Diferencia entre revisiones de «Literatura del Perú»

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Con la [[años 1980|década de 1980]] viene el desencanto, el pesimismo: la llegada de una revolución comunista deja de ser una utopía, pero ya no se la espera con ilusión, es casi una amenaza. Es tiempo de la [[Perestroika]] y los últimos años de la [[Guerra Fría]]. Además, la crisis económica, la violencia terrorista y el deterioro de las condiciones de vida en una [[Lima]] caótica y superpoblada contribuyeron al desánimo colectivo. En el plano de la narrativa aparecen los primeros libros de cuentos de [[Alfredo Pita]], ''Y de pronto anochece''; de [[Guillermo Niño de Guzmán]], ''Caballos de medianoche''; y de [[Alonso Cueto]], ''Las batallas del pasado'';autores cuya obra literaria sólo se desarrollará plenamente en años posteriores. Asimismo, en los ochenta, aparecen las dos primeras novelas de Aìda Balta Campbell:" Sodoma Santos y Gomorra" y "El Legado de Caìn". En 1990 aparece, editado en España y con escasa circulación en el Perú, un libro de cuentos de Pita que lleva un título negro como la década que se cerraba en su país: ''Morituri''. En cuanto a la poesía, surgen en este periodo movimientos marginales, que ahondan la vertiente rebelde de la década anterior, como el movimiento Kloaka, liderado por [[Roger Santiváñez]]. Con motivo de la disolución del grupo se editó ''La última cena'', una "autoantología". En contraste con las propuestas colectivas de aliento neovanguardistas (en general, de ruptura con el sistema político y el estético), surgen individualidades notables vinculadas en su orígenes con estos, pero que rápidamente transitan a una poesía serena, de ritmos equilibrados y que se nutre de tradiciones artísticas fuertemente codificadas. El caso más notable es el del poeta [[José Watanabe]], cuya mejor obra se corresponde a este decenio, y que será revalorada recién con el nuevo siglo. Otros poetas notables dentro de esta apuesta individualizadora de vertiente tradicional, en el marco de necesarias puestas al día, fueron [[Eduardo Chirinos]] y Magdalena Chocano. En el mismo decenio afloran también los primeros y diversificados movimientos de poesía de mujeres. La línea [[feminista]] dentro de la cual destacan [[Carmen Ollé]], [[Giovanna Pollarollo]] y [[Rocío Silva Santisteban]], otra más lírica, donde destaca [[Rosella Di Paolo]], además del intimismo irónico de [[Milka Rabasa]]. Cabe mencionar también a Patricia Alba, Mariela Dreyfus y Dalmacia Ruiz-Rosas.
 
En el último decenio del siglo XX, en los 90, aparece en la literatura peruana una tendencia individualista. Ya no se trata de conformar grupos con un pensamiento político, ni de poner el acento en el compromiso social, sino de ahondar en la intención estética. Pero, es en la poesía donde aparecen dos grupos importantes: [[Noble Katerba]] y Neón. En la narrativa, la fórmula que se impone es la denominada [[Juventud|Joven]]-[[Ciudad|Urbano]]-[[Marginalidad|Marginal]]. En este campo, además de [[Jaime Bayly]], que tiene preferencia por lo sensacionalista, sobresalen [[Óscar Malca]] con ''Al final de la calle'' (1993), Sergio Galarza (1996) con ''Matacabros'', Rilo con ''Contraeltráfico'' (1997), autores que cultivan el [[realismo sucio]]. Por otra parte, aparecen algunos escritores que cultivan el esteticismo y cuya obra escapa a los moldes de su generación, entre ellos [[Iván Thays]], con ''Las fotografías de Frances Farmer'', y [[Patricia De Souza]], con ''Cuando llegue la noche''. En la poesía destacan Umberto Toso con ''Poemas de navegación'' (1990) ydestaca Domingo de Ramos con ''Ósmosis'' (1996), entre otros. En el campo dramático descollan [[Enrique Mávila]] y [[Mariana de Althaus]], que se han caracterizado por la asimilación de diferentes tendencias teatrales contemporáneas.
 
Simultáneamente, dos escritores del grupo Narración alcanzan su madurez durante este decenio: Oswaldo Reynoso y Miguel Gutiérrez, quienes regresan al Perú luego de una larga estadía en la China comunista, que los desengaña de sus aventuras políticas juveniles. Reynoso, autor del memorable libro de cuentos "Los inocentes", pública sucesivamente la nouvelle "En busca de Aladino" y la novela "Los eunucos inmortales", obras de prosa musical en las que se descarta el ideal de la lucha social de clase por la búsqueda de una utopía de belleza juvenil que resulte, no obstante, justiciera con los humildes. Gutiérrez, por su lado, sorprende a los lectores con una novela de más de mil páginas, "La violencia del tiempo", saga familiar de la familia Villar, que se inicia con el primer Villar, desertor del ejército español que combatió contra los patriotas en la guerra de independencia, y termina con Martín Villar, narrador de la novela, que en los años sesenta ha optado por ser un profesor rural, tras estudiar en la oligárquica Universidad Católica. Novela histórica, de crecimiento, ensayo de crítica social y de interpretación histórica, "La violencia del tiempo" acusa el influjo de los grandes narradores latinoamericanos del siglo XX ([[Jorge Luis Borges]], [[Juan Rulfo]], [[Gabriel García Márquez]] y [[Mario Vargas Llosa]]), así como de los maestros de la novela del siglo XIX, en especial de [[Balzac]], cuyo intenso y torvo cronicón de familia, [[La Comedia Humana]], evoca con maestría singular.