Diferencia entre revisiones de «Alfonso I de Aragón»

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Entre el [[1110]] y el [[1111]], el Conde de Candespina trató de convencer a la reina de que el príncipe [[Alfonso VII de Castilla|Alfonso]] debía convertirse en el rey legítimo de Castilla como uno hijo biológico de la reina de Castilla y León, para que apoyase el levantamiento de la nobleza contra Alfonso. Este hecho convirtió el conflicto político en una guerra abierta entre el monarca aragonés y las facciones castellanistas. El fuerte carácter de Alfonso I, su falta de mano izquierda en la política y el choque con el carácter de su mujer (las crónicas castellanas, siempre antialfonsíes, ponen en boca de Urraca que Alfonso «le pegó con manos y pies») llevaron al fracaso del matrimonio. Se dice que Alfonso temía que la proximidad entre el conde y su mujer fuera sinónimo de infidelidad de esta, razón por la que podría haberla repudiado, aparte de la nulidad de Roma (que el [[arzobispo de Toledo]] [[Bernardo de Sedirac]] también había pedido al Papa) además de que con la reina conspirando con sus enemigos era previsible la pérdida de sus derechos en Castilla y León. Por todo ello la declaró incapaz de gobernar y la hizo encerrar en [[El Castellar (Zaragoza)|El Castellar]], en [[Aragón]], a consecuencia de una conspiración en la que Urraca ordenó a los [[tenente]]s de fortalezas castellano-leoneses que no obedecieran las órdenes de su marido, lo que provocó una ruptura política irreconciliable con la facción de Candespina. Alfonso se vio obligado a llevar a cabo una exitosa invasión de Castilla con tropas navarras y aragonesas sin más apoyo que el de los [[Condado de Portugal|condes de Portugal]]. Aun sin la participación de las fuerzas de León y Castilla, en pocas semanas sometió las ciudades rebeldes de [[Palencia]], [[Burgos]], [[Ciudad de Osma|Osma]], [[Sahagún]], [[Astorga]] y [[Orense]], con una velocidad que le ganó reputación de invencible entre sus enemigos.
 
Aprovechando esta distracción en Occidente, el Conde [[Gomo González]] lanzó una incursión sobre El Castellar, liberando a la reina Urraca y llevándola a [[Sahagún]]. Las noticias de la incursión provocaron que Alfonso marchase con su ejército al sur castellano en una expedición punitiva contra el conde. La ciudad de [[Toledo]] cayó en la primera mitad de [[1111]] y Alfonso sustituyó al arzobispo hostil [[Bernardo de Toledo]].<ref>Carlos de Ayala Martínez, [http://books.google.es/books?id=51mYQYST7fcC&lpg=PP1&pg=PA376#v=onepage&q=&f=false ''Sacerdocio y reino en la España altomedieval: Iglesia y poder político en el occidente peninsular, siglos VII-XII''], Madrid, Silex (Historia Medieval), 2008, pág. 376. ISBN 9788477372141.</ref> En la [[batalla de Candespina]] del [[26 de octubre]] de [[1111]], sita en el actual municipio [[Provincia de Segovia|segoviano]] de [[Fresno de Cantespino]] obtuvo otra victoria. Se enfrentaron las huestes navarro-aragonesas de Alfonso y del conde [[Enrique I de Portugal]] contra las tropas fieles a Urraca y Candespina, con derrota de los segundos y muerte del conde levantisco, lo que dejó a la reina en muy mala situación y forzó su reconciliación con su marido.
 
En [[1112]] el Papa [[Pascual II]] hizo oficial la amenaza de nulidad, [[excomunión|excomulgándolos]] si permanecían juntos. Alfonso, profundamente religioso, aprovechó para repudiarla definitivamente. La situación se consolidó y oficializó en un concilio celebrado en [[Palencia]] en [[1114]]. Alfonso pasaba a ser únicamente rey de Aragón y Navarra, a pesar de tantas luchas, y dirigió sus objetivos a la [[reconquista]] del [[Valle del Ebro]], con la toma de [[Taifa de Zaragoza|Saraqusta]] en mente, proyecto casi abandonado durante sus cinco años de matrimonio y regencia castellana ([[1109]] - [[1114]]). No obstante, siguió utilizando el título de rey de Castilla y el de ''imperator totius Hispaniae'' producto de la [[Imperator totius Hispaniae|tradición imperial de León]].