Diferencia entre revisiones de «Almería»
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La segunda mitad del siglo XVI estuvo marcada en toda la provincia por el levantamiento y posterior [[expulsión de los moriscos|expulsión]] de la población [[morisco|morisca]]. Los moriscos, extensa comunidad de religión y cultura musulmanas a la que se había permitido permanecer en la península previa conversión, veía sin embargo sus derechos y su dignididad continuamente negados desde la firma de las Capitulaciones. La poblacion morisca era, a pesar de la incipiente repoblación cristiana, mayoritaria en amplias regiones de la provincia, como las Alpujarras y el alto Almanzora. Fue precisamente en la Alpujarra almeriense donde en 1568 se rebela el laujareño Abén Humeya (nacido Fernando de Válor y convertido al islam); la insurreción se propaga a toda la provincia y pronto Vera es conquistada y Cuevas de Almanzora atacada. En su retirada, Abén Humeya fundó en Purchena una competición para celebrar el nombramiento de la ciudad como cabeza del valle del Almanzora. Se trataba de unos juegos deportivos y culturales de innegable analogía con el olimpismo, que incluian la lucha, las carreras a pie y a caballo, el tiro y la poesía y que han sido recuperados hoy día, recibiendo el elogio de, entre otros, Juan Antonio Samaranch y el Comité Olímpico Internacional. Vuelve más adelante Abén Humeya a Laujar donde crea una casa real con vocación dinástica (ya había sido Laujar de Andarax asiento real con [[Boabdil el Chico|Boabdil]] a principios del siglo XVI), pero es asesinado, víctima de sus propios colaboradores en una oscura intriga palaciega. Poco a poco la resistencia morisca se desvanece. Prueba de que había sido enormemente dura es que Felipe II decidiera enviar al mejor y más temido de sus militares, Juan de Austria, quien pronto acaba con el breve reino morisco. Se reemprende así la expulsión de la población musulmana, que culminará con Felipe III.
Uno de los episodios más sangrientos de la represión contra los moriscos tuvo lugar en Níjar, y constituyó lo que se convino en llamar el ''negocio de Inox''
La matanza y expulsión de los moriscos fueron un duro golpe que sumió a la provincia en la época más oscura de su historia, el siglo XVII. En efecto, marcharon los que habían enseñado a los cristianos el cultivo del moral, el tejido de la seda, las técnicas de regadío y la carpintería. Quedó la provincia desierta de Níjar a Mojácar y la población de la capital se redujo a 7.000 habitantes. Los intentos de repoblación cristiana fueron inútiles y los terremotos y ataques piratas berberiscos e ingleses mantuvieron a la provincia ensombrecida durante los siguientes 100 años.
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