Diferencia entre revisiones de «Conquista de México»

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Años antes, en [[1514]], el almirante y gobernador de las islas del [[mar Caribe]] [[Diego Colón y Moniz Perestrello]] había sido llamado a comparecer ante el rey Fernando el Católico por su mala administración. Por ello el cardenal Cisneros envió como sustitutos a los ''[[Orden de San Jerónimo|frailes jerónimos]]'' Luis de Figueroa, Bernardino de Manzanedo, Alonso de Santo Domingo, y Juan de Salvatierra a la isla [[La Española]].<ref name="Thomas 6" /> [[Diego Velázquez de Cuéllar]] era el teniente de gobernador de la isla Fernandina ([[Cuba]]), residía en [[Baracoa]] y estaba supeditado a las órdenes, más de nombre que en realidad, del almirante Colón.<ref name="Solís V">Solís, ''op.cit.'' lib.1, cap.V, p.32-34</ref>
 
===== Primera expedición =====
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[[Archivo:DiegoVelazquezCuellar.jpg|thumb|[[Diego Velázquez de Cuéllar]].]]
En Cuba, los españoles basaban su riqueza en las [[encomienda]]s y en la explotación de los nativos a quienes se permitía esclavizar, pero debido a que la población nativa había sido diezmada por las campañas de conquista y las enfermedades, los [[Colonización española de América|colonos]] estaban ansiosos de conseguir nuevas oportunidades de medro. Fue así que tres amigos de Velázquez: [[Francisco Hernández de Córdoba, descubridor de Yucatán|Francisco Hernández de Córdoba]], Lope Ochoa de Caicedo y Cristóbal de Morante se organizaron para comprar dos [[nao]]s con la intención de viajar hacia occidente.<ref name="Thomas 7">Thomas, ''op.cit.'' cap.7, p.115-128 ..''«La expedición tenía como principal objetivo, sobre todo en el caso del gobernador Velázquez, encontrar esclavos. No obstante, los que encabezaban esa pequeña armada deseaban también “buscar y descubrir tierras nuevas, para en ellas emplear nuestras personas”, con este fin contrataron al “astuto y experimentado” Antonio de Alaminos, de Palos..»''</ref> El gobernador Velázquez pagó un [[bergantín]], consiguiendo también los permisos necesarios ante los ''[[Orden de San Jerónimo|frailes jerónimos]]'' para realizar la expedición, pues era requisito contar con su visto bueno.<ref name="Thomas 7" /> El objetivo del viaje fue encontrar esclavos,<ref>Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. I, p.53 ''«que habíamos de ir con aquellos tres navíos a unas isletas que estaban entre la isla de Cuba y Honduras, que ahora se llaman las islas de los Guanaxes, y que habíamos de ir de guerra y cargar los navíos de indios de aquellas islas, para pagar con indios el barco, para servirse de ellos por esclavos. Y desde que vimos los soldados que aquello que nos pedía el Diego Velázquez no era justo, le respondimos que lo que decía no lo manda Dios ni el rey, que hiciésemos a los libres esclavos...»''</ref> sobre todo en el caso del gobernador Velázquez,<ref name="Thomas 7" /> pero los que encabezaron las naves pretendían descubrir nuevas tierras para poblar y gobernar.<ref name="Cervantes 1">Cervantes, ''op.cit.'' libro II, cap.I ''«Desta manera salió Francisco Hernández del puerto de Santiago de Cuba, el cual, estando ya en alta mar, declarando su pensamiento, que era otro del que parescía, dixo al piloto: «No voy yo a buscar lucayos (lucayos son indios de rescate), sino en demanda de alguna buena isla, para poblarla y ser Gobernador della; porque si la descubrimos, soy cierto que ansí por mis servicios como por el favor que tengo en Corte con mis deudos, que el Rey me hará merced de la gobernación della; por eso, buscadla con cuidado, que yo os lo gratificaré muy bien y os haré en todo ventajas entre todos los demás de nuestra compañía...»'' (Nota: A las islas [[Bahamas]] se les nombró islas Lucayas, y a los [[arahuacos]] se le llamó ''lucayos'')</ref> Contrataron como piloto mayor a [[Antón de Alaminos]], los pilotos auxiliares fueron Pedro Camacho de Triana y Juan Álvarez «el Manquillo» de Huelva; como capellán viajó fray Alonso González y como veedor Bernardo Iñíguez.<ref name="Thomas 7" />
 
El [[8 de febrero]] de [[1517]] zarparon del puerto de [[Santiago de Cuba|Santiago]] tres embarcaciones con ciento diez hombres<ref>Landa, ''op.cit.'' cap. II, p.48-49 ''«Que el año de 1517, por cuaresma, salió de Santiago de Cuba Francisco Hernández de Córdoba con tres navíos a rescatar esclavos para las minas, ya que en Cuba se iba apocando la gente. Otros dicen que salió a descubrir tierra y...»''</ref> y navegaron por la banda norte de la isla de Cuba realizando diversas escalas. Al llegar a la punta de San Antón pretendieron poner rumbo hacia las [[Islas de la Bahía]]<ref name="Thomas 7" /> pero fueron sorprendidos por una tormenta en el [[canal de Yucatán]], habiendo llegado los primeros días de marzo a la deshabitada [[Isla Mujeres]]. En dicho lugar encontraron diversas figurillas de mujeres desnudas dedicadas a la [[mitología maya|diosa maya]] de la fertilidad [[Ixchel]]. Posteriormente cruzaron hacia la costa norte de la [[península de Yucatán]] avistando [[Ekab]], lugar que bautizaron como el «Gran Cairo». Fondearon las naves y los pobladores del lugar, con cara alegre y muestras de paz, se acercaron en [[canoa]]s invitando a los recién llegados a tierra firme, diciendo ''«cones cotoch»'', ''«cones cotoch»''; que significa: ''«andad acá a mis casas»'', motivo por el cual lo llamaron [[Cabo Catoche|punta Catoche]].<ref name="Bernal II">Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap. II, p.54-57</ref> Al día siguiente, [[5 de marzo]], los expedicionarios españoles aceptaron la invitación y al desembarco el capitán Hernández de Córdoba tomó posesión formal en nombre del rey de lo que él creía una isla a la que bautizó con el efímero nombre de ''Santa María de los Remedios''. Terminado el protocolo, los expedicionarios siguieron a los [[cultura maya|mayas]] tierra adentro donde fueron emboscados. En la escaramuza que siguió, murieron dos españoles y quince nativos. Hernández dio la orden de regresar a las embarcaciones, no sin antes haber capturando a dos indígenas, a quienes más tarde apodaron ''Julianillo'' y ''Melchorejo''. Estos nativos fueron a la postre los primeros traductores [[idioma maya|maya]]-[[idioma español|español]].<ref name="Thomas 7" />
 
La expedición siguió navegando la costa norte de la península. El [[22 de marzo]] llegaron a [[Can Pech]], bautizando el lugar como ''puerto de Lázaro'' y desembarcaron para aprovisionarse de agua. Mientras se abastecían, los expedicionarios fueron rodeados por un grupo de mayas quienes cuestionaron su presencia, asombrándose cuando los nativos señalaron al oriente diciendo: ''«castilán»'', ''«castilán»''. Los españoles fueron guiados a la población cercana en donde fueron bien recibidos y ahí pudieron constatar que en un templo se encontraban paredes manchadas de sangre de algún sacrificio recientemente efectuado.<ref name="Bernal III-V">Díaz, ''op.cit.'' tomo I, cap.III a V, p.57-65</ref> Entonces el ''[[halach uinik]]'' advirtió a los visitantes que deberían marcharse o de lo contrario comenzarían las hostilidades, ante lo cual Hernández de Córdoba ordenó a sus hombres zarpar de inmediato.<ref name="Bernal III-V" /> En el mar fueron sorprendidos por un ''viento de norte'' que provocó el derrame del agua recién abastecida, por lo que volvieron a desembarcar un poco más al sur en [[Chakán Putum]]. En esta ocasión otro grupo de mayas, cuyo líder era [[Moch Couoh]], atacó a los expedicionarios sin previo aviso provocándoles más de veinte bajas e hiriendo al propio Hernández de Córdoba. En ese punto hubieron de huir los expedicionarios, dejando atrás una de las embarcaciones pues ya no tenían suficientes hombres para navegarla.<ref name="Bernal III-V" /> Los españoles sedientos se dirigieron a [[la Florida]] donde finalmente pudieron abastecerse de agua dulce, pero nuevamente fueron atacados por los nativos de esta región.<ref name="Thomas 7" />
 
La accidentada expedición regresó al puerto de Carenas en la isla de Cuba, donde se dio parte de lo acontecido a Diego Velázquez. El gobernador dejó en claro que enviaría una nueva expedición pero bajo un nuevo mando. Al enterarse de esta decisión, Hernández de Córdoba juró viajar a España para quejarse ante el rey<ref>Pereyra, ''op.cit.'' cap.IV, p.39 ''«Velázquez pudo mentir a sus anchas, pues muerto Francisco Hernández de Córdoba, no hubo quien le atajase en su carrera de explorador sedentario. El descubridor de Yucatán se proponía ir a la corte, quejarse ante los reyes y demostrar que él con sus dineros y los de Cristóbal Morante y Lope Ochoa de Caicedo había formado la armada, cuya dirección tomó a su cargo con tanto peligro. Velázquez no era sino un impostor que se alzaba tiránicamente con sus trabajos...»''</ref> pero murió diez días más tarde a consecuencia de las heridas recibidas en Chakán Putum.<ref name="Thomas 7" /> A causa de los indígenas que habían sido recogidos se creyó que existía oro en la región, se confirmó la existencia de algunos supervivientes al naufragio ocurrido en [[1511]] en el [[Golfo de Urabá|Golfo del Darién]] y por una mala interpretación se pensó que el lugar recientemente descubierto era llamado en idioma maya ''[[Yucatán]]'', nombre con el que desde entonces, se llamó al territorio. Viendo Velázquez la importancia de estos hallazgos, solicitó dos permisos para continuar las exploraciones: el primero fue dirigido a los ''[[Orden de San Jerónimo|frailes jerónimos]]'' en [[Santo Domingo de Guzmán|Santo Domingo]] y el segundo directamente al rey [[Carlos I de España]], solicitando el nombramiento de un [[adelantado]].<ref name="Thomas 8">Thomas, ''op.cit.'' cap.8, p.128-148</ref>
 
===== Segunda expedición =====