Diferencia entre revisiones de «Nerón»

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==== Plutarco ====
El historiador [[Plutarco]] ([[46]] - [[127]]) menciona indirectamente a Nerón en sus relatos sobre las vidas de [[Galba]] y [[Otón]]. Aunque lo describe como un tirano, no tiene una opinión mucho más favorable de sus sucesores.
Genaro tiene un apartamento junto al mío, vive sólo, es unos años mayor que yo, y resultó muy callado y solitario, por lo que casi nunca tuvimos una conversación. Hasta que un día, me levante y me metí al baño y al abrir la llave, ni una gota. Abrí el grifo del lavamanos y nada; me dirigí en toalla al teléfono y con toda la pena del mundo, llamé a Genaro para que me ayudara a ver cuál era el daño.
 
Luego de un par de minutos, sonó el timbre, Genaro se presentó en mi apartamento en pantaloneta y camiseta, yo continuaba en toalla y no me había percatado de ello; mi vecino me notificó que posiblemente había una fuga interna, luego todo el edificio tenía agua; entró y se dirigió al baño.
 
Empezó a buscar el origen de la fuga, yo me dirigí a la cocina a preparar un café y cuando entré al baño, estaba mi vecino todo empapado y el baño como una laguna, no sabía qué hacer. Dejé el café donde pude y entré al baño, luego de unas maniobras con herramientas de mano mi vecino pudo detener la fuga, pero debido a los daños en la tubería me quedé sin agua en mi apartamento; al final estábamos los dos empapados y sin la posibilidad de tomar un baño decente, pero en medio de esa situación me percaté que mi vecino estaba en buena forma, con un culo de maravilla, un par de piernas como de futbolista y un paquete de macho que me ponía a mil.
 
Allí fue cuando caí en la cuenta que yo estaba solo en toalla, cuando empecé a sentir que la toalla se levantaba con el abultamiento de mi entrepierna. Y con la excusa de buscar unas toallas para secarse me quité de su vista y cuando regresé con la toalla ya se me había pasado.
 
Mi vecino en un arrebato de amabilidad me dijo que fuéramos a su apartamento y allá me podría dar un baño y poder vestirme. El se sentó en mi cama y me dijo: ve y busca algo para que te puedas poner, yo saqué unos shorts de la gaveta y me zafé la toalla quedando desnudo de espaldas a Genaro, me empecé a exhibir delante de él, y aunque no tengo un cuerpo tan musculoso y formado como él, sé que tengo un buen culo, y me situaba en un estatus similar al suyo. Tardé un par de minutos en colocarme la ropa y tomar la toalla para salir con mi vecino a darme un baño.
 
En mi mente sucedían toda clase de fantasías sexuales con Genaro, imaginaba que al entrar en su habitación, me iba a quedar desnudo y luego de abrir la llave, este se animaría a darnos un baño juntos, y al enjabonarnos a uno se le podría caer el jabón, y al agacharme para recogerlo, iba a dejar al descubierto un ojete sediento de carne, que no iba a ser desaprovechado por aquel solitario. Pero eso solo pasaba en mi mente, y al entrar a su apartamento, mi vecino en lugar de entrar a su habitación se dirigió al cuarto de ropas y me indicó la puerta del baño para que diera uso del mismo.
 
Entré y me quité la ropa, pasé a la regadera y por unos momentos me desconecté del mundo, eso sí, sin dejar de pensar en la verga de mi vecino, en sus piernas, y en su culo; que culo!!! En esas, empecé a tener una erección, y a la par que me enjabonaba, me iba estimulando el culo y las guevas, mi culo me pedía carne, y con un dedo me fui dilatando el recto. Cada vez que me introducía el dedo, apretaba y relajaba mi culo, haciendo que este entrara un poco más, luego, cuando ya estaba dilatado, me introduje los tres dedos de una mano y con la otra empecé a masturbarme; imaginaba que Genaro estaba en el baño, detrás de mí, dándome envestidas fenomenales con su gruesa verga, así me la imaginaba.
 
Estaba en esas, cuando escuche que golpeaba la puerta del baño, y mi vecino me preguntaba si necesitaba rinse; yo dejé de masturbarme pero continuaba con la erección cuando mi vecino abrió la puerta, tenía puesta una toalla, entró como si nada estuviera pasando y me dijo: ahí te dejo esto, te ayudará a sentir más… Indicando con su mano hacia mi erección... y no terminó la frase. Pero no terminamos de cruzar palabras y mientras se disponía a salir del baño, quedó atrapada su toalla, cayendo de su cuerpo, y dejando a la vista un comienzo de erección, en ese momento similar a la mía.
 
Yo, aproveché el momento y le dije: ya que estas aquí entra a la ducha, que ya estoy terminando. Hice como si me fuera a secar, mientras el ingresaba a la regadera, y me preguntó: ¿No vas a terminar lo que has comenzado?, si quieres hacerlo dale, que yo también pienso hacer lo mismo que tú. Y vi como a medida que se duchaba y enjabonaba, se empezaba a sobar la verga, que iba tomando rigidez y grosor. De inmediato volví a levantar y engrosar mi verga, me senté en la taza de baño y con un poco de crema de mano, me lubrique y seguí lo que había empezado; estaba a mil, aunque no me arriesgaba a tocarme el culo, para que mi vecino no fuera a pensar cosas.
 
Pero no dejaba de mirar el sexo de mi vecino, en ese momento de placer en el que se encontraba, su verga era totalmente recta, con la capucha subiendo y bajando, dejando al descubierto una cabeza roja acorde al grosor de su falo, con sus bolas grandes y redondas, formaban en conjunto un sexo de macho como el de un adonis. La paja junto con mi vecino estaba saliendo a las mil maravillas, cada uno en lo suyo, pero cada uno viendo como el otro se provocaba placer. Yo no me contuve más y empecé a botar mi esperma con fuerza, los chorros espesos golpeaban una de las paredes del baño, yo no aguante las ganas de expresar el placer con unos gemidos fuertes y se me salió: Que… rico... papito!!!
 
Mi vecino me escuchó, y vio como me estremeció el orgasmo, pero no dijo ni una palabra y siguió masturbándose, luego se percató que había quedado sudado y exhausto, pero continuaba en erección, y me dijo: ven lávate para que no quedes así.
 
Genaro dejó de masturbarse cuando me metí en la regadera junto a él, pero continuaba con su erección. Me pasó el jabón y empecé a enjabonarme, pero yo estaba tan exhausto que deje caer el jabón, traté de agacharme y como en mis fantasías deje expuesto mi ojete, que continuaba dilatado, rojito y muy provocativo.
 
Genaro estaba detrás mío, vio que casi no podía agacharme y trato de agacharse, pero en esas su sexo rozó con mi culo, lo que le causó una reacción fuerte, de inmediato su verga se endureció pegada a mi culo, quedó un instante sintiendo el roce con mi cuerpo, yo trate de levantarme y pegarme más a él. Era tan fuerte lo que se sentía al estar así con él, que mi culo se posiciono en su verga quedando a punto de penetrarme, luego sus manos se aferraron a mis caderas y fue cuando empecé a sentir que esa gruesa carne buscaba espacio en mi cavidad, su piel me quemaba, me encalambraba, y me pedía más.
 
Genaro tomó posesión de mi culo para placer de su verga, entraba y salía con fuerza de este, la introducía hasta golpearme con sus pelotas, pero sin hacer el más mínimo gemido. Las embestidas se hicieron más rápidas y fuertes, y yo volví a sentir el placer del orgasmo, empecé a soltar chorros de mi verga y sus movimientos cesaron de improvisto. Al terminar su boca se posó en mi espalda y me pegó un beso, y en un susurro casi imperceptible me dijo: que rico… papito.
 
Nos volvimos a enjabonar y enjuagar, nos secamos con una sonrisa de oreja a oreja, me vestí y vi como se vestía él, me invitó un café, y me dijo que podría usar su baño cuantas veces lo necesitara.
 
Salí para mi apartamento, pero estuve pensando todo el día en lo que había sucedido.
 
 
==== Séneca el Joven ====