Bosque chiquitano (geobotánica)

En geobotánica, se conoce bajo el nombre de bosque chiquitano a una unidad geobotánica integrante del dominio de los bosques secos estacionales neotropicales (BSEN), la cual podría ser categorizada como otra de sus provincias botánicas.[1]​ En dicho dominio oficia de puente entre el núcleo Misiones y el del pedemonte andino.[2][3]​ Reúne en ella a forestas tropicales y subtropicales deciduas y semideciduas, de dominio amazónico[4]​ en razón de sufrir una definida estación seca. Ocupa una superficie aproximada de 24,7 millones de ha,[5][6]​ desplegándose por el centro del subcontinente sudamericano.

Otras denominaciones editar

También es llamado bosque subhúmedo de las serranías Chiquitanas,[7]bosque semideciduo chiquitano,[8]bosques edafohigrófilos chiquitanos, bosques semideciduos de la Chiquitanía,[9]bosque seco chiquitano,chiquitania, bosques secos de las tierras bajas de Bolivia,[10]​ etc.

Características ambientales editar

Estas forestas se encuentran mayormente sobre afloramientos rocosos (un tipo de estos es llamado localmente ‘‘lajas’’),[11]​ cerros bajos y valles planos del Escudo Chiquitano, el cual representa una continuación hacia el poniente del Escudo Brasileño.[12]

Clima

Predomina el clima monzónico, tropical o semitropical continental.[13]​ La temperatura anual media se encuentre entre los 23 y los 25 °C. Las precipitaciones son escasas a nulas en la temporada seca, la que se extiende en el invierno austral por 3 a 7 meses, cuando las especies arbóreas pierden del 25 al 75 % de su follaje.[14]​ Los acumulados anuales se encuentran entre los 600 y los 1600 mm.

Distribución editar

Comprende bosques deciduos y semideciduos que se sitúan mayormente sobre el entorno y las laderas de las serranías de Chiquitos y Santiago en el departamento de Santa Cruz, Bolivia y en el centro del Brasil, en los estados de: Mato Grosso, Mato Grosso del Sur y Rondonia.

De igual modo, los bosques secos chiquitanos poseen enclaves aislados rodeados por bosques del distrito fitogeográfico chaqueño occidental (de la provincia fitogeográfica chaqueña) en el chaco boliviano y también sobre algunos cerros del extremo norte del chaco paraguayo[1]​ en el departamento de Alto Paraguay, en donde se hace presente una flora distinta a la chaqueña que los rodea, por ejemplo corresponden a este tipo forestal los bosques estacionales que cubren las laderas de los cerros Cabrera, Chovoreca[15]​ y León.[16]

Especies características editar

Algunos árboles característicos del bosque chiquitano

Entre las especies endémicas y características de la Chiquitanía se encuentran el morado (Machaerium scleroxylon), Machaerium acutifolium, el momoqui (Caesalpinia pluvinosa = Poincianella pluvinosa), la tarara amarilla (Centrolobium microchaete), el roble sudamericano o palo trébol (Amburana cearensis), el tasaá (Acosmium cardenasii), Casearia gossypiosperma, Neea steinbachii, Anadenanthera colubrina, Piptadenia viridiflora,[17][18][19][20]​ el palo borracho rosa (Ceiba speciosa), el cebil (Anadenanthera colubrina), el urunday (Myracrodruon urundeuva = Astronium urundeuva), el quebracho brasileño (Schinopsis brasiliensis), el lapacho negro (Handroanthus heptaphyllus),[9]Pseudobombax campestre,[21]

Conservación editar

En la fitogeografía sudamericana tradicional, este ecosistema ha permanecido oculto bajo la provincia fitogeográfica del cerrado, lo que ha provocado que haya sido particularmente descuidado. Buena parte de los bosques ya han sido reconvertidos a cultivos de soja, pasturas pecuarias, etc.

En el Paraguay su presencia ha sido ignorada, tanto en lo que atañe a los investigadores como en las políticas conservacionistas gubernamentales y privadas. Es por ello que resulta fundamental que la importancia fitogeográfica y biológica de estos bosques sea valorizada logrando de este modo que muestras de sus remanentes sean preservadas antes de que desaparezcan.[1]

Véase también editar

Referencias editar

  1. a b c Oakley, L. J., & Prado, D. E. (2011). El Dominio de los Bosques Secos Estacionales Neotropicales y la presencia del Arco Pleistocénico en la República del Paraguay. Rojasiana, 10(1), 55-75.
  2. Prado, D. E. (2000). Seasonally dry forests of tropical South America: from forgotten ecosystem to a new phytogeogra¬phic unit. Edinburgh Journal of Botany 57: 437-461.
  3. Prado, D. E. and P. E. Gibbs (1993). Patterns of species distribu¬tions in the dry seasonal forests of South America. Annals of the Missouri Botanical Garden 80: 902-927. DOI: http:// dx.doi.org/10.2307/2399937.
  4. Bach, K., Kessler, M., & Gonzales, J. (1999). Caracterización preliminar de los bosques deciduos andinos de Bolivia sobre la base de grupos indicadores botánicos. Ecología en Bolivia, 32, 7-22.
  5. Dinerstein, E., D. M. Olson, D. J. Graham, A. L. Webster, S. A. Primm, M. P. Bookbinder and G. Ledec (1995). A conservation assessment of the terrestrial ecoregions of Latin America and the Caribbean. World Bank. Washington D.C.
  6. Vides, Almonacid R., S. Reichle & F. Padilla -eds.- (2005). Planificación Ecorregional Complementaria del Bosque Seco Chiquitano. Informe técnico final de proyecto, TNC (The Nature Conservancy) y FCBC (Fundación para la Conservacion del Bosque Seco Chiquitano), Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
  7. Ribera, M. O., M. Liberman, S. Beck & M. Moraes (1996). Vegetación de Bolivia. P. 169-22 en Mihotek B., K. (ed.) Comunidades, Territorios Indígenas y Biodiversidad en Bolivia. U.A.G.R.M./CIMAR, Santa Cruz. 169-222.
  8. Flores, B., Rumiz, D. I., Fredericksen, T. S., & Fredericksen, N. J. (2002). El uso de claros de aprovechamiento forestal por la avifauna de un bosque semideciduo chiquitano de Santa Cruz, Bolivia. El Hornero, 17(02), 061-069.
  9. a b Oakley, Luis J.; Darién Prado y Jorge Adámoli (2005). Aspectos Biogeográficos del Corredor Fluvial Paraguay-Paraná. Temas de la Biodiversidad del Litoral fluvial argentino II INSUGEO, Miscelánea, 14: pp 245 – 258. ISBN 987-9390-69-5 - ISSN 1514-4836 - ISSN On-Line 1668-3242.
  10. Dinerstein, E. et al. (1995). Una evaluación del estado de conservación de las eco-regiones terrestres de América Latina y el Caribe. Banco Mundial, WWF. 135 pp.
  11. Mostacedo, B., Toledo, M., & Fredericksen, T. S. (2001). La vegetación de las lajas en la región de Lomerío, Santa Cruz, Bolivia. Acta Amazonica, 31(1), 11-25.
  12. Navarro, G. (1993). Tipificación de ambientes acuáticos y clasificación de la vegetación de la Reserva de Vida Silvestre Ríos Blanco y Negro. Informes trimestrales de avance “Proyecto Prioridades de Conservación, Potencial de Uso Sostenible de Recursos y Desarrollo de Plan de Manejo” (FAN/WCS). Santa Cruz, Bolivia.
  13. Papadakis, Juan (1980). El clima; Con especial referencia a los climas de América Latina, Península Ibérica, Ex colonias Ibéricas, y sus potencialidades agropecuarias. Albatros. p. 377. 
  14. Brockmann (1978). Memoria del mapa de cobertura uso actual de la tierra. ERTS-GEOBOL. Bolivia. 116p.
  15. Navarro, G . (2005). Unidades de Vegetación de la Reserva de Biosfera del Chaco Paraguayo. En: Rumiz, D. & L. Villalba (eds) Unidades Ambientales de la Reserva de Biosfera del Chaco Paraguayo. Pp. 25-50. WCS Bolivia-F. DeSdelChaco.
  16. Ramella, R. & R. Spichiger (1989). Interpretación preliminar del medio físico y de la vegetación del Chaco Boreal. Contribución al estudio de la flora y de la vegetación del Chaco I. C andollea 4 4 : 6 39-6 80.
  17. Jardim, A., Killeen, T. J., & Fuentes, A. (2003). Guía de los arboles y arbustos del Bosque Seco Chiquitano, Bolívia. Editorial FAN.
  18. Arispe, R. (2013). Una estimación del uso de los recursos silvestres en la zona del Bosque Chiquitano, Cerrado y Pantanal de Santa Cruz. Revista Boliviana de Ecología y Conservación Ambiental, (11).
  19. Ibisch, P. L., Columba, K., & Reichle, S. (2002). Plan de conservación y desarrollo sostenible del Bosque Seco Chiquitano, Cerrado y Pantanal Boliviano.
  20. Birk, G., Riester, J., & Zolezzi, G. (1995). Plantas útiles en bosques y pampas chiquitanas: Un estudio etnobotánico con perspectiva de género. Apoyo para el Campesino Indígena del Oriente Boliviano.
  21. Ramella, L., & Spichiger, R. (1989). Interpretación preliminar del medio físico y de la vegetación del Chaco Boreal: contribución al estudio de la flora y de la vegetación del Chaco. I. Candollea, 44(2), 639-680. etc.