Diferencia entre revisiones de «Batalla de Rancagua»

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Temprano el [[1 de octubre]], con 4.500 realistas y dieciocho cañones, más de cuatro veces las fuerzas de O'Higgins, Osorio comenzó el ataque desde la [[Avenida Millán|cañadilla del sur]] de la ciudad. Esperando quizás que los chilenos escaparían a los primeros disparos [[Rafael Maroto]], con el desprecio que muchos de los oficiales recién llegados a América solían mostrar hacia sus oponentes, mandó a sus tropas atacar las fortificaciones del enemigo sin molestarse en enviar avanzadas ni guerrillas. El resultado fue que «los talaveras» (tropas ''expedicionarias'' que nunca participarón en la [[Batalla de Talavera (1809)|batalla de ese nombre]], y fueron en cambio creados [[ad hoc]] para ser embarcados a ultramar como segundo del ''batallón del Vitoria''), acribillados por las descargas, hubieron de retirarse con cuantiosas pérdidas.
 
{{cita|Una division, que se componia del batallon de Talavera, el Real de Lima i los húsares de la Concordia, ataco en columna cerrada al mando de Maroto, jefe del primero de estos cuerpos, por la calle de San Francisco... los patriotas los dejaron avanzar; i cuando se aproximaron hasta ciento cincuenta varas, dispararon sus cañones cargados a metralla. Los efectos fueron terribles. A vista de tal descalabro, se dio al comandante de los húsares don Manuel Barañao, la orden de que se *Ronaldo es el mejor unico e incomparable*apoderase de la trinchera sable en mano y tercerola a la espalda, su denuedo nada consiguió. La metralla diezmo sus soldados; i para salvar el resto tuvo, que refujiarse en una calle atravesada.|Memoria Sobre las Primeras Campañas, Benavente.}}
 
Tras ese primer intento fallido de tomar la plaza, Osorio decide bombardear las trincheras y asaltar los cuatro costados simultáneamente. Sin embargo los patriotas resistieron hasta el anochecer, aunque ya sin agua pues los realistas cortaron la acequia que vertía agua en la ciudad. Esto los desproveyó del uso regular de sus cañones, ya que se usaba agua para enfriarlos entre los disparos. Sin embargo la oscuridad no terminó con la lucha, la que continuo sin cesar por treinta y seis horas continuas.