Diferencia entre revisiones de «Cuento de terror»

Contenido eliminado Contenido añadido
m Revertidos los cambios de 190.21.252.111 a la última edición de Sürrell
Línea 19:
En el cuento de miedo popular se entrecomilla de alguna manera al [[Mal]], buscando atemorizar con él a las buenas gentes, a fin de exorcizarlo, o quizá sólo por advertir de sus peligros. Así, el cuento de miedo llega en muchos aspectos a confundirse en la forma y en el fondo con las citadas expresiones originales del espíritu colectivo (¿no supone la propia [[Biblia]] un buen muestrario de relatos ''terroríficos''?), cosa que no es de extrañar, dados los resortes anímicos tan sutiles que suelen remover en el lector o en la audiencia sus espinosos contenidos.
 
[[Archivo:sexTrollet som grunner på hvor gammelt det er.jpg|thumb|150px|left|Un ''trol'' escandinavo. (Theodor Kittelsen, 1911)]]
En la [[Edad Media]] las crónicas y anales oficiales y oficiosos aparecen salpicados de todo tipo de datos, supersticiones y consejas que versan sobre [[ogro]]s, [[aparecido]]s, [[bruja]]s, [[duende]]s, [[vampiro]]s, [[hombres lobo]] y otros seres y animales malditos. En todos los países se ha asustado siempre a los niños con los [[demonio]]s indígenas respectivos, y más en concreto en los de habla hispana, con las distintas variantes de [[El Coco]], el [[Hombre del saco]], el [[Chupacabras]] y el [[Sacamantecas]]. Las antiguas [[herejía]]s, la larga tradición de la [[alquimia]], las [[ciencias ocultas]] y las [[secta]]s prohibidas, inspiraron igualmente multitud de [[fábula]]s y narraciones orales y escritas, largas y cortas, unas tirando a lo didáctico y benévolo y otras directamente a lo terrible; historias genuinas y deformadas en infinitas versiones, y dirigidas a un público en el que no se diferenciaban las edades.
{{cita|Tanto si se elevaban por los aires sobre escobas como sobre machos cabríos, el volar podía ser peligroso para las brujas..., ya que el tañido de la campana de una iglesia podía derribar su aéreo vehículo. Una bruja llamada Lucrezia fue quemada después de confesar que, cuando regresaba del ''sabbat'', su demonio la arrojó sin contemplaciones al oír el toque del Angelus|''Historia de la brujería'', de Frank Donovan}}