Diferencia entre revisiones de «Donald Woods Winnicott»

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A partir del nacimiento ''no'' se puede decir que el neonato o bebé es una unidad psíquica. Durante el primer año de vida, la diada madre-infante constituyen una unidad. La madre es el primer entorno del infante. Si todo recién nacido sano tiene una tendencia innata a desarrollarse como una persona total y creadora, ha de poseer sin embargo un entorno inicial como base para tal desarrollo. En los primeros meses de vida (especialmente durante el período de la [[lactancia]]), el entorno es casi sinónimo de la madre. En ese momento, la intervención del padre está mediatizada por la madre y, en un primer momento, el padre cumple la función de favorecer al entorno: el padre interviene ayudando a la madre y preservando a la diada madre-lactante, aportando a la madre (en cuanto entorno) sentimientos de seguridad y de amor que ésta transmite al hijo.
 
Sin embargo, bien observa Winnicott que un exceso de apego entre la madre y el hijo es patológico; la preocupación maternal primaria suele ser espontánea, lo que importa es que en ella se dé un equilibrio entre una madre ''suficientemente'' buena y una "madre banalmente dedicada" al niño. Una madre suficientemente buena es aquella que es capaz de dar cabida al desarrollo del '''verdadero yo''' del niño, es decir acoger su gesto espontáneo, en el sentido de lo que el niño quiere expresar, e interpretar su necesidad y devolvérsela como gratificación. A partir de la frustración va emergiendo en el niño un '''falso yo''', que tiene función adaptativa, como una suerte de acercamiento a un principio de realidad. Este Falso Yo puede darse en diferentes grados, desde el menor que correspondería a un tipo de adansjdjdjsksnaadaptación a las normas sociales, hasta grados mas patológicos que se alejan de lo intrínsecamente propio del sujeto, como mera adaptación.
 
La madre en un principio debe '''Ilusionar''' al bebe para '''Desilusionarlo''' gradualmente. Esto quiere decir que el bebé, ante su necesidad de comer, es acogido por la madre y ésta le ofrece su pecho para alimentarlo, de tal modo que se dispone una situación donde el lactante tiene la ilusión de que el pecho fue creado por él y que es parte de él. Pero a medida que la madre lo desilusiona o lo desgratifica, el bebé va percibiendo que no es uno con la madre, disponiéndose a entrar en contacto gradualmente con la realidad y su subjetividad.
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Como consecuencia de tal equilibrio, el infante percibe la medida de su dependencia y adquiere la capacidad de hacer notar sus necesidades al entorno. Todas sus potencialidades se irán desarrollando e irá descubriendo gradualmente la inexistencia del carácter unitario con la madre, con el efecto concomitante que de ello se deriva, el hecho de que la madre deja de parecerle "perfecta".
 
Al producirse la ruptura de la unidad madre-lactante, el niño logra ir independizándose mediante '''espacios, fenómenos y [[ob--[[Especial:Contributions/189.224.139.198|189.224.139.198]] ([[Usuario Discusión:189.224.139.198|discusión]]) 08:26 23 feb 2010 (UTC)etoobjeto transicional|objetos transicionales]]'''. Winnicott descubre que espacios, fenómenos y —sobre todo— objetos transicionales son factores substitutivos que —en un principio ilusoriamente— substituyen (lacanianamente se diría: metaforizan) a la madre. Un juguete preferido del niño es un ejemplo de objeto transicional. Las actitudes que en este momento tiene el niño junto a los fenómenos y a los objetos transicionales, le sirven de nuevo entorno y de base para lograr paulatinamente su autonomía y autosuficiencia.
 
De lo que Winnicott observa en la relación primera madre-niño obtiene conclusiones para sus métodos de práctica psicoanalítica: por ejemplo el llamado ''setting'' (disposición) analítico y la ''relación soñar-soñado''.