Diferencia entre revisiones de «República de Weimar»

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[[1933]] es la fecha de término de la República, ya que, si bien la constitución de 1919 no fue revocada hasta el término de la [[Segunda Guerra Mundial]], el triunfo de [[Adolf Hitler]] y las reformas llevadas a cabo por los [[Nazismo|nacionalsocialistas]] (''[[Gleichschaltung]]'') la invalidaron mucho antes, instaurando una dictadura totalitaria, el llamado [[Tercer Reich]].
 
== Establecimiento de la República (1918–1919) ==
 
=== La Revolución de Noviembre ===
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{{AP|Revolución de Noviembre}}
En los últimos meses de la Primera Guerra Mundial, Alemania se encontraba al borde del colapso militar y económico. Ante la ofensiva final de los [[Aliados]], el [[14 de agosto]] de [[1918]], el Alto Mando alemán se reunió en su cuartel general de [[Spa]] y reconoció la inutilidad de seguir la guerra. No quería que los aliados pudieran descubrir el estado real de sus fuerzas, y menos aún verse en la imposibilidad de detener su avance. Esperaba salvar el ejército, ya que no el [[Imperio Alemán|régimen]], negociando, cuando se encontraba aún a cien kilómetros de [[París]]. El [[27 de septiembre]] [[Paul von Hindenburg]] y [[Erich Ludendorff]] informaron al gobierno imperial y pidieron el armisticio inmediato sobre la base de los famosos [[14 puntos de Wilson]]. Los políticos comprendieron de inmediato que la guerra estaba perdida y que los militares habían intentado ocultarlo. En pocos días se organizó un nuevo gobierno parlamentario, y el recién nombrado canciller, el príncipe [[Maximilian von Baden]], conocido liberal y pacifista, procedió a negociar la paz. [[Woodrow Wilson]], de espaldas a sus aliados, exigía ante todo la transformación de las instituciones políticas y militares del Reich. El ejército se opuso, y Ludendorff dimitió de manera estrepitosa, alimentando el mito de la «traición» de los civiles para ganarse a la opinión pública. Por su parte, los socialistas instalados en el poder esperaban la abdicación del Kaiser [[Guillermo II de Alemania]] para hacerse con el control, si bien sus líderes hicieron esfuerzos desesperados para conservar la forma imperial del Estado. La situación se vio entonces súbitamente interrumpida por los sucesos de [[Kiel]].<ref>Díez Espinosa: 18-26, Ferro: 374-8 y Klein: 20-2</ref>
 
Mientras que las tropas y la población, agotadas y desesperanzadas, esperaban el armisticio, en Kiel, el Alto Mando de la Marina (''Marineleitung'') al mando del almirante [[Reinhard Scheer]] quería cruzar el fuego por última vez con la [[Royal Navy]], por lo que anunció a la Flota de Alta Mar (''Hochseeflotte'') de la [[Kaiserliche Marine|Marina Imperial]] que debía zarpar. Los preparativos para hacerse a la mar causaron enseguida un motín en [[Wilhelmshaven]], donde la flota alemana había echado el ancla en espera del ataque. Los marineros amotinados se negaban a entablar una batalla nada más que por el honor. El Alto Mando de la Marina decidió suspender el ataque y ordenó el retorno a Kiel para procesar a los amotinados en una corte marcial. Los marineros restantes querían evitar el proceso, porque los amotinados también habían actuado en su interés. Una delegación sindical solicitó su liberación, pero fue rechazada por el Alto Mando de la Marina. Al día siguiente, la casa sindical fue cerrada, y el [[3 de noviembre]] las concentraciones de protesta fueron reprimidas a tiro limpio, causando la muerte de nueve personas. Cuando un marino respondió al fuego y mató a un oficial, la manifestación se convirtió en revuelta general.<ref>Ferro: 377-8.</ref>
 
La mañana del [[4 de noviembre]], los marineros eligieron un consejo de soldados, desarmaron a sus oficiales, ocuparon los barcos, liberaron a los presos amotinados y tomaron el control de la base naval de Kiel. A los marineros se unieron trabajadores civiles, en especial los metalúrgicos. Tras fundirse en un ''“Consejo de soldados y obreros”'', similar a un [[Soviet]], asaltaron los cuarteles y se apoderaron de la ciudad al son de [[La Internacional]], reivindicando la mejora de la alimentación, el abandono del proyecto de ofensiva de la flota, la liberación de los detenidos, el [[sufragio universal]] y la abdicación del Emperador. Por la tarde se les unieron soldados del ejército que el comando local había hecho traer para sofocar la revuelta. De este modo Kiel estaba firmemente en manos de 40.000 marineros, soldados y trabajadores insurrectos. La noche del [[4 de noviembre]], el diputado del [[Partido Socialdemócrata de Alemania]] (SPD) [[Gustav Noske]] llegó a Kiel en representación de la dirección del SPD, para controlar la revuelta y evitar una revolución. El consejo de la ciudad creía estar de parte del nuevo gobierno y contar con su apoyo. Por esto nombró a Noske “gobernador” esa misma noche y éste efectivamente terminó la revolución en Kiel al día siguiente.<ref>Díez Espinosa: 34-5.</ref>
 
Entretanto, el motín de Kiel había encendido la revolución en el resto de Alemania. Los cuarteles se levantaron contra la oficialidad y los mandos fueron relevados de sus funciones. Las huelgas de solidaridad extendieron la insurrección de la costa a las ciudades, y de las ciudades al interior. En [[Brunswick]] los marinos recién llegados se unieron a los obreros, obligaron al Gran Duque a abdicar y proclamaron la [[República Socialista de Brunswick]]. El proceso de huelga, motín, asalto a las cárceles y proclamación de consejos de obreros y soldados se repitió en todas las ciudades del país. Pero, a diferencia de los soviets rusos, estos ''Ratebewegungen'' emanaban más de la voluntad de los soldados que de la de los trabajadores. El [[6 de noviembre]], sabiendo que [[Guillermo II de Alemania|Guillermo II]] no podría conservar su trono, Maximilian von Baden le urgió para que abdicara en el [[Guillermo de Prusia|Kronprinz]], y salvar así la Monarquía, sin éxito. En [[Múnich]], el [[7 de noviembre]] huyó el rey [[Luis III de Baviera]], y al [[8 de noviembre|día siguiente]] se constituyó un consejo de soldados, obreros y campesinos dirigido por [[Kurt Eisner]], socialista independiente, que proclamó la [[República de Baviera]]. El [[9 de noviembre]] la [[Revolución de Noviembre|revolución]] llegó a [[Berlín]], y en pocas horas el Reich llegaba a su fin cuando el canciller Maximilian von Baden anunció la abdicación del ''Kaiser'' y el ''Kronprinz'' y nombró sucesor suyo al socialdemócrata [[Friedrich Ebert]]. Sin la menor resistencia, los príncipes gobernantes de los demás estados alemanes abdicaron y ese mismo día dos repúblicas fueron proclamadas: [[Philipp Scheidemann]], ex ministro imperial, proclamó la República desde el [[Reichstag (parlamento alemán)|Reichstag]], y dos horas después [[Karl Liebknecht]] (líder junto a [[Rosa Luxemburgo]] de la [[Liga Espartaquista]]) apareció en el Palacio Imperial (''Stadtschloss'') y anunció la ''República Libre y Socialista Alemana''.<ref>Díez Espinosa: 35-9; Klein: 22.</ref>
 
=== Los partidos políticos ===
[[Archivo:Resultados parlamentarios Weimar .svg|thumb|400px|Evolución de los partidos políticos en las eleeciones parlamentarias de la República de Weimar.]]
La toma del poder por las masas tuvo como consecuencia inmediata el hecho de que Alemania entregara el poder político al socialismo. En noviembre de 1918 la gran mayoría del país estaba sinceramente dispuesta a apoyar a un gobierno democrático. Como a los socialdemócratas se les consideraba demócratas, y eran el partido parlamentario más numeroso, había casi una absoluta unanimidad para confiarles la dirección y formación del futuro sistema de gobierno. Sin embargo, los socialdemócratas se habían escindido; relevantes marxistas rechazaron la democracia y se manifestaron partidarios de la dictadura del proletariado.<ref>Mises 2002: 283.</ref> Aparecieron así tres corrientes socialistas:
 
#'''La socialdemocracia (SPD):''' con un 35% de los escaños del Reichstag en las elecciones de 1912, era la la principal representante de la sociedad alemana. Asimismo, gozaba de un extraordinario predicamento entre las clases populares por su antigüedad, organización y número de afilados. Obedientes del régimen imperial, con la caída de éste se proponía sustituir la Alemania militarista y feudal por una democracia parlamentaria, restaurar las libertades cívicas y los derechos del hombre (suspendidos en el curso de la guerra) y aumentar el programa de medidas de la [[sozialpolitik]] (política de bienestar social) preexistente. Los socialdemócratas rechazaban completamente el modelo bolchevique de revolución armada y [[dictadura del proletariado]], y potenciaron la colaboración con otras fuerzas políticas para democratizar las instituciones.<ref>Díez Espinosa: 42-3.</ref>
#'''Los socialistas independientes (USPD):''' aparecieron en 1917 sin una formulación programática clara, como oposición al continuismo que la SPD hacía del gobierno imperial en la guerra. Partidarios de la restauración de la unidad socialista, defendían tanto el [[parlamentarismo]] como los consejos revolucionarios, en la creencia de que éstos últimos debían supervisar al primero. Compartían el deseo de la SPD de potenciar la política social, y abogaban por la socialización de la economía a través de la nacionalización parcial de determinados sectores económicos, como parte de las finanzas y la industria pesada, pero manteniendo el comercio interno y externo en manos privadas. Rechazaban la colectivización de la tierra, pero proponían una redistribución en favor de los pequeños agricultores. Se oponían a las autoridades burguesas y rechazaban el burocratismo de las instituciones y los sindicatos, en contra de la SPD.<ref>Díez Espinosa: 43-4.</ref>
#'''La Liga Espartaquista:''' en un principio parte de la USPD, se transformó en un partido revolucionario. Rechazaban el revisionismo socialdemócrata y consideraban los acontecimientos de noviembre una etapa en el objetivo final de la revolución socialista y la [[dictadura del proletariado]]. Consideraban la [[revolución bolchevique]] un ejemplo a seguir, con ciertos ajustes y la corrección de los errores de [[Lenin]] con respecto al mantenimiento de las libertades individuales. Creían que los proletarios debían tomar el control de las instituciones burguesas y suplantarlas con sus propios órganos representativos, exclusivamente formados por miembros de su partido, para alcanzar una verdadera democracia, sin que el terror y la represión entraran en principio en sus fines. Sus 24 proposiciones para la protección de la revolución incluían el desarme del ejército y la policía, la supresión del régimen parlamentario y la socialización de la economía a través de la confiscación de grandes fortunas, bancos, propiedades y fábricas, de los transportes y los medios de comunicación y el dirigismo de la producción. Independientemente de todo ello, vistos con perspectiva, sus esfuerzos estaban condenados al fracaso dado su escaso número y al efecto negativo que la Revolución Bolchevique había producido en la opinión pública, asimilándose los horrores soviéticos a los espartaquistas.<ref>Díez Espinosa: 44-6 y Klein: 26-7.</ref>
 
Los socialdemócratas se aliaron con los independientes y se hicieron hueco en los organismos de la Revolución de Noviembre, articulando una bicefalia entre los representantes políticos y los de los consejos populares. El [[10 de noviembre]], seis comisarios del pueblo (3 socialdemócratas y 3 independientes) formaron el Gobierno Provisional. Al [[11 de noviembre|día siguiente]] firmaron el [[armisticio de Compiégne]], basándose en los 14 puntos de Wilson, y el [[12 de noviembre|12]] promulgaron un programa de actuación política económica de cara a la reconstrucción nacional. Se creó un Consejo Ejecutivo Provisional completamente dominado por los socialdemócratas, como vínculo entre el gobierno provisional y los consejos. Este Consejo no duda en ratificar la actuación del gobierno, y hace oídos sordos a los espartaquistas. Los Consejos habían perdido su utilidad para un gobierno cuya mayor preocupación era precisamente evitar una Revolución, limitándose al cambio pacífico del canciller y la forma del Estado. Finalmente, el [[Congreso Panalemán de Consejos]] reunido en Berlín del [[16 de noviembre|16]] al [[20 de diciembre]] apoyó mayoritariamente las tesis socialdemócratas, por lo que se disolvió y confió el destino de la República a la convocatoria de elecciones para una Asamblea Nacional Constituyente. Con ello la Revolución terminó antes de empezar, y las clases populares quedaron marginadas de la política. Esta renuncia voluntaria al poder provocó el estupor y la acción desesperada de la Liga Espartaquista, rechazada por la mayor parte de la población, que no había obtenido más que 10 delegados de un total de 489 en el mencionado Congreso.<ref>Díez Espinosa: 46-50 y Klein: 24-5 y 29-32.</ref>
 
Para consolidarse, la recién nacida República logró el acuerdo entre sindicatos y patronales ([[15 de noviembre]]), tranquilizando así a la burguesía. Los trabajadores obtuvieron garantías como la jornada de ocho horas sin disminución de salarios, la renuncia de los patronos a emprender acciones contra los sindicatos y la reglamentación del trabajo con convenios colectivos. Por su parte, los industriales conjuraron el peligro de la revolución y la socialización de la economía, defendidos por los espartaquistas. De igual modo, se llegó a un acuerdo con el ejército monárquico para crear un gobierno de orden y combatir la amenaza bolchevique. Por su parte, la vieja clase política imperial se había adaptado a la nueva legalidad en la forma de nuevos partidos de derechas, los llamados populares: los conservadores antirrepublicanos y pangermanistas en el [[Partido Popular Nacional Alemán|DNVP]] (''Deutsche Nationalen Volkspartei'' o 'Partido Popular Nacional Alemán'), mientras que los liberales se escindieron en el derechista [[Partido Popular Alemán|DVP]] (''Deutsche Volkspartei'' o 'Partido Popular Alemán') y el izquierdista [[Partido Democrático Alemán|DDP]] (''Deutsche Demokratische Partei'' o 'Partido Demócrata Alemán'). Tan sólo el católico y centrista [[Zentrumspartei|ZP]] (''Zentrumspartei'') conservó su denominación anterior.<ref>Díez Espinosa: 53-7 y 145-7.</ref>
 
=== Der Spartakusaufstand (El levantamiento Espartaquista) ===
 
Entre la decisión de transferir el poder a una Asamblea Constituyente, y la fecha de su real aplicación, el [[19 de enero]], tuvo lugar la última fase de la ''Novemberrevolution''. Los socialistas independientes pronto fueron dejados de lado, precisamente por su carácter conciliador, tachados de traidores por los espartaquistas y de aliados poco sinceros por los socialdemócratas. Aliados con el ejército, los socialdemócratas giraron hacia posturas más conservadoras y procedieron a la disolución de los consejos, el restablecimiento de la autoridad de mando de los oficiales y la requisición de las armas en poder de los civiles.
 
Por su parte, los espartaquistas se radicalizaron cada vez más, en la esperanza de detener la ''contrarrevolución''. Deseosos de enfatizar su preferencia por el modelo soviético, el [[30 de diciembre]] los espartaquistas fundaron el [[KPD]] (''Kommunistische Partei Deutchslands'' o Partido Comunista Alemán), renunciando a participar en las elecciones del 19 de enero y marcándose metas revolucionarias. El ciudadano alemán medio percibía que todo lo que los marxistas habían proclamado durante años había sido mentira.{{demostrar}} Sencillamente, lo único que perseguían era poner a [[Rosa Luxemburgo]], una extranjera, en el lugar de los [[Hohenzollern]]. Para la opinión pública resultaba que, como habían dicho siempre los conservadores, lo que los defensores de la democracia querían establecer era el gobierno de la turba y la dictadura de los demagogos.{{demostrar}} La misma idea de la democracia se hizo sospechosa. Para muchos alemanes el término fue desde entonces sinónimo de fraude, hecho que posteriormente daría alas al nazismo.<ref>Díez Espinosa: 57-9 y Mises 2002: 283.</ref>
 
Los nacionalistas se dieron rápidamente cuenta del cambio de mentalidad y se aprovecharon de la ocasión. Si unas semanas antes se habían sentido desesperados, ahora sabían cómo volver al poder. Acuñaron la leyenda de la «[[Dolchstosslegende|la puñalada por la espalda]]», que les devolvió la confianza en sí mismos y el apoyo popular. Pero su primer objetivo fue impedir el establecimiento de un [[Estado socialista]]. Para ello, un partido esencialmente antidemocrático como el DVNP presentó al electorado, por razones puramente tácticas, un programa liberal y democrático. Apoyando el régimen parlamentario en el corto plazo, se proponían acabar con él más tarde.<ref>Díez Espinosa: 56-7 y Mises 2002: 284-5.</ref>
 
Por su parte, los comunistas confiaban en conquistar el poder por la violencia, con ayuda de [[Rusia]] o aún sin ella. En la [[Navidad]] de [[1918]] estalló en [[Berlín]] un conflicto entre el gobierno provisional y una belicosa tropa comunista, la "División de Marinos del Pueblo" (''Volksmarinedivision''), que se opuso al gobierno vigente y se atrincheró en el Palacio Imperial, llegando a sitiar al canciller Ebert en su despacho. Éste, presa del pánico, pidió ayuda a una compañía de caballería desmontada de la antigua [[Guardia Real]], mandada por un general aristocrático, que estaba a las afueras de la capital en espera de ser disuelta. Hubo un combate favorable a la Guardia, pero el gobierno les ordenó retirarse, ya que desconfiaba de ellos y no quería luchar contra sus propios camaradas. Esta escaramuza convenció a los socialistas independientes de que era imposible evitar el triunfo del comunismo, y para no perder popularidad ni llegar demasiado tarde a participar en el inminente gobierno comunista, retiraron a sus 3 comisarios, con lo que el [[SPD]] quedó en exclusiva a cargo del gobierno, lo que acrecentó su inclinación hacia posturas conservadoras.<ref>Díez Espinosa: 58-7 y Mises 2002: 285.</ref>
 
El [[4 de enero]] de [[1919]] el socialista independiente [[Emil Eichorn]] cesó como jefe de policía, y ello sirvió de pretexto para la huelga general, que el [[6 de enero|6]] paralizó Berlín y se convirtió en una tentativa de insurrección; comunistas y socialistas independientes iniciaron la batalla en las calles de [[Berlín]] y llegaron a dominar en el centro de la capital. El USPD y el KPD formaron un comité débil e indeciso, y el movimiento se extiendió a [[Baviera]], [[Bremen]], [[Hamburgo]], [[Sajonia]], [[Magdeburgo]] y [[Sarre]]. Liebknecht abogaba por derribar cuanto antes el gobierno de Ebert, contra la opinión de [[Rosa Luxemburgo]], y tras el fracaso de las conversaciones con el gobierno, llamó a los obreros a tomar las armas.
 
La situación era desesperada cuando apareció una ayuda inesperada, al decidir el ministro de defensa Gustav Noske echar mano de los ''Freikorps'' (organizaciones paramilitares antirrepublicanas, integradas por antiguos soldados) para acabar con el levantamiento. Entre el [[8 de enero|8]] y [[13 de enero]] los ''Freikorps'' reconquistaron fácilmente la capital y asesinaron a cientos de revolucionarios, incluyendo a Liebknecht y Luxemburgo. Curiosamente, entre quienes aportaron enormes sumas de dinero para pagar a los ''Freikorps'' estuvo, entre otros, el liberal izquierdista [[Walther Rathenau]], posteriormente asesinado por estos mismos.<ref>Díez Espinosa: 58-62 y Mises 2002: 285-6.</ref>
 
Por otra parte, por estas fechas ([[5 de enero]] de 1919) se constituyó el Partido Obrero Alemán. Fundado por [[Anton Drexler]] y [[Karl Harrer]], fue en sus inicios un partido pequeño de ideas contradictorias, hasta que [[Adolf Hitler]] se les unió en octubre de 1919, asumiendo la dirección del movimiento poco más tarde hasta convertirlo en el [[Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores]].
 
La victoria del gobierno no puso fin a la guerra civil, que aún duró varios meses en provincias, con la eliminación de islotes revolucionarios en [[Bremen]] y el [[Ruhr]]. Con todo, pudieron celebrarse las elecciones, las sesiones de la asamblea constituyente y la proclamación de la [[Constitución de Weimar]]. Hubo una participación del 82,8%, en las elecciones el SPD obtuvo el 37,9% de los votos y 165 escaños, seguido del ZP (19,7 y 91 esc.), el DDP (18,6 y 75 y esc.), el DVNP (10,3 y 44 esc.), el USPD (7,8 y 33 esc.) y el liberal DVP de [[Gustav Stresemann]] (4,4 y 19 escaños). Pese a obtener mayoría, el SPD se vio obligado a pactar con los partidos de derecha para poder gobernar. Se formó así la llamada [[Coalición de Weimar]], y Ebert fue elegido presidente de la república, por 277 votos a favor, 51 en contra y 51 abstenciones; Scheidemann fue nombrado jefe de gobierno.<ref>Díez Espinosa: 72 y Klein 34-7.</ref>
 
El régimen republicano y democrático debió su existencia a las fuerzas paramilitares y antidemocráticas de una [[Derecha política|derecha]] [[Nacionalismo|nacionalista]], radicalmente opuesta al parlamentarismo, que esperaba la oportunidad de ponerle fin. Los [[Marxismo|marxistas]] no [[Comunismo|comunistas]] reprocharon severamente a Ebert, Noske y otros dirigentes [[Socialdemocracia|socialdemócratas]] su colaboración con los nacionalistas vencedores de los espartaquistas, si bien es cierto que les correspondió el mérito de haber evitado la instauración de un [[estado socialista]], mientras que los socialdemócratas quedaron públicamente desacreditados.
 
Los socialdemócratas consiguieron formar gobierno en [[Prusia]] y otros ''länder'' únicamente gracias al apoyo de los nacionalistas, del ejército imperial convertido en ''Reichwehr'' y de los ''Freikorps'', y desde entonces estuvieron a merced de la derecha, cuyo poder iba mucho más allá de lo meramente parlamentario. Las dos grandes facciones en liza, ultranacionalistas y comunistas, consideraban a la República únicamente como un campo de batalla de su lucha por el poder. Pero en esta lucha extraparlamentaria, mientras que los primeros podían actuar libremente y conocían por experiencia los resortes del poder, los segundos no, y ello determinó la victoria ultranacionalista. No había entre esos dos partidos dictatoriales un tercero que defendiera el capitalismo y la democracia. La única alternativa lógica al nacionalismo y el socialismo beligerantes hubiera sido el liberalismo, pero el único partido que hubiera podido cambiar la situación, el monárquico y librecambista DVP de Gustav Stresemann, carecía de la base social y la representación parlamentaria necesarias. Ni los socialdemócratas, ni el centro católico eran los adecuados para adoptar la democracia, a la que calificaban de ''plutocrática'', y el republicanismo tildado de ''burgués'', y noestaban dispuestos a renunciar al estatismo y la ''sozialpolitik''. Tras la experiencia de la guerra, las masas percibían que la autarquía propugnada por todos ellos era fatal para la economía, y que los únicos que tenían una idea de cómo afrontarla eran los partidos nacionalistas de extrema derecha (aunque fuera con la doctrina expansionista del [[lebensraum]]).<ref>Mises 2002: 289-90.</ref>
 
=== La crisis de Baviera ===
 
A partir de la reunión de la Asamblea nacional de Weimar, Kurt Eisner se había convertido en campeón de los [[länder]] frente al centralismo de Berlín. Su asesinato el [[21 de febrero]] a manos de un extremista de derechas (el [[Anton Graf von Arco auf Valley|conde Arco-Valley]]) tuvo gran repercusión en Munich, donde el consejismo mantenía aún la vigencia perdida en Berlín. La situación degeneró rápidamente. La conservadora dieta bávara (''Landtag'') fue absolutamente marginada por los Consejos, que se radicalizaron rápidamente, proclamando al fin, a instancias de la [[Unión Soviética|Rusia]] de [[Lenin]] y la [[República Soviética Húngara|Hungría]] de [[Béla Kun]], una ''[[República Soviética de Baviera|República Consejista Bávara]]'' ([[7 de abril]]) de clara inspiración anarquista. Ésta rechazó el parlamentarismo e intentó acometer la ''revolución social'', pero fue un completo fracaso. Los Consejos habían perdido todo contacto con las masas y la realidad social, y ni siquiera el nuevo partido comunista apoyaba su línea política.<ref>Por ejemplo, el Ministro de Economía, el arbitrista monetario [[Silvio Gesell]], propugnaba por un dinero que se desvaneciese (''Schwundgeld'') en caso de no ser gastado en un plazo prefijado. El papel moneda habría de ser sellado al final de cada mes, costando en dicho sello una determinada cantidad que se detraería del valor del propio dinero. Este interés inverso de un dinero autodestructivo suponía, pues, el pago por el derecho a no gastar, lo cual se oponía a la tradición alemana del ahorro.</ref> Fueron los propios comunistas quienes se acabaron alzando contra la República de Baviera en un intento de salvarla, pero pronto se organizó la contrarrevolución, dirigida por el primer ministro de la SPD, Hoffmann, que en dos semanas aplastó totalmente la Revolución (finales de abril-principios de mayo de 1919). Las ejecuciones se contaron por centenares, y a partir de este momento, Múnich se convirtió en la capital conservadora, contrarrevolucionaria y antirrepublicana, permitiendo durante muchos años las actividades de los nacionalistas más exalatados, como Hitler y Ludendorff. Cuando, cediendo a la presión de los Aliados, el gobierno promulgó una ley sobre la entrega de armas en poder de los particulares, Baviera se resistió, negándose a desarmar a las milicias contrarrevolucionarias, lo que provocó una crisis que duró de agosto de 1920 hasta 1921.<ref>Díez Espinosa: 133-7 y Klein 32-3.</ref>
 
=== La Constitución de Weimar ===
{{AP|Constitución de Weimar}}
[[Archivo:Offizielle Postkarte Weimarer Nationalkversammlung.jpg|thumb|left|Postal oficial de la Asamblea Constituyente de Weimar.]]
La Constitución, compuesta por 181 artículos, se discutió de febrero a julio, y fue aprobada el [[31 de julio]] de [[1919]] por 262 votos a favor y 72 en contra (socialistas independientes, liberales y nacionales). Rebosaba por sus cuatro costados el espíritu de concordia y mutuo entendimiento, y como tal, la indefinición y ambigüedad. En Weimar no se instauró un Estado nuevo, sino que simplemente se dio al [[Imperio Alemán|Deutsche Reich]] (que incluso conservó tal denominación) una nueva forma, la republicana. El pueblo experimentó la decepción de la imposición de una Constitución en la que no participó. Se hizo a la idea de que, en definitiva, la República había suplantado al Imperio sin que sus principios de gobierno diferieran. No obstante lo cual, la de Weimar fue una república democrática avanzada. A la cabeza de este Estado federal y parlamentario, se colocó un presidente elegido por sufragio directo para un mandato de siete años, dotado de fuerte autoridad y del derecho de disolución del Parlamento, lo que recuerda las atribuciones del antiguo emperador y las limitaciones del parlamentarismo bismarckiano. El Parlamento estaba constituido por una cámara electiva, el ''[[Reichstag (parlamento alemán)|Reichstag]]'', y otra territorial, el ''[[Reichsrat]]''. El canciller, nombrado por el presidente, asumía el poder ejecutivo. La nueva Constitución consagraba el sufragio proporcional (y la consiguiente fragmentación de las cámaras), los poderes de emergencia de los que disponía el presidente y el recurso al plebiscito: por una parte, la posibilidad para el presidente de someter un texto legislativo al pueblo, en caso de desacuerdo con el Reichstag; por otra parte, la posibilidad para 1/10 de los electores de formular un proyecto de ley para someterlo al pueblo, o la facultad de diferir la promulgación de una ley si 1/3 del Reichstag y 1/20 de electores lo pidiesen.
 
La unidad triunfó sobre los particularismos locales (''Reichsrechtbricht Landrecht''), pero al igual que en la época de Bismarck, también en la República de Weimar los principales poderes de la administración civil eran detentados por los gobiernos de los Estados que lo formaban en lugar del gobierno del Reich. [[Prusia]] era el Estado más extenso y más rico, el de población más numerosa, y su predominio aplastante en el ''Reichsrat'': gobernar Prusia era gobernar el Reich, sin necesidad de tener en cuenta a los demás ''länder''.
 
Asimismo, el adjetivo ''“social”'' apareció por vez primera en la Constitución de Weimar, proclamando que el Estado busca además de la democracia, elemento de las constituciones liberales escritas hasta entonces, la justicia social.
 
En ocasiones se ha achacado a las deficiencias de esta Constitución los yerros de la República y su caída. No obstante, distintos autores señalan que ninguna Constitución democrática hubiera podido hacer frente a la falta de apoyo popular al régimen, que desembocó en su crisis final y el ascenso nazi. Añaden que la constitución weimariana funcionó notablemente bien durante el gobierno de Stresemann, entre 1924 y 1929.<ref>Díez Espinosa: 95-7 y Klein 39-42.</ref>
 
=== Una socialización abortada ===
 
Los socialdemócratas habían puesto a la cabeza de sus programas la [[socialización]] de los medios de producción (''Vergeselleschaftung''). Las nacionalizaciones y el socialismo aplicado durante la guerra (''Zwangswirtschaft'' o planificación centralizada) habían sido, sin embargo, muy beneficiosas para algunos empresarios capitalistas aliados del gobierno del Reich y muy perjudiciales para la producción y los intereses de los trabajadores, debido a lo cual eran extremadamente impopulares. Los socialdemócratas abordaron la cuestión con demagogia: atacaron el socialismo de guerra como la peor clase de abuso y explotación capitalista, pero fueron incapaces de establecer diferencias reales entre sus proyectos y el ''Zwangswirtschaft'', rechazando además los instrumentos de nacionalización, ya como revolucionarios, ya como burgueses. Estas contradicciones e incoherencias determinaron la quiebra de la socialdemocracia alemana.<ref>Mises 2002: 294.</ref>
 
Con la caída del régimen imperial, los empresarios, desafiando la planificación central, habían reanudado la producción para exportar con objeto de comprar víveres y materias primas en los países neutrales y en los Balcanes. Los empresarios triunfaron en sus esfuerzos y salvaron a Alemania del hambre y la miseria. Sus coetáneos los tacharon de aprovechados, pero se alegraron de poder adquirir al fin artículos muy necesarios. Los parados volvieron a encontrar trabajo, y Alemania inició la vuelta a la normalidad. Por su parte, a los trabajadores alemanes de todo tipo no les importaba gran cosa la socialización. Daban más importancia a la subida de salarios, a las ayudas al desempleo y a la reducción del horario laboral. Los consejos obreros, vistos con recelo por las instituciones y los líderes sindicales, perdieron toda su sustancia revolucionaria y su papel político por el artículo 165 de la Constitución y la ley de Consejos de Fábrica del [[4 de febrero]] de [[1920]].<ref>Díez Espinosa: 95-8 y Mises 2002: 292-7.</ref>
 
El intento de reforma agraria, tímido y lleno de contradicciones, no supuso un cambio sustancial de las condiciones de vida de los agricultores ni de la estructura de propiedad. Según las estimaciones de 1922, apenas el 2% de la propiedad territorial afectada por la ley había sido redistribuida, situación que no mejoraría con el transcurso de los años.<ref>Díez Espinosa: 99-102.</ref>
 
=== Las bandas armadas y el ejército ===
 
La revolución de noviembre provocó la aparición de los ''freikorps'' (compañías libres) y las ''Wehrorganisationen'' (organizaciones de defensa), bandas armadas dirigidas por aventureros, un fenómeno que no se veía en Alemania desde la [[Guerra de los Treinta Años]]. Estas compañías libres (como la [[Stahlhelm]] de [[Franz Seldte]], la Wehrwolf de [[Fritz Kloppe]] y las [[Sturm Abteilung]] de [[Ernst Röhm]]) estaban formadas por oficiales despedidos del antiguo ejército imperial, que se juntaron con soldados desmovilizados y jóvenes cadetes, ninguno de los cuales quería volver a la vida civil. Ofrecieron su protección a terratenientes y campesinos, y aunque en un principio protegieron a los civiles de los ataques de comunistas y defendieron las conquistas en el frente oriental, pronto las inmanejables bandas se convirtieron en saqueadores y chantajistas violentos. Dada la imposibilidad de disolverlas, se las acabó integrando en la ''Reichwehr'', lo que, aparte de crear un conflicto con los aliados, fue otro de los ingredientes del fracaso de la República de Weimar: la pervivencia de un ejército rapaz, conquistador y antiparlamentario. Las instituciones militares y la marina llegaron a conservar los colores imperiales (negro, rojo, blanco) en lugar de los republicanos. Una vez eliminada la amenaza comunista, se acabó su colaboración con las autoridades republicanas. La oficialidad gozó de una autonomía increíble, manteniendo su ideología militarista, sus afectos monárquicos y su estilo de vida aristocrático. De cara a la galería, el ejército rechazaba cualquier implicación con el armisticio y la firma de la paz de Versalles. Nacionalistas y militares afirmaban que desde 1914 habían logrado mantener inviolado el territorio alemán, acampar durante cuatro años en Francia y mantener ocupadas las tres cuartas partes de Bélgica y un buen trozo de Francia el día del armisticio. Aunque el ejército había perdido tanto la batalla como la guerra, ni los civiles ni los militares tuvieron el sentimiento de haber sido derrotados, salvo en algunos sectores de la retaguardia o del frente. En este contexto, la leyenda de la puñalada por la espalda les permitió mantener su mítica aureola de invencibilidad y acusar de la derrota a los ''"civiles traidores"''. El [[11 de noviembre]] las tropas desfilaron por Berlín, y Ebert saludó a estos soldados ''«que vuelven invictos de un combate glorioso»'', consagrando así el mito del que iba a alimentarse la propaganda nacionalista y hitleriana.<ref>Díez Espinosa: 103-7, 150-2 y 155-8, Ferro: 380 y Mises 2002: 297-8.</ref>
 
=== El Tratado de Versalles ===
{{AP|Tratado de Versalles (1919)}}
[[Archivo:German losses after WWI.svg|thumb|300px|Alemania tras el Tratado de Versalles, una vez devueltos o entregados territorios del II Reich a las administraciones y estados de [[Dinamarca]], [[Bélgica]], [[Sarre]], [[Francia]], [[Danzig]], [[Lituania]], [[Checoslovaquia]] y [[Polonia]] (cuyas banderas aparecen, respectivamente, de arriba a abajo y de izquierda a derecha)
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{{Leyenda|#ffffcf|Anexionado por países vecinos}}
{{Leyenda|#ddefd0|Administrado por la [[Sociedad de Naciones]]}}
{{Leyenda|#f6d3a9|Alemania ([[1919]]-[[1935]])}}]]
 
El Tratado de Versalles fue un tratado de paz al final de la Primera Guerra Mundial que oficialmente puso fin al estado de guerra entre Alemania y los Países Aliados. Fue firmado el 28 de junio de 1919 en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles, exactamente 5 años después del asesinato del archiduque Franz Ferdinand, uno de los acontecimientos que desencadenaron el inicio de la Primera Gran Guerra. A pesar de que el armisticio fue firmado el 11 de noviembre de 1918 para poner fin a los combates reales, se tardó seis meses de negociaciones en la Conferencia de Paz de París para concluir en un tratado de paz. El Tratado entró en vigor el 10 de enero de 1920.
 
De las muchas disposiciones del tratado, una de las más importantes y controvertidas disposiciones requerían que Alemania y sus aliados aceptasen toda la responsabilidad de haber causado la guerra y, bajo los términos de los artículos 231-248,[1] desarmarse, realizar importantes concesiones territoriales y pagar indemnizaciones a los estados vencedores. El Tratado fue socavado tempranamente por acontecimientos posteriores a partir de 1922 y fue ampliamente violado en los años treinta con la llegada al poder del nazismo.
 
== Los años de crisis (1919-1923) ==