia el rojo es:   expresión que para valores pequeños de   se aproxima a  .[22]
  6. El principio cosmológico fue formulado formalmente por Edward Arthur Milne en 1935.[30]​ Posteriormente Fred Hoyle,[31]Hermann Bondi y Thomas Gold,[32]​ lo extendieron en lo que denominaron el "principio cosmológico perfecto", que partía de la hipótesis de que el universo era homogéneo en espacio y tiempo.

Referencias editar

  1. Martínez et al., Astronomía fundamental, p. 233.
  2. Martínez et al., Astronomía fundamental, pp. 43-44.
  3. a b Hubble, Edwin (1929). «A Relation between Distance and Radial Velocity among Extra-Galactic Nebulae». Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America 15 (3): 168-173. doi:10.1073/pnas.15.3.168. Consultado el 28 de diciembre de 2009. 
  4. a b c d Bagla, Hubble, Hubble's law and the expanding universe, p. 222.
  5. Slipher, V. M. (1912). «The radial velocity of the Andromeda Nebula». Lowell Observatory Bulletin 1: 56-57. Consultado el 28 de diciembre de 2009. 
  6. Hubble, Edwin (1926). «Extragalactic nebulae». Astrohpysical Journal 64: 321-369. Consultado el 28 de diciembre de 2009. 
  7. Cox, T. J.; Loeb, Abraham (2008). «The Collision Between The Milky Way And Andromeda». Monthly Notices of the Royal Astronomical Society 386 (1): 461-474. doi:10.1111/j.1365-2966.2008.13048.x. Consultado el 28 de diciembre de 2009. 
  8. Slipher, V. M. (1917). «Radial velocity observations of spiral nebulae». The Observatory 40: 304-306. Consultado el 28 de diciembre de 2009. 
  9. Wirtz, C. (1922). «Notiz zur Radialbewegung der Spiralnebel». Astronomische Nachrichten 216: 451-452. Consultado el 7 de enero de 2010. 
  10. Longair, The cosmic century: a history of astrophysics and cosmology, p. 109.
  11. Duerbeck, H. W. (1989). «Carl Wirtz — An early observational cosmologist». En Springer Berlin, ed. Morphological Cosmology (en inglés) 332. Proceedings of the XIth Cracow Cosmological School Held in Cracow, Poland, August 22–31, 1988. pp. 405-407. ISBN 978-3-540-51223-3. Consultado el 7 de enero de 2010. 
  12. Seitter, W. C.; Duerbeck, H. W. (1999). «Carl Wilhelm Wirtz - Pioneer in Cosmic Dimensions». En Egret, D. y Heck, A., ed. Harmonizing Cosmic Distance Scales in a Post-Hipparcos Era (en inglés) 167. ASP Conference Series. pp. 237-242. ISBN 1-886733-88-0. Consultado el 7 de enero de 2010. 
  13. Friedman, A. (1922). «Über die Krümmung des Raumes». Zeitschrift für Physik A Hadrons and Nuclei (en alemán) 10 (1): 377-386. doi:10.1007/BF01332580. «Traducción al inglés: 10.1023/A:1026751225741». 
  14. Lemaître, G. (1927). «Un Univers homogène de masse constante et de rayon croissant rendant compte de la vitesse radiale des nébuleuses extra-galactiques». Annales de la Societe Scientifique de Bruxelles. 47A: 49-59. Consultado el 28 de diciembre de 2009. «Traducción al inglés: Expansion of the universe, a homogeneous universe of constant mass and increasing radius accounting for the radial velocity of extra-galactic nebulae de 1931». 
  15. Robertson, H. P. (1928). «On relativistic cosmology». Philosophical Magazine, Series 7 5: 835-848. doi:10.1080/14786440508564528. 
  16. Longair, The cosmic century: a history of astrophysics and cosmology, p. 110.
  17. a b Lundmark, Knut (1925). «The motions and the distances of spiral nebulae». Monthly Notices of the Royal Astronomical Society 85: 865-894. Consultado el 29 de diciembre de 2009. 
  18. Longair, The cosmic century: a history of astrophysics and cosmology, p. 110.
  19. Hubble, Edwin; Humason, Milton L. (1931). «The velocity-distance relation among extra-galactic nebulae». The Astrophysical Journal 74: 43-80. doi:10.1086/143323. Consultado el 05-01-2010. 
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  24. Jones y Lambourne, An introduction to galaxies and cosmology, p. 308.
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Referencias citadas editar

Enlaces externos editar