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Línea 52:
En donde se contextualiza la obra, mostrando los sucesos que ocurren el pueblo y alrededores.
Empieza con la llegada del Comendador a la casa del Maestre junto con dos de sus hombres de confianza. El maestre lo recibe y empiezan a entablar una conversación en la cual se trata el tema de la conquista de Ciudad Real por las tropas de las órdenes que estos presiden para liberar dicha ciudad para el rey siendo esta un punto estratégico entre Castilla y Andalucía muy preciado.
 
En este momento se ve el carácter de personaje del Comendador por ciertas frases ilícitas que este sugiere al Maestre. En todo momento Fernán Gómez recuerda al joven Maestre la forma que obtuvo su puesto por mediación de la abdicación de la muerte de su padre y que después de la muerte de este su gobierno quedó mediado por la supervisión de otra persona que prontamente falleció, y ahora en su todavía juventud él tiene que gobernar sin ningún consejo, ni supervisión. Esta juventud (cosa que recalca Lope a lo largo de la obra) hace al Maestre confiar de pleno en todo lo que dice el Comendador y lo cual en cierto modo (cosa que también Lope pone mucho énfasis en denotar) le exime de toda responsabilidad en los futuros acontecimientos.
Más tarde otra situación y de las más importantes del acto es la conversación de dos mujeres de Fuente Ovejuna: Pascuala y Laurencia. La conversación trata de la posibilidad que tiene Laurencia de “liarse” con Fernán Gómez ya que este insistía antes de irse a la guerra desde hacía mucho tiempo en estar con ella. Sin embargo ella decía, que no por su categoría iba ella a rendirse ante él, siendo éste una persona que no la quería para casarse con ella si no que, como ella afirma duramente él solo la quiere para tenerla un tiempo y dejarla como había hecho ya con muchas otras. En esta discusión la opinión que parece inamovible de Laurencia se ve puesta en duda por Pascuala la cual dice que al igual que muchas otras acabaría cediendo.
Aparecen en ese momento Frondoso, Barrildo y Mengo; otros 3
convecinos que están discutiendo un tema sobre el cual las dos mujeres se interesan escuchando las apuestas que ellos hacían sobre quien sería el poseedor de la razón. El tema, bastante curioso, resultó ser si existía o no el amor, afirmando Mengo que no existía nada más que el amor por uno mismo y contradiciéndole los otros dos. Se establece un debate entre los cinco personajes, no sacando nada en claro. En estos momentos aparece Flores uno de los “ayudantes” del Comendador el cual empieza a relatar las maravillas de la guerra recién terminada y que había sido vencida por el bando del jefe del que así hablaba y del Maestre.
Más tarde en otro lugar habla el Comendador con los dos alcaldes de Fuente Ovejuna, dando este las gracias a los otros dos por tanto ellos como su pueblo haberle recibido tan cortés y alegremente después de su regreso de la victoriosa guerra.
Dirigiéndose después de la charla a la casa de la encomienda el Comendador se encuentra a Pascuala y a Laurencia a la puerta por casualidad. Éste las intenta convencer de que entren con él para unos menesteres que solo él conoce con la excusa y grandiosidad de su reciente batalla ganada. Estando éstas ignorándole de mala manera (como ambas demostraron en la primera de sus conversaciones) este dándose cuenta deja las palabras y pasa a los hechos y manda a sus protegidos Ortuño y Flores que las metan en la casa y si lo consiguiesen, que cerrasen la puerta. Aquí se da el primer intento del Comendador de forzar a las mujeres de ese pueblo.
Luego hay una parte donde los reyes Católicos son informados de la victoria en Ciudad Real y donde estos mandan un par de regidores en busca de Fernán Gómez a Fuente Ovejuna.
Ya para terminar el acto se da el encuentro entre Laurencia y Frondoso, donde éste le declara a ella su amor y ésta, mal o bien, le da de lado y viendo que se acercaba el Comendador, él se esconde. Llegado éste hablando con ella, la intenta una vez más forzar, cosa a la que ella se niega y en pleno forcejeo creyéndose el noble que estaban solos aparece Frondoso empuñando una ballesta que el Comendador había dejado en el suelo, pues antes de encontrarse con Laurencia él iba de caza. Laurencia huye pues y Frondoso sin hacerle nada advierte al agresor que no quiere nada de él, nada más que lo acaecido no volviera a darse. Pero tal interrupción al poderoso le enciende de tal manera que amenaza al villano que se vengará de tal afrenta.
 
=== Segundo acto ===