Diferencia entre revisiones de «María Antonieta de Austria»

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María Antonieta intenta influir en la política del Rey nombrando y destituyendo ministros caprichosamente o siguiendo los consejos interesados de sus amigos. Así, por una cabezonería, se inmiscuye en el caso Guines (embajador en [[Londres]], acusado de una conspiración para llevar a Francia a la guerra), que provoca la caída en desgracia de [[Anne-Robert Jacques Turgot|Turgot]]. El barón Pichler, secretario de María Teresa I, resume con mucho tacto la opinión general y escribe:
 
{{cita|Ella no quiere ser gobernada, ni dirigida, ni siquiera guiada por las personas entendidas. [[Mercy]]Esta es la cuestión hacia la cual todos sus pensamientos parecen, hasta el presente, estar concentrados. Fuera de esto, no reflexiona demasiado, y el uso que ha hecho, hasta el momento, de su independencia es evidente, pues sólo se ha preocupado de la diversión y la frivolidad.}}
 
Una verdadera campaña de desprestigio se monta contra ella desde su acceso al trono. Circulan los panfletos, se la acusa de tener amantes (el [[Carlos X de Francia|conde de Artois]], su cuñado o el conde sueco [[Hans Axel de Fersen]]) e incluso de mantener relaciones con mujeres (con la condesa de Polignac o la princesa de Lamballe); de despilfarrar el dinero público en frivolidades o en sus favoritos; de seguirle el juego a Austria, dirigida por su hermano [[José II de Habsburgo|José II]]. Hay que reconocer, sin embargo, que ella ha hecho todo lo posible para favorecer al partido anti-austríaco, deponiendo de su cargo a [[Emmanuel Armand de Vignerot du Plessis|D’Aiguillon]] y sustituyéndolo por Choiseul, pero todo había sido en vano. [[Palacio de Versalles|Versalles]] se queda vacío, huyen los cortesanos desdeñados por la reina y los que no tienen los medios suficientes para sostener los gastos de la Corte.