Se llama aro de fuego a una máquina de guerra que se utilizaba para repeler un asalto o asedio.

Consistía en dos círculos de madera o hierro unidos con hilo de acero alrededor de los cuales se ponían muchas granadas, cañones de pistolas cargados y otros fulminantes de esta naturaleza. Se envolvía todo en estopa y mixto artificial, y prendiéndole fuego, se hacía rodar sobre los trabajos de los sitiadores o sobre las brechas para rechazar el asalto.[1]

Referencias editar

  1. Moretti, 1828, p. 29.

Bibliografía editar