Diferencia entre revisiones de «Homo neanderthalensis»

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| binomial = Homo neanderthalensis
| binomial_authority = [[William King|King]], 1864
}}
}}¿Dónde y cuándo vivieron? Su nombre proviene del valle de Neander, en Alemania, donde se encontraron los primeros esqueletos (en alemán, thal significa "valle"). Su área geográfica se extendía desde Europa Occidental, pasando por el Sur de la Rusia europea, hasta alcanzar el Uzbekistán, en el Asia Central, cerca de Afganistán. En cuanto a la fecha de su origen depende de cómo los definamos, pues algunos viejos cráneos muestran características que se anticipan a la forma Neanderthal hecha y derecha. Los más antiguos ejemplares indiscutiblemente Neanderthalianos son de hace 130.000 años, pero la mayor parte de los especímenes conocidos son de hace aproximadamente 74.000 años. Pero si su fecha de origen es un tanto arbitraria, en cambio su final es abrupto: el último de los Neanderthal murió hace unos 32.000 años. Durante el tiempo en que florecieron los Neanderthal, Europa y Asia estaban en medio de la última glaciación (la cuarta, llamada de Würm) , así que los Neanderthal debieron ser gente bien adaptada al frío, aunque sólo hasta cierto punto: ellos no llegaron a cruzar, hacia el Norte, una frontera climática que unía el Sur de Gran Bretaña, el Norte de Alemania, la actual ciudad rusa de Kiev y el Mar Caspio.
La anatomía de la cabeza de los Neanderthal era tan peculiar que si ahora mismo apareciera uno de ellos vestido de traje y corbata por la calle, todos los demás H. sapiens nos daríamos la vuelta para mirarle, sorprendidos. Imagínese que una cara humana fuera de arcilla blanda, y entonces uno cogiera la parte inferior de la cara, desde el puente de la nariz hasta la mandíbula, y apretando los dedos, al mismo tiempo tirara hacia adelante: cuando la arcilla endureciera, sería aproximadamente el aspecto de un Neanderthal. Además sus cejas descansaban sobre prominentes protuberancias óseas, sus ojos estaban hundidos en cuencas profundas, y su frente era baja e inclinada, muy distinta de nuestra frente vertical. Su mandíbula inferior estaba inclinada hacia atrás, y no tenía mentón. A pesar de todos estos rasgos tan primitivos, el tamaño del cerebro del Neanderthal era ¡un 10 % más grande que el nuestro! Eso no significa que fuera más inteligente; obviamente no lo era.
Un dentista que hubiera examinado los dientes de un Neanderthal habría quedado tanto o más impresionado que alguien que se lo cruzara por la calle, camino de su oficina. En los Neanderthal adultos los incisivos estaban gastados en la superficie externa, de una forma que es imposible encontrar en los humanos actuales. Evidentemente esta manera de desgastar los dientes era la consecuencia de que usaba los dientes como herramientas, aunque no está claro cómo
lo hacía exactamente. Es posible que los usara habitualmente como tenazas. También es posible que mordisquearan las pieles duras de los animales para ablandar el cuero o que royeran la madera para tallarla y hacer sus toscos instrumentos.
Y si un Neanderthal en traje y corbata (o en vestido de noche) llamaría la atención, para qué hablar de uno (o una) en bañador (o bikini). Los Neanderthal eran mucho más musculosas, sobre todo en el cuello y los hombros, que el más fornido culturista de hoy día. También los huesos de sus extremidades, que debían sostener toda la fuerza de esas masas musculosas al contraerse, eran mucho más gruesos que los nuestros. Sus brazos y piernas nos habrían parecido demasiado gruesos y rechonchos, porque las partes inferiores de sus cuatro extremidades eran comparativamente más cortas que las nuestras. Hasta sus manos eran más fuertes; si nos hubieran estrechado la mano podrían habernos roto un hueso. Si bien su altura media era de 1,60 metros, pesaban en promedio unos 10 kilos más que un humano moderno de esa altura, y ese exceso de kilos no era grasa, sino huesos y músculos.
Hay otra posible diferencia anatómica que causa cierta intriga, si bien su realidad así como su interpretación son dudosos, pues las pruebas fósiles aún no permiten una respuesta definitiva. Pero el hecho es que el canal de parto de una mujer Neanderthal parece haber sido más ancho que el de una mujer moderna, lo que permitía que un bebé alcanzara más tamaño dentro del vientre de su madre antes de nacer. De ser así el embarazo de una Neanderthal puede que durara un año, en lugar de los actuales 9 meses.
Aparte de sus huesos fósiles, la mayor fuente de información acerca de los Neanderthal son los instrumentos de piedra que han dejado. Al igual que las herramientas de piedra de los humanos anteriores a ellos, las de los Neanderthal parecen haber sido piedras que se sostenían a mano, sin ningún tipo de empuñadura, y no eran de una forma bien definida según la función a cumplir; tampoco existían los instrumentos de hueso, ni se habían inventado el arco y las flechas.
Algunas de las herramientas de piedra fueron usadas para tallar otras herramientas en madera, de las que casi ninguna se ha conservado. Una notable excepción es una jabalina o lanza arrojadiza: de 2,40 metros de largo, encontrada clavada en las costillas de una especie de elefante que se extinguió hace mucho tiempo, en una excavación arqueológica realizada en Alemania.
A pesar de este afortunado hallazgo, es probable que los Neanderthal no fueran muy buenos en materia de caza mayor: incluso los contemporáneos africanos de los Neanderthal, pese a ser anatómicamente más modernos y evolucionados, eran cazadores más bien mediocres.
Si usted hace la prueba de preguntar a sus amigos con qué asocian la palabra Neanderthal, la mayoría le contestarán "hombre de las cavernas". Si bien es verdad de que la mayor parte de los restos fósiles de Neanderthal proviene de cuevas, esto seguramente se deba a que en las cuevas se conservaron mejor esos restos, pues los depósitos que quedaron al aire libre sufrieron mayor erosión y se destruyeron más rápidamente.
Es posible que construyeran algún tipo de refugios en otras partes, aparte de las cuevas, para defenderse del frío, pero debieron ser muy toscos y precarios: todo lo que queda de ellos son agujeros para postes y algunos montículos de piedra. Hay una larga lista de cosas típicas o representativas de los humanos modernos de las cuales los Neanderthal carecían. En primer lugar no dejaron nada que se pueda considerar inequívocamente como objeto de arte.
Deben haber usado algún tipo de vestimenta para protegerse del frío ambiente, pero esa ropa debió ser muy tosca, pues carecían de agujas y no hay pruebas de que supieran coser.
Parece demostrado que no construían embarcaciones; pues no existe ningún resto de asentamiento Neanderthal en las islas del Mediterráneo, ni tampoco en el Norte de Africa, pese a la corta distancia entre la Península Ibérica -donde los Neanderthal fueron numerosos- y la otra costa del Estrecho de Gibraltar. Tampoco hubo ningún tipo de tráfico de bienes: las herramientas de los Neanderthal están hechas siempre con piedras disponibles a pocos kilómetros del asentamiento.
Hoy en día damos por sentado que entre la gente que habita diferentes áreas deben existir ciertas diferencias culturales. Cada población humana moderna tiene su característico estilo de vivienda, sus implementos típicos y su propio arte. Si a usted le muestran un par de palillos para comer arroz, una botella de vino tinto espumoso y una cerbatana, y le piden que asocie cada objeto con uno de los siguientes tres lugares: China, Italia y la selva amazónica, seguramente no tendrá la menor dificultad en hacerla correctamente. Entre los Neanderthal no parece haber existido tal diversificación cultural, y sus herramientas siempre son las mismas, no importa dónde uno las encuentre. También damos por sentado que debe existir cierto progreso cultural. Nos parece obvio que los utensilios que se encuentren en una villa de la antigua Roma, en un castillo medieval y en un piso de Manhattan de 1989 deben ser diferentes. Y no hay que ir tan lejos: acostumbrados a las calculadoras electrónicas, mis hijos miran hoy con asombro la regla de cálculo que yo usaba en la década de 1950. Pero las herramientas de los Neanderthal de hace 100.000 y de hace 40.000 años son iguales. Para decirlo en pocas palabras, sus herramientas no mostraban ninguna variación ni en el tiempo ni en el espacio como para sugerir la más humana de las características: la innovación.
 
El '''Hombre de Neandertal''' ('''''Homo neanderthalensis''''') es una [[especie]] [[extinta]] del [[género (biología)|género]] ''[[Homo]]'' que habitó [[Europa]] y partes de [[Asia]] occidental desde hace 230.000 hasta 28.000 años atrás, durante el [[Pleistoceno]] medio y superior y culturalmente integrada en el [[Paleolítico medio]]. En un periódo de aproximadamente 5.000 años se cree convivió paralelamente en los mismos territorios europeos con el [[Hombre de Cromagnon |cromañones]], antecesor directo del hombre moderno. Evidencias de esta convivencia se han encontrado en las cuevas de Chatelperron.<ref> Historychannel-capítulo: Clash the caveman</ref>