Diferencia entre revisiones de «Edad Moderna»

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La '''Edad Moderna''' es el tercero de los [[periodización|periodos históricos]] en los que se divide tradicionalmente en [[Occidente]] la [[Historia Universal]], desde [[Cristóbal Celarius]]. En esa perspectiva, la Edad Moderna sería el periodo en que triunfan los valores de la [[modernidad]] (el [[progreso]], la [[comunicación]], la [[razón]]) frente al periodo anterior, la [[Edad Media]], que el tópico identifica con una [[Edad Oscura]] o paréntesis de atraso, [[aislamiento]] y [[oscurantismo]]. El espíritu de la Edad Moderna buscaría su referente en un pasado anterior, la [[Edad Antigua]] identificada como [[Época Clásica]].
que pueden ser las leyes y costumbres tradicionales, la religión o la lengua. En ese sentido van la reivindicación de la lengua vernácula para la corte de Inglaterra (que durante toda la Edad Media hablaba el francés) o la argumentación de [[Nebrija]] a los Reyes Católicos en su ''Gramática Castellana'' de que, deben imitar a Roma y al latín porque ''la lengua va con el imperio'' (originándose una serie de orgullosas defensas del español en actos diplomáticos).<ref>Algunos historiadores, como [[Henry Kamen]], polemizan negando la [[hispanidad]] del Imperio de los Habsburgo, afirmando que el español era una lengua minoritaria. La idea de Kamen de que España fue creada por el Imperio y no el imperio por España es bastante defendible: también [[Józef Piłsudski]] dijo que es el estado quien crea a la nación y no la nación al Estado.</ref>
 
El paso del tiempo ha ido alejando de tal modo esta época de la presente que suele añadirse una cuarta edad, la [[Edad Contemporánea]], que aunque no sólo no se aparte, sino que intensifica extraordinariamente la tendencia a la [[modernización]], lo hace con características sensiblemente diferentes, fundamentalmente porque significa el momento de triunfo y desarrollo espectacular de las fuerzas económicas y sociales que durante la Edad Moderna se iban gestando lentamente: el [[capitalismo]] y la [[burguesía]]; y las entidades políticas que lo hacen de forma paralela: la [[nación]] y el [[Estado]].
 
En la Edad Moderna se integraron los dos ''mundos'' humanos que habían permanecido aislados desde la Prehistoria: el [[Nuevo Mundo]] ([[América]]) y el [[Viejo Mundo]] ([[Eurasia]] y [[África]]). Cuando se descubra el [[continente australiano]] se hablará de [[Novísimo Mundo]].
 
La disciplina historiográfica que la estudia se denomina [[Historia Moderna]], y sus historiadores, "modernistas" (aunque no deben confundirse con los seguidores del [[modernismo (desambiguación)|modernismo]], estilo artístico y literario, y movimiento religioso, de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX).
 
== Localización en el espacio ==
En su tiempo se consideró que la Edad Moderna era una división del [[tiempo histórico]] de alcance mundial, pero hoy en día suele acusarse a esa perspectiva de [[eurocéntrica]] (ver [[Historia]] e [[Historiografía]]), con lo que su alcance se restringiría a la historia de la [[Civilización Occidental]], o incluso únicamente de [[Europa]]. No obstante, hay que tener en cuenta que coincide con la [[Era de los Descubrimientos]] y el surgimiento de la primera [[economía-mundo]].<ref>Concepto de [[Fernand Braudel]] desarrollado por [[Immanuel Wallerstein]] ''El moderno sistema mundial''</ref> Desde un punto de vista aún más restrictivo, únicamente en algunas [[monarquía]]s de [[Europa Occidental]] se identificaría con el periodo y la [[formación social histórica]] que se denomina [[Antiguo Régimen]].
[[Archivo:Durer Adam and Eve.jpg|thumb|250px|left|'''[[Adán y Eva]]''' de [[Alberto Durero]]. El [[antropocentrismo]] [[humanista]] simboliza la modernidad en la [[Filosofía]], la [[Ciencia]] y el [[Arte]]. No obstante, la paulatina imposición de nuevos criterios secularizados y pragmáticos en política y relaciones sociales no impidieron -sin duda utilizaron- los conflictos religiosos.]]
 
== Localización en el tiempo ==
La fecha de inicio más aceptada es la toma de [[Constantinopla]] por los [[Imperio Otomano|turcos]] en el año [[1453]] -coincidente en el tiempo con la invención de la [[imprenta]] y el desarrollo del [[Humanismo]] y el [[Renacimiento]], procesos a los que contribuyó por la llegada a Italia de exiliados [[bizantino]]s y textos clásicos [[Idioma griego|griegos]]-, aunque también se han propuesto el [[Descubrimiento de América]] ([[1492]]) y la [[Reforma Protestante]] ([[1517]]) como hitos de partida.
 
En cuanto a su final, la historiografía anglosajona asume que estamos aún en la Edad Moderna (identificando al periodo XV al XVIII como ''Early Modern Times'' -temprana edad moderna- y considerando los siglos XIX y XX como el objeto central de estudio de la ''Modern History''), mientras que las historiografías más influidas por la francesa denominan el periodo posterior a la [[Revolución Francesa]] (1789) como [[Edad Contemporánea]]. Como hito de separación también se han propuesto otros hechos: la [[Revolución Americana|independencia de los Estados Unidos]] ([[1776]]), la [[Guerra de Independencia Española]] (1808) o la [[Guerra de Independencia Hispanoamericana]] (1809-1824). Como suele suceder, estas fechas o hitos son meramente indicativos, ya que no hubo un paso brusco de las características de un período histórico a otro, sino una transición gradual y por etapas, aunque la coincidencia de cambios bruscos, violentos y decisivos en las décadas finales del siglo XVIII y primeras del XIX también permite hablar de la [[Era de la Revolución]].<ref>El concepto se acuñó por [[Eric J. Hobsbawm]] ''Las revoluciones burguesas'', Barcelona, Labor ISBN 84-335-2987-1 (título original ''The Age of Revolution. Europe 1789-1848'', Londres, 1964)</ref> Es por eso que debe tomarse todas estas fechas con un criterio más bien pedagógico. La edad moderna transcurre más o menos desde mediados del siglo XV a finales del siglo XVIII.
[[Archivo:Benin bronze Louvre A97-14-1.jpg|thumb|200px|right|De un mundo cultural bien distinto al de Durero, pero compartiendo la parte más profunda de los conceptos de belleza y humanidad (que atraviesan el espacio y el tiempo y fueron redescubiertos por artistas de lo que hoy llamamos [[arte moderno]], como [[Picasso]]), uno de los [[Bronces de Benin]] del Museo del Louvre. Puede fecharse entre 1450 y 1550. No conocemos el nombre de su autor, al contrario que el de otros broncistas contemporáneos suyos, como [[Ghiberti]] o [[Benvenuto Cellini]], porque la función social del artista era muy diferente en el África subsahariana y la Italia del Renacimiento.]]
 
== Secuenciación ==
La Edad Moderna suele secuenciarse por sus [[siglo]]s, lo que puede ser arbitrario (y suele ser salvado con expeditivos ''siglos cortos'' o ''siglos largos'', divididos según convenga), pero en general la historiografía ha caracterizado una sucesión cíclica, que algunos han querido identificar con [[ciclos económicos]] similares a los descritos por [[Clement Juglar]] y [[Nicolái Kondratiev]], pero más amplios, con fases ''A'' de expansión y ''B'' de [[recesión]] secular.
 
Un '''[[siglo XVI]]''' que, tras la costosa recuperación de la [[Crisis de la Baja Edad Media]], en economía presencia la [[Revolución de los Precios]], coincidente con la [[Era de los Descubrimientos]] que permite una expansión europea ligada a ventajas tecnológicas y de organización social.<ref>[[Carlo Cipolla]] (1967) ''Cañones y Velas'', Barcelona (Ed. original ''Guns and sails in early phase of european expansión, 1400-1700'' Londres 1965).</ref> Pocos hechos cambiaron tanto la historia del mundo como la [[descubrimiento de América|llegada de los españoles a América]] y la posterior [[Conquista de América|Conquista]] y la apertura de las rutas oceánicas que castellanos y portugueses lograron en los años en torno a 1500. El [[choque cultural]] supuso el colapso de las [[civilizaciones precolombinas]]. Paulatinamente, el Atlántico gana protagonismo frente al Mediterráneo,<ref>[[Fernand Braudel]] (1999) ''El Mediterráneo y el Mundo Mediterráneo en la época de Felipe II'', FCE, ISBN 84-375-0095-8 </ref> cuya [[cuenca del Mediterráneo|cuenca]] presencia un reajuste de civilizaciones: si en la Edad Media se dividió entre un norte [[cristiano]] y un sur [[islámico]] (con una frontera que cruzaba [[Al Andalus]], [[Sicilia]] y [[Tierra Santa]]), desde finales del siglo XV el eje se invierte, quedando el [[Mediterráneo Occidental]], (incluyendo las ciudades costeras clave de [[África del Norte]]) hegemonizado por la [[Monarquía Hispánica]] (que desde 1580 incluía a [[Portugal]]), mientras que en [[Europa oriental]] el [[Imperio Otomano]] alcanza su máxima expansión. Las milenarias civilizaciones orientales ([[India]], [[China]] y [[Japón]]), reciben en algunas ciudades costeras una presencia puntual portuguesa, ([[Goa]], [[Ceilán]], [[Malaca]], [[Macao]], [[Nagasaki]] misiones de [[San Francisco Javier]]), pero tras los primeros contactos se mantuvieron poco conectados o incluso ignoraron olímpicamente los cambios de Occidente; por el momento se lo podían permitir. Las ''islas de las especias'' ([[Indonesia]]) y [[Filipinas]] serán objeto de una dominación colonial europea más intensiva. Frente a la continuidad oriental, los cambios sociales se concentran en los vértices del llamado [[comercio triangular]]: notables en Europa (donde comienzan a diverger un noroeste burgués y un este y sur en proceso de [[refeudalización]]), y cataclísmicos en [[América]] ([[colonización europea de América|colonización]]) y [[África]] ([[esclavismo]]). El crecimiento de población en Europa probablemente no compensó el descenso en esos continentes, sobre todo en América, en que alcanzó proporciones catastróficas y ha sido considerado como el mayor desastre demográfico de la Historia Universal<ref>; Katz, S. T. (1994-2003). The Holocaust in Historical Context, (2 vols.), Nueva York, Oxford Universtity Press</ref> (varios investigadores<ref>Cook, S. F. y W. W. Borah (1963), The indian population of Central Mexico, Berkeley (Cal.), University of California Press; Dobyns, H. F. (1983). Their number become thined: Native American population dynamics in Eastern North America, Knoxville (Tenn.), University of Tennesee Press</ref> han estimado que más del 90% de la población americana murió en el primer siglo posterior a la llegada de los europeos, representando entre 40 y 112 millones de personas).<ref>Mann, Charles (2006). ''1941: Una nueva historia de las Américas antes de Colón'', Taurus, Madrid, pag. 136,185</ref> Las convulsiones políticas y militares son asimismo espectaculares. En la mítica [[Tombuctú]], el [[Askia Mohamed I]] (1493-1528) produce el apogeo del [[Imperio Songhay]], que entra en la órbita del Islam y decaerá en el periodo siguiente. Simultáneamente, el [[Renacimiento]] da paso a los enfrentamientos de la [[Reforma]] y las [[guerras de religión]]. La expansión ideológica de Europa se manifiesta en la difusión del [[cristianismo]] por todo el mundo, excepto en los [[Balcanes]], donde retrocede frente al [[Islam]], con el que también entra en contacto en [[Extremo Oriente]], tras dar la vuelta al globo.
[[Archivo:Taj Mahal in March 2004.jpg|200px|thumb|right|El [[Taj Mahal]], prueba tanto de la pervivencia de civilizaciones distintas a la europea como de la gran comunicación que se había producido a nivel mundial: su bellísima armonía integra elementos hindúes, islámicos, turcos e incluso europeos (aunque la intervención de arquitectos italianos parece que se ha demostrado falsa)]]
 
Un '''[[siglo XVII]]''' que presenció posiblemente una [[crisis general]] (quizá provocada por la [[Pequeña Edad del Hielo]]) que se conoce como [[crisis del siglo XVII]], que aparte del descenso de población (ciclos de hambres, guerras, epidemias) y del declive de la serie de [[precio]]s o de la llegada de metales de América, fue muy desigual en la forma de afectar a los distintos países, incluso en Europa: catastrófica para la [[Monarquía Hispánica]] ([[crisis de 1640]]) y [[Alemania]] ([[Guerra de los Treinta Años]]), pero impulsora para [[Francia]] e [[Inglaterra]] una vez resueltos sus problemas internos ([[Fronda]] y [[Guerra Civil Inglesa]]). El [[Imperio Otomano]] pierde en la [[batalla de Viena]] su última oportunidad de expandirse frente a Europa, y comienza un lento declive, en parte en beneficio de una [[Polonia]] que enseguida pasará el relevo al gigantesco [[Imperio Ruso]]. En su frente oriental, resucita el [[Imperio Persa]] con la [[dinastía safávida]] que lleva a un breve apogeo el [[Sah]] [[Abbas I]] ''el Grande'', que convierte a [[Isfahán]] en una de las ciudades más bellas del mundo. Al mismo tiempo, en la [[India]], que mantiene la presencia colonial europea en la costa, se levanta un gran imperio continental del que es prueba el [[Taj Mahal]] de [[Sha Jahan]] y comienza a descomponerse con [[Aurangzeb]]. Todos estos movimientos tienen que ver con el vacío [[geoestratégico]] formado en el [[Asia Central]], que los [[kanato]]s herederos de [[Horda de Oro]] son incapaces de ocupar. En China los intemporales [[Interpretaciones de la Historia de China|ciclos dinásticos]] se renuevan con el acceso de la dinastía [[manchú]]: los [[Qing]]. Japón expulsó a los portugueses (no así a los holandeses) y se cerró en el relativo aislamiento del periodo [[Tokugawa]], que incluyó el exterminio de los cristianos, pero que quizá salvó la civilización japonesa de la colonización y permitió un desarrollo endógeno que en el siglo XIX la hará irrumpir de golpe en la [[modernización]]. Los océanos presencian el declive del [[Imperio Español]] (que había llegado a su cúspide, temporalmente unido al [[Imperio portugués|portugués]]) en beneficio del [[Imperio holandés|holandés]] y el [[Imperio británico|británico]]. Es la edad de oro de la [[piratería]], que permite el efímero florecimiento de un modo de vida violento y excesivo, pero románticamente percibido como una [[utopía]] libre en el [[Caribe]] ([[isla de la Tortuga]]).
[[Archivo:Mr and Mrs Andrews 1748-49.jpg|thumb|320px|right|'''Los señores Andrews''' (1748) posan displicentemente para [[Thomas Gainsborough]] ante su campo de trigo. La [[revolución agrícola]] ya está en marcha, y la [[Revolución Industrial|industrial]] la sigue. En Inglaterra, los comerciantes y financieros de la ''[[city]]'' londinense, la ''[[gentry]]'' rural y los primeros industriales fabriles no tienen idénticos intereses de clase, pero son claramente aspectos de una misma clase dominante, para la que quizá pueda valer el nombre [[burguesía]] (categorizado por [[Carlos Marx]] como la propietaria de los [[medios de producción]]), y que puede identificarse con más claridad si se observa a quién representa el [[Parlamento]] a través de las sucesivas reformas electorales que perfeccionan el sistema político de la [[Monarquía Parlamentaria]]; a excepción de la parte que no integrará: las [[Trece Colonias]] norteamericanas. Los [[campesino]]s desposeídos y desarraigados del campo por la política de [[cercamiento]]s (''[[enclosure]]s'') y las [[leyes de pobres]] (''[[poor laws]]'') están alimentando el [[proletariado]] de las ciudades industriales. Enseguida se convertirá en el ''[[taller del mundo]]'', cuyos océanos gobierna (''[[Rule, Britannia]]''). El continente europeo seguirá sus pasos en cuanto se deshaga de las estructuras del Antiguo Régimen.]]
 
Un '''[[siglo XVIII]]''' que comienza con lo que [[Paul Hazard]] definió como [[crisis de la conciencia europea]] (1680-1715), que abre paso a la [[Revolución científica]] newtoniana, la [[Ilustración]], la [[Crisis del Antiguo Régimen]] y la que propiamente puede llamarse [[Era de las Revoluciones]], cuyo triple aspecto se categoriza como la [[Revolución Industrial]] (en el desarrollo de las [[fuerzas productivas]], lo tecnológico y lo económico incluyendo el triunfo del capitalismo), la [[Revolución burguesa]] (en lo social, con la conversión de la burguesía en nueva clase dominante y la aparición de su nuevo antagonista: el [[proletariado]]) y la [[Revolución liberal]] (en lo político-ideológico, de la que forman parte la [[Revolución francesa]] y las [[independencia americana|revoluciones de independencia]] americanas). El desarrollo de esos procesos, que pueden considerarse como consecuencias lógicas de los cambios desarrollados desde el fin de la Edad Media, pondrán fin a la Edad Moderna. En Europa se encuentra de nuevo en ascenso demográfico, que se convierte esta vez en el comienzo de la [[transición demográfica]], superadas las mortalidades catastróficas: la última [[peste negra]] en Europa Occidental ([[Marsella]], [[1720]]) se vence con la inesperada ayuda del ''[[rattus norvegicus]]'', que sustituye biológicamente a la pestífera ''[[rata negra]]'';<ref>[http://html.rincondelvago.com/demografia-en-el-siglo-xviii.html Apuntes] universitarios sobre demografía del siglo XVIII</ref> y con la [[vacuna|vacuna de Jenner]] se obtiene la primera herramienta científica para el tratamiento de epidemias. En cuanto al hambre, no desaparece, de hecho el siglo presencia numerosos [[motines de subsistencia]] (que en Inglaterra anteceden al nuevo tipo de protesta, ligado al naciente proletariado industrial),<ref>[[E. P. Thompson]] es el autor que trata más extensamente esos conceptos, desde una perspectiva materialista no ortodoxa en ''Economía moral de la multitud'' (un artículo de gran repercusión, en que pide que se estudie no de forma mecanicista, sino con la misma sutileza el comportamiento de las masas preindustriales que el de los pueblos primitivos sometidos a la ciencia antropológica), ''La formación histórica de la clase obrera'' (extraña traducción del título que falsea el original ''The making of the english working class'', un voluminoso tratado), y ''Tradición, revuelta y conciencia de clase''.</ref> pero que en las zonas que desarrollan precozmente una agricultura capitalista y un sistema de transportes modernizado pueden salvarse (en Inglaterra, Francia y Holanda el sistema de canales fluviales antecede en un siglo al trazado del ferrocarril). En otras continuó habiendo hasta bien entrado el XIX, como España ([[hambruna de 1812]], cuando se recurrió al consumo masivo de la tóxica [[almorta]], que por las mismas fechas también fue detectado por los ingleses en la India)<ref>[http://www.historiacocina.com/gourmets/venenos/almortas.htm Artículo] de Carlos Azcoytia sobre la almorta y el [[latirismo]], que reproduce uno de los grabados de la serie ''Los desastres de la guerra'' de [[Goya]] (''Gracias a la almorta'') y otros datos hasta la epidemia de latirismo en la posguerra española de los años ¡1940!</ref> o Irlanda (monocultivo de la [[patata]] que llevará al [[hambruna irlandesa de 1845]] y a la emigración masiva). El equilibrio europeo iniciado en el [[Tratado de Westfalia]] (1648) se recompone en el de [[Tratado de Utrecht|Utrecht]] (1714) y se mantiene no sin conflictos (varios de ellos llamados [[Guerra de Sucesión]]), con hegemonía continental para [[Francia]] (vinculada a España por los [[Pactos de Familia]] de la [[dinastía Borbón]]) y hegemonía marítima para [[Inglaterra]], certificada más tarde en [[Trafalgar]] (1805). Las exploraciones de [[James Cook]] y la ocupación de Oceanía cierran la era los descubrimientos geográficos (a la espera de las [[expediciones polares]]). La integración mundial avanza y surgen las primeras [[guerras mundiales]] en el sentido de que los imperios coloniales europeos se reparten territorios distantes ([[India]], [[Canadá]]) al tiempo que se dirimen otros repartos en Europa (como el de [[Polonia]]). Las posesiones europeas llegan a su máxima expansión en América en vísperas de la [[Revolución Americana|Independencia de Estados Unidos]] (1776) y de la [[Guerra de Independencia Hispanoamericana|Emancipación Hispanoamericana]] (1808-1824), anticipada por la [[Revolución de los Comuneros]] en [[1737]] y la rebelión de [[Túpac Amaru]] en [[1780]]. Para recoger el testigo de la sumisión colonial, África y [[Extremo Oriente]] habrán de esperar al siglo XIX, pero en el [[Asia Central]] se asiste a una carrera por la ocupación de un espacio geoestratégicamente vacío entre Rusia y China. Simultáneamente, en el [[Pacífico]] norteamericano la emprenden Rusia, Inglaterra y España, mientras la colonización de [[Australia]] es iniciada por Inglaterra sin apenas oposición.
 
[[Archivo:Potosi Real.jpg|thumb|left|180px|El [[real español|real]] de [[plata]], o ''peso duro'' (éste acuñado en las míticas minas de [[Potosí]] en 1768) fue el antepasado del [[dólar]] americano (cuyo símbolo deriva de la columna rodeada por la cartela "[[Plus Ultra (lema)|Plus Ultra]]", a su vez un lema muy apropiado, por lo expansivo), y cumplía una función similar en la [[economía]] mundial.]]
[[Archivo:Cacao Aztec Sculpture.jpg|thumb|right|180px|Escultura [[azteca]] que representa a un hombre portando el fruto del [[cacao]]. ''Alimento de los dioses'' (se tradujo ''Teobroma'' como nombre científico), fue usado como moneda en época precolombina. Su consumo fue rápidamente adoptado en Europa, como el del [[tabaco]]; más lenta fue la incorporación de cultivos, como el del [[maíz]], el [[tomate]] o la [[patata]]. ''Museo Nacional de Antropología e Historia de México''.]]
[[Archivo:Don Quixote 9.jpg|thumb|left|180px|[[Alonso Quijano|Don Quijote]] carga contra el rebaño de ovejas. El equilibrio de la [[ganadería ovina]] con la [[agricultura cerealista]] y con la [[industria textil]] no fue sólo un asunto vital para una [[Castilla]] dominada por la [[Mesta]] y para sus clientes en [[Flandes]], verdadera [[metrópolis]] comercial de sus materias primas (lana y metales preciosos), sino también para [[América]], donde sin exagerar mucho puede decirse que ''las ovejas se comieron a los hombres''. Esta expresión se aplicó también en [[Inglaterra]], que desde un paisaje similar al castellano en la Baja Edad Media optó por el desarrollo agrícola e industrial.]]
[[Archivo:Koeh-107.jpg|thumb|right|180px|La [[pimienta]], objeto de lujo en la Edad Media, provocó la codicia comercial que empujó a la búsqueda de las rutas hacia las Islas de las Especias. [[Carlo Cipolla]], en ''Allegro ma non tropo'', desarrolló en clave irónica una interpretación de la Historia moderna basada en ello.]]
 
== Caracterización ==
 
El carácter más trascendental que trae la Edad Moderna es, sin duda, lo que Ruggiero Romano y Alberto Tenenti denominan ''«la primera unidad del mundo»'':
{{Cita|En 1531, al abrirse la nueva Bolsa de Amberes, una inscripción advertía que era ''in usum negotiatorum cuiuscumque nationis ac linguae'': para uso de los hombres de negocios de cualquier nación y lengua. Es en un hecho como éste y en muchos otros de naturaleza semejante, más aún que en los aspectos externos del gigantismo político o económico, donde nos parece que debe buscarse el sentido profundo del período... <small>Ahora se crea una primera unidad del mundo: las técnicas circulan velozmente; los productos y los tipos de alimentación se difunden; la cocina española, el trigo, el carnero, los bovinos se introducen en América; a más o menos largo plazo, el maíz, la patata, el chocolate, los pavos llegan a Europa. En los Balcanes, las pesadas confituras turcas van penetrando lentamente; las bebidas turcas -o la manera turca de prepararlas- se consolidan. Por todas partes, los paisajes cambian: los templos de las religiones de la América precolombina son sustituidos por iglesias católicas, y en las encrucijadas de los caminos de América se levantan ahora cruces; en los Balcanes, los alminares se alzan al lado de las iglesias ortodoxas. Intercambios de técnicas, de culturas, de civilizaciones, de formas artísticas: la rueda -desconocida en América- se introduce en el nuevo mundo; los pintores italianos llegan a las cortes de los sultanes (así, Gentile Bellini termina, en 1480, el finísimo retrato de Mohamed el Conquistador). Una vasta economía mundial extiende sus hilos alrededor del globo: el camino de las monedas del imperio español, los famosos «reales de a ocho», acuñadas en las casas de moneda americanas, se hace cada vez más largo y, tras el viaje tras atlántico, llegan en pequeñas o grandes etapas hasta el Extremo Oriente, para ser cambiadas por especias, sedas, porcelanas, perlas ... El trigo del Báltico llega hasta la región atlántica de la Península Ibérica, y hacia 1590 entrará masivamente hasta el Mediterráneo; el azúcar, de las islas atlánticas o del Brasil, empieza a llegar en grandes cantidades a los mercados europeos; se democratizan algunos productos -como la pimienta- considerados hasta entonces de lujo o, por lo menos, privilegiados. La modernidad de esta época, en torno a la cual generaciones enteras de historiadores han discutido para captar su presencia en mil aspectos, en mil ideas, se afirma, precisamente, en esta primera unidad del mundo. Pero ésta es aún demasiado frágil: si las líneas de navegación enlazan ya con gran regularidad los distintos continentes, la piratería o las dificultades técnicas de la navegación rompen aquella regularidad; si los sueños imperiales -y unificadores- de un Carlos V parecen, por momentos, hacerse realidad a la luz de las victorias, se desvanecen muy fácilmente en la tristeza de las derrotas… y en las grandes escisiones internas que aparecen en Europa en el plano religioso, o en los gérmenes de …la conciencia nacional que ahora empieza a desarrollarse.</small><ref>Romano y Tenenti, op. cit. pg. 294</ref>}}
 
Elemento consustancial a la Edad Moderna (especialmente en Europa, primer motor de los cambios) es su carácter transformador, paulatino, dubitativo incluso, pero decisivo, de las estructuras económicas, sociales, políticas e ideológicas propias de la [[Edad Media]]. Al contrario de lo que ocurrirá con los cambios revolucionarios propios de la [[Edad Contemporánea]], en que la dinámica histórica se acelera extraordinariamente, en la Edad Moderna la inercia del pasado y el ritmo de los cambios son lentos, propios de los fenómenos de [[larga duración]]. Como se indica [[Edad Moderna#Localización en el tiempo|arriba]], no hubo un paso brusco de la [[Edad Media]] a la época moderna, sino una [[transición]]. Los principales fenómenos históricos asociados a la [[Modernidad]] ([[capitalismo]], [[humanismo]], [[Estado nacional|estados nacionales]], etcétera) venían preparándose desde mucho antes, aunque fue en el paso de los siglos [[Siglo XV|XV]] a [[Siglo XVI|XVI]] en donde confluyeron para crear una etapa histórica nueva.
 
Estos cambios se produjeron simultáneamente en varias áreas distintas que se retroalimentaban: en lo económico con el desarrollo del [[capitalismo]]; en lo político con el surgimiento de estados nacionales y de los primeros imperios ultramarinos; en lo bélico con los cambios en la estrategia militar derivados del uso de la [[pólvora]]; en lo artístico con el [[Renacimiento]], en lo religioso con la [[Reforma Protestante]]; en lo filosófico con el [[Humanismo]], el surgimiento de una [[filosofía]]s secular que reemplazó a la [[Escolástica]] medieval y proporcionó un nuevo concepto del hombre y la sociedad; en lo científico con el abandono del ''[[magister dixit]]'' y el desarrollo de la investigación empírica de la [[ciencia moderna]], que a la larga se interconectará con la tecnología de la Revolución Industrial. Ya para el [[siglo XVII]], estos fuerzas disolventes habían cambiado la faz de Europa, sobre todo en su parte noroccidental, aunque estaban aún muy lejos de relegar a los actores sociales tradicionales de la Edad Media (el [[clero]] y la [[nobleza]]) al papel de meros comparsas de los nuevos protagonistas: el [[Estado moderno]], y la [[burguesía]].
 
Desde una perspectiva materialista, se entiende que este proceso de transformación empezó con el desarrollo de las fuerzas productivas, en un contexto de aumento de la población (con altibajos, desigual en cada continente y aún sometica a la mortalidad catastrófica propia del el [[Antiguo Régimen demográfico]], por lo que no puede compararse a la [[explosión demográfica]] de la Edad Contemporánea). Se produce el paso de una economía abrumadoramente agraria y rural, base de un sistema social y político [[Feudalismo|feudal]], a otra que sin dejar de serlo mayoritariamente, añadía una nueva dimensión comercial y urbana, base de un sistema político que se va articulando en [[estado-nación|estados-nación]] (la [[monarquía]] en sus variantes [[monarquía autoritaria|autoritaria]], [[monarquía absoluta|absoluta]] y en algunos casos [[monarquía parlamentaria|parlamentaria]]); cambio cuyo inicio puede detectarse desde fechas tan tempranas como las de la llamada [[revolución del siglo XII]] y que se precipitó con la [[crisis del siglo XIV]], cuando se abre la [[transición del feudalismo al capitalismo]] que no se cerrará hasta el siglo XIX.<ref>El término quedó acuñado en el célebre debate que a mediados del siglo XX mantuvieron personalidades de la [[historiografía]] y la [[economía]] más o menos cercanas al paradigma del [[materialismo histórico]], en su versión inglesa o francesa (revistas [[Past and Present]] y [[Annales]]), como [[Maurice Dobb]], [[Karl Polanyi]], [[R. H. Tawney]], [[Paul Sweezy]], [[Kohachiro Takahashi]], [[Christopher Hill]], [[Georges Lefebvre]], [[Giuliano Procacci]], [[Eric Hobsbawm]] y [[John Merrington]] entre otros. Una recopilación de los artículos con sus respuestas se hizo en HILTON, Rodney (ed.) (1976, 1977 en español) ''La transición del feudalismo al capitalismo'', Barcelona, Crítica, ISBN 84-7423-017-9.</ref>
 
El nuevo actor social que aparece y al que pueden asociarse los nuevos [[valor]]es [[ideológico]]s (el [[individualismo]], el [[trabajo]], el [[mercado]], el [[progreso]] ...) fue la burguesía. No obstante, el predominio social de clero y nobleza no es discutido seriamente durante la mayor parte de la Edad, y los valores tradicionales (el [[honor]] y la [[fama]] de los nobles, la [[pobreza]], [[obediencia]] y [[castidad]] de los [[votos monásticos]]) son los que se imponen como [[ideología]] dominante, que justifica la persistencia de una [[sociedad estamental]]. Hay historiadores que niegan incluso que la categoría social de [[clase]] (definida con criterios económicos) sea aplicable a la sociedad de la Edad Moderna, que prefieren definir como una sociedad de órdenes (definida por el prestigio y las relaciones clientelares).<ref>[[Roland Mousnier]], en polémica con los historiadores materialistas, de la [[Escuela de Annales]], o el soviético Boris Porschnev.</ref> Pero desde una perspectiva más amplia, considerando el periodo en su conjunto, es innegable que poderosas fuerzas, aquéllas en que se basan esos nuevos valores, estaban en conflicto y chocaron, a la velocidad de los continentes, con las grandes estructuras históricas propias de la Edad Media (la [[Iglesia Católica]], el [[Sacro Imperio Romano Germánico|Imperio]], los [[feudo]]s, la [[servidumbre]], el [[privilegio]]) y otras que se expandieron durante la Edad Moderna, como la [[colonia administrativa|colonia]], la [[esclavitud]] y el [[racismo]] [[eurocentrismo|eurocentrista]]. La Era de las Revoluciones fue un cataclismo final que no se produjo sino cuando se hubo concentrado una energía suficiente.
 
Mientras este conflicto secular se desarrollaba en Europa, la totalidad del mundo, conscientemente o no, fue afectada por la expansión europea. Como se ha visto en [[Edad Moderna#Secuenciación|Secuenciación]], para el mundo extraeuropeo la Edad Moderna significa la irrupción de Europa, en mayor o menor medida según el continente y la civilización, a excepción de una vieja conocida, la islámica, cuyo campeón, el Imperio Turco, se mantuvo durante todo el periodo como su rival [[geoestratégico]]. Para América la Edad Moderna significa tanto la irrupción de Europa como la gesta de la independencia que dio origen a los nuevos estados nacionales americanos.
 
[[Archivo:Basilica di San Pietro front (MM).jpg|thumb|left|180px|Fachada de la [[Basílica de San Pedro]], Roma. La inscripción del friso es curiosa: se hizo ''en honor del Príncipe de los Apóstoles, Paolo Borghese, Romano Pontífice Máximo. Año 1612, séptimo de su pontificado''. Es notable vanidad la que supone enaltecer el apellido familiar junto al nombre que adoptó como papa ([[Pablo V]] tenía como nombre Camilo Borghese), y apropiarse de un monumento que llevaba cien años construyéndose por iniciativa de muchos papas. Curiosamente, las tres palabras que quedan sobre la entrada resumen (sin duda involuntariamente) las claves de la Edad Moderna: '''PAVLVS BVRGHESIVS ROMANVS''', la herencia [[clásica]] (greco-romana), el [[cristianismo]] expansivo de [[Pablo de Tarso]] (el judío apóstol de los gentiles) y la enigmática presencia, central, de la [[burguesía]]. Sin embargo, nada más antiburgués que la aristocrática familia [[Borghese]] en el epicentro del clero católico.]]
[[Archivo:Rembrandt Harmensz. van Rijn 092.jpg|thumb|right|180px|''Los Síndicos del Gremio de los Pañeros'', [[Rembrandt]], 1662. La burguesía holandesa, tras la [[Revuelta de Flandes]], se ha convertido por primera vez en la historia en la clase dominante a cuyos intereses sirve un estado de dimensiones nacionales. Esto es excepcional no solo en el mundo sino en Europa, donde incluso Inglaterra, en plena [[Restauración]], aún no ha solucionado sus conflictos sociales y políticos, mientras que en el resto triunfa el [[Antiguo Régimen]] en mayor o menor medida.]]
=== El papel de la burguesía ===
Los [[Burguesía|burgueses]], nombre que se dio en la edad media europea a los habitantes de los [[burgo]]s (los barrios nuevos de las ciudades en expansión), tienen una posición ambigua en la Edad Moderna. Una visión lineal, que tome como punto de llegada la Revolución Burguesa, les buscará emplazándose a sí mismos fuera del sistema feudal, como hombres libres que, en Europa, se hicieron poderosos gracias a la creación de redes comerciales que la abarcaban de norte a sur. Ciudades que habían conseguido una existencia libre entre el imperio y el papado, como [[Venecia]] y [[Génova]], crearon verdaderos imperios comerciales. Por su parte, la [[Hansa]] dominó la vida económica del [[Mar Báltico]] hasta el [[siglo XVIII]]. Las [[ciudad]]es eran ''islas en el océano feudal'', pero el que la burguesía fuera realmente un disolvente del feudalismo, o más bien un testimonio de su dinamismo, al crecer con el excedente que los señores extraen en sus feudos, es un tema que ha discutido extensamente la historiografía.<ref>[[Henri Pirenne]], ''La ciudad medieval : del Occidente cristiano al Oriente musulmán (siglos V-XV)'' Madrid. ISBN 84-206-1401-7; [[Rodney Hilton]] (ed.) ''La transición del Feudalismo al Capitalismo''</ref> El mismo papel de la ciudad europea durante la Edad Moderna puede considerarse un proceso de [[larga duración]] dentro del milenario proceso de [[urbanización]]: la creación de una [[red urbana]], preparación necesaria para el cumplimiento de las funciones sociales del mundo industrial moderno. A la línea de meta llegaron con ventaja metrópolis como [[Londres]] y [[París]] en el siglo XVIII; por el camino quedaron rezagadas, sin capacidad de articular una economía nacional de dimensiones suficientes para el despegue industrial, [[Lisboa]], [[Sevilla]], [[Madrid]], [[Nápoles]], [[Roma]], [[Viena]]... y jugando en otra división (no de tamaño, sino funcional) [[Ciudad de México]], [[Moscú]] o [[San Petesburgo]], [[Estambul]], [[Alejandría]], [[El Cairo]], [[Pekin]].<ref>[[Jan de Vries]] (1984-1987): ''La urbanización de Europa, 1500-1800'', Barcelona, Crítica. ISBN 84-7423-330-5; [[David Ringrose]] (1985) ''Madrid y la economía española, 1560-1850. Ciudad, Corte y País en el Antiguo Régimen'', Madrid, Alianza Universidad. ISBN 84-206-2443-8</ref>
 
Aunque la diferencia de posición económica era enorme entre [[alta burguesía]], [[baja burguesía]] y [[plebe]] empobrecida, no lo estaba en muchos extremos por su condición social: todas eran [[pueblo llano]]. La diferenciación entre burguesía y [[campesinado]] es aún más significativa, pues fuera de las ciudades es donde vivía la inmensa mayoría de la población, dedicándose a actividades agropecuarias de muy escasa productividad, lo que las condenaba a la invisibilidad histórica: la producción documental, que florece de forma extraordinaria en la Edad Moderna (no sólo con la imprenta, sino con la fiebre burocrática del estado y de los particulares: registros económicos, protocolos notariales...) es esencialmente urbana. Los fondos de los archivos europeos empiezan ya a competir en densidad de [[fuentes documentales]] con enorme ventaja frente a los chinos, de milenaria continuidad.
 
También puede verse a la burguesía como un aliado del absolutismo, o como un agregado social sin verdadera conciencia de clase, cuyos individuos prefieren la "traición" que les permite el ennoblecimiento por compra o matrimonio, sobre todo cuando la ideología dominante persigue el lucro y santifica la renta de la tierra.<ref>Anderson, Perry ''El estado absolutista''</ref> Su papel como agente revolucionario había ocasionado las [[revuelta]]s populares urbanas de la Edad Media, y continuará vivo pero errático en las de la Edad Moderna, algunas teñidas de ideología religiosa, otras de revuelta antifiscal o incluso de [[motines de subsistencia]].<ref>[[Christopher Hill]] (1983) ''El mundo trastornado. El ideario popular extremista en la Revolución inglesa del siglo XVII'', Madrid, Siglo XXI, ISBN 84-323-0471-9 [[Charles Tilly]] (1993) ''Las revoluciones europeas, 1492-1992'' Barcelona, Crítica, ISBN 84-7423-685-1</ref>
 
En otros continentes, la caracterización social de una clase definida por su actividad urbana, su identificación con el capital y la condición de no privilegiada, es mucho más problemática. No obstante, se ha aplicado el término en Japón, cuya [[formación económico social]] ha sido asimilada al feudalismo, y con muchas más dificultades en China, aunque las [[interpretaciones de la Historia de China|interpretaciones de su historia]] están muy vinculadas a posiciones ideológicas.
 
El mundo islámico tenía desde sus orígenes una fuerte componente comercial, con un desarrollo impresionante de las rutas a larga distancia (navieras y caravaneras), y una artesanía superior a la europea en muchos aspectos, pero el desarrollo de las fuerzas productivas demostró ser menos dinámico, y con éstas la dinámica social. Los mercaderes árabes o el [[zoco]], sin dejar de ser bullicioso y reflejar el descontento popular en periodos de crisis, no estuvieron nunca en condiciones de significar un desafío a las estructuras.
 
América fue desde el comienzo de su colonización una tierra de promisión donde hacer experimentos de ingeniería social. Las [[reducciones jesuíticas]] o los peregrinos del [[Mayflower]] son casos extremos, siendo el fenómeno más importante la ciudad colonial hispánica, con su urbanismo trazado a cordel a partir de una amplia [[Plaza Mayor]] sobre tierras vírgenes o ciudades precolombinas, a veces incluso convirtiéndose en [[ciudad peregrina]], cambiando su emplazamiento por terremotos o condiciones sanitarias. Es posible encontrar la formación de una burguesía en América durante la Edad Moderna, en las [[Nueva Inglaterra|colonias británicas del norte]], y en los [[criollo]]s hispanoamericanos, que impulsarán los procesos de independencia y contribuirán decisivamente al final del Antiguo Régimen y la plasmación de los valores de la Edad Contemporánea.
 
Las exploraciones patrocinadas por las monarquías europeas (en Portugal, el caso precoz de [[Enrique el Navegante]]), y protagonizadas por personajes como [[Cristóbal Colón]], [[Juan Caboto]], [[Vasco de Gama]] o [[Hernando de Magallanes]], se aventuraron en mares desconocidos y llegaron a tierras que eran desconocidas por los europeos, aprovechando una serie de mejoras náuticas: la [[brújula]] y la [[carabela]]. La relación que el espíritu individualista y la búsqueda la fama pudieran tener con los valores burgueses no es tan clara: no supone ninguna novedad desde tiempos de [[Marco Polo]] y tiene posiblemente más relación con el espíritu caballeresco y los valores nobiliarios de la baja edad media.<ref>[[Johan Huizinga]] ''El Otoño de la Edad Media''; ''Homo Ludens''.</ref> Aprovechando sus descubrimientos, [[España]], [[Portugal]] y [[Países Bajos|Holanda]] primero, y [[Francia]] e [[Inglaterra]] después, construyeron [[colonialismo|imperios coloniales]], cuyas riquezas, sobre todo la extracción de oro y plata de América, estimularon aún más la acumulación de [[capital]] y el desarrollo de la industria y el comercio, aunque a veces más fuera del propio país que dentro, como fue el caso de la castellana, que sufrió las consecuencias de la [[Revolución de los Precios]] y una política económica, el [[mercantilismo]] paternalista que busca más la [[protección del consumidor]] (y de los privilegiados) que la del productor.
 
Fuera de Inglaterra y Holanda, en el [[siglo XVII]], la burguesía tenía un poder económico relativo, y ningún poder político. No sería propio decir que llegó a sus manos ni siquiera cuando reyes como [[Luis XIV]] empezaron a llamar a burgueses como ministros de estado, en vez de la vieja aristocracia.
 
[[Archivo:Suleiman Mohacs.jpg|thumb|left|180px|El Sultán del [[Imperio Otomano]] [[Suleiman Kanuni|Solimán ''el magnífico'']], vencedor de la [[batalla de Mohács]] (1526), tras la que ocupa Hungría y sitia Viena. Los soldados que le sirven de guardia son los temibles [[jenízaros]]. Su expansión militar y territorial le convirtieron en un monarca tan poderoso como pudiera serlo [[Carlos V del Sacro Imperio Romano]], y con un control interno sobre sus dominios no menor en cuanto a supremacía. No obstante, su sistema político no es comparable con la monarquías autoritarias de la Europa Occidental, que están en una dinámica muy diferente.]]
[[Archivo:Sebastiano Ricci 035.jpg|thumb|180px|right|El papa [[Paulo III]] reconcilia a [[Francisco I de Francia]] con el [[emperador Carlos V]] ([[Tregua de Niza]], 1538), en un cuadro de Sebastiano Ricci (1688). La enemistad de los dos soberanos resultó en el inicio de un siglo de hegemonía de la [[Monarquía Católica]], pero también en la imposibilidad de una restauración del [[Sacro Imperio Romano]]. El poder papal, desafiado por la [[Reforma]], subsistirá.]]
[[Archivo:Felipe-V-family.jpg|thumb|180px|right|''La Familia de [[Felipe V de España|Felipe V]]'', de [[Michel van Loo]], nos recibe en estudiada pose en un ambiente [[barroco]]. La imagen sirvió como comunicación familiar con los Borbón de Francia. El [[pacto de familia]] que mantuvieron ambas ramas de la dinastía hasta la ejecución de Luis XVI demuestra cómo los intereses nacionales (de unas naciones aún no construidas) se postergaban ante los dinásticos. Territorios y súbditos podían intercambiarse por un tratado sin consultar a nadie más que a su soberano. Algún rey prefería perder sus estados antes que gobernar sobre herejes ([[Felipe II de España]]) mientras que otro compraba París por el buen precio de una misa ([[Enrique IV de Francia]]).]]
[[Archivo:Kangxi7.jpeg|thumb|left|180px|El emperador chino [[Kangxi]], cuyo reinado, de 1662 a 1722 fue comparable en duración al de [[Luis XIV de Francia]], aunque indiscutiblemente, China era mucho más poderosa y extensa. La existencia de las potencias europeas ya no podía ser ignorada, y se vio forzado a mantener un equilibrio fronterizo con Rusia en Asia Central y a frustrar las pretensiones proselitistas del papado. La formación económico social china no podrá sostener la presión expansiva de Europa en el siglo siguiente.]]
 
=== El poder de los reyes ===
En [[Europa Occidental]], desde finales de la Edad Media algunas monarquías tienden a la formación de lo que a finales de la Edad Moderna podrá identificarse como [[Estado nacional|estados nacionales]], en espacios geográficamente definidos y con mercados unificados de una dimensión adecuada para la modernización económica. Sin llegar a los extremos del [[nacionalismo]] del siglo XIX y XX, la identificación de algunas monarquías con un carácter nacional se hace evidente, y se buscan y exageran esos rasgos, que pueden ser las leyes y costumbres tradicionales, la religión o la lengua. En ese sentido van la reivindicación de la lengua vernácula para la corte de Inglaterra (que durante toda la Edad Media hablaba el francés) o la argumentación de [[Nebrija]] a los Reyes Católicos en su ''Gramática Castellana'' de que, deben imitar a Roma y al latín porque ''la lengua va con el imperio'' (originándose una serie de orgullosas defensas del español en actos diplomáticos).<ref>Algunos historiadores, como [[Henry Kamen]], polemizan negando la [[hispanidad]] del Imperio de los Habsburgo, afirmando que el español era una lengua minoritaria. La idea de Kamen de que España fue creada por el Imperio y no el imperio por España es bastante defendible: también [[Józef Piłsudski]] dijo que es el estado quien crea a la nación y no la nación al Estado.</ref>
 
Este proceso no fue ni continuo ni sin altibajos, y no estaba claro en sus comienzos si iba a triunfar la ''Idea Imperial'' de [[Carlos V del Sacro Imperio Romano|Carlos V]], el mosaico multinacional dinástico de los [[Habsburgo]] o la expansión europea del [[Imperio Otomano]]. Si en el siglo XVIII parecían fuertemente establecidos los actuales Estados de [[España]], [[Portugal]], [[Francia]], [[Inglaterra]], [[Suecia]], [[Países Bajos|Holanda]] o [[Dinamarca]], nadie podía haber previsto el destino de [[Polonia]], repartido entre sus vecinos. Los intereses dinásticos de las monarquías eran cambiantes y produjeron a lo largo de la Edad Moderna inacabables intercambios de territorios, por razones bélicas, matrimoniales, sucesorias y diplomáticas, que hacían que las fronteras fueran cambiantes, y con ellas los súbditos.