Diferencia entre revisiones de «Conquista de México»

Contenido eliminado Contenido añadido
Alucard8a (discusión · contribs.)
Sin resumen de edición
m Revertidos los cambios de Alucard8a (disc.) a la última edición de 189.191.67.4
Línea 75:
[[Archivo:Cortés Ruta Cuba-Tenochtitlan.png|thumb|Ruta de [[Hernán Cortés]] en la conquista de [[México-Tenochtitlan]].]]
Cortés se dirigió a la isla de [[Cozumel]] siguiendo el trayecto de sus antecesores. En el camino la embarcación capitaneada por [[Francisco de Morla]] sufrió una avería, lo cual retrasó a las demás naves que tuvieron que auxiliarla.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. XXV, p.113-115</ref> La embarcación de [[Pedro de Alvarado]] llegó a Cozumel dos días antes, lo cual molestó a Cortés quién mandó castigar al piloto.
 
Melchorejo y de la expedición de [[Juan de Grijalva|Grijalva]] a la esclava jamaiquina.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. VIII, p.75</ref> Cortés envió a estos intérpretes en busca de los jefes mayas de la isla, mandando decirles que la visita era pacífica. Al principio el jefe supremo o ''[[halach uinik]]'' y los jefes secundarios o ''[[batab]]'' de la isla se negaron a entrevistarse con los recién llegados.
De la expedición de [[Francisco Hernández de Córdoba, descubridor de Yucatán|Hernández de Córdoba]] llevaban al intérprete bautizado como Melchorejo y de la expedición de [[Juan de Grijalva|Grijalva]] a la esclava jamaiquina.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. VIII, p.75</ref> Cortés envió a estos intérpretes en busca de los jefes mayas de la isla, mandando decirles que la visita era pacífica. Al principio el jefe supremo o ''[[halach uinik]]'' y los jefes secundarios o ''[[batab]]'' de la isla se negaron a entrevistarse con los recién llegados.
 
Tres días después se presentó ante Cortés una persona que se dijo señor de toda la isla. Tras una larga charla, Cortés le habló sobre el rey de España y la fe católica, además de recalcar sus intenciones pacíficas si toda la gente de la isla se subordinaba ante España. Aquel ''[[halach uinik]]'' aceptó las condiciones y mandó llamar a otros ''[[batab]]ob'' de la isla.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. X, p.19-21</ref> Unos días después todos los pueblos volvían a su vida habitual, abandonando aparentemente el culto a sus dioses y adorando a la cruz cristiana y a una imagen de la Virgen que Cortés les instaló.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap.XIII, p.24-25</ref>
En este lugar, Cortés confirmó la presencia de otros dos españoles que hacia ocho años habían naufragado en el [[golfo de Darién]] y tras sobrevivir en un bote habían sido arrastrados por la corriente hasta las costas de la península donde fueron hechos prisioneros por los mayas. De estos náufragos ya había escuchado hablar Cortés en Cuba y quería contactarlos para rescatarlos. Por recomendación del ''halach uinik'', Cortés envió «cuentas verdes» como pago de rescate a los captores y escribió una carta dirigida a los náufragos, la cual confió a dos habitantes de la isla para que la entregaran en secreto y pagaran el rescate. Además mandó dos barcos para que se acercaran lo más posible a aquellas costas, y esperaran como apoyo, el escape de los náufragos.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. XXVII, p.116-120</ref>
En este lugar, Cortés confirmó la presencia de otropara reparar la embarcación capitaneada por [[Juan oani'' que abandonase a sus dioses y que prohibiese los sacrificios humanos. También averiguó los lugares de donde procedía el oro. Ante el asombro y disgusto de los sacerdotes mexicas, se derribaron las efigies de sus dioses, se impusieron imágenes cristianas y se celebró una misa en la cúspide de el [[Templo Mayor]].<ref name="Pereyra XIV">Pereyra, ''op.cit.'' cvencido engañó a los españoles fingiendo tener intenciones de pactar pero sólo con el objetivo de ganar tiempo y recibir ayuda desde Tenochtitlan.un ''teocalli'' para mostrar al tesorero Julián de Alderete, la ciudad de Tenochtitlan que se encontraba a trece kilómetros de distancia. El licenciado Alonso Pérez, notó cierta melancolía en la expresión del conquistador yos bergantines que había venido construyendo.
 
Seis días les estuvieron esperando en esa costa sin tener noticia de los náufragos ni de los mensajeros enviados. Al ver que esta situación no cambiaba, ambas naves decidieron regresar a Cozumel a encontrarse con Cortés para notificarle la situación. Dos días después Cortés decidió continuar su trayectoria hacia [[Veracruz]], sin embargo, el mal tiempo les obligó a detenerse en la costa de la [[península de Yucatán]] y regresar a la isla para reparar la embarcación capitaneada por [[Juan de Escalante]] que se había dañado. Al día siguiente, llegó a la isla una canoa con nativos y con el náufrago [[Jerónimo de Aguilar]], a quién por su aspecto confundieron con uno de los mayas. Tras entrevistarse con [[Andrés de Tapia]] fue llevado ante Cortés, se unió a la expedición y actuó en adelante como intérprete maya-castellano.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. XII, p.22-24</ref>
 
Aguilar declaró haberse entrevistado con otro compañero náufrago sobreviviente llamado [[Gonzalo Guerrero]], pero éste se había adaptado a la vida de la [[cultura maya]] y prefirió quedarse en Yucatán, pues en la población donde vivía había sido nombrado capitán de guerreros o ''[[nacom]]'', era casado y tenía tres hijos. Antes de partir y por consejo de Jerónimo de Aguilar, el ''halach uinik'' de Cozumel pidió a Cortés una carta o salvoconducto que describiera que la población no fuese agredida por futuras expediciones españolas a la isla, la cual fue otorgada.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. XXIX, p.121-124</ref> El [[4 de marzo]] de [[1519]] los conquistadores españoles zarparon de Cozumel despidiéndose amigablemente de los mayas de la isla.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, XXX, p.124</ref>
[[Archivo:Malinche Tlaxcala.jpg|thumb|[[La Malinche|Doña Marina o Malintzin]], traduce para [[Hernán Cortés]] ''Lienzo de Tlaxcala''.]]
 
La flota prosiguió el viaje costeando hasta [[Tabasco]]. En Potonchan decidieron aprovisionarse de agua y comida. Los mayas [[Chontal de Tabasco|chontales]], habitantes del lugar, permitieron el aprovisionamiento y les pidieron irse, pues no tenían suficiente comida para entregar a los expedicionarios. Cortés se negó y ordenó el desembarco.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. XVIII, p.28-31</ref> Infructuosamente intentó por medio de Melchorejo y de Jerónimo de Aguilar más suministros de comida y oro. El intérprete maya aprovechó la oportunidad para escapar y aconsejó a los mayas chontales realizar el ataque; ante la negativa y amenazas de los nativos que se preparaban para la guerra, Diego de Godoy leyó el [[Requerimiento (Historia de América)|requerimiento]] dándose la [[batalla de Centla]] el [[14 de marzo]] de [[1519]].<ref name="Thomas 12">Thomas, ''op.cit.'' cap.12, p.193-210</ref>
 
Los españoles lograron la victoria gracias a la superioridad de armas y en especial al temor que los nativos tenían a los [[caballo]]s.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. XXXIV, p.135-138</ref> En el lugar, el capellán [[Juan Díaz (capellán)|Juan Díazofici]]ó la que sería la primer misa católica en tierra firme de la Nueva España y Hernán Cortés fundó el 25 de marzo de 1519, el poblado al que bautizado con el nombre de [[Santa María de la Victoria]].<ref name="Thomas 12" />
Una vez vencidos, los mayas chontales entregaron como prenda de paz veinte mujeres, entre las que se encontraba una esclava de nombre [[Malintzin|Mallinalli Tenépatl]], llamada así —Tenépatl— por su facilidad de palabra,<ref name="Menéndez">Menéndez, ''op.cit.''</ref> la cual fue bautizada y conocida por los españoles como ''doña Marina'' —o ''Malintzin'' por los indígenas—, quien se convirtió en intérprete a partir de entonces ya que conocía el [[idioma maya]] y el [[náhuatl]]. De esta forma, [[Gerónimo de Aguilar|Jerónimo de Aguilar]] tradujo del español al maya, y doña Marina del maya al náhuatl para comunicarse con los [[mexicas]].<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. XXXVII, p.145-148</ref>
 
Malintzin, quien más tarde tuvo un hijo de Cortés que se llamó [[Martín Cortés (el Mestizo)|Martín]] (apodado «el Mestizo») —igual que [[Martín Cortés]], el otro hijo que tuvo el propio Cortés con su esposa española Juana de Zúñiga—, habría de convertirse en figura medular de la conquista, no sólo por ser intérprete invaluable, sino porque con su presencia y actuación fue personaje clave en el surgimiento de una nueva raza, verdadero fruto supremo de la [[epopeya]]. De aquí que ella sea considerada como la madre y el símbolo del mestizaje que, casi medio milenio después, es representativo de la nacionalidad mexicana.<ref name="Menéndez" />
 
Y con relación a Cortés, sus propios colegas habrían de referirse a él como ''Malintzine'' que significa ''amo de Malintzin''.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. LXXIV, p.258; Muñoz, ''op.cit.'' libro II cap. II</ref> Así se expresa Bernal Díaz del Castillo, refiriéndose a Cortés como ''Malinche''. Años más tarde el apelativo fue confundido y usado para referir a doña Marina, como ''<la Malinche>''.<ref>{{cita web |url=http://www.tihof.org/honors/malinche-esp.htm |título=''Malinche: ¿Creadora o traidora?''|fechaacceso=27 de noviembre |añoacceso=2008 |autor= |apellido=Conner |nombre=Michael}}</ref>
 
==== Fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz ====
[[Archivo:Ventanas de Buitón, Veracruz y San Juán de Ulúa - Grabado Siglo XVI - Veracruz, Veracruz. México.jpg|thumb|Grabado de [[San Juan de Ulúa]] del [[siglo XVI]].]]
Los españoles continuaron hacia el norte y llegaron el [[22 de abril]] de [[1519]] a Chalchicueyecan, lugar previamente bautizado por Grijalva como [[San Juan de Ulúa]]. Para los mexicas era el año 1-caña y el ''calpixque'' en turno del emplazamiento de Cuextlan era Teudile,<ref name="Thomas 13">Thomas, ''op.cit.'' cap.13, p.211-223</ref> quien asistido por el sacerdote de Yohualichan, formó una pequeña comitiva de bienvenida. Siguiendo las órdenes previas de [[Moctezuma Xocoyotzin]], se acercaron a los recién llegados en una canoa para preguntar por el señor al mando de las embarcaciones.<ref>León, ''op.cit.'' Cap.III </ref> Moctezuma estaba convencido que se trataba de Quetzalcóatl, había enviado previamente diversos regalos, objetos de oro y máscaras con turquesas. Cortés les entregó cuentas de vidrio verdes y amarillas, una silla y un casco, éste último, a los ojos de los mexicas, evocaba al dios de la guerra [[Huitzilopochtli]]. Habiendo desembarcado, y con el objeto de hacer alarde de su poderío militar e impresionar a los embajadores, Cortés organizó en la playa una carrera de caballos con disparos de artillería. Casi de inmediato salieron mensajeros hacia Tenochtitlan con los informes para el ''tlatoani''.<ref name="Sahagun IV">Sahagún, ''op.cit.'' Libro Dozeno, cap. IV, p.703-705</ref>
 
Tan pronto recibió las noticias de lo que sucedía en la costa, Moctezuma Xocoyotzin quedó impresionado, ya no estaba convencido del regreso de Quetzalcóatl, pensó que podría tratarse de [[Tezcatlipoca]] o incluso Huitzilopochtli.<ref name="Sahagun IV" /> Asustado, el ''huey tlatoani'' envió mensajes con evasivas, diciendo a los españoles que le resultaría imposible recibirles en [[México-Tenochtitlan]]. Les sugirió marcharse lo antes posible y envió nuevamente ricos presentes. La respuesta del ''tlatoani'' sólo excitó la codicia de los soldados: Cortés y sus hombres se dieron cuenta que la riqueza del imperio era grande y que los pueblos sometidos resentían la dominación mexica, por lo que decidió avanzar hacia el interior.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. XXVII, p.43-44</ref>
 
Conforme a la ley española, si se fundaba una ciudad con [[cabildo]], ésta era autónoma, así que entre el 5 y 10 de julio de 1519 se creó la [[Historia de Veracruz|Villa Rica de la Vera Cruz]] que eligió cabildo inmediatamente.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. XLII, p.162-165</ref> Era un plan elaborado meticulosamente por Cortés, quien había analizado y comentado entre sus colegas la posibilidad de dar este paso mucho antes a la salida de Cuba; sabía por supuesto, que los seguidores de Velázquez se opondrían, por tal motivo, envió a [[Francisco de Montejo]] y [[Juan Velázquez de León]] en una misión de reconocimiento que tuvo el objetivo oficial de buscar un mejor emplazamiento para el campamento.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap.XLIII, p.165-167</ref>
 
Durante la ausencia de dichos capitanes, Cortés fingió estar decidido a regresar a Cuba, pues de acuerdo a las instrucciones de Velázquez, los objetivos ya se habían conseguido. Las «protestas» de sus amigos en favor de continuar la estancia en los territorios y poblar el lugar, cubrieron apariencias ante los ojos de los velazquistas. Sólo un engaño para hacerles creer el fingimiento del caudillo.<ref name="Thomas 14">Thomas, ''op.cit.'' cap.14, p.224-241</ref> Cortés convocó una asamblea, se hizo de rogar para dimitir al cargo de ''capitán general del gobernador de Cuba'' que le había conferido Diego Velázquez junto a sus instrucciones,<ref name="Cervantes 2" /> e hizo que las nuevas autoridades lo «eligieran» ''capitán general de una nueva expedición'' que sólo debería obediencia al [[rey de España]] y de esta manera se desvinculó de la autoridad de las islas. Desde luego los regidores y funcionarios de la nueva villa fueron sus allegados.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. XXX, p.47-48</ref> Fueron nombrados alcaldes [[Alonso Hernández Portocarrero]] y [[Francisco de Montejo]], quien más tarde sería nombrado ''adelantado'' en la [[Conquista de Yucatán]], para que de esta manera éste último quedara implicado en la conspiración. Como regidores fueron nombrados [[Alonso de Ávila]], [[Pedro de Alvarado]], Alonso de Alvarado y [[Gonzalo de Sandoval]], como alguacil mayor [[Juan de Escalante]] y como procurador general Francisco Álvarez Chico. Fue así como surgió el primer ayuntamiento de México.<ref name="Thomas 14" />
 
Se redactó la ''[[Cartas de relación|Carta del Cabildo]]'', fechada el [[10 de julio]], en la cual «el [[concejo]]» comunicó a [[Carlos I de España|Carlos I]] la fundación de la villa, la designación como ''capitán general y justicia mayor'' de Hernán Cortés y se suplicó reiteradamente no otorgar el nombramiento de ''adelantado'' a Diego Velázquez, pues se le acusó de no haber administrado correctamente los asuntos de Cuba. Incluso se pidió un [[juicio de residencia]] para el gobernador; en el texto se describieron las tierras descubiertas y se anexó el [[Quinto del Rey|quinto del rey]].<ref>Cortés / Hernández, ''op.cit.'' Primera carta p.43-81</ref> Para el envío se designó como procuradores y representantes ante el rey a los alcaldes Francisco de Montejo y Alonso Hernández Portocarrero, quienes debían viajar directamente a España con el piloto [[Antón de Alaminos]], pero desobedecieron las órdenes haciendo escala en Cuba, donde rápidamente las noticias y rumores llegaron hasta Santiago.<ref name="Thomas 15">Thomas, ''op.cit.'' cap.15, p.242-263</ref> Velázquez envió a Gonzalo de Guzmán y Manuel Rojas en persecución de los emisarios de Cortés, junto con una carta dirigida al obispo Fonseca a quien solicitaba ayuda.<ref name="Thomas 23">Thomas, ''op.cit.'' cap.23, p.379-400</ref>
 
El gobernador de Cuba denunció el acto de rebeldía ante el licenciado Rodrigo de Figueroa, quien fungía como el nuevo juez de residencia y alcalde mayor de la isla [[La Española]],<ref name="carta DV" /> y comenzó a organizar un ejército para capturar a Cortés. Por otra parte, en España, cuando el almirante [[Diego Colón y Moniz Perestrello]] se enteró de los acontecimientos, escribió una carta al rey solicitando que no fallase ni a favor de Velázquez, ni a favor de Cortés, pues reclamaba para sí, los derechos de las [[capitulaciones de Santa Fe]] que incluían estos territorios.<ref>Colón y Moniz / Falcó, ''op.cit.''</ref>
 
=== La conquista ===
==== Alianza con los totonacas e inicio de la guerra política ====
[[Archivo:Codex azcatitlan222.jpg|thumb|Cortés avanzando con ayuda de ''[[tameme]]s'', ''Códice Azcatitlan''.]]
Cortés se dirigió hacia [[Quiahuiztlán]] y [[Cempoala]] ambos, pueblos [[Cultura totonaca|totonacas]] que eran tributarios de los mexicas. Los gobernantes o ''teuctlis'' habían conocido a Juan de Grijalva, logrado una buena relación con los españoles. El ''teuctli'' de Cempoala fue descrito como un hombre gordo con poca movilidad para desplazarse pero que, al igual que el ''teuctli'' de Quiahuiztlán, recibió amistosamente al contingente español. En la entrevista, Cortés prometió ayudar a liberarlos del tributo a los mexicas, a cambio de sellar una alianza militar de españoles y totonacas. Ahí empezó la insidia política genial de Cortés que habría de permitirle capitanear una rebelión de pueblos sometidos que sería determinante en la conquista de los territorios del Imperio mexica.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. XXXIV, p.54-55</ref>
 
Durante esos días llegaron, de forma regular, cinco recaudadores de Moctezuma para cobrar los tributos pero Cortés aconsejó no pagarles y ponerles bajo arresto. Con temor, los totonacas siguieron el consejo. El caudillo español jugaba un doble papel: se entrevistó con los recaudadores y puso a dos de ellos en libertad fingiendo no conocer la actitud de los totoncas, además envió un falso mensaje de paz al ''tlatoani'' de Tenochtitlan, prometiendo ayudarlo para someter a los «alzados».<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. XXXIII, p.52-54</ref> A la mañana siguiente, Cortés reclamó a los ''teuctlis'' totonacas el «escape» de los dos recaudadores, y fingiendo enojo, hizo conducir a los tres restantes a las embarcaciones. La estratagema del caudillo era obtener el apoyo incondicional del pueblo totonaca y engañar a Moctezuma.<ref name="Pereyra IX">Pereyra, ''op.cit.'' cap. IX, p.86-106</ref> Días más tarde, llegó una segunda embajada de Moctezuma, esta vez a cargo de Motelchiuh y dos sobrinos de [[Cacamatzin]], que llegaron con regalos y agradeciendo el apoyo que ofrecía Cortés para someter a los «alzados». Éste habló de forma secreta con el ''teuctli'' de Quiahuiztlán, a quien dijo que ya podía considerarse libre de su yugo y le recomendó «liberar» a los otros tres recaudadores. Motelchiuh regresó feliz a Tenochtitlan con los recién liberados.<ref name="Thomas 15" />
 
En Tizapancingo un grupo de mexicas comenzó a organizarse para someter a pueblos totonacas que dejaron de pagar tributo. Cortés asistió con la [[caballería]] y pudo vencerlos rápidamente, lo que convenció a los ''teuctlis'' de Quiahuiztlán y Cempoala de la efectividad de las fuerzas españolas y no dudaron en refrendar la alianza.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. LI, p.185-190</ref> Treinta pueblos totonacas se reunieron en Cempoala para sellar la alianza y marchar juntos a la conquista de [[Tenochtitlan]], ofreciendo un gran número de ''[[tamemes]]'' para transportar la artillería de los europeos.
 
Los totonacas aportaron mil trescientos guerreros a la empresa de Cortés.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. XLIV, p.67-70</ref> Sus comandantes principales fueron Mamexi, Teuch y Tamalli. El acuerdo se realizó sobre la base de que, una vez derrotados los [[mexicas]], la nación totonaca sería libre.<ref>Solís, ''op.cit.'' libro II, cap. IX a X, p.91-96</ref> Las ciudades de Cempoala y Quiahuiztlán fueron bautizadas respectivamente como Nueva Sevilla y Archidona, pero dichos nombres no subsistieron.<ref name="Thomas 15" />
 
==== Destrucción de naves y conato de deserción ====
{{VT|Juan de Escalante}}
[[Archivo:Van Beecq - Cortés sinkink ships.jpeg|thumb|[[Hernán Cortés]] mandó hundir sus naves («Cortés dio con los navíos al través») grabado de ''Van Beecq''.]]
Después de la partida de los emisarios, Alonso de Grado y [[Alonso de Ávila]] fueron nombrados alcaldes sustitutos de la Villa Rica de la Vera Cruz. Poco después de dicho nombramiento, un grupo inconforme de amigos de Diego Velázquez decidió regresar a Cuba, entre los que estaban fray [[Juan Díaz (capellán)|Juan Díaz]], [[Juan Velázquez de León]], [[Diego de Ordás]], Alonso de Escobar, Juan Escudero, el piloto Diego Cermeño, y los marineros Gonzalo de Umbría y Alfonso Peñate.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. XLI, p.64-65</ref> Ante la situación se celebró un consejo de guerra presidido por Cortés y organizado por el regimiento de la villa con el respaldo de los nuevos alcaldes. Como resultado Juan Escudero y Diego Cermeño fueron sentenciados a morir en la horca, a Gonzalo de Umbría se le cortó parte de un pie, y a los demás se le puso bajo arresto. Cuando los amotinados fueron puestos en libertad, se convirtieron en incondicionales del caudillo.<ref name="Thomas 15" /> Adicionalmente, como medida preventiva para futuras conspiraciones, Cortés mandó barrenar y hundir la mayor parte de los barcos.<ref>Pereyra, ''op.cit.'' cap.IX, p.104-106 Nota: El barrenado de las naves consta en todas las [[crónicas de Indias]], en probanzas y declaraciones de los protagonistas; Antonio de Solís comparó este hecho con Agatocles quemando su flota en Sicilia; López de Gómara comparó a Cortés con Omich Barbarroja quien quebró siete galeotas para tomar Bujía; Prescott evocó a Juliano cuando puso fuego a la flota en el Tigris; pero la leyenda de la «quema de naves» se debe al historiador novohispano del siglo XVI Juan Suárez Peralta, quien en su crónica desfiguró los hechos con total desenvoltura.</ref> A manera de excusa se dijo que las embarcaciones eran «innavegables» y dicha declaración fue respaldada por los seguidores de Cortés.<ref name="Thomas 15" /> de acuerdo a la crónica de Díaz del Castillo, quienes pretendían desertar se vieron obligados a continuar en la empresa. Los que estaban a favor de la aventura, no necesitaban artificios para decidirse: ''Pues, ¿de qué condición somos los españoles para no ir adelante, y estarnos en partes que no tengamos provecho de guerra?''.
 
El [[alguacil|alguacil mayor]] de la Villa Rica, [[Juan de Escalante]], quedó al cuidado de la guarnición con un pequeño grupo de soldados, en su mayoría viejos y heridos; las órdenes de Escalante incluían brindar el apoyo necesario al pueblo totonaca, ante eventuales hostilidades que perpetrasen los mexicas y vigilar la costa.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap.LVIII, p.206-208</ref>
 
Mientras tanto, el gobernador de la isla de [[Jamaica]], [[Francisco de Garay]], envió una expedición de exploración con tres navíos y doscientos setenta hombres al mando de [[Alonso Álvarez de Pineda]] al [[Golfo de México]]. Después de haber navegado desde la [[Florida]] hasta el [[río Pánuco]] fueron avistados por Escalante, quien de inmediato avisó a su capitán. Cortés creyó que eran embarcaciones enviadas por Velázquez y decidió poner una trampa en la playa para capturar a los nuevos expedicionarios, pero la argucia sólo funcionó con siete hombres que desembarcaron en un [[bajel]] y el resto de la expedición pudo regresar a Jamaica.<ref>Solís, ''op.cit.'' libro 1, cap. XIV, p.104-106</ref> El [[16 de agosto]] de [[1519]] Cortés con el resto de los españoles y un gran contingente de aliados totonacas comenzó la marcha hacia la ciudad de [[México-Tenochtitlan]].<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. LXI, p.212-213</ref>
 
==== Alianza con los tlaxcaltecas ====
{{VT|Historia prehispánica de Tlaxcala|Xicohténcatl}}
Al inicio, la trayectoria de los conquistadores no fue fácil. Pasaron por Ixcalpan (Rinconada) y después [[Xalapa]], donde fueron bien recibidos, así como Xicochimalco. Continuaron a Monte Grande, que tomo el nombre de Puerto de Dios, y siguieron a [[Teoizhuacán]] y [[Ayahualulco]]; cruzaron la [[Sierra de Puebla]] por el [[Cofre de Perote]] con abastecimiento muy limitado de agua; se dirigieron hacia el norte pasando por los poblados de [[Altotonga]], Xalacingo y [[Teziutlán]] hasta llegar a [[Zautla]], donde fueron recibidos por el gobernante local ''Olintetl''. Cuando éste fue cuestionado para saber si era tributario de los mexicas, su respuesta fue: ''«¿Acaso existe alguien que no sea vasallo de Moctezuma?''».<ref name="Thomas 16">Thomas, ''op.cit.'' cap.16, p.264-278</ref> Durante la entrevista Cortés intentó convencerlo para dejar de tributar y aceptar la corona española, pero Olintetl se rehusó pues en el lugar se encontraba apostado un grupo de guerreros mexicas; no obstante, los españoles fueron bienvenidos y hospedados. El ''teuctli'' de Ixtacamaxtitlán, quien también era vasallo de Moctezuma, envió una invitación a los españoles y trató de convencerlos de seguir su ruta hacia Cholula para evitar el cruce por territorios tlaxcaltecas, pero Mamexi advirtió a Cortés de una posible celada y le propuso enviar mensajeros de paz a los dirigentes tlaxcaltecas para conformar una alianza en contra de los mexicas. Cortés, convencido de la fidelidad de los totonacas, siguió el consejo y prosiguió el itinerario preestablecido.<ref name="Pereyra X">Pereyra, ''op.cit.'' cap. X, p.109-126</ref>
 
[[Archivo:Ruta de Cortés.svg|550px|center|thumb|<center>Recorrido de la expedición de [[Hernán Cortés]].</center>]]
 
Tlaxcala era una confederación de ciudades-estados unidas en una [[república]] gobernada por los integrantes de un [[senado]].<ref>{{cita web |url=http://www.e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/tlaxcala/mpios/29033a.htm |título=Tlaxcala-Historia |fechaacceso=28 de noviembre de 2008|añoacceso= |autor=Enciclopedia de los municipios de México}}</ref> Tenochtitlan, estaba organizada de forma similar a un [[imperio]]; desde [[1455]] el poderío azteca estaba conformado sobre la base de una [[Triple Alianza (México)|triple alianza]] cuyos integrantes eran los señoríos de [[Tetzcuco|Texcoco]], [[Tlacopan]], y [[México-Tenochtitlan|Tenochtitlan]], sin embargo éste último ejercía la hegemonía del poder.<ref>López Austin, ''op.cit.''</ref> En esos años ambas confederaciones rivalizaron y comenzaron las ''[[Xochiyáoyotl|guerras floridas]]'' en contra de [[Huejotzingo]], [[Zona arqueológica de Cholula|Cholula]] y [[Tlaxcala]]. El objetivo principal del ejercicio bélico era la captura de prisioneros.
Bajo estas circunstancias de animadversión llegó Cortés al territorio de Tlaxcala al mando de el ejército totonaca-español, el cual era numéricamente muy inferior con respecto a la densa población de Tlaxcala que se conformaba por los pinomes, los [[otomí]]es y los [[tlaxcalteca]]s, quienes vivían asentados en cientos de pequeñas localidades.<ref name="Thomas 16" /> El senado de Tlaxcala ya estaba enterado de los españoles y cuando recibieron a los mensajeros se reunieron para deliberar la propuesta de Cortés. Los principales representantes eran [[Xicohténcatl el viejo|Xicohténcatl Huehue «el Viejo»]], Maxixcatzin, Citlalpopocatzin y Hueyolotzin.<ref name="Pereyra X" /> Al igual que los mexicas, los tlaxcaltecas consideraban a los españoles como semidioses pues las noticias al respecto de sus caballos y sus armas los habían impresionado. Maxixcatzin se inclinó por sellar la alianza y luchar contra sus acérrimos rivales, pero [[Xicohténcatl Axayacatzin]] argumentó la posibilidad de que los españoles no fueran semidioses, creyendo que la ambición que habían mostrado por el oro, los pequeños hurtos en los pueblos, la destrucción de templos y el desprecio de leyes ancestrales evidenciaba más un comportamiento humano que divino. La resolución fue atacar a los recién llegados: de lograrse la victoria se daría crédito a la nación tlaxcalteca, en caso de derrota se culparía a los otomíes de haber actuado en desobediencia a las órdenes del senado y se firmaría la alianza.<ref name="Solís XVI">Solís, ''op.cit.'' libro II, cap. XVI, p.109-112</ref>
[[Archivo:Xicotencatl-Cortes.jpg|thumb|[[Hernán Cortés]] y [[Xicohténcatl]], ''Lienzo de Tlaxcala''.]]
El [[2 de septiembre]] de [[1519]] un grupo de quince indígenas sirvió de anzuelo, se dejó perseguir por los extranjeros hasta el desfiladero de Tecóac, donde Xicohténcatl Axayacatzin había preparado una emboscada con un gran número de guerreros otomíes. Ante la situación el propio Cortés leyó el [[requerimiento (Historia de América)|requerimiento]] pero no fue atendido.<ref name="Pereyra X" /> Al grito de ''«¡Santiago y cierra España!»'' se entabló la primera batalla,<ref name="Thomas 17">Thomas, ''op.cit.'' cap.17, p.279-288</ref> cuyo resultado fue favorable para los españoles a pesar de encontrarse en desventaja numérica. Durante la noche que siguió, Cortés y sus hombres consideraron por primera vez la posibilidad de que su reducido ejército fuese aniquilado, estableciendo su campamento en el cerro de Tzompachtepetl.<ref name="Thomas 17" />
 
Buscando siempre la alianza, Cortés envió mensajeros de paz recibiendo una respuesta de Xicohténcatl irónica: ''«¿Paces?, ciertamente, las celebraremos, venid a Tlaxcala en donde esta mi padre. Allí haremos los paces, hartándonos de vuestras carnes y honrando a nuestros dioses con vuestros corazones»''.<ref name="Pereyra X" /> A pesar del anuncio de exterminio los caballos, las armas y las tácticas militares españolas se impusieron a los tlaxcaltecas, quienes atacaban de forma inarticulada, sin cooperar entre sí, tratando siempre de capturar enemigos en lugar de liquidarlos.<ref name="Pereyra X" />
 
De cualquier forma, las subsecuentes batallas no fueron victorias fáciles para el ejército conformado por españoles y totonacas. Por su parte, Xicohténcatl envió espías con comida y regalos a la guarnición española, pero éstos fueron descubiertos rápidamente. Cortés ordenó amputarles manos y pulgares a manera de escarmiento. El espionaje tlaxcalteca resultó un fracaso pues los espías delataron la posición y planes de su ejército.<ref name="Thomas 17" /> Durante un nuevo enfrentamiento en los llanos, el cual volvió a ser desfavorable para Tlaxcala, Xicohténcatl tachó de incapaz a su lugarteniente Chichimecatecle dando como resultado la deserción de las tropas de Ocotelulco y Tepetícpac.<ref name="Pereyra X" />
 
Tras evaluar la nueva situación, y considerando las repetidas derrotas, el senado de Tlaxcala ordenó a Xicohténcatl Axayacatzin detener la guerra para negociar un acuerdo de paz.<ref name="Pereyra X" /> [[Xicohténcatl el viejo|Xicohténcatl Huehue]], Maxixcatzin, Citlalpopocatzin, Hueyolotzin y algunos otros señores importantes recibieron a los españoles el [[18 de septiembre]] de [[1519]]. En la reunión se estableció la crucial alianza para hacer frente a los mexicas. Como muestra de paz los tlaxcaltecas regalaron mujeres a los españoles, entre las que se encontraba una hija de Xicohténcatl el viejo, quién se casó con Pedro de Alvarado y fue bautizada como María Luisa Tecuelhuatzin. Los guerreros tlaxcaltecas que combatieron como aliados a partir de ese momento, fueron Piltecuhtli, Aexoxécatl, Tecpanécatl Cahuecahua, Cocomitecuhtli, Quauhtotohua, Textlípitl y Xicohténcatl Axayacatzin. Éste último, sin embargo, nunca estuvo convencido de la alianza.<ref>Muñoz, ''op.cit.'' libro II cap. IV y V</ref>
 
==== Matanza de Cholula ====
[[Archivo:Matanza de Cholula - Lienzo de Tlaxcala.jpg|thumb|[[Matanza de Cholula]], ''Lienzo de Tlaxcala''.]]
{{AP|Matanza de Cholula}}
Antes de dirigirse hacia Tenochtitlan, Cortés llegó a [[Cholula]],<ref>Solís ''op.cit.'' libro III, cap.VI, p.144-147</ref> ciudad tributaria y aliada de los mexicas con una población de treinta mil habitantes, que tenía un arraigado culto a [[Quetzalcóatl]].<ref name="Muñoz V" /> Los tlaxcaltecas no eran amigos de los cholultecas y advirtieron a los españoles no confiar en ellos.<ref name="Díaz LXXXII" /> Una comitiva de cholultecas dirigida por los capitanes Tlaquiach y Ttalchiac, salió al encuentro del ejército de Cortés siendo recibidos y hospedados cuatrocientos españoles y cuatrocientos totonacas dentro de la ciudad, pero los dos mil tlaxcaltecas a quienes consideraban enemigos, debieron acampar en la periferia.<ref name="Muñoz V" /> Durante dos días el trato para los recién llegados fue hospitalario; poco después, las autoridades cholultecas comenzaron a evadir a Cortés y sus capitanes,<ref name="Díaz LXXXII">Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. LXXXII, p.278-281</ref> ya que habían recibido en forma secreta instrucciones de Moctezuma para realizar una emboscada y aniquilar a los españoles.<ref name="López LIX">López de Gómara, ''op.cit.'' cap. LIX, p.90-91</ref> Una anciana que pretendía convertirse en la suegra de [[Malintzin]] confió a ésta lo que se tramaba y poco después la intérprete por su parte alertó a Cortés.<ref name="Muñoz V">Muñoz, ''op.cit.'' libro II, cap. V</ref>
 
A la mañana siguiente el conquistador, anticipándose, capturó a los líderes cholultecas. Con una señal prevista mandó a su ejército a realizar un ataque preventivo,<ref name="Díaz LXXXIII" /> provocando la llamada [[matanza de Cholula]].<ref>Thomas, ''op.cit.'' cap.18, p.289-303 ''.."Los aliados indios disfrutaron obviamente de la oportunidad y "mataron mucha e servieron muy bien como bueno e leales vasallos de su majestad", comentaría en 1565 un conquistador sevillano, Martín López.<nowiki>[74]</nowiki>. Dos días más tarde Cortés puso fin al saqueo de la ciudad.<nowiki>[75]</nowiki> Muchas gentes fueron apresadas y llevadas al sacrificio en Tlaxcala; sólo los escasos cholultecas que habían colaborado con los foráneos se libraron... Tal vez Cortés pretendiera matar sóa a unos cuantos señores de Cholula; pero, una vez iniciado el derramamiento de sangre, algo como una sed sanguinaria se apoderó de sus hombres y éstos mataron a cientos de indios. Ninguno de los conquistadores que participaron en el acontecimiento parece haber realmente deseado hablar posteriormente de él"..''</ref> Más de cinco mil hombres murieron en menos de cinco horas bajo el acero de las espadas españolas y la furia incontrolable de sus aliados tlaxcaltecas y totonacas.<ref name="López LX" /> También se dio la orden de incendiar casas y templos.<ref name="Díaz LXXXIII" /> A pesar de haber sido una acción preventiva, muchas de las víctimas fueron civiles cholultecas que se encontraban desarmados.<ref name="López LX" /> Pocos guerreros ofrecieron resistencia reaccionando hasta después de las dos primeras horas del sorpresivo ataque. Se sospechaba de veinte mil guerreros mexicas acampados en las inmediaciones de la ciudad para reforzar la emboscada; sin embargo, estos nunca aparecieron.<ref name="Díaz LXXXIII" /> Tras la victoria, los españoles se apoderaron del oro y las joyas, mientras que los aliados indígenas tomaron la sal y algodón.<ref name="López LX" /> El contingente español, tlaxcalteca y totonaca permaneció en Cholula durante catorce días.<ref name="Díaz LXXXIII">Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. LXXXIII, p.281-295</ref> Los cholultecas que habían sido tributarios de los mexicas, fueron sometidos y en la derrota, terminaron aliándose a las fuerzas de Cortés.<ref name="López LX">López de Gómara, ''op.cit.'' cap. LX, p.91-92 ''.."Mandó matar a algunos de aquellos capitanes, y los demás los dejó atados. Hizo disparar la escopeta, que era la señal, y arremetieron con gran ímpetu y enojo todos los españoles y sus amigos a los del pueblo. Hicieron conforme al apuro en que estaban, y en dos horas mataron más de seis mil. Mandó Cortés que no matasen niños ni mujeres. Pelearon cinco horas, porque, como los del pueblo estaban armados y las calles con barreras, tuvieron defensa. Quemaron todas las casas y torres que hacían resistencia. Echaron fuera toda la vecindad; quedaron teñidos en sangre. No pisaban más que cuerpos muertos..Se saqueó la ciudad. Los nuestros tomaron el despojo de oro, plata y pluma, y los indios amigos mucha ropa y sal, que era lo que más deseaban, y destruyeron cuanto les fue posible, hasta que Cortés mandó que cesasen"..''</ref>
 
Los conquistadores continuaron su expedición hacia [[Huejotzingo]]; atravesaron entre los dos volcanes vigías del valle, el [[Popocatépetl]] y el [[Iztaccíhuatl]] por un paraje boscoso que hoy lleva el nombre de [[Paso de Cortés]]. Del otro lado, avistaron por primera vez el [[lago de Texcoco]] y la isla de la ciudad de [[México-Tenochtitlan]]. Cruzaron por [[Amecameca|Amaquemecan]] y [[Chalco]]-[[Atenco]], donde embajadores de Moctezuma intentaron convencerlos para detener su marcha. Tras una breve estancia en [[Ayotzingo]] continuaron la marcha hacia [[Mixquic]], [[Tláhuac|Cuitláhuac (Tláhuac)]], [[Pueblo Culhuacán|Culhuacán]] e [[Iztapalapa]]. Al llegar a la ciudad, la población veía con asombro a los europeos y sus caballos.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. LXXXVII, p.304-309</ref>
 
==== Entrada y estancia en Tenochtitlan ====
{{VT|Cuauhpopoca}}
[[Archivo:Murales Rivera - Markt in Tlatelolco 1.jpg|thumb|Vista de [[México-Tenochtitlan]] desde el mercado de [[Zona arqueológica de Tlatelolco|Tlatelolco]], ''mural de [[Diego Rivera]]''.]]
Moctezuma realizó muchos intentos para disuadir a Cortés de avanzar hacia Tenochtitlan. El ''tlatoani'' envió regalos, embajadores e innumerables mensajes para convencer a los españoles de no visitar la ciudad pero todo fue inútil.<ref name="Pereyra XII">Pereyra, ''op.cit.'' cap. XII, p.131-137</ref> Después de haber llegado al [[valle de México]], el ejército compuesto por cuatrocientos españoles, cuatro mil tlaxcaltecas y dieciséis caballos entró el [[8 de noviembre]] de [[1519]] a la ciudad de [[México-Tenochtitlan]], construida en una isla del [[lago de Texcoco]] y unida a tierra por tres calzadas principales.
 
Cortés y sus hombres fueron recibidos por el ''[[huey tlatoani]]'' [[Moctezuma Xocoyotzin]] y un amplio séquito, entre los cuales se encontraban el ''[[tlatoani]]'' de [[Tlacopan]] [[Totoquihuatzin]], el ''tlatoani'' de [[Tetzcuco]] [[Cacamatzin]], [[Cuitláhuac]], [[Tetlepanquetzaltzin]], Itzcuauhtzin, Topantemoctzin, y algunos otros servidores.<ref name="Thomas 19">Thomas, ''op.cit.'' cap.19, p.304-326</ref> Tras una breve presentación, hubo un intercambio de regalos. Cortés entregó a Moctezuma un collar de cuentas de vidrio que se llamaban ''margaritas'' y el gobernante entregó al caudillo un collar con ocho camarones de oro. Posteriormente los españoles fueron alojados en el palacio de [[Axayácatl]], cercano al recinto sagrado de la ciudad. Moctezuma era un guerrero experimentado, pero como hombre supersticioso, continuaba con la idea de que posiblemente los extraños visitantes eran semidioses.<ref name="Thomas 19" /> Se entrevistó de forma privada con Cortés y dio a entender, de acuerdo a diversas crónicas, la sumisión como vasallo del rey [[Carlos I de España]].<ref>Solís, ''op.cit.'' libro III cap. XI, p.160-163</ref>
Mientras tanto en la costa, siguiendo los consejos de los [[conquistadores españoles]], los [[totonacas]] dejaron de pagar el acostumbrado tributo a los [[mexica]]s. El calpixque [[Cuauhpopoca]] dirigió a los guerreros mexicas y comenzó el ataque contra los totonacas, pero estos fueron defendidos por la guarnición española de la Villa Rica de la Vera Cruz. Como resultado de la contienda, los españoles sufrieron siete bajas, entre ellas, [[Juan de Escalante]] quien logró incendiar la población de [[Nautla]] antes de la retirada de sus hombres pero murió más tarde a consecuencia de las heridas.<ref name="Thomas 21">Thomas, ''op.cit.'' cap.21, p.345-358</ref> Las noticias pronto llegaron a Tenochtitlan; desde la costa los mexicas enviaron a Moctezuma, junto con el reporte de la batalla, la cabeza decapitada del soldado español Juan de Argüello como prueba fehaciente de que los europeos eran seres mortales y no dioses. El ''tlatoani'', aterrado al ver la cabeza, prohibió las acciones militares y pidió mantener en secreto la noticia. De forma paralela mensajeros totonacas informaron los mismos sucesos a Cortés.<ref>Solís, ''op.cit.'' libro III, cap.XVIII, p.183-187</ref>
[[Archivo:Murales Rivera - Gold.jpg|thumb|El [[oro]] del ''[[Quinto del Rey|quinto del rey]]'' fue fundido por los [[orfebrería|orfebres]] de [[Azcapotzalco]] para ser enviado a [[España]], ''mural de [[Diego Rivera]]''.]]
Durante la breve estancia, los españoles habían descubierto accidentalmente tesoros escondidos en una de las recámaras principales del suntuoso palacio de [[Axayácatl]]; pero también habían valorado el posible riesgo de una emboscada por parte de los mexicas y por tales motivos decidieron someter a Moctezuma.<ref>Cortés / Hernández, ''op.cit.'' "Segunda Carta" p.125 ''.."que convenía al real servicio de vuestra majestad y a nuestra seguridad, que aquel señor (Moctezuma) estuviese en mi poder y no en toda su libertad, porque no mudase el propósito y voluntad que mostraba en servir a vuestra majestad, mayormente que los españoles somos algo incomportables e importunos y porque enojándose nos podría hacer mucho daño y tanto, que no hubiese memoria de nosotros según su gran poder"..''</ref> El [[14 de noviembre]] Cortés tomó como pretexto los acontecimientos de Nautla para arrestar al ''tlatoani'', exigiendo también castigo para los responsables. Sorprendido, Moctezuma negó haber ordenado el ataque y mandó llamar a [[Cuauhpopoca]], los emisarios mexicas fueron acompañados por [[Francisco de Aguilar]], [[Andrés de Tapia]] y Gutiérrez de Valdelomar. A partir de ese momento el ''tlatoani'' fue vigilado por una escolta española. Cuando regresaron los emisarios, el ''tlatoani'' otorgó el privilegio de juicio a Cortés; el proceso fue breve y se sentenciaron a morir en la hoguera a Cuauhpopoca, a su hijo y quince principales de Nautla. Para prevenir una sublevación, Moctezuma fue entonces sometido con grilletes y se le obligó a presenciar la ejecución. El pueblo mexica, en silencio y expectante, comenzó a dudar de su máximo dirigente por la sumisión mostrada.<ref>Cortés / Hernández, ''op.cit.'' "Segunda Carta" p.127 ''.."Y asimismo les pregunté si lo que allí se había hecho había sido por su mandado y dijeron que no, aunque después, al tiempo que en ellos se ejecutó la sentencia que fuesen quemados, todos a su vez dijeron que era verdad que el dicho Mutezuma se lo había enviado a mandar y que por su mandado lo habían hecho"..''</ref>
 
Permanentemente custodiado, Moctezuma continuó sus actividades cotidianas. Convivió con Cortés y sus capitanes, les mostró la ciudad y los alrededores. Durante los siguientes días el conquistador pidió al ''tlatoani'' que abandonase a sus dioses y que prohibiese los sacrificios humanos. También averiguó los lugares de donde procedía el oro. Ante el asombro y disgusto de los sacerdotes mexicas, se derribaron las efigies de sus dioses, se impusieron imágenes cristianas y se celebró una misa en la cúspide de el [[Templo Mayor]].<ref name="Pereyra XIV">Pereyra, ''op.cit.'' cap. XIV, p.143-156</ref>
 
Se organizaron excursiones para inspeccionar las minas. Gonzalo de Umbría se dirigió hacia [[La Unión (Guerrero)|Zacatula]] en la [[Región Mixteca|región mixteca]]; [[Diego de Ordás]] hacia [[Tuxtepec]] y [[Coatzacoalcos]]; [[Andrés de Tapia]] y Diego Pizarro se dirigieron a la zona de [[Pánuco (Veracruz)|Pánuco]].<ref name="Thomas 22">Thomas, ''op.cit.'' cap.22, p.359-376</ref> Cortés también pidió a Moctezuma solicitar oro a todos los pueblos tributarios de los mexicas. Nuevamente el ''tlatoani'' accedió con la esperanza de que a cambio de entregar esos tesoros, los europeos se retiraran de Tenochtitlan. Para facilitar su transporte y reparto, todo el oro fue fundido en barras por los [[orfebre]]s de [[Azcapotzalco]], separándose el [[Quinto del Rey|quinto del rey]].<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap.CII a CIV, p.374-384</ref>
 
Una pequeña comitiva de españoles fue enviada en búsqueda de oro a Tetzcuco. Los guías eran Netzahualquentzin y Tetlahuehuezquititzin, ambos hermanos de Cacama. Debido a un malentendido, se sospechó de una posible traición de Netzahualquentzin, motivo por el cual fue sentenciado a morir en la horca. Cacama, exacerbado, intentó sublevarse con los señores de Coyoacán, Tlacopan, Iztapalapa, Toluca y Matalcingo,<ref name="Pereyra XIV" /> pero Ixtlilxóchitl, también hermano y a la vez enemigo de Cacama, lo traicionó. Los rebeldes fueron arrestados y Cortés decidió nombrar a [[Coanácoch]] como nuevo ''tlatoani'' de Tetzcuco.<ref name="Thomas 22" /> Días más tarde, [[Pedro de Alvarado]] torturó a Cacama para que éste entregara una mayor cantidad de oro, acción que fue denunciada por Bernardino Vázquez de Tapia durante el [[juicio de residencia]] de Alvarado.<ref>{{cita web |url=http://www.cervantesvirtual.com/portal/exploradores/pcuartonivel.jsp?conten=exploradores&pagina=viajeros2_pedroalvarado.jsp&tit3=1510,+Pedro+de+Alvarado#saltapubli |título=Pedro de Alvarado |fechaacceso= 28 de noviembre 2008 |autor=Exploradores y viajeros por España y el Nuevo Mundo, Cervantes Virtual |cita=''.."Pero junto a sus cualidades militares, Alvarado también se mostraba como un hombre cruel y ambicioso, manifestadas en su afán por saquear los tesoros de México y Tezcoco, para cuya obtención, según acusación de Vázquez de Tapia, no dudó en torturar al rey Cacama"..''}}</ref>
 
Moctezuma le insistió a Cortés que se retirase de la ciudad, pero la respuesta fue negativa. La estancia se prolongó bajo la excusa de no contar con embarcaciones, pues éstas habían sido destruidas. A pesar del malestar social de los mexicas por las acciones de los conquistadores españoles y el abyecto comportamiento del ''huey tlatoani'', éste intentó por todos los medios evitar un levantamiento. A petición de Cortés, dirigió un discurso solemne frente a su pueblo, en el cual, llorando, se reconoció como vasallo de Carlos I y pidió rendir obediencia a los españoles. Creía en las profecías y supersticiones, pero también temía que en caso de un enfrentamiento armado su pueblo fuese masacrado.<ref name="Thomas 22" />
 
Considerando tener un relativo control sobre Tenochtitlan, Cortés envió a la región de Coatzacoalcos a [[Juan Velázquez de León]] con cien hombres con el objetivo de fundar una colonia, para de esta manera, extraer oro y vigilar la costa.<ref name="Thomas 22" /> Rodrigo Rangel fue enviado a Chinantla, y para tranquilizar a Moctezuma, Cortés envió a la Villa Rica de la Vera Cruz, a [[Gonzalo de Sandoval]], Martín López, Andrés Núñez, y Alfonso Yañez con órdenes oficiales de construir nuevas embarcaciones a la vista de los mexicas, pero con instrucciones secretas de realizar los trabajos de la manera más lenta posible.<ref>Solís, ''op.cit.'' libro IV, cap.IV, p.206-209</ref>
 
==== Entrevista de los procuradores con el rey y el Consejo de Castilla ====
Mientras eso ocurría en Tenochtitlan, los procuradores de la Villa Rica de la Vera Cruz, [[Alonso Hernández Portocarrero]] y [[Francisco de Montejo]], habían llegado a [[Sevilla]]. Era octubre de [[1519]] cuando el obispo [[Juan Rodríguez de Fonseca]] se enteró de los acontecimientos, girando órdenes al contador de la [[Casa de Contratación]] Juan López de Recalde para incautar el tesoro que transportaban los procuradores. Fray Benito Martin había conseguido ya en la corte el título de ''adelantado'' para Diego Velázquez de Cuéllar y solicitó que se otorgara plena autoridad al gobernador de Cuba para castigar la insubordinación de Cortés.<ref name="Thomas 23">Thomas, ''op.cit'' cap.23, p.379-400</ref>
 
Rodríguez de Fonseca aún tenía el control del [[Consejo de Castilla]], el cual atendía los asuntos de las Indias, pero el [[obispo de Badajoz]] Pedro Ruiz de la Mota y el secretario del rey [[Francisco de los Cobos y Molina]] quedaron impresionados por el oro traído de México. El obispo de Badajoz abogó por Cortés ante el rey Carlos I. Por otra parte los procuradores acudieron a Martin Cortés, padre del caudillo, para tratar de conseguir mediante cartas una entrevista con el rey, quien al escuchar esta solicitud se mostró interesado en recibirlos y en conocer a los [[totonacas]] que habían traído en el viaje. Los emisarios de Cortés llegaron tarde a [[Barcelona]] en donde encontrarían al rey, pero éste, en constante movimiento, se había trasladado a [[Burgos]]. No obstante, pudieron contactar al abogado Francisco Núñez y al consejero del rey [[Lorenzo Galíndez de Carvajal]], quien decidió apoyarlos.<ref name="Thomas 23" />
 
Carlos I había sido elegido [[emperador del Sacro Imperio Romano Germánico]], además de atender los asuntos de la [[Guerra de las Comunidades de Castilla|Guerra de las comunidades de Castilla]], debería hacer frente al conflicto de la [[reforma luterana]] y viajar hacia [[Aquisgrán]] donde sería coronado. Sin embargo, mostró gran interés en los asuntos de Indias.<ref name="Solís emp">Solís, ''op.cit.'' libro III, cap.I, p.129-132</ref> Cuando los emisarios de Cortés llegaron a Burgos la corte se había desplazado a [[Valladolid]]. En [[Tordesillas]] el monarca sostuvo una reunión informal con los procuradores, pero fue hasta el [[30 de abril]] de [[1520]], en [[Santiago de Compostela]], donde el comité del [[Consejo de Castilla]] escuchó finalmente a los procuradores.<ref name="Thomas 23" />
 
El comité estaba conformado por el cardenal [[Adriano de Utrecht]], el canciller imperial [[Mercurino Arborio Gattinara]], el obispo de Badajoz Pedro Ruiz de la Mota, el arzobispo de Palermo [[Jean Carondelete]], el [[Archidiócesis de Granada|arzobispo de Granada]] [[Antonio de Rojas Manrique]], el comendador mayor de Castilla Hernando de la Vega, y el obispo de Burgos [[Juan Rodríguez de Fonseca]]. Además estuvieron presentes en la reunión el doctor Diego Beltrán, Luis Zapata, Francisco de Aguirre, [[Lorenzo Galíndez de Carvajal]], [[Pedro Mártir de Anglería]], [[Bartolomé de las Casas]], Juan de Sámano, y [[Francisco de los Cobos y Molina]].<ref name="Thomas 23" /> Se realizó una larga sesión en la que fueron cuestionados los procuradores [[Francisco de Montejo]], [[Alonso Hernández Portocarrero]] y el emisario del gobernador de Cuba, Gonzalo de Guzmán. A pesar de que el obispo de Burgos acusó a Cortés y sus hombres como desertores y traidores, el [[17 de mayo]] de [[1520]] el comité decidió aplazar la resolución hasta escuchar nuevas pruebas tanto de Velázquez como de Cortés.<ref name="Solís emp" />
 
==== Expedición de Narváez ====
[[Archivo:Panfilo de Narvaez.jpg|thumb|[[Pánfilo de Narváez]].]]
Diego Velázquez, desconociendo aún los últimos sucesos en España, confiscó en la isla de Cuba los bienes de Cortés y de algunos de sus hombres. Organizó un ejército que constaba de diecinueve embarcaciones, mil cuatrocientos hombres, ochenta caballos, veinte piezas de artillería y mil auxiliares cubanos. Designó a [[Pánfilo de Narváez]] como capitán con órdenes secretas para arrestar o matar a Cortés. Cuando Rodrigo de Figueroa, juez de residencia de La Española, se enteró de los planes de Velázquez, consideró que la pugna no era beneficiosa para la corona y por tal motivo envió al [[oidor]] [[Lucas Vázquez de Ayllón]] junto con el alguacil de [[Santo Domingo]] Luis de Sotelo y el escribano Pedro de Ledesma para detener la expedición.<ref name="Solís IV-V">Solís, ''op.cit'' libro IV, cap.V, p.209-213</ref> Vázquez de Ayllón encontró a Narváez en [[Cienfuegos|Xaraguas]] y le ordenó abortar la expedición. Adicionalmente, el [[18 de febrero]] de [[1520]] notificó directamente a Velázquez las órdenes de Figueroa pero el gobernador de Cuba prosiguió con sus planes, desatendiendo la petición oficial y desafiando la autoridad de Figueroa. En esa circunstancia, Vázquez de Ayllón decidió viajar simultáneamente a la Villa Rica de la Vera Cruz para tratar de negociar un acuerdo. Las embarcaciones zarparon de Cuba el [[5 de marzo]] de [[1520]].<ref name="Thomas 24">Thomas, ''op.cit.'' cap.24, p.401-411</ref>
Poco antes de salir de Cuba se había extendido una epidemia de [[viruela]] en la isla, el virus fue transportado en la excursión.<ref name="Thomas 24" />
 
Participaron en la excursión de Narváez Juan Bono de Quejo, Leonel de Cervantes, el ''veedor'' del gobernador de Cuba Gerónimo Martínez de Salvatierra, un sobrino homónimo de Velázquez conocido como «el Mozo», el alcalde de Trinidad Francisco Verdugo, Gaspar de Garnica, Baltasar Bermúdez y otros experimentados conquistadores. También viajó Andrés de Duero, secretario de Velázquez pero amigo de Cortés, ya que Amador de Lares había muerto a principios de 1520. Los barcos hicieron escala en [[Cozumel]], en donde rescataron a los sobrevivientes del naufragio de Alonso de Parada y fundaron una pequeña guarnición. Se dirigieron hacia [[Tabasco]] llegando a Potonchan donde se encontraba la Villa de [[Santa María de la Victoria]] para reabastecerse de agua y en la etapa final del viaje fueron sorprendidos por una tormenta, perdiendo un barco y cincuenta hombres, entre ellos Cristóbal de Morante, quien había sido socio y capitán en la primera excursión a la península de Yucatán. Llegaron a [[San Juan de Ulúa]] el [[19 de abril]] pero los barcos de Vázquez de Ayllón habían llegado un par de días antes, por lo que el oidor pudo contactar a los hombres de la Villa Rica de la Vera Cruz, enterándose antes de los logros de Cortés.<ref name="Thomas 24" />
 
Al desembarcar, Pánfilo de Narváez decidió fundar la ciudad de ''San Salvador''. Hicieron contacto con los [[totonacas]], a quienes informaron que pretendían arrestar a Cortés y liberar a Moctezuma. El ''tecutli'' gordo de Cempoala quedó impresionado ante las noticias, pero prefirió dar la bienvenida a los recién llegados, suministrándoles víveres durante tres semanas. Los totonacas enviaron los acostumbrados regalos pero Pánfilo los guardó para sí, provocando la antipatía de sus seguidores.<ref name="Thomas 24" /> Debido a que la zona se encontraba en paz, Ayllón habló bien de Cortés y los hombres al desconocer los planes de la expedición comenzaron a inquietarse. Narváez culpó al oidor de la situación y decidió arrestarlo. Vázquez de Ayllón, Pedro de Ledesma y algunos simpatizantes de Cortés fueron hechos prisioneros y enviados en un barco con dirección a Cuba. El oidor no pudo hacer nada frente a los hombres de Narváez, pero cuando zarparon, amenazó al capitán del barco, en el sentido de que si éste obedecía las órdenes de ir a Cuba lo condenaría a la horca; por tal motivo, la embarcación se dirigió hacia [[La Española]]. Ahí, Vázquez de Ayllón denunció los hechos y envió cartas a España detallando la afrenta y el proceder violento de Narváez. Finalmente, lo sucedido fue contraproducente a los intereses de Diego Velázquez.<ref name="Thomas 24" />
 
Una comitiva de Moctezuma, quien estaba sometido, se puso en contacto con Narváez, y pronto fueron enviados mensajes al ''huey tlatoani''. Éste albergó nuevas esperanzas de ser liberado y mantuvo en secreto esta comunicación, pero no pudo ocultar las noticias de la llegada de las embarcaciones. Cortés designó a fray Bartolomé de Olmedo y cinco emisarios para indagar las noticias de lo que ocurría.<ref name="Pereyra XV" /> En la costa, Narváez comisionó a fray Antonio Ruiz de Guevara y al escribano Alfonso de Vergara para que notificasen a [[Gonzalo de Sandoval]] las nuevas provisiones de Diego Velázquez: se consideraba a Cortés un traidor y Narváez debía recibir el apoyo de todos los españoles. Sandoval, lejos de atender la petición, decidió apresar a los comisionados y enviarlos de inmediato a Tenochtitlan. Narváez también envió cartas a [[Juan Velázquez de León]] pensando, equivocadamente, que el pariente del gobernador de Cuba sería un aliado.<ref name="Solís IV-V" />
 
Cortés recibió con halagos a Vergara y Guevara, les pidió disculpas por el trato de Sandoval. El caudillo organizó un banquete y les regaló oro, ante lo que los comisionados quedaron pasmados.
<ref>Solís, ''op.cit'' libro IV, cap.VI, p.213-217</ref> Muy pronto se hicieron amigos del anfitrión e informaron a éste todos los detalles de la expedición, olvidaron leer las provisiones de Velázquez e incluso sugirieron enviar regalos a los hombres de Narváez. Cortés los envió de regreso a la costa con una escolta y una carta de respuesta para Narváez.<ref name="Pereyra XV">Pereyra, ''op.cit.'' cap. XV, p.156-167</ref> En contraste, los emisarios de Cortés habían sido arrestados a excepción del clérigo Olmedo, quien se dedicó a describir las riquezas de la tierra. Cuando Vergara y Guevara llegaron a ''San Salvador'', comenzaron a repartir oro de forma secreta a los hombres de Narváez. La misiva de Cortés contenía palabras de bienvenida e invitación a los miembros de la expedición, pero de sorpresa por la nueva designación de Narváez.<ref name="Thomas 24" />
 
Ante la expectativa, Cortés salió de Tenochtitlan marchando con parte de su ejército hacia la costa, dejando una guarnición de ochenta hombres al mando de [[Pedro de Alvarado]], envió instrucciones a Velázquez de León y Rangel para que se reunieran con él en [[Cholula]] para ir de manera conjunta hacia Cempoala.<ref>Vázquez / Tapia, ''op.cit.'' p.109-115</ref> Fueron diversas idas y venidas de mensajeros, Narváez hacía proposiciones no aceptadas por Cortés pues trataba de desposeerlo en favor de Velázquez, y Cortés hacía contraposiciones inaceptables por parte de Narváez, pues justificaba su obediencia de forma directa al rey sin reconocer la autoridad del gobernador de Cuba. Las entrevistas con mensajeros sirvieron de espionaje, Andrés de Duero ayudó nuevamente a su amigo para sobornar a diferentes oficiales de Narváez.<ref name="Thomas 25" /> Los hombres de Cortés avanzaron hacia Mictlancuauhtla y acamparon el [[28 de mayo]] en la ribera del río Chachalacas. Pocas horas antes de realizar el ataque sus espías informaron los pormenores de las posiciones de los contrincantes. Narváez se encontraba en Cempoala, confiado en que no atacarían por las condiciones del tiempo.<ref name="Pereyra XV" />
 
A pesar de que el ejército de Cortés era menos numeroso que el de Narváez, el ataque sorpresa fue veloz y certero. Diego Pizarro con sesenta hombres tenía órdenes de apoderarse de la artillería; Gonzalo de Sandoval con ochenta hombres debía capturar o matar a Narváez; Juan Velázquez de León enfrentaría a las fuerzas de su primo Diego Velázquez «el Mozo», sobrino del gobernador; Diego de Ordás tendría que capturar a las fuerzas comandadas por Salvatierra; finalmente, Andrés de Tapia y Cortés reforzarían con ayuda a cualquiera de los otros capitanes.<ref name="Thomas 25">Thomas, ''op.cit.'' cap.25, p.412-426</ref>
 
Cuando Narváez se dio cuenta del ataque trató de reaccionar, pero era tarde. Los sobornos funcionaron, el jefe de artillería Bartolomé de Usagre había colocado cera en loa cañones, la pólvora se había mojado, los hombres de Bermúdez no se encontraban en sus puestos y los espías de Cortés habían cortado las cinchas de las sillas de los caballos.<ref name="Pereyra XV" /> Tras una breve refriega en lo alto del ''[[teocalli]]'', el [[piquero]] Pedro Gutiérrez de Valdomar dejó tuerto a Narváez. Pedro Sánchez Farfán llevó al prisionero herido ante los capitanes Gonzalo de Sándoval, Alonso de Ávila, y Diego de Ordás, quienes le quitaron las supuestas provisiones del rey, que resultaron ser tan sólo las instrucciones de Velázquez.<ref name="Thomas 25" /> Cuando Pánfilo fue llevado ante Cortés, le dijo ''«Señor capitán, tened en mucho esta victoria y el haberme preso»'', a lo que éste contestó: ''«Doy gracias a Dios y a mis esforzados caballeros, mas una de las menores cosas que he hecho en esta tierra es desbarataros y prenderos»''.<ref name="Pereyra XV" /> Hubo pocas bajas, no más de veinte, entre ellas el ''tecutli'' gordo de Cempoala, Diego Velázquez «el Mozo» y Alonso Carretero. La mayor parte de los hombres se rindieron convencidos de la riqueza de las tierras descubiertas y reconocieron a Cortés como nuevo jefe, incrementando así la fuerza militar del conquistador. Entre los auxiliares viajaba un esclavo de raza negra enfermo de [[viruela]].<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. CII, p.145 ''«Costó esta guerra muchos dineros a Diego Velázquez, la honra y un ojo a Pánfilo de Narváez, y muchas vidas de indios que murieron, no a fierro, sino de dolencia; y fue que, como la gente de Narváez salió a tierra, salió también un negro con viruelas; el cual las pegó en la casa que lo tenían en Cempoallan, y luego un indio a otro; y como eran muchos, y dormían y comían juntos, cundieron tanto en breve, que por toda aquella tierra anduvieron matando...»''</ref> Al terminar la campaña se desmanteló ''San Salvador'', [[Juan Velázquez de León]] partió hacia Pánuco para poblar la zona con cien hombres y vigilar posibles incursiones de [[Francisco de Garay]]. Un mensajero proveniente de Tenochtitlan informó a Cortés sobre una rebelión en la ciudad, mediante la cual tenían emboscados a todos los hombres que habían quedado al resguardo de la misma; así mismo, se enteró la comunicación secreta que había sostenido Moctezuma con Narváez.<ref name="Pereyra XV" />
 
==== Matanza del Templo Mayor ====
{{AP|Matanza del Templo Mayor}}
Durante la ausencia de Cortés, en Tenochtitlan se debía celebrar la ceremonia en honor del dios [[Huitzilopochtli]]. Los mexicas pidieron permiso al capitán [[Pedro de Alvarado]], quien otorgó el permiso correspondiente para llevar a cabo la fiesta de [[Tóxcatl]], la cual era un extenso ritual en donde se hacía una estatua de Huitzilopochtli; sacerdotes, capitanes, así como jóvenes guerreros bailaban y cantaban desarmados. Alvarado mandó cerrar las salidas, pasos y entradas al patio sagrado, la entrada de ''Cuauhquiyauac'' (Águila) en el palacio menor, la de ''Ácatl iyacapan'' (Punta de caña), la de ''Tezcacóac'' (Serpiente de espejos) y entonces comenzó la masacre. «Dieron un tajo al que estaba tañendo el tambor, le cortaron ambos brazos y luego lo decapitaron, lejos fue a caer su cabeza cercenada, otros comenzaron a matar con lanzas y espadas; corría la sangre como el agua cuando llueve, y todo el patio estaba sembrado de cabezas, brazos, tripas y cuerpos de hombres muertos».<ref>Sahagún, ''op.cit.'' libro doceno cap. XX, p.715-716</ref>
 
[[Archivo:Model of Tenochtitlan.jpg|thumb|center|550px|El recinto del [[Templo Mayor]], maqueta del [[Museo Nacional de Antropología (México)]].]]
 
Fue una gran pérdida porque los asesinados eran los dirigentes que se habían educado en el ''[[Calmécac]]'', los veteranos de guerra, los ''calpixques'', los intérpretes de [[códice]]s. La presencia de los extranjeros ofendía al pueblo de Tenochtitlan, pero era tanto el respeto que sentían por la figura del ''huey tlatoani'', que nadie se había atrevido a contradecirlo.<ref name="Pereyra XVI">Pereyra, ''op.cit.'' cap. XVI, p.167-176</ref> La [[Matanza de Tóxcatl|matanza del Templo Mayor]] provocó una enorme indignación y los mexicas se lanzaron contra el palacio de Axayácatl. Moctezuma pidió al ''tlacochcálcatl'' (jefe de armas) de Tlatelolco, Itzcuauhtzin, calmar a la población enardecida con un discurso en el que pedía a tenochcas y tlatelolcas no combatir contra los españoles. La rebelión ya no puedo ser detenida, la población ofendida por la actitud del ''tlatoani'', gritaba ''«¡Ya no somos tus vasallos!»''. Además se encontraban irritados por el ataque alevoso a sus capitanes. Sitiaron el palacio durante más de veinte días, donde los españoles se atrincheraron llevando con ellos a Moctezuma y a otros jefes.<ref name="Thomas 26">Thomas, ''op.cit.'' cap.26, p.427-438</ref>
 
==== La Noche Triste ====
{{AP|Noche Triste}}
[[Archivo:Moctezuma and itzquauhtzin.jpg|thumb|Muerte del ''[[tlatoani]]'' [[Moctezuma Xocoyotzin]] y el ''tlacochcálcatl'' (jefe de armas) de [[Zona arqueológica de Tlatelolco|Tlatelolco]] Itzquauhtzin, ''Códice Florentino''.]]
De regreso en la ciudad y tras un enfrentamiento en [[Iztapalapa]], Cortés pudo reunirse con sus compañeros en el palacio de Axayácatl desde el que se defendían de constantes ataques. De acuerdo a Díaz del Castillo, Cortés había llegado con más de mil trescientos soldados, noventa y siete caballos, ochenta ballesteros, ochenta escopeteros, artillería y más de dos mil tlaxcaltecas. Pedro de Alvarado había mantenido cautivo a Moctezuma, junto con algunos de sus hijos y varios sacerdotes.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo II, cap.CXXV p.70-75</ref>
 
En un intento por traer la paz, Cortés hizo que Moctezuma subiera a uno de los muros del palacio para que hablara con su gente y los tranquilizara; sin embargo, la multitud enardecida comenzó a arrojar piedras, una de las cuales hirió a Moctezuma de gravedad durante su discurso. Moctezuma fue llevado al interior pero falleció tres días después a causa de la herida. Su cuerpo y el de Itzquauhtzin fueron llevados fuera del palacio por dos sirvientes del ''[[tlatoani]]''.<ref>Sahagún, ''op.cit.'' libro XII, cap. XXIII, p.762-763''«A los cuatro días de haber sido arrojados del templo, vinieron los españoles a echar los cuerpos de Moctecuhzmoa y de Itzquauhtzin, ya habían muerto, a la orrilla del agua en un sitio denominado Teoáyoc, por estar allí una imagen labrada en piedra de una tortuga...»''</ref> La convivencia entre Cortés y Moctezuma había creado un vínculo de amistad y el ''tlatoani'' antes de morir pidió a Cortés que favoreciese a su hijo de nombre Chimalpopoca.<ref>Vázquez / Vázquez, p.138 ''op.cit.'' ''«...y el moría presto; que pedía por merced al marqués favoreciese y mirase por su hijo Chimalpopoca, que aquél era su heredero y el que había de ser señor, y le suplicaba que los servicios y buenas obras que le había hecho, se las pagase haciendo bien y favoreciendo a su hijo. El marqués se lo prometió...»''</ref> Al morir, Cortés y los capitanes que habían arraigado a Moctezuma entristecieron.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo II, cap.CXXVI, p.79, ''.«..Y Cortés lloró por él, y todos nuestros capitanes y soldados, y hombres hubo entre nosotros, de los que le conocíamos y tratábamos, de que fue tan llorado como si fuera nuestro padre, y no nos hemos de maravillar de ello viendo qué tan bueno era...»''</ref>
 
El palacio quedó cercado, sin agua, ni alimentos, y el ''[[Tlahtocan]]'' (concejo) eligió como nuevo ''tlatoani'' a un primo de Moctezuma, [[Cuitláhuac]]. En esas circunstancias, Cortés se vio forzado a abandonar la ciudad. Organizó el escape ordenando cargar la mayor cantidad de oro posible. Para impedir la huida de los españoles, los mexicas habían desmontado los puentes de los canales en la ciudad, Cortés utilizó las vigas del palacio de Axaycácatl para improvisar puentes portátiles.
 
{{cita|..«Todo lo cogieron, de todo se adueñaron, todo lo arrebataron como suyo, todo se apropiaron como si fuera su suerte. Y después que le fueron quitando a todo el oro, cuando se lo hubieron quitado, todo lo demás lo juntaron, lo acumularon en la medianía del patio, a medio patio; todo era pluma fina»..|Historia general de las cosas de la Nueva España.<ref>Sahagún, ''op.cit.'' libro doce, cap. XVIII, p.755-756<br />León, ''op.cit.'' cap.VIII</ref>}}
[[Archivo:Cuitlahuac2.jpg|thumb|[[Cuitláhuac]].]]
El [[30 de junio]] de [[1520]] durante la noche, Cortés salió de Tenochtitlan. Ochenta ''[[tameme]]s'' tlaxcaltecas fueron previstos para transportar el oro y las joyas. Adelante marcharon Gonzalo de Sandoval, Antonio de Quiñones, Francisco de Acevedo, Francisco Lugo, Diego de Ordás, Andrés de Tapia, doscientos peones, veinte jinetes y cuatrocientos tlaxcaltecas. En el centro transportando el tesoro, Hernán Cortés, Alonso de Ávila, Cristóbal de Olid, Bernardino Vázquez de Tapia, la artillería, Malintzin y otras mujeres indígenas, Chimalpopoca con sus hermanas, los prisioneros mexicas y el grueso de las fuerzas españolas y aliadas. En la retaguardia Pedro de Alvarado, Juan Velázquez de León, la caballería y la mayor parte de los soldados de Narváez.<ref name="Pereyra XVI" />
 
Sólo consiguieron salir los primeros ya que, descubiertos y dada la voz de alarma, fueron acosados desde canoas, muriendo unos ochocientos españoles y gran número de aliados, además de perder cuarenta caballos, cañones, arcabuces, espadas, arcos y saetas de [[hierro]], así como la mayor parte del oro. Entre las bajas se encontraron el capitán [[Juan Velázquez de León]], quién había sido fiel a Cortés a pesar de ser pariente de [[Diego Velázquez de Cuéllar]], [[Francisco de Morla]], [[Francisco de Salcedo]],<ref>Orozco y Berra, ''op.cit.'' vol.IV pp.391</ref> Cacama, dos hijas de Moctezuma y Chimalpopoca. El propio Cortés fue herido en una mano. Los supervivientes escaparon por la ruta de [[Tlacopan]], episodio en el que el cronista López de Gómara describió el salto de [[Pedro de Alvarado]] en el puente de Toltacacalopan, mismo que fue desmentido por Díaz del Castillo. Todos los cronistas coinciden con el llanto de Cortés en la [[Noche Triste]]:
 
{{cita|.. «Cortés a esto se paró, y aun se sentó, y no a descansar, sino a hacer duelo sobre los muertos y que vivos quedaban, y pensar y decir el baque la fortuna le daba con perder tantos amigos, tanto tesoro, tanto mando, tan grande ciudad y reino; y no solamente lloraba la desventura presente, más temía la venidera, por estar todos heridos, por no saber adónde ir, y por no tener cierta la guardia y amistad en Tlaxcala; y ¿quién no llorara viendo la muerte y estrago de aquellos que con tanto triunfo, pompa y regocijo entrado habían?»|Historia general de las Indias, Francisco López de Gómara.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. CX, p.156-157</ref>}}
[[Archivo:Battleotumba.jpg|thumb|[[Batalla de Otumba]].]]
[[Archivo:Florentinoviruela.JPG|thumb|[[Epidemia]] de [[viruela]], [[Códice Florentino]].]]
 
==== Batalla de Otumba ====
{{AP|Batalla de Otumba}}
La ruta que tomaron hacia [[Tlaxcala]] fue a través de [[Tlalnepantla de Baz|Tlalnepantla]], [[Atizapán de Zaragoza|Atizapán]], Teocalhueycan, [[Cuautitlán (Estado de México)|Cuautitlán]], [[Tepotzotlán]], Xóloc, Zacamolco. El [[7 de julio]] los conquistadores fueron ferozmente atacados en la [[batalla de Otumba]], sin embargo triunfaron al matar al ''cihuacoatl'' o principal capitán de los mexicas, pues muerto éste, los perseguidores se dispersaron y huyeron. Los españoles pasaron la noche en [[Apan]]. Debido a que el mayor número de bajas correspondía a los indios aliados, Hernán Cortés pensó que la alianza con los tlaxcaltecas había terminado tras la derrota, pero de forma contraria a sus predicciones fue recibido con benevolencia por el senado de Tlaxcala, a pesar de la oposición de [[Xicohténcatl]]. Las fuerzas españolas comenzaron a reorganizarse, aunque tardaron más de un año para regresar a tomar la plaza de Tenochtitlan.<ref name="Pereyra XVII">Pereyra, ''op.cit.'' cap.XVII, p.177-183</ref>
 
Mientras tanto en la ciudad se desató una epidemia de [[viruela]], enfermedad desconocida en América y a consecuencia de la cual mucha gente murió en un lapso corto. Como daño colateral se presentó una [[hambruna]], en razón del desquiciamiento de los sistemas de abastecimiento. [[Cuitláhuac]] mandó reconstruir el templo mayor, reorganizó el ejército y lo envió al valle de [[Tepeaca]]. Intentó realizar alianza con los [[purépechas]], pero el ''[[cazonci]]'' [[Zuanga]] después de considerar la oferta, se negó a aceptarla. También fueron enviados emisarios con intenciones de sellar la paz con los tlaxcaltecas, pero éstos se negaron rotundamente. En noviembre de ese mismo año, Cuitláhuac murió de viruela al igual que el ''tlatoani'' de Tlacopan Totoquihuatzin.<ref>Sahagún, ''op.cit.'' libro XII, cap.XXIX, p.770-771; León, ''op.cit.'' cap. XI ''..«Cuando se fueron los españoles de México y aún no contra nosotros se preparaban los españoles, primero se difundió entre nosotros una gran peste, una enfermedad general...era muy destructora enfermedad, muchas gentes murieron de ella, ya nadie podía andar, no más estaban acostados, tendidos en su cama...muchos murieron de ella, pero muchos solamente de hambre murieron; hubo muertos por el hambre: ya nadie tenía cuidado de nadie, nade de otro se preocupaba»''<br />López de Gómara, ''op.cit.'' cap. CII, p.145-145 ''...«En las más casas morían todos, y en muchos pueblos la mitad, que como era nueva enfermedad para ellos,...y por maravilla escapaba hombre que las tuviese,...cayeron pues malas (las mujeres) de las viruelas, y faltó el pan, y perescieron muchos de hambre. Hedían tanto los cuerpos muertos, que nadie los quería enterrar ..llamaron los indios a este mal huizauatl»''<br />Vázquez / Aguilar, p.191 ''op.cit.'' ''..«Juntamente con esto fue nuestro Dios servido, estando los cristianos harto fatigados de la guerra, de enviarles viruelas, y entre los indios vino una grande pestilencia como era tanta la gente que dentro estaban, especialmente mujeres, porque ya no tenían que comer. Y nos acontecía a los soldados no poder andar por las calles de los indios heridos que había de pestilencia, hambre y también viruelas, todo lo cual fue causa de que aflojasen en la guerra y de que no peleasen tanto»''<br />Vázquez / Vázquez, ''op.cit.'' p.141 ''..«En esta sazón vino una pestilencia de sarampión y víroles (viruela) tan recia y tan cruel que creo murió más de la cuarta parte de la gente de indios que había en toda la tierra, la cual muy mucho nos ayudó para hacer la guerra y fue causa que mucho más presto se acabase, porque como he dicho, en esta pestilencia murió gran cantidad de hombres y gente de guerra y muchos señores y capitanes y valientes hombres, con los cuales habíamos de pelear y tenerlos por enemigos; y milagrosamente Nuestro Señor los mató y nos los quitó delante»''</ref> Considerando que Cacama había muerto durante los hechos ocurridos el 30 de junio, la Triple Alianza tuvo nuevos sucesores, [[Coanácoch]] en [[Tetzcuco]], [[Tetlepanquetzaltzin]] en [[Tlacopan]] y [[Cuauhtémoc]] (''Águila que desciende''), sobrino de [[Moctezuma Xocoyotzin]], en Tenochtitlan.<ref name="Pereyra XVII" />
 
Cuauhtémoc había participado en el episodio de la ''noche triste'' como ''tlacochcálcatl'' (jefe de armas) y se había pronunciado en contra de la actitud pasiva de Moctezuma. Debido a que su madre era Tiacapantzin, heredera al trono de [[Zona Arqueológica de Tlatelolco|Tlatelolco]], pudo reunir el apoyo de toda la ciudad. Cuando fue elegido nuevo ''[[tlatoani]]'' continuó con los trabajos de reconstrucción y fortificación la ciudad, pues suponía el regreso de los españoles, envió embajadores a todos los pueblos solicitando aliados por medio de la disminución o eliminación de tributos. Buscó por segunda ocasión la alianza con el nuevo ''[[cazonci]]'' purépecha [[Tangáxoan Tzíntzicha]], cuyo padre Zuanga también había muerto por la viruela; la negativa del heredero fue más violenta, los emisarios de Cuauhtémoc fueron asesinados en [[Tzintzuntzan]].<ref name="Thomas 31">Thomas, ''op.cit.'' cap.31, p.501-512</ref>
 
==== Reagrupamiento de los españoles y abastecimiento de Cortés ====
Los sobrevivientes españoles pasaron tres días en [[Hueyotlipan]] donde fueron auxiliados por los tlaxcaltecas. Poco después Cortés y Maxixcatzin se reunieron en Tlaxcala para refrendar su alianza. Durante veinte días los conquistadores descansaron, atendieron a los heridos y se reorganizaron.
 
Poco antes a la última incursión a Tenochtitlan habían sido atacadas dos comitivas españolas. El primer ataque causó poco más de veinte bajas, algunos hombres de Narváez habían sido arrestados por las fuerzas de Cortés y eran conducidos al valle de México. Los prisioneros nunca llegaron a su destino pues fueron sorprendidos por guerreros mexicas en [[Quecholac]]. El segundo ataque causó cuarenta y cinco bajas españolas y doscientas bajas tlaxcaltecas cuando una excursión al mando de Juan de Alcántara fue aniquilada en [[Calpulalpan]].<ref> Thomas, ''op.cit.'' cap.29, p.463-481</ref>
 
Cortés decidió entonces emprender una campaña militar para castigar a la región, no sólo para recuperar el honor y el ánimo de sus hombres, sino también para cortar la vía de suministros que recibía la ciudad de Tenochtitlan desde la costa oriental. En base al discurso de Moctezuma, el caudillo español consideró que todos los mexicas y tributarios eran oficialmente vasallos de Carlos I y que cualquier acción adversa, por tal motivo, debía ser considerada como acto de rebeldía. La lectura del [[Requerimiento (Historia de América)|requerimiento]] fue un procedimiento habitual para justificar legalmente los actos punitivos de la nueva campaña.<ref name="Thomas 30">Thomas, ''op.cit.'' cap.30, p.482-500 ''«...esta campaña fue a la vez la más tediosa, la más brutal, la más importante y la más olvidada de las que libró Cortés en la Nueva España. En el curso de ella dominó a más de la mitad del país, destruyó los nexos de los mexicas con la costa oriental, les cortó la fuente de los vegetales y las frutas tropicales tan preciados y, por medio del temor que inspiraba, obligó a miles de indios a apoyarle y a aceptar ser vasallos del rey de España. Además estableció una base segura...»''</ref>
Los tlaxcaltecas aportaron dos mil guerreros al mando de Tianquizlatoatzin, quien guió a Cortés a las zonas de [[Zacatepec]], [[Acatzingo]] y [[Tepeaca]]. El ''teuctli'' local se rindió el [[4 de septiembre]] de 1520. Los prisioneros fueron esclavizados y se les marcó con hierro candente en la mejilla una «G» de «guerra».<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo II, cap.CXXX, p.104-108</ref> Muchos guerreros tepeacas fueron sacrificados por los tlaxcaltecas sin ninguna reclamación por parte de Cortés, quien toleró en repetidas ocasiones las acciones que sus aliados llevaban a cabo a pesar de que éstas eran las mismas que tanto criticó de sus enemigos.<ref name="Thomas 30" />
 
El caudillo español fundó la villa de Segura de la Frontera y desde el nuevo emplazamiento dirigió ataques a las localidades de [[Quecholac]], [[Huaquechula]], [[Izúcar de Matamoros|Itzocan]], [[Tecamachalco]], [[Zapotitlán (Puebla)|Zapotitlán]], [[Izúcar de Matamoros|Izúcar]] y [[Chiautla de Tapia|Chiautla]].<ref>Vázquez / Vázquez, ''op.cit.'' p.141-145</ref> Varios pueblos de la zona, entre ellos [[Huejotzingo]] y [[Cotaxtla|Cuetlaxtlan]], prefirieron no oponer resistencia y aceptaron la alianza con las fuerzas españolas, pero otros como [[Tecamachalco]] y Acaptelahuacan fueron casi exterminados. El [[30 de octubre]], en Segura de la Frontera, Cortés redactó la segunda [[cartas de relación|carta de relación]], en la cual describió los últimos acontecimientos sin dar gran importancia al revés de Tenochtitlan. Alonso de Mendoza y [[Diego de Ordás]] fueron los responsables de llevar la misiva, pero zarparon con destino a la península ibérica hasta marzo de 1521:
 
{{cita|«...y por no dar cuenta de todas las particularidades que nos acaecieron en esta guerra, que sería prolijidad, no diré sino que, después de hechos los ''requerimientos'' para que viniesen a obedecer los mandamientos que de parte de vuestra majestad se les hacían acerca de la paz, no los quisieron cumplir y les hicimos la guerra y pelearon muchas veces con nosotros y con la ayuda de Dios y de la real ventura de vuestra alteza siempre les desbaratamos y matamos muchos, sin que en toda la dicha guerra me matasen ni hiriesen ni un español..en obra de veinte días hube pacíficas muchas villas y poblaciones a ella sujetas y los señores y principales de ellas han venido a ofrecerse y dar por vasallos de vuestra majestad...»|Segunda carta de relación. Hernán Cortés.<ref>Cortés / Hernández, op.cit. «Segunda carta», p.177-178</ref>}}
 
El jefe de carpinteros, Martín López, fue enviado por Cortés a Tlaxcala. Su misión era cortar y preparar madera para construir trece bergantines, los cuales serían utilizados en el asalto anfibio a Tenochtitlan. Cuando López llegó a Tlaxcala, se enteró que Maxixcatzin había muerto víctima de la viruela pero pudo obtener sin problema la ayuda de [[Xicohténcatl el viejo|Xicohténcatl Huehue]].<ref name="Thomas 30" />
 
[[Alonso de Ávila]] y Francisco Álvarez Chico viajaron a [[Santo Domingo]] en busca de caballos, [[Ballesta (arma)|ballestas]], [[pólvora]], [[Arcabuz|arcabuces]] y [[Cañón (artillería)|cañones]]. Por otra parte, Francisco de Solís viajó a [[Jamaica]] en una misión similar. Los gastos fueron financiados con el poco oro rescatado de Tenochtitlan y del almacenado previamente en Tlaxcala.<ref name="Díaz CXXXVI">Díaz, ''op.cit.'' tomo II, cap.CXXXVI, p.126-133</ref>
 
En esos días llegaron diferentes embarcaciones: una de ellas procedente de Cuba comandada por Pedro Barba, quien llevaba una carta de Velázquez dirigida a Narváez. El capitán de la nave y la tripulación decidieron unirse a Cortés. Lo mismo sucedió con una embarcación capitaneada por Rodrigo Morejón. Desde [[Castilla]], Juan de Burgos llegó al mando de una embarcación que hizo escala en las [[islas Canarias]]; paralelamente, desde [[Sevilla]] llegó Juan de Salamanca, quien hizo escala en [[Santo Domingo]].<ref name="Díaz CXXXVI" />
 
En la zona del [[río Pánuco]] una expedición dirigida por Diego de Camargo bajo órdenes del gobernador de [[Jamaica]], [[Francisco de Garay]], había sido derrotada por los nativos [[Cultura huasteca|huastecos]]. Para colmo, durante el escape una de las embarcaciones naufragó. Los sesenta sobrevivientes y Camargo se unieron a Cortés. El gobernador de Jamaica envió embarcaciones de apoyo, cincuenta hombres al mando de Miguel Díez de Aux y cuarenta hombres al mando de Francisco Ramírez «el Viejo». Estos capitanes, al evaluar la situación, también decidieron unirse a las fuerzas de Cortés.<ref name="Thomas 30" />
 
Con el objetivo de controlar la totalidad de la ruta hacia la costa oriental, [[Gonzalo de Sandoval]] fue designado para efectuar una nueva campaña en [[Zautla]] y Xalacingo. Con tan sólo ocho bajas españolas, los pueblos fueron sometidos y al igual que en Tepeaca, los prisioneros fueron esclavizados y herrados.<ref name="Thomas 30" />
 
==== Avance hacia Tenochtitlan por el oriente ====
[[Archivo:Lago de Texcoco-posclásico.png|thumb|[[Lago de Texcoco]], al sur el [[lago de Xochimilco]] y sureste [[lago de Chalco]] con la «isla de Cuitláhuac» ([[Tláhuac]]).]]
Debido a que los tesoros fueron utilizados para conseguir los aprovisionamientos y se respetó además el [[Quinto del Rey|quinto del rey]], no hubo reparto de oro para los soldados. Algunos se inconformaron, entre ellos se encontraba Andrés de Duero, lo cual provocó el rompimiento de la larga amistad con Cortés. Éste decidió dejar partir a los inconformes de regreso a Cuba para evitar posibles sublevaciones y redactó ordenanzas militares y civiles para controlar a los que se quedaron.<ref>García / Cortés (2) ''op.cit.''</ref>
 
Las fuerzas españolas comenzaron el avance hacia [[San Martín Texmelucan|Texmelucan]] acompañadas por un gran contingente de tlaxcaltecas, quienes sumaron diez mil hombres bajo el mando de Chichimecatecle. El objetivo de Cortés fue realizar un bloqueo a la ciudad de Tenochtitlan. Los pueblos de Huexotla, [[San Miguel Coatlinchán|Coatlinchan]], [[Chalco]], [[Amecameca]], [[Tlalmanalco]], [[Ozumba]], y [[San Andrés Mixquic|Mixquic]], decidieron apoyar a los españoles proveyéndoles también de alimentos.
 
Por su lado, Cuauhtémoc había ordenado cortar las líneas de suministro españolas en Chalco y Huexotla, pues el maíz de la zona era de vital importancia, pero las fuerzas mexicas fueron derrotadas por [[Gonzalo de Sandoval]].<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo II, cap.CXLII, p.166-174</ref>
 
Cuando las fuerzas españolas llegaron a Tetzcuco, el ''tlatoani'' [[Coanacoch]] huyó hacia Tenochtitlan para reunirse con Cuauhtémoc. Ixtlilxóchitl, enemigo y hermano del ''tlatoani'', se convirtió en aliado incondicional de los españoles. Los tlaxcaltecas por su parte incendiaron el palacio de [[Nezahualpilli]], en el cual se encontraban los códices texcocanos.<ref>Thomas ''op.cit.'' cap.31, p.501-512</ref>
 
El [[15 de febrero]] de [[1521]] Cortés consideró que la construcción de los bergantines debía terminarse cerca del lago. Un gran número de ''[[tamemes]]'' y aliados tlaxcaltecas transportaron las tablas desde Tlaxcala hasta las orillas del [[lago de Texcoco]] y se excavaron zanjas para poner las embarcaciones en el agua. En ese punto, Cortés ordenó un nuevo avance para someter a [[Iztapalapa#Historia|Iztapalapa]]. En el lugar hubo fuertes enfrentamientos con los mexicas, quienes defendieron el sitio por tierra y por agua cruzando el lago de Texcoco en pequeñas embarcaciones. Ixtlilxóchitl apoyó a los españoles con un número indeterminado de texcocanos, forzando el retiro de los mexicas y favoreciendo la victoria de los conquistadores.<ref name="Thomas 32">Thomas ''op.cit.'' cap.32, p.513-534</ref>
 
==== Campañas militares al norte y occidente de Tenochtitlan ====
[[Archivo:Codex Mendoza folio 67r bottom.jpg|thumb|[[Militarismo mexica|Guerreros Aztecas]], ''Códice Mendoza''.]]
A continuación Cortés buscó cercar Tenochtitlan por el norte. Avanzó hacia [[Xaltocan]], [[Acolman]], [[Tenayuca]], [[Cuautitlán (Estado de México)|Cuautitlán]] y [[Azcapotzalco#Historia|Azcapotzalco]] sin encontrar mayor resistencia, pero en [[Tlacopan]], ciudad principal de los [[tepaneca]]s, se libró una fuerte batalla. [[Tetlepanquetzaltzin]] y sus hombres fueron obligados a replegarse a Tenochtitlan y los tlaxcaltecas bajo las órdenes de Cortés incendiaron la población. Después de permanecer seis días en el sitio, Cortés intentó un avance por la calzada que habían usado para huir durante la Noche Triste, pero fue repelido. En este punto, el cuadillo español amenazó con destruir la ciudad y solicitó a los contrincantes su rendición. La negativa de los defensores de Tenochtitlan fue contundente y las escaramuzas continuaron. Ante eso Cortés decidió regresar a Tetzcuco.<ref name="Thomas 32" />
 
Sin embargo, las victorias conseguidas por los españoles y el fortalecimiento de la alianza con los tlaxcaltecas ya eran noticia en todo el Imperio mexica. Tributarios y enemigos fueron aumentando, lenta pero inexorablemente, las fuerzas de Cortés. Poblaciones enteras de las comarcas vecinas enviaron embajadores de paz para rendir tributo a la corona española y aliarse en el ataque a Tenochtitlan. La inercia avasalladora de la irrupción se había generado.<ref>Cortés / Hernández, ''op.cit.'' ''Tercera Carta'' p.223 ''..«El jueves (4 abril 1521) antes vinieron a Tesuico ciertos mensajeros de las provincias de Tazapan, Mascalcingo y Nauta, y de otras ciudades que están en su comarca, y dijéronme que se venían a dar por vasallos de vuestra majestad, y a ser nuestros amigos, porque ellos nunca habían matado a ningún español».''</ref>
Los nuevos aliados no sólo incrementaron la fortaleza bélica del conquistador a lo largo de esa etapa, sino que además cumplieron la tarea estratégica de espionaje e información al alto mando acerca de las concentraciones y movimientos de las fuerzas enemigas. Cuauhtémoc ordenó atacar las poblaciones de Chalco y Tlalmanalco, pero cuando los españoles se enteraron, contraatacaron y vencieron a las fuerzas mexicas.<ref name="Thomas 32" />
 
==== Campañas militares al sur de Tenochtitlan ====
[[Archivo:Castillo de Chapultepec 005.jpg|thumb|Guerero águila y soldado español, ''«El abrazo»'' de [[Jorge González Camarena]]. Museo de historia del [[Castillo de Chapultepec]].]]
En respuesta a las gestiones de Francisco Álvarez Chico y Alonso de Ávila, en febrero de 1521 una nueva embarcación, procedente de Santo Domingo, ancló frente a la Villa Rica de la Vera Cruz. En ella se transportaba armamento, pólvora, sesenta caballos y doscientos hombres. Entre estos se encontraban el tesorero Julián de Alderete, fray Pedro Melgarejo de Urrea y el licenciado Alonso Pérez, quienes habrían de incorporarse a la campañas militares.<ref name="Thomas 32" />
 
Estando en [[Tetzcuco]], durante los últimos días de marzo de ese año, [[Gonzalo de Sandoval]] reunió doscientos soldados españoles, veinte jinetes y un gran contingente de aliados [[Chalco|chalcas]] y tlaxcaltecas. Partió en dirección a [[Cuernavaca|Cuauhnáhuac (Cuernavaca)]] para confrontar a un ejército mexica que se encontraba defendiendo esa posición. El lugar era importante para Tenochtitlan debido a que era la ruta de comunicación hacia [[Xochicalco]]. Sandoval y sus hombres descansaron en Tlalmanalco y al continuar su avance tuvieron enfrentamientos en [[Oaxtepec|Huaxtépec (Oaxtepec)]] y [[Chimalhuacán]]. Un segundo ejército mexica había reforzado la zona y se había posicionado en [[Yecapixtla]]. Sandoval decidió regresar a Texcoco.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap. CXXVII, p.179-180</ref>
 
Cortés aumentó el contingente con [[Texcoco|texcocanos]] y [[Huejotzingo|huejotzingas]]; Olid, Tapia y Pedro de Alvarado relevaron a Sandoval. El siguiente encuentro fue en el peñón de [[Tlayacapan]]. Los capitanes Pedro de Ircio, Andrés de Monjaraz, Rodríguez de Villafuerte y Francisco Verdugo encabezaron el asalto. Ahí los mexicas repelieron el primer intento, pero días más tarde fueron derrotados cuando las fuerzas españolas los rodearon y dejaron sin agua.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap.XXVIII, p.180-182</ref>
[[Archivo:Battle Spanish Otomies Metztitlan.jpg|thumb|[[Conquistadores españoles]] y sus aliados [[tlaxcaltecas]] en Metztitlan, ''Lienzo de Tlaxcala''.]]
El avance de los conquistadores continuó hacia [[Yautepec de Zaragoza|Yautepec]]. El segundo ejército mexica que se encontraba en la localidad huyó a [[Juchitepec]], donde fue alcanzado y sometido. El [[13 de abril]] desde Tetzcuco, Cortés partió con refuerzos, incursionó por [[Tepoztlán]] y [[Cuautla|Cuauhtlan (Cuautla)]]. Una vez dominadas las localidades, se reunió con la primera expedición para realizar el ataque final y definitivo a Cuauhnáhuac.<ref>López de Gómara, ''op.cit.'' cap.XXIX, p.182-184</ref>
 
La siguiente etapa de la campaña se desarrolló en [[Xochimilco]]. El ''tlatoani'' local Yaomahuitzin ofreció resistencia, casi a punto de ser vencido engañó a los españoles fingiendo tener intenciones de pactar pero sólo con el objetivo de ganar tiempo y recibir ayuda desde Tenochtitlan. Cuauhtémoc envió un ataque combinado por tierra y por la laguna. Debido al factor sorpresa, mexicas y xochimilcas lograron una victoria temporal. Cortés casi fue hecho prisionero al caer de su caballo. Cristóbal de Olea pudo salvarlo a cambio de ser herido y de que un par de soldados españoles fueron capturados y más tarde, sacrificados.<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo II, cap.CXLV, p.188-202</ref> La batalla se prolongó durante tres días más y finalmente, los hombres de Cuauhtémoc se replegaron a Tenochtitlan.
 
Tras haber roto la barrera defensiva, los conquistadores avanzaron a [[Coyoacán#Historia|Coyoacán]] donde el ''teuctli'' Coapopocatizin prefirió huir y la localidad fue tomada por las fuerzas de Cortés. Desde este lugar, las fuerzas de ataque se dividieron con los objetivos de tomar [[Churubusco]], controlar la retaguardia en [[Tláhuac]] y [[San Andrés Mixquic|Mixquic]], y rodear el lago por occidente hasta Tlacopan. De esta forma, se cerró totalmente el cerco a Tenochtitlan.<ref name="Thomas 32" />
 
Algunas fuerzas mexicas atacaron en escaramuzas aisladas, logrando capturar a algunos soldados más. Cortés subió a la cúspide de un ''teocalli'' para mostrar al tesorero Julián de Alderete, la ciudad de Tenochtitlan que se encontraba a trece kilómetros de distancia. El licenciado Alonso Pérez, notó cierta melancolía en la expresión del conquistador y le dijo:
{{cita|<center>«Mira Nerón de Tarpeya<br /></center>
<center>a Roma cómo se ardía,<br /></center>
<center>gritos dan niños y viejos<br /></center>
<center>y él de nada se dolía»<br /></center>}}
El caudillo español respondió: {{cita|''«que ya veía cuántas veces había enviado a México a rogarles paz, y la tristeza no la tenía por una sola causa, sino en pensar en los grandes trabajos en que habíamos de ver hasta tornarla a señorear, y que con la ayuda de Dios presto lo pondríamos por la obra»''.}}
En repetidas ocasiones Cortés había pedido a los mexicas la rendición y ellos siempre se negaron. Era la víspera del ataque final.<ref>Thomas, ''op.cit.'' cap.32, p.533; Pereyra, ''op.cit.'' cap.18, p.190; Díaz, ''op.cit.'' tomo II, cap.CXLV, p.200</ref>
 
==== Sitio de Tenochtitlan ====
[[Archivo:XicohtencatlAxayacatzin.jpg|thumb|[[Xicohténcatl|Xicohténcatl Axayacatzin]], guerrero tlaxcalteca.]]
Controlado el oriente, nororiente y sur, Cortés no dudo en reafirmar las posiciones en [[Tlacopan|Tlacopan (Tacuba)]] , [[Azcapotzalco]], [[Tenayuca]] y [[Cuautitlán]]. El objetivo de aislar la ciudad se había logrado y ahora faltaba coordinar un ataque simultáneo a la ciudad desde todos los accesos, al igual que el asalto apoyado en los bergantines que había venido construyendo.
 
Poco antes de iniciar el sitio de la ciudad, Antonio de Villafaña, aún fiel a [[Diego Velázquez de Cuéllar]], elaboró un plan para asesinar a Cortés y a los capitanes Sandoval, Alvarado y Tapia.