Diferencia entre revisiones de «Imperio bizantino»
Contenido eliminado Contenido añadido
Revertidos los cambios de 190.29.173.33 a la última edición de Escarlati usando monobook-suite |
|||
Línea 153:
==== Transformaciones ====
La recuperación de la autoridad imperial y la mayor estabilidad de los siglos siguientes trajo consigo también un proceso de ''helenización'', es decir, de
*'''Uniformización cultural y religiosa''': la pérdida frente al Islam de las provincias de Siria, Palestina y Egipto trajo como consecuencia una mayor uniformidad. Los territorios que el Imperio conservaba a mediados del siglo VII eran de cultura fundamentalmente griega. El latín fue definitivamente abandonado en favor del [[griego]]. Ya en 629, durante el reinado de [[Heraclio]], está documentado el uso del término griego ''basileus'' en lugar del latín ''augustus''. En el aspecto religioso, la incorporación de estas provincias al Islam dio por concluida la crisis [[monofisismo|monofisita]], y en 843 el triunfo de los iconódulos supuso por fin la unidad religiosa.
*'''Reorganización territorial''': en el siglo VII —probablemente en época de [[Constante II]] (641-668)— el Imperio fue dotado de una nueva organización territorial para hacer más eficaz su defensa. El territorio bizantino se organizó en los ''[[Ejército bizantino#La organización del ejército: los themata|themata]]'', distritos militares que eran al mismo tiempo circunscripciones administrativas, y cuyo gobernador y jefe militar, el ''estrategos'', gozaba de una amplia autonomía.
*'''Ruralización''': la pérdida de las provincias del Sur, donde más desarrollo habían alcanzado la artesanía y el comercio, implicó que la economía
La mayoría de estas transformaciones se dio como consecuencia de la pérdida de las provincias de Egipto, Siria y Palestina, que fueron arrebatadas por el Islam.
Línea 171:
Uno de los hechos más decisivos, y de efectos más duraderos, de esta época fue la incorporación de los [[pueblos eslavos]] a la órbita cultural y religiosa de Bizancio. En la segunda mitad del siglo IX, los [[monje]]s de [[Tesalónica]] [[Cirilo y Metodio|Metodio]] y [[Cirilo]] fueron enviados a evangelizar [[Moravia]] a petición de su monarca, [[Ratislav I]]. Para llevar a cabo su tarea crearon, partiendo del dialecto eslavo hablado en Tesalónica, una lengua literaria, el [[antiguo eslavo eclesiástico]] o litúrgico, así como un nuevo alfabeto para ponerla por escrito, el [[alfabeto glagolítico]] (luego sustituido por el [[alfabeto cirílico]]). Aunque la misión en Moravia fracasó, a mediados del [[siglo X]] se produjo la conversión de la [[Rus de Kiev]], quedando así bajo la influencia bizantina un Estado más amplio y extenso que el propio Imperio.
Las relaciones con Occidente fueron tensas desde la coronación de [[Carlomagno]] (800) y las pretensiones de sus sucesores al título de emperadores romanos y al dominio sobre Italia. Durante toda esta etapa, a pesar de la pérdida de Sicilia, el Imperio siguió teniendo una enorme influencia en el sur de Italia. Las tensiones con [[Otón I]], quien pretendía expulsar a los bizantinos de Italia, se resolvieron mediante el matrimonio de la princesa bizantina [[Teófano Skleraina|Teófano]], sobrina del emperador
==== La política religiosa ====
Línea 242:
=== El Emperador ===
El jefe supremo del Imperio
El sucesor no era necesariamente hijo del Emperador. En muchos casos, la sucesión fue de tío a sobrino (Justiniano, por ejemplo, sucedió a su tío [[Justino I]] y fue sucedido por su sobrino [[Justino II]]). Otros personajes llegaron a la dignidad imperial a través del matrimonio, como [[Nicéforo II]] o [[Romano IV]].
Línea 248:
Si bien el emperador elegía a su sucesor, fueron muchos los que llegaron al poder al ser proclamados emperadores por el Ejército (como [[Heraclio I]] o [[Alejo I Comneno]]), o gracias a las intrigas cortesanas, a veces aderezadas con numerosos crímenes. Para evitar que los emperadores depuestos y sus familiares reivindicaran el trono eran con frecuencia cegados y, en ocasiones, castrados, y confinados en monasterios. Un caso peculiar es el de [[Justiniano II]], llamado ''Rhinotmetos'' ('Nariz cortada'), a quien el usurpador Leoncio cortó la nariz y envió al destierro, aunque recuperaría posteriormente su trono. Estos crímenes atroces fueron sumamente frecuentes en la historia del Imperio Bizantino, especialmente en las épocas de inestabilidad política.
[[Archivo:Byzantine eagle.JPG|thumb|290px|left|El escudo del Imperio
La figura del Emperador estaba especialmente relacionada con la Iglesia, que se convirtió en un factor estabilizador, y especialmente con el [[Patriarca de Constantinopla]]. La monarquía bizantina tenía un carácter cesaropapista —uno de los títulos del emperador era ''Isapóstolos'' ('Igual a los Apóstoles'), y ciertas prerrogativas de su cargo remiten al ''Rex sacerdos'' ('Rey sacerdote') de la monarquía israelita—. El Emperador y el Patriarca tenían una relación de mutua interdependencia: si bien el emperador designaba al Patriarca, era éste el que sancionaba su acceso al poder mediante la ceremonia de coronación. Entre uno y otro hubo en la historia de Bizancio muchos momentos de tensión, pues los intereses del Estado diferían a veces de los de la Iglesia. En la última etapa del Imperio, por ejemplo, cuando los emperadores, para obtener la ayuda de Occidente frente a los turcos, intentaron restaurar la unidad religiosa de su iglesia con la de Roma, se encontraron con la tenaz resistencia de los patriarcas.
|