Diferencia entre revisiones de «Psittacus erithacus»

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Los criadores muchas veces los privan de tener contacto con sus padres para que graben la impronta de los humanos aunque esto puede traerles consecuencias de adultos para relacionarse con otros loros.
 
Siempre están pensando. Cuidar a un yaco es más parecido a tratar con un niño, que con una mascota. Más inteligente que cualquier perro, pide la atención las 24 horas del día. Su extrema inteligencia y sensibilidad le lleva fácilmente a la depresión si no es correspondido. Responden bien a la psicología infantil, pero los loros grises no son niños: son animales inteligentes y salvajes que han sido sacados una o dos veces de su ambiente natural y que necesitan que se les enseñe a ser una buena compañía. Tienen una gran querencia por jugar y bromear y es muy facil confundir sus bromas con agresiones. Cualquier actividad que cause que se le preste atención, un mal comportamiento, romper cosas, autolesionarse y automutilarse es muy fácil que la reproduzca en un intento de seducir a su dueño-pareja.

Los yacos tienen una enorme habilidad para captar nuestros pensamientos, sentimientos, estados de ánimo y energía, y nos obligan a enfrentarnos a nosotros mismos porque en su comportamiento reflejan lo que nos pasa dentro. Establecen un vinculo de pareja con su dueño y si se les proporciona una, vuelcan su devoción en ella.
 
== Véase también ==