Diferencia entre revisiones de «Baltasar Gracián»
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[[Archivo:Baltasar Gracián por Carderera pequeña y virada.jpg|150px|thumb|Baltasar Gracián.]]
'''Baltasar Gracián y Morales''' ([[Belmonte de Gracián]] ([[Comunidad de Calatayud|Calatayud]]), [[8 de enero]] de [[1601]] - [[Tarazona]] ([[provincia de Zaragoza|Zaragoza]]), [[6 de diciembre]] de [[1658]]) fue un [[escritor]] [[España|español]] del [[Siglo de Oro]] que cultivó la prosa didáctica y filosófica. Entre sus obras destaca ''[[El Criticón]]'' —[[alegoría]] de la vida humana— que constituye una de las novelas más importantes de la [[
Su producción se adscribe a la corriente literaria del [[conceptismo]]. Forjó un estilo construido a partir de sentencias breves muy personal, denso, concentrado y [[polisemia|polisémico]], en el que domina el juego de palabras y las asociaciones ingeniosas entre estas y las ideas. El resultado es un lenguaje [[laconismo|lacónico]], lleno de [[aforismo]]s y capaz de expresar una gran riqueza de significados.
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El pensamiento de Gracián es pesimista, como corresponde al periodo [[barroco]]. El mundo es un espacio hostil y engañoso, donde prevalecen las apariencias frente a la [[virtud]] y la [[verdad]]. El hombre es un ser débil, interesado y malicioso. Buena parte de sus obras se ocupan de dotar al lector de habilidades y recursos que le permitan desenvolverse entre las trampas de la vida. Para ello debe saber hacerse valer, ser prudente y aprovecharse de la sabiduría basada en la experiencia. Incluso disimular y comportarse según la ocasión.
Todo ello le ha valido a Gracián ser considerado un precursor del [[existencialismo]] y de la [[postmodernidad]]. Influyó en [[librepensador]]es franceses como [[François de
== Biografía ==
Nacido muy cerca de [[Calatayud]], en [[1601]], las noticias sobre su infancia son muy escasas. Todo indica que estudió letras desde los diez o doce años en su ciudad natal, quizá en el colegio de [[
[[Archivo:Baltasar Gracián (Graus restaurado).jpg|thumb|230px|Retrato de Baltasar Gracián, hallado en Graus y restaurado.]]
En [[1619]] ingresó en el [[novicio|noviciado]] de la provincia jesuítica de [[Aragón]], situado en [[Tarragona]], en el que se le dispensó de los dos años preceptivos de estudio de humanidades debido a su excelente formación anterior. En [[1621]] volvió a Calatayud, donde cursó dos años de [[Filosofía]]. De esta etapa data su aprecio por la [[ética]], que influyó en toda su producción literaria. Otros cuatro cursos de [[Teología]] en la [[Universidad de Zaragoza]] completaron su formación religiosa.
Ordenado [[sacerdote]] en [[1627]], comenzó a impartir [[Humanidades]] en el [[Iglesia de San Juan el Real (Calatayud)|Colegio de Calatayud]]. Parece ser que fue un periodo grato, pero pocos años más tarde tuvo graves enfrentamientos con los jesuitas de [[Valencia (ciudad)|Valencia]], adonde fue trasladado en [[1630]]. De allí pasó a [[Lérida]] en [[1631]] para encargarse de las clases de Teología Moral. En [[1633]] viajó a [[Gandía]] para enseñar Filosofía en el colegio jesuita de la villa y se renovaron las enemistades con sus antiguos correligionarios valencianos.
En el verano de [[1636]] volvió a tierras aragonesas, a [[Huesca]], como [[
Lastanosa reunía en su [[Palacio de Lastanosa|casa-museo]] un importante cenáculo literario y artístico. El palacio del prócer oscense, que fue visitado por [[Felipe IV de España|Felipe IV]], era conocido por sus exquisitos jardines, por una estupenda armería, por la colección de medallas y por una magnífica biblioteca de cerca de siete mil volúmenes, una cantidad extraordinaria en esa época. En este propicio ambiente Gracián traba contacto con la intelectualidad cultural aragonesa, entre la que se cuenta el poeta [[Manuel de Salinas]] o el historiador [[Juan Francisco Andrés de Uztarroz]].
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== Obra ==
Vista en conjunto la producción de Baltasar Gracián, podemos observar una estrecha relación con su biografía. Desde el juvenil entusiasmo por el triunfo y la gloria del hombre ejemplar, configurado en ''El Héroe'', se llegará al desengaño de la vejez y la muerte en los últimos capítulos de ''El Criticón''. Así se presenta como escritor en 1637 en el prólogo [[s:El héroe:Preliminares|«Al lector» de ''El Héroe'']]:{{Cita|¡Qué singular te deseo! Emprendo formar con un libro enano un varón gigante y, con breves períodos, inmortales hechos. Sacar un varón máximo; esto es milagro en perfección (...)|El Héroe, prólogo «Al lector»}}Dos tratados más continuarían esta línea de delinear el hombre perfecto: ''El Político'', que extrae tales cualidades del rey [[
[[Archivo:Gracián, Calatayud.jpg|thumb|left|250px|Primer retrato conocido de Gracián, conservado en el colegio jesuitico de Calatayud.]]
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Por otro lado, Gracián dedicó grandes esfuerzos a elaborar un tratado de estética literaria barroca: la ''Agudeza y arte de ingenio'', que refunde una versión anterior titulada ''Arte de ingenio, tratado de la agudeza''. Allí teoriza sobre el «concepto» y propone una nueva retórica basada en la ''praxis'' barroca que se distancia, en parte, de la tradición aristotélica de la ''[[Poética (Aristóteles)|Poética]]'', pues su análisis está fundamentado en textos, que a su vez ejemplifican una clasificación de los distintos tipos de [[agudeza]] de su propia invención.
Toda la obra de Gracián, ocupada siempre de su aplicación práctica a la vida del hombre, tiene por objeto la [[
Fue admirado por moralistas franceses de los siglos XVII y XVIII, y en el XIX por [[Arthur Schopenhauer|Schopenhauer]],<ref>Schopenhauer, en ''El Mundo como Voluntad y Representación'' (1818), decía de ''El Criticón'' que era «quizá la más grande y la más bella alegoría que había sido escrita jamás» y, catorce años después, en una carta fechada a 16 de abril de 1832, asevera: «Mi escritor preferido es este filósofo Gracián. He leído todas sus obras. Su ''Criticón'' es para mí uno de los mejores libros del mundo», ''apud'' [[Evaristo Correa Calderón]], «Introducción» a su ed. de ''El Criticón'', Madrid, Espasa-Calpe, 1971, pág. LXXIV. </ref> quien recibió la influencia del pensamiento graciano y tradujo al alemán el ''Oráculo manual y arte de prudencia''. Esta versión, muy fiel al espíritu del aragonés,<ref>De esta traducción dice [[Karl Vossler]] en su «Introducción a Gracián», ''Revista de Occidente'', 1935, nº CXLVII, pp. 345 y ss.: «es la más fiel, la más congenial y alocutiva». Hasta tal punto que, según el filólogo alemán, esta versión logra «una suelta fluidez que para los lectores españoles no tuvo el texto español nunca», ''ibidem'', pág. LXXV.</ref> fue conocida por [[Friedrich Nietzsche|Nietzsche]], que dijo en una de sus cartas: «Europa no ha producido nada más fino ni más complicado en materia de sutileza moral».<ref>''ibidem'', pág. LXIII y n. 61.</ref> Gracias a ellos la obra del filósofo español fue objeto de estudio en la universidad alemana.
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El título de ''El Héroe'' remite a la cualidad máxima del hombre en la antigüedad clásica, esto es, la «virtus» latina o la «areté» griega. El primero de los libros publicados por Baltasar Gracián es un tratado en el que se describen las cualidades del hombre de excepción. Cada una de esas prendas relevantes de que está formado el héroe se autoriza con la mención de su presencia en un eminente personaje histórico, entroncando con los ''Dicta et facta memorabilia'' de la tradición latina de [[Valerio Máximo]]. Este ejemplo funciona como colofón de cada uno de los capítulos, llamados «primores». El término alude al sentido [[etimología|etimológico]] de esta palabra, derivándolo de ''primus'' como sustantivo, esto es, «el mejor», «el primero».
La obra remite también al ''[[
Por otro lado, ''El Héroe'' conecta con ''[[El Cortesano]]'' de [[Baltasar de Castiglione]], aunque ya no basta con los modales corteses [[Renacimiento|renacentistas]]. En Gracián el cortesano necesita también astucia, inteligencia, buen discernimiento e incluso disimulo.
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No sólo ha interesado a aficionados a la literatura. A la obra se han acercado desde su publicación hasta la actualidad pensadores y filósofos. La admiración que por ella mostró [[Arthur Schopenhauer]] le llevó a traducirla al alemán y su versión fue la más difundida del ''Oráculo'' en esta lengua.
Este «arte de prudencia» escrito por Gracián ha tenido vigencia incluso en la actualidad, como demuestra el hecho de que una versión al inglés, titulada ''The art of worldly wisdom: a pocket oracle''<ref>Christopher Maurer, ''The art of worldly wisdom: a pocket oracle'', New York, Currency and Doubleday, 1992.</ref> llegó a vender más de ciento cincuenta mil ejemplares en el ámbito anglosajón, al ser presentado como un manual de autoayuda para ejecutivos. En 1992, permaneció dieciocho semanas (dos en primera posición) en la lista de los más vendidos del [[
[[Archivo:Oráculo manual y arte de prudencia.png|thumb|left|Primera edición del ''Oráculo manual''<ref><cite>ORÁCULO/ MANUAL,/ Y/ ARTE DE PRUDENCIA./ SACADA/ DE LOS AFORISMOS/ QUE SE DISCURREN/ En las obras de/ LORENÇO GRACIÁN./ PUBLICALA/ D. VINCENCIO/ IVAN DE LASTANOSA,/ I la dedica/ Al Excelentíssimo Señor/ D. LUIS MÉNDEZ/ DE HARO,/ CONDE DUQUE. /Con licencia: Impresso en Huesca, por Ivan Nogues. Año 1647.</cite></ref>]]
Se ha pensado que esta obra es una mera recopilación de [[sentencia (literatura)|sentencias]] de sus libros anteriores, pero esto solo es cierto, y en parte, en los cien primeros aforismos. El hecho de glosar [[apotegma]]s de obras propias era un proceder nuevo, pues hasta entonces estaba reservado a la autoridad de las citas extraídas los clásicos de la antigüedad, o al menos a autores de reconocido prestigio. El ser el ''Oráculo'' una antología de sus [[
El sintagma bimembre «oráculo manual y arte de prudencia», funciona como antítesis, pues [[oráculo]] tiene un sentido de «secreto emanado de la divinidad», y a este término se une el adjetivo «manual», esto es, «para un uso práctico y portátil». La palabra «arte» se usa en la acepción de «reglas y preceptos para hacer rectamente las cosas», como recoge el ''[[
El género que adopta el ''Oráculo'', a diferencia de los tratados anteriores, prescinde de la argumentación y la autoridad de ejemplos históricos que habían sido habituales en ''El Héroe'', ''El Político'' o ''El Discreto''. La observación del mundo y la aplicación de estos consejos en la práctica bastan para garantizar la validez y utilidad de estos oráculos mundanos.
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Esta obra supone el comentario definitivo acerca del [[conceptismo|concepto]] y también una teorización de su propia producción literaria anterior y posterior, y de la de sus contemporáneos. No es una retórica más, pues su análisis del hecho literario parte de los ejemplos extraídos de los textos, que en esta versión se amplían considerablemente, y no de una [[preceptiva]] previa.
En esta revisión de su trabajado ''Arte de ingenio'', en gran medida una reedición muy ampliada, incluyó más traducciones castellanas de textos latinos —sobre todo de [[
Es en este tratado donde aparece la definición que del concepto da Gracián :
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{{Cita|un acto del entendimiento que expresa la correspondencia que se halla entre los objetos}}
No se trata, en puridad, de una obra sobre el conceptismo, tal y como lo concibió [[
==== Ediciones ====
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*{{AP|El Comulgatorio}}
[[Archivo:El Comulgatorio.jpg|170px|thumb|Portada de ''El Comulgatorio'', Amberes, Jerónimo y Juan Bautista Verdusen, 1669.]]
''El Comulgatorio'' se ocupa de la preparación del [[
Con ''El Comulgatorio'' Gracián abandona el estudio del ingenio y se dedica al de las emociones, en línea con los escritores espirituales del [[Siglo de Oro]]. Es este un libro de carácter religioso, muy distinto de los hasta ahora escritos por el aragonés, tanto en temática como en estilo. Lo publica por primera vez con su verdadero nombre y no con el de su hermano «Lorenzo Gracián» o bajo un anagrama como el «García de Marlones» con el que ve la luz la primera parte de ''El Criticón''. ''El Comulgatorio'' es más discursivo y apela a los afectos. Está más cercano a la [[oratoria sagrada]] que a la sentenciosa [[
En cuanto al género de ''El Comulgatorio'', la crítica se divide entre quienes piensan que es una pieza de oratoria sagrada, es decir, un [[sermón]], y los que sostienen que la obra pertenece al género de los libros de devoción.
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El tiempo del relato se configura a través de un eje cronológico marcado por el ciclo vital del hombre y asociado a las estaciones del año, tal y como aparece esbozado en el último capítulo de ''[[El Discreto]]''. El tiempo de la ficción novelesca progresa de manera lineal, pero recorrido por constantes digresiones e interrupciones. En estos remansos se da cuenta de todo un mundo alegórico y supone una detención del tiempo, muy adecuada a la generalización filosófica y moral.
Parece seguro que había un plan de la obra preconcebido en ''El Criticón'', lo que se observa en el hecho de que el arranque y desenlace de la obra suceden en una isla, según apuntó Klaus Heger.<ref>Klaus Heger, ''Baltasar Gracián. Eine Untersuchung zu Sprache und Moralistik als Ausdrucksweisen der literarischen Haltung des «Conceptismo».'' (1952), trad. y reed., ''Baltasar Gracián. Estilo y doctrina'', Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1982, pág. 46, ''apud'' [http://www.liceus.com/cgi-bin/aco/lit/01/022607.asp Emilio Blanco, Baltasar Gracián: ''El Criticón''] </ref> La misma tesis recoge Ricardo Senabre,<ref>Ricardo Senabre, «Artificios narrativos en ''El Criticón''.», en Aurora Egido, María del Carmen Marín Pina y Luis Sánchez Laílla (eds.), ''Baltasar Gracián IV Centenario (1601-2001). Actas II Congreso Internacional «Baltasar Gracián en sus obras», Zaragoza, 22-24 de noviembre de 2001'', Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2004, ISBN 8478207309, vol. II, pág. 354.</ref> que señala también la existencia de principios estructurales basados sobre todo en la [[antítesis]]. Esta se hace presente ya en los dos protagonistas medulares, Andrenio-Critilo, y recorre toda la obra, desde los distintos comportamientos que ante determinadas situaciones tienen cada uno de los protagonistas, hasta la abundancia de periodos bimembres en frases e incluso en la [[
En fin, [[Evaristo Correa Calderón|Correa Calderón]],<ref>Evaristo Correa Calderón, «Introducción» a su ed. de ''El Criticón'', Madrid, Espasa-Calpe, 1971, pág. XLIII.</ref> considera que ''El Criticón'' no es sino una serie de cuadros alegóricos yuxtapuestos, constituidos a modo de fantasías morales, y enlazados tan solo por la andadura de sus dos protagonistas, como ocurre en los libros satíricos de la época. Así lo hacían obras tal ''[[El Diablo Cojuelo]]'', de [[Luis Vélez de Guevara]], que adoptaba una estructura de pequeños módulos alegóricos independientes, como son los ensartados en el hilo del camino de los dos peregrinos de Gracián.
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===== Epistolario =====
Se conservan 32 cartas completas de Gracián, dirigidas a [[Vincencio Juan de Lastanosa]], [[
Importan sobre todo las enviadas a un jesuita de Madrid en 1646,<ref>Carlos Sánchez (ed.), ''Relación [...] sobre el sitio y socorro de Lérida'', Madrid, Carlos Sánchez, 1646. Fue publicada en ''Memorial histórico español'', Madrid, 1864, XVIII, y reproducida por [[Adolphe Coster]], en «Baltasar Gracián (1601-1658)», ''Révue Hispanique'', XXIX, 76 (1913), 347-754. Hay traducción española: Adolphe Coster, ''Baltasar Gracián'', trad. Fernando del Arco, Zaragoza, Inst. Fernando el Católico-CSIC, 1947, ''apud'' Evaristo Correa Calderón, ''op. cit.'', pp. XVIII-XIX y n. 13. </ref> en las que se refiere a la batalla de Lérida, donde se muestra orgulloso de su valerosa intervención. Nos cuenta cómo muchos capellanes cayeron enfermos o prisioneros, y cómo hubo de multiplicar su trabajo para absolver y dar el [[jubileo]] a los soldados en la misma línea del frente, como un combatiente más.<ref>Evaristo Correa Calderón, ''op. cit.'', pp. XVIII-XX.</ref>
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El estilo de Baltasar Gracián, el generalmente llamado «[[conceptismo]]», se caracteriza por la [[elipsis]] y la concentración de un máximo de significado en un mínimo de forma, procedimiento que Gracián lleva a su extremo en el ''Oráculo manual y arte de prudencia'', compuesto íntegramente de casi tres centenas de máximas comentadas. En ellas se juega constantemente con las palabras y cada frase se convierte en un acertijo por obra de los más diversos mecanismos de la [[retórica]].
Si los [[manierismo|manieristas]], como [[Fernando de Herrera|Herrera]] o [[Luis de Góngora
[[Archivo:Arte de ingenio.png|thumb|200px|''Arte de ingenio, tratado de la agudeza.'' Portada de la edición ''princeps'' de Madrid, [[1642]]]]
La prosa de Gracián está conformada por oraciones independientes y breves separadas por signos de puntuación (coma, punto y punto y coma) y no por nexos de subordinación. Predomina, pues, la [[yuxtaposición]] y la [[Coordinación (gramática)|coordinación]]. La escasa presencia de oraciones subordinadas en periodos complejos, lejos de facilitar la comprensión, la hace ardua, se hace necesario suplir la lógica de las relaciones entre las sentencias, deduciéndola del sentido, de la idea que se expresa, lo que no siempre es fácil. La profundidad de Gracián, pues, está en el concepto y en la elusión, no en la [[sintaxis]].
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Es muy característica la [[polisemia]] etimológica o falsamente etimológica en el nombre, a partir de peregrinas etimologías inventadas por él. Así, de Dios dirá «que del dar (...) tomó el Señor su Santísimo y Augustísimo remombre de ''Dí-os'' en nuestra lengua española» [http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12593061990149396310846/ima0219.htm]. En el mismo lugar (''Agudeza...'', XXXII), nos aporta otro caso similar: «Ponderaba un varón grave y severo el tiempo que roban en España las comedias, y las llamaba come-día y come-días.» [http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/12593061990149396310846/ima0217.htm]. Otras veces utiliza procedimientos de derivación y composición para crear neologismos nominales insólitos, como «espantaignorantes», «arrapaltares», «marivenido»,<ref>Evaristo Correa Calderón, ''op. cit.'', pág. LV.</ref> llegando a extremos de monstruosidad lingüística, en casos como los de «serpihombre» o «monstrimujer». El proceso inverso a la composición se da también en ejemplos como «casa y miento» (perversa interpretación de las raíces léxicas de ‘casamiento’), o «cumplo y miento» (de ‘cumplimiento’).
Conocido es su uso de [[
La prosa de Gracián no es producto de la espontaneidad, pues el estudio del autógrafo de ''El Héroe'' realizado por Romera-Navarro<ref>Miguel Romera Navarro, ''Estudio del autógrafo de «El Héroe» graciano (ortografía, correcciones y estilo)'', Madrid, CSIC, 1946. ISBN 84-00-00770-0</ref> demuestra que corregía y pulía constantemente su estilo. Elabora la forma tanto como cuida el contenido ideológico, lo que muestra su clara conciencia de escritor. La búsqueda de la originalidad y el rechazo del lenguaje manido hacen del suyo un arte minoritario, distinguido y elevado; pues como dice en el prólogo —aunque a nombre de [[Vincencio Juan de Lastanosa|Lastanosa]], debido indudablemente a su pluma— [[:s:El Discreto:Preliminares|«A los lectores» de ''El Discreto'']]:{{Cita|Digo, pues, que no se escribe para todos, y por eso es de modo que la arcanidad del estilo aumente veneración a la sublimidad de la materia, haciendo más veneradas las cosas el misterioso modo del decirlas. Que no echaron a perder Aristóteles ni Séneca las dos lenguas, griega y latina, con su escribir recóndito.|[[:s:El Discreto:Preliminares|Prólogo «A los lectores», ''El Discreto'']].}}
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