Los diarios de Corrie describen sus experiencias en la Franja de Gaza, la vida cotidiana de los palestinos y los esfuerzos de hombres, mujeres y niños por sobrevivir en medio de las condiciones de la guerra.
Con estos diarios se hizo una obra teatral.
Entre ellos, uno de sus más famosos párrafos:
"… Sólo quiero escribir a mi madre y contarle que estoy presenciando este genocidio crónico, insidioso y que estoy verdaderamente asustada y cuestionando mi creencia fundamental en la bondad de la naturaleza humana. Esto tiene que detenerse. Pienso que es una buena idea que todos abandonemos todo y dediquemos nuestras vidas a hacer que esto se detenga. Ya no pienso que sea algo extremista. Realmente quiero todavía bailar con Pat Benatar y tener amigos y divertir a mis compañeros. Pero también quiero que esto se detenga. Lo que siento es incredulidad y horror. Desilusión. Me desilusiona que ésta sea la realidad de base de nuestro mundo y que nosotros, en los hechos, participemos en ella. Esto no es en nada lo que quería cuando llegué a este mundo. Esto no es en nada lo que la gente de aquí quería cuando llegó a este mundo… Así que si sueno demente, o si los militares israelíes rompieran con su tendencia racista de no herir a gente blanca, por favor culpen por el motivo directamente al hecho de que estoy en medio de un genocidio que también estoy apoyando indirectamente, y por el cual mi gobierno es en gran parte responsable."