Diferencia entre revisiones de «El coloso»

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A pesar de todo lo anterior, sigue habiendo incógnitas, puesto que no podemos interpretar convincentemente ni la dirección en que se mueve el gigante (en caso de que esté avanzando), ni vemos contra qué enemigo se dirige, aunque, y siempre según este autor, es muy probable que la arriscada orografía oculte al ejército enemigo al otro lado del valle donde huyen las gentes civiles, por lo que plantear que se trate de un enfrentamiento entre el enemigo francés y el gigante, que encarnaría la defensa española, como en el poema de [[Juan Bautista Arriaza|Arriaza]], es muy verosímil. Su voluntad de luchar sin armas, con los brazos, como expresa el propio Arriaza en su poema ''Recuerdos del Dos de Mayo'' (''op. cit''. págs. 61-67): «De tanto joven que sin armas, fiero / entre las filas se le arroja audaz» (pág. 63, IV)<ref>[http://books.google.com/books?id=vdgFAAAAQAAJ&printsec=titlepage&dq=Profecia+Pirineo&num=100&as_brr=1&hl=es#PPA63,M1 «Recuerdos del Dos de Mayo», pág. 63, IV.]</ref> incide en el carácter heroico del pueblo español. Su heroísmo contrasta con el miedo del resto de la población, huyendo dispersos en un movimiento en múltiples direcciones, solo detenido ocasionalmente para ayudar a algún desmayado o por efecto de la legendaria terquedad del borrico.
[[Archivo:El coloso (detalle).jpg|thumb|left|400px|Detalle de la zona inferior del cuadro. Gentes y bestias huyen en varias direcciones, formando una composición dinámica de líneas centrífugas.]]
En cuanto a los ejes de composición, hay varias direcciones que representan dinámicamente las direcciones de la multitud que corre principalmente hacia la esquina inferior izquierda del cuadro, y que se prolongaría más allá de los límites de éste, y otra contraria dibujada por la estampida de los toros hacia la derecha. Entre estos movimientos hay otros de espera por la atención a algún caído o persona en dificultades que ritman el movimiento, y dan la impresión de caos. El gigante, separado en un plano más profundo por las montañas, se internaría en un plano más alejado del espectador, escorado hacia atrás y a la izquierda, formando con su avance una diagonal en ángulo opuesto a las direcciones de la multitud que huye. penis
 
El tratamiento de la luz, que podría ser la del ocaso, rodea y resalta las nubes que circundan la cintura del coloso, como describe el poema de Arriaza «Cercaban su cintura / celajes de occidente enrojecidos» (Juan Bautista Arriaza, «Profecía del Pirineo», vv. 31-32.). Esa iluminación sesgada, interrumpida por las moles montañosas, fraccionada, aumenta la sensación de falta de equilibrio y desorden. Se trataría de la conocida «dudosa luz del día» [[Luis de Góngora|gongorina]] (''Fábula de Polifemo y Galatea'', v. 72.). En lugar de una composición [[fuerza centrípeta|centrípeta]], donde las direcciones nos llevan a un núcleo central, aquí todas las líneas de movimiento se disparan para desintegrar la unidad en múltiples recorridos hacia los márgenes. Se trata de otro de los cuadros en los que se manifiesta una composición orgánica (en este caso [[fuerza centrífuga|centrífuga]]), típica del [[Romanticismo]], en función de los movimientos y direcciones procedentes de las figuras del interior del cuadro, en lugar de la mecánica, propia del [[Neoclasicismo]], impuesta por ejes de rectas formadas por los volúmenes y debidas a la voluntad racional del pintor.