Diferencia entre revisiones de «Macedonio I de Constantinopla»

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== Condenación ==
Los Concilios de Nicea ([[999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999999325]]) y [[Concilio de Ancira|Ancira]] ([[358]]) reconocen y proclaman la divinidad de las tres personas invocadas en las distintas fórmulas [[Bautismo|bautismales]], sin hacer especial hincapié en lo referente al Espíritu Santo. San Atanasio en sus cartas a Serapión de Thmuis (hacia 358) se muestra conocedor de la doctrina macedoniana, extendida ya por buena parte de Oriente.<ref>PG 26,529 ss.</ref> Sus argumentos sobre la Trinidad y naturaleza del Espíritu Santo adquieren especial relieve en el ''Tomus ad Antiochenos''.<ref>PG 26,800A</ref> El [[Concilio de Alejandría]] ([[362]]), completando al de Nicea, declara abiertamente que sólo pueden ser recibidos en el seno de la Iglesia Católica los que rechazan que el Espíritu Santo sea una creatura. Los Padres [[Capadocios]], en particular San Basilio y [[San Gregorio Nacianceno]], con gran caridad y procurando no escandalizar a cuantos se atenían al credo niceno, salen al paso de las distintas corrientes pneumatológicas.<ref>PG 32, 977; 36,137C-D,160C; 37,114</ref> Hacia el [[377]], los sínodos de Iconio<ref>Epístola Synodica: PG 39,93-98</ref> y Antioquía (379) condenan de nuevo esta herejía. El papa Dámaso I ([[379]]-[[380]]) en la ''Confessio fidei catholica'' anatematiza como [[sacrilegio|sacrílegos]] a los macedonianos: ''qui de Arii stirpe venientes non perfidiam mutavere, sed nomen''.<ref>PL 13, 358-59, Anath. IV</ref> A raíz del [[Concilio de Aquilea]] ([[381]]) y a petición de [[Graciano]], San Ambrosio de Milán, en sus tratados ''De fide y De Spiritu Sancto'', hace una exposición [[magisterio|magistral]] del misterio de la Trinidad, exponiendo contra arrianos y macedonianos que el Espíritu Santo es verdadero Dios, igual que el Padre y el Hijo.<ref>PL 16,548-851</ref>
 
Al Concilio general de Constantinopla ([[381]]), los macedonianos envían 36 obispos, en su mayoría del Helesponto. La asamblea de obispos católicos, en número de 150, confirma solemnemente la doctrina de Nicea y ante la reserva y oposición de cuantos negaban la consustancialidad del Hijo o del Espíritu Santo, considera herejes no sólo a los arrianos, [[sabelianismo|sabelianos]] y [[apolinarismo|apolinaristas]], sino también a los macedonianos, [[eumonianos]], [[eudoxianos]] y otros, añadiendo estas palabras al símbolo niceno: «... ''Et in Spiritum Sanctum, Dominum et vivificantem, ex Patre procedentem qui ex Patre (Filioque) procedit, quis cum Patre et Filio adorandum simul adoraturi et conglorificandum''...».<ref>Denz.Sch. 150</ref>