Diferencia entre revisiones de «Georg Wilhelm Friedrich Hegel»

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Sin embargo, precisamente por su novedad absoluta, es también absolutamente radical: por una parte, el aumento abrupto de violencia que hizo falta para realizar la revolución no puede dejar de ser lo que es, y por otra parte, ya ha consumido a su oponente. La revolución, por consiguiente, ya no tiene hacia dónde volverse más que a su propio resultado: la libertad conquistada con tantas penurias es consumida por un brutal [[Reinado del Terror]]. La historia, no obstante, progresa aprendiendo de sus propios errores: sólo después de esta experiencia, y precisamente por ella, puede postularse la existencia de un Estado constitucional de ciudadanos libres, que consagra tanto el poder organizador benévolo (supuestamente) del [[gobierno]] racional y los ideales revolucionarios de la libertad y la igualdad. "En el pensamiento es donde reside la libertad".
 
En las explicaciones contemporáneas del hegelianismo —para las clases preuniversitarias,lilian andrea por ejemplo— la dialéctica de Hegel a menudo aparece fragmentada, por comodidad, en tres momentos llamados “tesis” (en nuestro ejemplo, la revolución), “antítesis” (el terror subsiguiente) y “síntesis” (el estado constitucional de ciudadanos libres). Sin embargo, Hegel no empleó personalmente esta clasificación en absoluto; fue creada anteriormente por [[Fichte]] en su explicación más o menos análoga de la relación entre el individuo y el mundo. Los estudiosos serios de Hegel no reconocen, en general, la validez de esta clasificación, aunque probablemente tenga algún valor pedagógico (véase [[Tríada dialéctica]]).
 
Hegel se valió de este sistema para explicar toda la historia de la filosofía, de la [[ciencia]], del [[arte]], de la [[política]] y de la [[religión]], pero muchos críticos modernos señalan que Hegel a menudo parece pasar por alto las realidades de la historia a fin de hacerlas encajar en su molde dialéctico. [[Karl Popper]], crítico de Hegel en ''[[La sociedad abierta y sus enemigos]]'', opina que el sistema de Hegel constituye una justificación tenuemente velada del gobierno de [[Federico Guillermo III de Prusia|Federico Guillermo III]] y que la idea hegeliana de que el objetivo ulterior de la historia es llegar a un Estado que se aproxima al de la Prusia del decenio de 1831. Esta visión de Hegel como apólogo del poder estatal y precursor del [[totalitarismo]] del siglo XX fue criticada minuciosamente por [[Herbert Marcuse]] en ''Razón y revolución: Hegel y el surgimiento de la teoría social'', arguyendo que Hegel no fue apólogo de ningún Estado ni forma de autoridad sencillamente porque éstos existieran; para Hegel, el Estado debe ser siempre racional. [[Arthur Schopenhauer]] despreció a Hegel por el [[historicismo]] de éste y tachó la obra de Hegel de ''[[pseudofilosofía]]''.