Diferencia entre revisiones de «Acueducto romano de Huelva»
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El [[acueducto]] o la “Fuente Vieja”, como es conocido popularmente desde hace siglos no ha sido estudiado hasta épocas relativamente recientes. En [[1996]], con motivo del 25 aniversario de la Empresa Municipal “Aguas de Huelva” se realizó un estudio multidisciplinar a cargo de historiadores, geógrafos, espeleólogos y arqueólogos con objeto de conocer las características especiales de esta obra y darlo a conocer entre la población local, que apenas conocía su existencia al ser subterránea y estar oculta su mayor parte.
La especial localización de la ciudad de [[Onuba]], en el estuario entre los ríos [[Río Tinto|Tinto]] y [[Río Odiel|Odiel]] y su alto aporte de sedimentos propició en el periodo terciario la creación de los llamados “Cabezos”, elevaciones de hasta 60 metros de tierra ya compactada, semipermeable y protegida por la vegetación autóctona. La “Fuente Vieja”, sorteando estos cabezos o incluso a través de ellos, suministró agua a Huelva durante los años de mayor esplendor de la ciudad romana, entre mediados del siglo I y principios del [[siglo II]] según las dataciones del estudio. Se trataba de una urbe con un importantísimo tráfico de minerales que llegaban desde las minas de cobre, oro y plata cincuenta kilómetros al norte. Pero el comercio minero no había sido el único que dio cierta importancia económica a
[[Archivo:Cabezos de El Conquero (Huelva - España).jpg|thumb|center|600px|Panorámica de [[Huelva]] desde las elevaciones-cabezos de ''El Conquero''. A pocos metros se iniciaba el acueducto.]]
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{{cita|«... hay una ermita [...] que llaman Nuestra Señora de la Cinta, donde está una imagen muy devota y de muchos milagros, y cerca de ella un antiguo acueducto, que por debajo de tierra da muy buena agua y bastante a la villa.}}
En esa época la ciudad contaba con no más de 5.000 habitantes por lo que resultaba extraña tal obra para tan pequeña villa. Otro texto, ya de 1691 y del propio ayuntamiento de la ciudad, menciona que las “cañerías” de la conducción llegan a la ciudad por debajo de tierra dejando patente el cierto carácter mítico que los
En el [[siglo XVIII]], el conocimiento de la historia de la antigua Huelva va a permitir comenzar a resituar esta construcción. [[Antonio Jacobo del Barco]] impugna la tesis de Caro por la que la ciudad de
{{cita|"Se derrama y corre por las calles en bastante caudal, de forma que, sin dispendio alguno, los vecinos pobres por donde pasa dicha agua la recogen en sus casas y usan de ella para bebida y aseo de sus ropas y la sobrante la utilizan varios hortelanos para la crianza de sus legumbres". ([[1772]])]])}}
[[Archivo:Acueducto romano de Huelva.jpg|left|thumb|En la imagen, se pueden observar los restos de uno de los respiraderos del [[acueducto]] (linea vertical) en la zona del Cabezo de San Pedro.]]
Pero esta rehabilitación no había significado realmente la salvación del acueducto. Daños estructurales serios provocaron que solo dos años después el agua dejara de llegar a la Plaza de San Juan. A esto había que sumársele que propietarios de tierras en los Cabezos continuaran cegando las lumbreras que hacían respirar al acueducto. Eso no significa que el acueducto dejara de funcionar, de hecho siguió siendo el principal medio de abastecimiento de agua de la ciudad hasta casi inicios del [[siglo XX]], con lo que ello significa para la calidad de la salud de la población de Huelva. Por ello, en pleno [[siglo XIX]] las fuentes de abastecimiento de agua para la ciudad seguían siendo prácticamente las mismas que las de anteriores siglos por lo que el agua de la Fuente Vieja seguía siendo esencial para los
A finales de este siglo ocurre un hecho trascendental para la ciudad y la provincia de Huelva: un grupo de empresarios británicos compra las minas de la Cuenca Minera instalándose y creándose importantísimas empresas mineras como la [[Rio Tinto Company Limited]]. Por todo ello la ciudad se convierte en un importante puerto industrial por lo que la población aumenta vertiginosamente superando los 20.000 habitantes y por lo tanto así también lo hacen las necesidades de agua de la misma. Paradójicamente, Huelva se encontraba con que la mayor parte de estas fuentes estaban ya prácticamente secas, por lo que incluso se había hecho necesario abrir los propios depósitos para un mejor acceso a la poca agua que manaban. Esto influyó, por ejemplo, en el espectacular aumento de mortandad por enfermedades digestivas derivadas por el mal abastecimiento de agua. La respuesta a ello fueron tanto los trabajos por parte del Ayuntamiento de recuperar o mejorar el caudal y las fuentes como los intentos de algunas empresas de carácter privado por crear una red de abastecimiento de aguas moderna trayendo el agua desde la Rivera de Nicoba, a pocos kilómetros de la ciudad. Esta imperiosa necesidad de agua provoca que desde la misma prensa local se critique a las autoridades, que antepusieran el uso industrial del agua al civil y que impidiera el propio desarrollo y modernización de la ciudad:
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{{cita|El acueducto es de forma) abovedada, está construida con ladrillos cuneiformes, y toda ella en seco o sin cemento, para facilitar la filtración de las aguas entre los ladrillos. Su altura va deprimiéndose a medida que avanza en su dirección al Santuario de Nuestra Señora de la Cinta. Esta galería principal se bifurca en algunos sitios para buscar, en las cañadas que forman las ondulaciones del terreno, nuevos cauces de filtración. Según la tradición, estos caudales de agua se enriquecían con los riquísimos que le enviaba la inmediata villa de Gibraleón por medio de atanores, cuyos restos se descubren con frecuencia en las labores de los terrenos". (Baldomero Lorenzo y Leal, "Onoba Listuaria")}}
Es reseñable decir que este tipo de arquitectura civil dedicada a ofrecer un eficaz abastecimiento de agua no apareció en la península hasta la romanización. El mundo romano era urbano por lo que tuvo la necesidad de desarrollar este tipo de construcciones para abastecer a la población, sus industrias, termas. Pero no siempre el agua estaba al alcance por lo que se idearon construcciones que trasladaran esa agua: el [[acueducto]]. Éste tomó forma aérea, subterránea o mixta según la orografía del terreno. Construcciones similares al acueducto de
Según las investigaciones el acueducto saldría de la zona del actual [[Santuario de Nuestra Señora de La Cinta]] y finalizaría en el cabezo de San Pedro, teniendo un único tramo aéreo para salvar un desnivel de 20 metros en el actual paseo de Buenos Aires.
[[Archivo:Eifelwasserleitung05.jpg|right|thumb|Imagen de una construcción similar en [[Alemania]].]]
El estudio precisó que esta conducción transportaría una horquilla de entre 100.000 y 200.000 litros de agua al día en años lluviosos. Estos datos, se basan en el único tramo estudiado, la galería de la Fuente Vieja y que estuvo en uso hasta época relativamente reciente. La galería es pequeña (0.40 metros de anchura por 1,25 de altura a lo largo de 125 metros de longitud) y para su construcción se utilizaron dos técnicas: el adintelado y el abovedado con ladrillos. La galería se ensancha finalmente en un habitáculo de 2,50 metros por 1,80 metros y una altura de hasta 2,40 metros y en la que los constructores optaron por realizarla con bloques de arenisca que se encuentran unidos sin argamasa. Se cree que existe una segunda galería similar a ésta algo más al sur. Para ventilar y acceder a la galería se utilizaron pozos desde la superficie de algo más de medio metro de diámetro y probablemente forrado por ladrillos aunque es difícil de precisar porque en la actualidad se encuentran colmatados por escombros o desaparecidos. Llegaba a la ciudad por la actual calle de San Andrés abandonando la galería y conduciendo el agua a través de atanores hasta un depósito y a segunda fuente entre la Calle la Fuente (de ahí el nombre) y la Plaza de San Pedro. Del depósito anterior partía un caño hasta el actual Convento de las Religiosas Agustinas y a una nueva fuente en la Plaza de las Monjas.
Durante los siglos posteriores, con pequeñas remodelaciones y la apertura y abandono de fuentes, siguió siendo la mayor infraestructura de la ciudad aunque el acueducto en sí fuera lentamente quedando en el olvido. El estudio por [[termoluminiscencia]] de los investigadores de “Agua de Huelva” también dataron los ladrillos de parte de la bóveda ya a finales del siglo X y principios del XI
En la actualidad esta construcción, e incluso la antigua Fuente Vieja, resulta desconocida para la mayoría de
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