Diferencia entre revisiones de «Alfonsina Storni»

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Amado Nervo, el poeta [[México|mexicano]] paladín del [[modernismo]] junto con [[Rubén Darío]], publica sus poemas también en ''Mundo Argentino'', y esto da una idea de lo que significaría para ella, una muchacha desconocida, de provincia, el haber llegado hasta aquellas páginas. En [[1919]] Nervo llega a la Argentina como embajador de su país, y frecuenta las mismas reuniones que Alfonsina. Ella le dedica un ejemplar de ''La inquietud del rosal'', y lo llama en su dedicatoria «poeta divino». Vinculada entonces a lo mejor de la [[vanguardismo|vanguardia]] novecentista, que empezaba a declinar, en el archivo de la Biblioteca Nacional uruguaya, hay cartas al uruguayo José Enrique Rodó, otro de los escritores principales de la época, modernista, autor de ''Ariel'' y de ''Los motivos de Proteo'', ambos libros pilares de una interpretación de la cultura americana. El uruguayo escribía, como ella, en ''Caras y Caretas'' y era, junto con [[Julio Herrera y Reissig]], el jefe indiscutido del, ese momento, nuevo pensamiento en el Uruguay. Ambos contribuyeron a esclarecer los lineamientos intelectuales americanos a principios de siglo, como lo hizo también Manuel Ugarte, cuya amistad le llegó a Alfonsina junto con la de José Ingenieros.
 
Su voluntad no la abandona, y sigue escribiendo. En mejores condiciones publica ''El dulce daño'', en 1918. El 18 de abril de 1918 se le ofrece una comida en el restaurante Génova, de la calle Paraná y Corrientes, donde se reunía mensualmente el grupo de Nosotros, y en esa oportunidad se celebra la aparición de ''El dulce daño''. Los oradores son Roberto Giusti y José Ingenieros, su gran amigo y protector y a veces su médico. Alfonsina se está reponiendo de la gran tensión nerviosa que la obligó a dejar momentáneamente su trabajo en la escuela, pero su cansancio no le impide disfrutar de la lectura de su «Nocturno», hecha por Giusti, en traducción al italiano de Folco Testena.
 
También en [[1918]] Alfonsina recibe una medalla de miembro del Comité Argentino Pro Hogar de los Huérfanos Belgas, junto con [[Alicia Moreau de Justo]] y [[Enrique del Valle Iberlucea]]. Años atrás, cuando empezó la guerra, Alfonsina había aparecido como concurrente a un acto en defensa de [[Bélgica]], con motivo de la invasión alemana. Mantiene sus visitas a Montevideo, donde hasta su muerte frecuentará amigos uruguayos. Juana de Ibarbourou lo contó años después de la muerte de la poetisa argentina: