Diferencia entre revisiones de «Folclore»

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Rápidamente, la iniciativa de los hermanos Grimm fue imitada en toda Europa (del Este y el Oeste) y en los países escandinavos. A partir del siglo XIX se emprende la labor de educar al pueblo en su propio folclore, que aparece amenazado de desaparición bajo los efectos de la [[modernidad]] y la urbanización. Las campañas de difusión del folclore toman la forma de verdadera [[propaganda]] nacionalista, procurando esencialmente hacer resaltar la originalidad y singularidad propias del folclore de cada pueblo, permitiendo distinguirlo de los vecinos y vincularlo a los que, en el contexto de instauración de las identidades nacionales, se designa como sus antepasados.
 
En primera instancia el folclore se limitó a la tradición oral. Hacia la mitad del siglo XIX se amplía el ámbito del folclore, comenzando los recopiladores a interesarse también por distintas producciones que emanan de las culturas populares (creencias, medicina tradicional, trajes, artes, técnnicastécnicas, ectetcétera).
 
No fue hasta el [[siglo XX]] cuando los [[Etnografía|etnógrafos]] empezaron a intentar registrar el folclore sin manifestar metas políticas.
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Aunque el folclore puede contener elementos religiosos y mitológicos, se preocupa también con tradiciones a veces mundanas de la vida cotidiana. El folclore relaciona con frecuencia lo práctico y lo esotérico en un mismo bloque narrativo. Ha sido a menudo confundido con la [[mitología]], y viceversa, porque se ha asumido que cualquier historia figurativa que no pertenezca a las creencias dominantes de la época no tiene el mismo estatus que dichas creencias dominantes. Así, la [[religión romana]] es calificada de «mitología» por los [[Cristianismo|cristianos]]. De esa forma, tanto la mitología como el folclore se han convertido en términos clasificatorios para todos los relatos figurativos que no se corresponden con la estructura de creencias dominante.
 
A veces el folclore es de naturaleza religiosa, como las historias del ''[[Mabinogion]]'' [[Gales|galés]] o las de la [[poesía escáldica]] [[Islandia|islandesa]]. Muchos de los relatos de ''[['''La leyenda dorada''']]'' de [[Santiago de la Vorágine]] también plasman elementos folclóricos en un contexto cristiano: ejemplos de dicha [[mitología cristiana]] son los temas desarrollados en torno a [[Jorge de Capadocia|San Jorge]] o [[Cristóbal de Licia|San Cristóbal]]. En este caso, el término «folclore» se usa en un sentido peyorativo, es decir, mientras las historias del trotamundos [[Odín]] tienen un valor religioso para los nórdicos que compusieron las historias, debido a que no encajan en las creencias cristianas no son consideradas «religiosas» sino «folclóricas» por los cristianos.
 
Los cuentos populares son término general para diversas variedades de la narrativa tradicional. La narración de historias parece ser un universal cultural, común por igual a las sociedades básicas y las complejas. Incluso las formas que adoptan las historias populares son ciertamente parecidas de una cultura a otra, y los estudios comparativos de temas y formas narrativas han tenido éxito al demostrar estas relaciones.