Diferencia entre revisiones de «Juana Azurduy»

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Allí mismo los dos hijos varones contrajeron [[malaria]], y Manuel, el mayor, empeoraba a medida que pasaba el tiempo. Para evitar que sus hijas se contagien le ordenó a Dionisio Quispe que se las llevara con él al rancho de cualquier otro poblador originario que las pudiese cuidar. Ella se quedó cuidando a sus dos hijos que ya estaban gravemente enfermos y finalmente fallecieron. Los enterró en dos fosas precarias que cavó y cuando se dió cuenta que Quispe no había regresado, colocó una cruz de madera en las tumbas de sus hijos y salió a buscar a las otras dos.{{harvnp|O'Donell|1994|p=53}} Cuando estaba rumbo a la dirección que presumía que debían haber seguido sus hijas se encontró con su marido y Hualparrimachi quienes al verla con las ropas rotas y ensangrentadas presumieron que algo malo había sucedido, y cuando Padilla se enteró del fallecimiento de sus hijos varones tuvo un ataque de violencia y le increpo a su esposa por no haber cuidado a sus hijos en forma adecuada, Hualparrimachi tuvo que intervenir para que no la golpeara y finalmente se echo a llorar desconsaladamente. Posteriormente le pidió disculpas varias veces por ese arrebato. Y finalmente cuando Padilla logró componerse abrazó a su esposa, la beso consolándola y emprendieron la misión que tenían inmediata: El rescate de las dos hijas. Encontraron un rancho en las proximidades donde seguramente estaban prisioneras. Con la ayuda de Hualparrimachi lo asaltaron y se enfrentaron contra los ocupantes, un grupo de realistas que lograron que Quispe traicione a Azurduy convenciéndolo que su futuro era unirse a ellos. Las dos niñas estaban atadas con cadenas a una cama quienes fueron testigos de las muertes que dejó de la operación de rescate.{{harvnp|O'Donell|1994|p=54}}
 
Una vez lograda la liberación de las niñas las trasladaron a upa pero durante ese traslado se evidenció las altas temperaturas en los cuerpos de ambas, síntoma del contagio del paludismo que ya había terminado con las vidas de los dos hijos varones. Y finalmente pese a los esfuerzos de los dos padres no lograron sobrevivir.{{harvnp|O'Donell|1994|p=54}}
 
La muerte de los cuatro hijos tuvo un cambio en el accionar en la guerra por parte de la pareja, sobre todo en el tratamiento a los prisioneros, ya que en vez de mantenerlos vivos como venían haciendo empezaron a aniquilarlos. Azurduy que intercedía ante su esposo para que no matara a los rehenes hasta ese evento, comenzó a exterminarlos ella misma, aunque portasen una bandera blanca de rendición.{{harvnp|O'Donell|1994|p=55}}
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==Trayectoria==
===Zona de acción===
Azurduy y Padilla combatieron en ex el Virreinato del Río de La Plata, partiendo del norte de Chuquisaca hasta las selvas de Santa Cruz, abarcando las ramificaciones de la cordillera de Los Frailes y las sierras de Carretas, Sombreros y Mandinga. Por esa zona tienen sus cauces los ríos de Mojotoro, Tomina, Villar, Takopaya, Tarvita, Limón, Pescado y Sopachuy entre los más conocidos.{{harvnp|O'Donell|1994|p=32}} Además en esas zonas se establecían las poblaciones de Presto, Mojotoro, Yamparáez, Tarabuco, Takopaya, La Laguna y Pomobamba. Las dos últimas de estas localidades fueron posteriormente renombradas como [[Padilla (Bolivia)|Padilla]] y [[Azurduy (municipio)|Azurduy]] homenajeando al matrimonio.{{harvnp|O'Donell|1994|p=32}}
 
En este área se libró lo que [[Bartolomé Mitre]] denominó "[[Republiqueta|Guerra de Republiquetas]]" en su libro ''[[Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina]]'', precediendo y sirviendo de modelo para la posterior Batalla de Salta. Esta batalla se caracterizó por el hecho de que se paralizó a grandes ejércitos experimentados y con triunfos encima. En total la contienda duró quince años, no se dejó de pelear ni un solo día, tuvo a ciento dos caudillos y sólo nueve llegaron a ver el final y el resto murió en el campo de batalla sin rendirse, y tampoco siquiera pedir tregua.{{harvnp|O'Donell|1994|p=33}}
 
Cada lugar de esa región constituyó una "Republiqueta", un centro de rebelión con su jefe, bandera y administración autónomos, y sus esfuerzos convergieron a un resultado general que se logró sin que las partes llegaran a un acuerdo. Y los combatientes fueron pobladores originarios armados con piedras, cuya falta de experiencia en guerras convencionales no se notó en las diferentes batallas.{{harvnp|O'Donell|1994|p=33}}
 
El medio de comunicación usado fue el fuego, en las cimas de las montañas se establecieron puestos de vigilancia en donde un hombre observaba con un ojo de águila lo que acontecía en cada punto del territorio y cuando observaban una novedad les avisaba a los guerrilleros con señales de humo generadas con las fogatas hechas con diferentes tipo de madera. De esta forma lograron sorprender casi siempre a sus enemigos, y casi siempre eludían las persecuciones.{{harvnp|O'Donell|1994|p=33}}
 
===Revolución de Chuquisaca===
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El 14 de septiembre de 1810 Cochabamba se sublevó contra el gobierno de España en apoyo a la revolución de mayo de 1810 en el entonces Virreinato del Río de la Plata, y Padilla se alistó a las órdenes de Esteban Arce, el líder de los caudillos rebeldes. Y este jefe lo nombró comandante de las fuerzas rebeldes en cinco zonas, y tuvo la misión de estar al frente de 2000 soldados conformados por pobladores originarios que tenían que evitar que de Lagunillas salgan víveres rumbo a Chuquisaca destinado a los realistas.{{harvnp|O'Donell|1994|p=20}}
 
Esta acción revolucionaria fue sofocada por el ejército realista, y comenzó el acoso para la familia Padilla.{{harvnp|O'Donell|1994|p=20}}
 
===Primera expedición auxiliadora al Alto Perú===
{{AP|Primera expedición auxiliadora al Alto Perú}}
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Tras la derrota de las fuerzas patriotas en la [[batalla de Huaqui]] el 20 de junio de 1811, el ejército del [[virrey del Perú]], al mando de [[José Manuel de Goyeneche]], recuperó el control del Alto Perú. Las propiedades de los Padilla, junto con las cosechas y sus ganados, fueron confiscadas; asimismo, Juana Azurduy y, en ese entonces, sus cuatro hijos fueron apresados, aunque Padilla logró rescatarlos, refugiándose en las alturas de [[Tarabuco]], logrando eludir una noche la guardia y rescatar a su familia ayudado por tres caballos, uno montado por Azurduy y su hija Juliana, el segundo por sus hijos varones y el último por Padilla y su hija Mercedes.{{harvnp|O'Donell|1994|p=21}}
 
Azurduy le solicitó unirse con él a las milicias rebeldes, pero él se negó aduciendo que su deber era cuidar a los hijos que aún eran muy pequeños. Pero a pesar de la negativa de su esposo, en su ausencia ella practicaba estrategias de lucha con muñecos de paja que ella los atravesaba con su lanza y además ejercitaba con la boleadora.{{harvnp|O'Donel1Donell|1994|p=22}} Su marido le enviaba recuerdos de sus misiones, en una oportunidad le hizo llegar un estandarte con las armas del rey que había conseguido en la [[batalla de Pitantora]].{{harvnp|O'Donell|1994|p=20}} Y en este período de ausencia de su marido, casi un año, le llegaban a Azurduy noticias contradictorias, una anunciando victorias y otras donde se le notificaban de derrotas, y a su regreso Padilla le contó la historia de las mujeres cochambinas que lograron repeler el avance del general Goyeneche. Esta historia y el hecho de que su hogar en la montaña ya no era seguro porque ya eran conocidos por muchos pobladores que llevaban leña, comida o simplemente querían conocerla a ella y a sus hijos, incrementando de esa manera las posibilidades de una delación hicieron que Azurduy tomase la decisión de unirse a las tropas revolucionarias dejando a sus hijos en manos de cuidadores de su confianza.{{harvnp|O'Donell|1994|p=23}}
 
===Relación con Huallparrimachi===
Entre la gente que reclutó para la causa independentista se destacó [[Juan Wallparrimachi|Juan Huallparrimachi]], o Wallparrimachi, un poeta cholo quien se ofreció ante los esposos Padillas para ser parte de su tropa. Afirmaba ser hijo natural de [[Francisco de Paula Sanz|Francisco de Paula y Sanz]], ex gobernador de [[Potosí]], y este a su vez era hijo ilegitimo del rey [[Carlos IV de España]]. Tenía odio contra el español porque fue testigo de la violencia que su padre ejerció contra su madre, una pobladora originaria de la región, y finalmente la abandonó dejándola en malas condiciones de vida.{{harvnp|O'Donell|1994|p=30}}
 
Los Padilla rápidamente entraron en confianza con él, Azurduy lo trataba como a uno de sus hijos y finalmente Padilla lo nombró lugarteniente. Además demostró tener habilidades y destrezas para atacar eficientemente al enemigo. Una de las funciones que le asignaron fue la de custodia de los hijos de la pareja.{{harvnp|O'Donell|1994|p=31}} Tarea que logró cumplir eficientemente y además se desempeñó como entrenador de los menores, sobre todo de los dos varones a quienes les enseñó el funcionamiento de las principales armas, como el [[arco (arma)|arco y la flecha]], la [[lanza]], la [[Honda (arma)|huaraca]] y el lanzamiento de piedra.{{harvnp|O'Donell|1994|p=40}}
 
Y también participó en misiones militares, ayudó a rescatar a Padilla cuando fue capturado cuando intentó amedrentar a un señor apellidado Carvallo por acosar a los nativos en nombre del delegado del cantón de Tapala, Manuel Sánchez de Velasco. Cuando los pobladores no podían pagar los impuestos, Carvallo les confiscaba los bienes dejándolos en la miseria y con una muerte próxima segura por inanición, además tenía acusaciones por torturar y asesinar para lograr imponer su voluntad.{{harvnp|O'Donell|1994|p=40}}
 
Otra de las misiones que logró cumplir Huallparrimachi fue el traslado de los cuatro hijos, que habían quedado al cuidado de pobladores originarios de confianza, al campamento de La Laguna donde sus padres estaban instalados. Era un encargo difícil porque ese campamento estaba ubicado en un terreno en una zona serrana entre Chuquisaca y Potosí.{{harvnp|O'Donell|1994|p=35}}
 
Participó de la batalla de la Tarvita, fue el que dio la orden de asalto a las tropas y además se desempeñó como espía, descubrió en un bolsillo de los prisioneros una carta de Sánchez de Velazco al comandante López donde anunciaba la llegada de un pelotón que se iba a unir a los que estaban en ese momento prisioneros para aumentar la cantidad de hombres para luchar contra los Padilla. Esta información les dio tiempo para organizar la defensa.{{harvnp|O'Donell|1994|p=47}}
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Esta misión hizo que a partir de ese momento acompañase a Padilla en las misiones militares, dejando la función original de guardia de los hijos, ya que el nuevo refugio era considerado seguro por el matrimonio. Junto a Padilla se dirigió a Sauces, y el ayudó en las negociaciones con los pobladores de esa comuna para conseguir hombres porque un informante había informado, erróneamente o a propósito, que Azurduy y sus hijos habían sido capturados y Padilla quería regresar a rescatarlos; sin embargo no lograron éxito en el intento de conseguir ayuda, nadie quiso unirse a ellos y hasta les confiscaron las armas que les habían encargado que guarden.{{harvnp|O'Donell|1994|p=51}} Y finalmente Huallparrimachi fue testigo de la noticia del fallecimiento de los dos hijos varones, tuvo que contener a Padilla que estaba fuera de sí y también participar en el rescate de las dos hijas mujeres que estaban prisioneras de los realistas y presenciar, una vez concluido el rescate, la muerte de ambas niñas víctimas de la malaria.{{harvnp|O'Donell|1994|p=52}}
 
Y finalmente en una de las batallas que Huallparrimachi participó junto a los Padilla, tuvo que salvar la vida de Azurduy dejando la de él. Fue en el Cerro de la Carretas donde estaban apostados para emboscar al coronel Sebastián Benavente, quien cumpliendo órdenes del general de la Pezuela estaba desplazando un batallón desde el cuartel de Cinta. El coronel Benavente logró sobornar a Pedro Artamachi, un originario miembro del ejército de los Padilla, y este lo guio durante la noche hacia el campamento donde el ejército de los Padilla dormía, encontraron a Azurduy sola, su esposo estaba recorriendo la zona ordenando los puestos. Azurduy se defendió del ataque y profirió gritos, y en ese momento Huallparrimachi salió en su ayuda llegando en el momento exacto, porque logró interponerse a disparos de fusiles que tenían como blanco a su jefa pero que terminaron en su pecho cayendo muerto sin lograr proferir ni un gemido.{{harvnp|O'Donell|1994|p=59}} Murió logrando que Azurduy no sufriera ni una herida.
 
===Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú===
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La acción comenzó el 2 de agosto de 1814, entre el ejército realista, que contaba con varias armas de fuego, contra los altoperuanos armados de hurracas, lanzas y flechas y algunas armas de fuego que habían logrado apropiarse en las anteriores contiendas con los realistas. La batalla se desarrolló durante tres días y una de las bajas sufridas fue Hualparrimachi cuando fue sorprendido en la operación nocturna por los soldados realistas: regresaba al campamento con un grupo de soldados al escuchar las primeras detonaciones de armas de fuego, cuando un artillero realista observó su presencia abrió fuego, pero la munición dio en el pecho de Hualparrimachi, quien cayó muerto de inmediato con su pecho destrozado.{{harvnp|O'Donell|1994|p=60}} En este enfrentamiento se perdió un importante número en la fuerza de los Padilla.{{harvnp|O'Donell|1994|p=61}}, y cuando los realistas se enteraron de los resultados de esta contienda decidieron asestar los golpes finales para terminar con los movimientos guerrilleros.{{harvnp|O'Donell|1994|p=61}}
 
El [[3 de marzo]] de [[1816]] cerca de [[Villar (Bolivia)|Villar]], Juana Azurduy al frente de treinta jinetes, entre ellos varias mujeres, atacó a las fuerzas del general español La Hera, les quitó el estandarte y recuperó algunos fusiles.<ref name="Pigna2013Amazona">{{cita web|autor= Felipe Pigna|enlaceautor=Felipe Pigna|año= 2013|url=https://www.elhistoriador.com.ar/juana-azurduy-amazona-de-la-libertad/|título=Juana Azurduy, amazona de la libertad|fechaacceso=29 de noviembre de 2018}}</ref> Y cinco días después, Azurduy atacó el [[Cerro Rico|cerro de Potosí]].
 
Debido a estos logros militares recibió el rango de [[teniente coronel]] por un decreto firmado por [[Juan Martín de Pueyrredón]], [[Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata|director supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata]], el 13 de agosto de 1816. Tras ello, el general Belgrano le hizo entrega de su [[sable]], el que había utilizado en el Éxodo Jujeño. Además el decreto de Pueyrredón la puso al frente de una división llamada "Decididos del Perú" y le otorgaba el derecho a usar el uniforme militar.<ref>{{cita web|url=https://www.elintransigente.com/salta/2014/3/10/primera-mujer-con-rango-militar-del-mundo-juana-azurduy-una-mujer-polleras-llevar-234710.html|título=La primera mujer con rango militar del mundo, Juana Azurduy, una mujer de polleras llevar|fecha=10 de marzo de 2014|fechaacceso=29 de noviembre de 2018}}</ref><ref>{{cita web|url=https://www.elhistoriador.com.ar/juana-azurduy-flor-del-alto-peru/|título=Juana Azurduy, flor del Alto Perú|autor=Felipe Pigna|enlaceautor=Felipe Pigna|fechaacceso=29 de noviembre de 2018}}</ref><ref>{{cita web|urlname=https:"Pigna2013Amazona"//www.elhistoriador.com.ar/juana-azurduy-amazona-de-la-libertad/|título=Juana Azurduy, amazona de la libertad|fechaacceso=29 de noviembre de 2018|autor=Felipe Pigna|enlaceautor=Felipe Pigna}}</ref>
 
===Amedrentamiento a Carvallo===
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===Muerte de Padilla===
Los esposos Padilla y su ejército triunfaron en Tinteros, pero sufrieron muchas bajas, pero aún sus enemigos estaban organizando ofensivas contra ellos, un espía les aviso que dos mil hombres al mando de Miguel Tacón salieron de Chuquisaca y otros setecientos hombres al mando de Francisco Javier de Aguilera lo hacían desde Vallegrande en una acción coordinada para lograr atacarlos desde dos flancos.{{harvnp|O'Donell|1994|p=84}}
 
Con esta información, Padilla intentó una operación de defensa y ordenó a un grupo de montoneros ir al encuentro de los atacantes para intentar detenerlos, pero ante la evidencia de que desde el [[Virreinato del Río de la Plata]] no llegarían más refuerzos y la gran duración de la guerra provocó que varios de los guerreros desertaran y/o se cambiaran de bando como hizo Manuel Ovando, quien le enseño al coronel Aguilera el camino para llegar a La Laguna.{{harvnp|O'Donell|1994|p=84}}
 
Los especialistas que investigaron la batalla de La Laguna, que tuvo lugar el 13 de septiembre de 1816, concluyeron que la estrategia de Padilla fue incorrecta porque a pesar de que era un terreno abierto, mandó a las tropas de infantería por el centro para enfrentar a sus rivales y la caballería comandada por Cueto se debía ocupar de la retaguardia de los enemigos.{{harvnp|O'Donell|1994|p=84}} Y en la retaguardia realista estaba Aguilera, quien con sus tropas contuvieron el ataque de los hombres de Padilla a lo largo de varias horas de una batalla cuerpo a cuerpo, y finalmente estos últimos tuvieron que retirarse desordenadamente.{{harvnp|O'Donell|1994|p=86}}
Con esta información, Padilla intentó una operación de defensa y ordenó a un grupo de montoneros ir al encuentro de los atacantes para intentar detenerlos, pero ante la evidencia de que desde el [[Virreinato del Río de la Plata]] no llegarían más refuerzos y la gran duración de la guerra provocó que varios de los guerreros desertaran y/o se cambiaran de bando como hizo Manuel Ovando, quien le enseño al coronel Aguilera el camino para llegar a La Laguna.{{harvnp|O'Donell|p=84}}
 
Y al día siguiente, el 14 de septiembre, Padilla ingresó al Villar con el remanente de las fuerzas y establecieron campamento en el santuario, y a ese lugar arribaban el resto de los guerreros. En ese lugar estaba Azurduy quien se quedó como reserva con algunos hombres en custodia de las armas y los caudales. Pero no sabían que Aguilera los estaba siguiendo sigilosamente, y en forma sorpresiva asaltó el campamento con un escuadrón de caballería matando a los que no lograban escapar.{{harvnp|O'Donell|1994|p=86}}
Los especialistas que investigaron la batalla de La Laguna, que tuvo lugar el 13 de septiembre de 1816, concluyeron que la estrategia de Padilla fue incorrecta porque a pesar de que era un terreno abierto, mandó a las tropas de infantería por el centro para enfrentar a sus rivales y la caballería comandada por Cueto se debía ocupar de la retaguardia de los enemigos.{{harvnp|O'Donell|p=84}} Y en la retaguardia realista estaba Aguilera, quien con sus tropas contuvieron el ataque de los hombres de Padilla a lo largo de varias horas de una batalla cuerpo a cuerpo, y finalmente estos últimos tuvieron que retirarse desordenadamente.{{harvnp|O'Donell|p=86}}
 
Azurduy se puso al frente de la defensa y fue herida con dos proyectiles, uno en su pierna y otro en su pecho. Y a pesar de las heridas de consideración continuó luchando para no desmoralizar al resto de los guerreros conteniendo los gestos de dolor. Y en ese mismo lugar Aguilera le cortó la cabeza a Padilla. A continuación tomó la cabeza de Padilla con sus manos manchadas de sangre y se las exhibió a sus soldados en señal de triunfo, y éstos gritaban victoriosos. Al lado de Padilla había una amazona y Aguilera pensando que era Azurduy la decapitó con el mismo sable que había usado anteriormente. Las dos cabezas fueron colocadas en una pica que fueron posteriormente colocadas en la plaza de El Villar.{{harvnp|O'Donell|1994|p=86}}
Y al día siguiente, el 14 de septiembre, Padilla ingresó al Villar con el remanente de las fuerzas y establecieron campamento en el santuario, y a ese lugar arribaban el resto de los guerreros. En ese lugar estaba Azurduy quien se quedó como reserva con algunos hombres en custodia de las armas y los caudales. Pero no sabían que Aguilera los estaba siguiendo sigilosamente, y en forma sorpresiva asaltó el campamento con un escuadrón de caballería matando a los que no lograban escapar.{{harvnp|O'Donell|p=86}}
 
Manuel Ovando declaró ante el doctor Adolfo Tufiño en 1882 que fue el quien asesinó a Padilla cuando estaba siguiendo a Aguilera, y el caballo de este no pudo continuar su marcha por la fatiga. Entonces él continuó tras Padilla, quien se dio vuelta apuntándolo con su pistola pero sin poder disparar porque no estaba cargada, entonces Ovando dice que le pegó dos tiros con su pistola provocando que Padilla caiga al piso ensangrentado, y entonces con su puñal procedió a cortarle la cabeza, pese a los intentos del padre Polanco por impedirlo. Y posteriormente le presentó al coronel Aguilera la cabeza, y fue colocada en la punta de la pica en la plaza.{{harvnp|O'Donell|1994|p=87}}
Azurduy se puso al frente de la defensa y fue herida con dos proyectiles, uno en su pierna y otro en su pecho. Y a pesar de las heridas de consideración continuó luchando para no desmoralizar al resto de los guerreros conteniendo los gestos de dolor. Y en ese mismo lugar Aguilera le cortó la cabeza a Padilla. A continuación tomó la cabeza de Padilla con sus manos manchadas de sangre y se las exhibió a sus soldados en señal de triunfo, y éstos gritaban victoriosos. Al lado de Padilla había una amazona y Aguilera pensando que era Azurduy la decapitó con el mismo sable que había usado anteriormente. Las dos cabezas fueron colocadas en una pica que fueron posteriormente colocadas en la plaza de El Villar.{{harvnp|O'Donell|p=86}}
 
Azurduy logró escapar del campo de batalla a caballo, y desangrándose a causa de las heridas profundas que le habían provocado los proyectiles que habían impactado en su cuerpo, en el camino le informaron de su nueva condición de viudez, al enterarse de la novedad y estar convencida de la veracidad de lo sucedido intentó regresar para morir con su esposo en ese lugar pero sus seguidores la hicieron desistir del intento y continuó el viaje hacia el Valle de Segura, y además asumió el mando de las tropas teniendo el principal objetivo de salvar el tesoro que estaba valuado en aproximadamente 60000 [[duro (moneda)|duros]], y también poner a salvo a su hija Luisa y una caja de madera con documentación, entre la que se encontraba el nombramiento como teniente coronela del [[Ejército Argentino|ejército argentino]].{{harvnp|O'Donell|1994|p=87}}
Manuel Ovando declaró ante el doctor Adolfo Tufiño en 1882 que fue el quien asesinó a Padilla cuando estaba siguiendo a Aguilera, y el caballo de este no pudo continuar su marcha por la fatiga. Entonces él continuó tras Padilla, quien se dio vuelta apuntándolo con su pistola pero sin poder disparar porque no estaba cargada, entonces Ovando dice que le pegó dos tiros con su pistola provocando que Padilla caiga al piso ensangrentado, y entonces con su puñal procedió a cortarle la cabeza, pese a los intentos del padre Polanco por impedirlo. Y posteriormente le presentó al coronel Aguilera la cabeza, y fue colocada en la punta de la pica en la plaza.{{harvnp|O'Donell|p=87}}
 
Azurduy logró escapar del campo de batalla a caballo, y desangrándose a causa de las heridas profundas que le habían provocado los proyectiles que habían impactado en su cuerpo, en el camino le informaron de su nueva condición de viudez, al enterarse de la novedad y estar convencida de la veracidad de lo sucedido intentó regresar para morir con su esposo en ese lugar pero sus seguidores la hicieron desistir del intento y continuó el viaje hacia el Valle de Segura, y además asumió el mando de las tropas teniendo el principal objetivo de salvar el tesoro que estaba valuado en aproximadamente 60000 [[duro (moneda)|duros]], y también poner a salvo a su hija Luisa y una caja de madera con documentación, entre la que se encontraba el nombramiento como teniente coronela del [[Ejército Argentino|ejército argentino]].{{harvnp|O'Donell|p=87}}
===Reorganización de las tropas===
[[Archivo:Museo Histórico Nacional - Juana Azurduy.jpg|thumb|250px|Óleo sobre tela de Juana Azurduy.]]
 
La noticia del fallecimiento de Padilla se fue expandiendo hacia todos los caudillos quienes decidieron formar un consejo para nombrar al nuevo comandante. Azurduy fue la presidente de dicho consejo, y la elección para elegir al nuevo jefe fue difícil, Jacinto Cueto, Fernández, Severo Bedoya fueron los candidatos a tomar el mando pero estos no aceptaban esa posición cuando la elección parecía definirse hacia uno de ellos. Fue entonces cuando decidieron delegar la tarea de elegir al nuevo mando de las tropas en Azurduy. Y finalmente ella eligió a Cueto ponderando su desempeño en la batalla de La Laguna. Y Esteban Fernández fue elegido como el subjefe. La primera misión que recayó en los nuevos mandos fue informarle a Belgrano de la novedad, tarea que cumplió rápidamente.{{harvnp|O'Donell|1994|p=88}}
 
Pero no todos quedaron conformes con el nombramiento, entre ellos Apolinar Zárate que se quedó en Tarabuco a pesar de ser llamado a una reunión en Molleni, y además se descubrió que le faltaban veinticinco hombres y el mismo número de fusiles, y posteriormente el subjefe Fernández y Ravelo también se sublevaron y constituyeron su propio batallón. Esta sublevación no solo estaba inspirada en la ausencia de quien fue un líder inobjetable sino también en la codicia por el tesoro que Azurduy poseía, fondos que servían para comprar la suficiente cantidad de armas para continuar las acciones bélicas con buena ventaja.{{harvnp|O'Donell|1994|p=89}}
 
Para intentar contener a los insubordinados, la ahora teniente coronela Azurduy requirió la ayuda de Martín Miguel de Güemes, que ya era conocido en toda [[Latinoamérica]] por sus acciones de guerra en Salta y Jujuy. El mensajero fue fray José Indalecio de Salazar, quien debía solicitarle que nombrase un reemplazante para el fallecido Padilla. Güemes nombró al teniente coronel José Antonio Asebey pero nunca pudo hacer efectivo su nuevo cargo porque los jefes se negaron a aceptarlo por algunos cuestionamientos hacia su persona.{{harvnp|O'Donell|1994|p=90}}
 
===Recuperación del cuerpo de Padilla===
Azurduy tenía el objetivo de recuperar los restos de su marido, cuya cabeza seguía expuesta en la plaza de La Laguna. Para esta empresa le encomendó a Caipé, un lanzaflechas [[tacafucus]] que debía recorrer la zona reclutando voluntarios entre la población de la zona para conformar un batallón. Cien pobladores originarios se unieron a la misión, sumados a cien amazonas. Esta partida aun le resultaba insuficiente a Azurduy y le solicita a Esteban Fernández y a Agustín Ravelo que se unan. En el viaje a La Laguna se unieron guerreros pertenecientes a las poblaciones originarias que buscaban venganza.{{harvnp|O'Donell|1994|p=90}}
 
Al arribar a La Laguna, los guerreros iniciaron la batalla cayéndoles encima a los hombres liderados por el coronel Francisco Baruri provocando una matanza, considerada la mas cruel de las guerras independentistas de América, todo realista que se cruzaba en el camino fue muerto, las calles quedaban manchadas de sangre al paso de los guerreros. Más tarde se apoderaron de la cabeza de Padilla, que ya estaba en proceso de descomposición, llenas de gusanos y consumida por los cuervos; la trasladaron hacia la iglesia del lugar y la depositaron sobre el altar, allí oficiaron una ceremonia religiosa con los honores correspondientes a un coronel del [[Ejército Argentino]].{{harvnp|O'Donell|1994|p=91}}
 
===Relación con Güemes===
Para solventar la perdida de su esposo, Juana Azurduy buscó otro hombre que le pueda brindar el apoyo que necesitaba. Recordó que Arenales le había nombrado a un hombre que su fallecido esposo también respetaba: [[Martín Miguel de Güemes]]. Provenía también de una familia de buen pasar económico y también compartía los ideales de paz y justicia. Y en su búsqueda se dirigió Azurduy, y fue recibida con respeto e incluida en el ejército de Güemes con tareas ejecutivas y de responsabilidad.{{harvnp|O'Donell|1994|p=96}}
 
Es posible que entre Güemes y Azurduy se haya producido una relación amorosa, ya que ella aún conservaba sus dotes femeninas a pesar de las guerras y a Güemes le interesaban las mujeres. Y además compartieron mucho tiempo juntos.{{harvnp|O'Donell|1994|p=97}}
 
Pero esta relación con Güemes también terminó en forma trágica con la muerte en combate del general salteño, hecho que marcó el fin de la carrera militar de Azurduy y el principio de las penurias económicas que padeció hasta el fin de sus días. Le solicitó ayuda a las autoridades de la provincia de Salta para regresar a su ciudad natal Chuquisaca pero la respuesta fue la asignación d e cuatro mulas y cincuenta pesos para los gastos de su viaje, y finalmente después de siete años de permanencia en la capital salteña emprendió el regreso a su ciudad natal.<ref name="turismo">{{cita web|título=Estrenarán el 8 y 10 de julio "Juana Azurduy en la Gloria de Güemes"|url=http://turismo.salta.gov.ar/contenido/2157/estrenaran-el-8-y-10-de-julio-juana-azurduy-en-la-gloria-de-guemes|fecha=29 de junio de 2016|fechaacceso=16 de noviembre de 2018}}</ref>