Diferencia entre revisiones de «Inca Garcilaso de la Vega»

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Sin embargo, su padre se vio obligado a abandonar a la princesa inca a causa de la presión de la corona porque los nobles españoles se casasen con damas nobles españolas, y así lo hizo para matrimoniar con Luisa Martel de los Ríos; sin embargo, no lo hizo sin conceder antes a su madre una cuantiosa dote, que le sirvió para casarse con Juan del Pedroche, un soldado peninsular, de la que tendría el inca dos mediohermanas, Luisa de Herrera y Ana Ruiz. Su adolescencia estuvo, sin embargo, ensombrecida por las cruentas guerras civiles del Perú, y él y su padre padecieron la persecución de los rebeldes [[Gonzalo Pizarro]] y [[Francisco de Carvajal]]. Su padre le tuvo en gran estima, como demuestra el hecho del cariño que le demostró su hijo en sus escritos y el hecho de que le legara en su testamento (1559) tierras en la región de Paucartambo y cuatro mil pesos de oro y plata ensayada para que el joven mestizo cursara estudios en España.
 
Y fue poco después de morir su padre, a los veintiún años de edad, el 20 de enero de 1560, cuando Garcilaso salió de Cuzco camino de [[España]], emprendiendo un viaje que se mostró particularmente arriesgado desde Ciudad de los Reyes ([[Lima]]) hasta [[Panamá]] y [[Cartagena de Indias]], para tomar la ruta de los galeones hasta la Habana y las Azores, donde un marinero portugués le salvó la vida antes de llegar a Lisboa. Tras una breve estancia en [[Extremadura]], donde visitó a unos familiares, se estableció en el pueblo cordobés de [[Montilla]] donde residía su tío [[Alonso de Vargas]]. Luego, en 1561, fue a [[Madrid]] a pretender algunas mercedes que se debían a su padre, y allí conoció al conquistador [[Gonzalo Silvestre]], quien le suministraría numerosos datos para su obra ''La Florida''. Desengañado de las intrigas cortesanas (acusaron a su padre no menos que de favorecer al rebelde Gonzalo Pizarro dejándole un caballo que le salvó la vida en una batalla, y tal versión fue apoyada por los cronistas de indias oficiales) pensó en volver a Perú en 1563, pero optó por seguir la carrera [[militar]], como su padre. Abandonó el nombre de Gómez de Figueroa y firmó ya para siempre con el de Garcilaso de la Vega, por el que será más conocido. Como su padre, logró el grado de [[capitán]], y tomó parte en la represión de los [[morisco]]s de [[Granada (España)|Granada]] bajo el mando de don [[Juan de Austria]] y, más tarde, conoció las obras del [[Filosofía|filósofo]] neoplatónico [[León Hebreo]], cuyos ''Diálogos de amor'' traducirá. Entre 1570 y 1571 se entera de la muerte de su madre y de su amado tío Alonso de Vargas; este último le adjudicó bienes en su testamento que hicieron que ya en el futuro no se tuviese que preocupar de su sustento y aun disfrutase de cierta holgura. Poco después, el fallecimiento de su tía política Luisa Ponce le hizo relacionarse indirectamente con [[Luis de Góngora]] y en [[Montilla]] coincidió con [[Miguel de Cervantes]], que recaudaba fondos para la corona. Y parece ser que Cervantes conocía las obras del insigne mestizo: había leído la traducción por Garcilaso de los ''Diálogos de amor'' de León Hebreo. Los bienes heredados de su tía acrecentaron aún más su bienestar económico y le posibilitaron entregarse a la cultura. En [[1590]], muy probablemente dolido por la poca consideración en que se le tenía en el [[ejército]] por su condición de mestizo, dejó las [[arma]]s y entró en [[religión]]. Frecuentó los círculos humanísticos de [[Sevilla]], [[Montilla]] y [[Córdoba (España)|Córdoba]] y se volcó en el estudio de la [[historia]] y en la lectura de los [[poeta]]s clásicos y renacentistas. Fruto de esas lecturas fue la celebrada traducción del [[Idioma italiano|italiano]] que el Inca Garcilaso hizo de los ''Diálogos de amor'' de León Hebreo, que dio a conocer en [[Madrid]] el mismo año de su retiro. Se trasladó a [[Córdoba (España)|Córdoba]] en 1591, y se relacionó con algunos doctores, como el [[jesuita]] [[Juan de Pineda]], quien le insitóinstó a preparar un comentario piadoso de las ''Lamentaciones de Job''. Buscó relaciones de soldados asistentes a la conquista de La Florida y encontró dos, la de Alonso Carmona y la de Juan Coles, que le obligaron a retocar lo que ya tenía escrito sobre [[Hernando de Soto]]. En 1605 publicó el resultado en Lisboa con el título ''La Florida''.