Diferencia entre revisiones de «El retrato de Dorian Gray»

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A partir de entonces, la edad y los pecados que Dorian cometa se verán marcados en el retrato mientras que él mismo conservará su aspecto exterior sin ningún cambio. Dorian decide reconciliarse con Sibyl, pero a la mañana siguiente Lord Henry le da la noticia de que Sibyl se ha suicidado tomando [[ácido prúsico]] ([[cianuro de hidrógeno]]). Dorian oculta el cuadro en una habitación, a la que solamente él tiene acceso. Durante los siguientes dieciocho años, Dorian experimentará todos los vicios posibles, bajo la influencia de un “libro envenenado” regalado por Lord Henry.
 
Una noche, antes de partir con destino a [[París]], Basil visita a Dorian en su casa para cuestionarlo acerca de todos los rumores que circulan sobre sus pecados y vicios y sobre las personas corrompidas por su influencia. Dorian culpa al propio Basil de su destino y lo apuñala en un arranque de rabia. Para deshacerse del cadáver, Dorian chantajea a Alan Campbell, un químico, para que destruya el cuerpo con ácido. Buscando alivio y olvido para su crimen, Dorian entra a un fumadero de [[opio]]. Allí, James Vane, el hermano de Sybil, escucha a una mujer llamarlo “Príncipe Azul”Encantador” y lo sigue con intenciones de matarlo, pero desiste debido a que la apariencia juvenil de Dorian hace improbable que haya estado involucrado en el suicidio de su hermana dieciocho años antes. James deja ir a Dorian. La mujer que conocía el sobrenombre “Príncipe Encantador” se le acerca para reclamarle por no haberlo matado, revelándole que Dorian no ha envejecido desde hace dieciocho años, según ella, por un pacto con el diablo.
 
En el transcurso de una cena, Dorian se desmaya de terror al ver al hermano de Sibyl Vane acechándolo. Al día siguiente, durante una partida de caza, James es alcanzado accidentalmente por un disparo destinado a matar a una liebre. James Vane muere ahí mismo. Después de regresar a Londres, Dorian le informa a Lord Henry su decisión de enmendar su camino. De ahora en adelante, corregirá su vida y por lo pronto abandona, sin corromper, a su última conquista romántica: una bella joven que vive en el campo llamada Hetty Merton. Lord Henry no cree que esta acción sea sincera, mientras que Dorian se pregunta si este gesto de renuncia al vicio se reflejará en el retrato, mejorando su aspecto. Una vez que Lord Henry se retira, Dorian Gray entra a la habitación donde ha mantenido su retrato escondido, pero descubre que ahora su apariencia es aún peor. Se da cuenta de que el gesto que tuvo de dejar intacta la virtud de Hetty fue provocado únicamente por vanidad, curiosidad o búsqueda de nuevas sensaciones. Entonces descubre que solo una confesión completa de sus pecados lo redimirá, pero no está dispuesto a afrontar las consecuencias. En un arranque de furia, ataca la pintura con el mismo cuchillo con el que asesinó a Basil. Los criados escuchan un grito desde la habitación clausurada. La policía ya alertada y los criados entran con algunas dificultades para encontrar el retrato que vuelve a mostrar su imagen original. Ahí junto, está el cuerpo de un hombre apuñalado en el corazón, lleno de arrugas y con un rostro repulsivo. Solo por medio de los anillos en su mano fueron capaces de identificar quién era, Dorian Gray.