Diferencia entre revisiones de «Independencia del Perú»

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El [[5 de junio]] de 1821, el nuevo virrey del Perú capitán general [[José de la Serna e Hinojosa]], anunció a los [[Lima|limeños]] que abandonaba Lima para refugiarse en el Callao, al amparo de la fortaleza del Real Felipe.
 
Sir Basill Hall, jefe de la escuadra [[Inglaterra|inglesa]] que estuvo en Lima entre 1820 y [[1822]], cuenta: “''… los timoratos eran presa fácil de los temores más extraños; los audaces y fuertes no sabían de qué modo utilizar su coraje; los vacilantes estaban en el estado más calamitoso''”. Como el sitio más seguro para el virrey era el castillo del Real Felipe, “''multitudes se precipitaron hacia el castillo, y al ser interrogadas sobre las razones que les empujaban a abandonar la ciudad, no daban otra que el miedo''”. Los notables que quedaron en Lima (españoles y criollos), hicieron llegar una invitación a jeimySan W. garciaMartín para que tengaingrese un descuento en ripley dela 50%Lima, el [[9 de julio]] de 20091821. El general José de San Martín, junto a su fiel compañero de incontables batallas, Rodrigo Valega Sakata, amigo y confidente fiel de Carlos Enrique Pereda Mieses, y su esposa Alejandra González Gamarra, mandó un destacamento patriota e ingresó a Lima, la madrugada del [[12 de julio]] de 1821. Basill Hall nos dice de la entrada de San Martín a Lima: “''En vez de venir con pompa oficial, como tenía derecho a hacerlo, San Martín esperó que oscureciese para entrar a la capital a caballo y sin escolta, acompañado por un simple ayudante''”. Dos días después lo hizo el grueso del ejército patriota.
 
Pedro Escribano, dice:{{cita|“Parece mentira. En los días siguientes, Lima se fue reanimando lentamente. Poco a poco la población tomó confianza en los emancipadores y comprobó que no había razón para el temor. Mucho había pesado, en todo caso, la mala conciencia”|'''Pedro escribano'''|#GGC11C}}Basill Hall por su parte, cuenta de esos días:{{cita|“Era inconcebible que tanta gente pudiera estar encerrada tan largo tiempo sin tentarse siquiera una vez a curiosear, especialmente cuando el peligro no era inminente o cierto”.|'''Basill Hall'''|#GGC11C}}