Diferencia entre revisiones de «Simbiosis»

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La simbiosis desde la óptica evolutiva podría considerarse como un proceso en el que los simbiontes van estrechado su relación. Dependiendo de las características de la simbiosis y de los simbiontes que la integran, esta relación podría alcanzar su máximo grado de integración: la simbiogénesis.
 
== Parasitismo, primer estadio de la simbiosis ==
mira, sabes que esto me parece una pabada.
 
El [[parasitismo]] está profusamente extendido en la naturaleza.<ref>{{cita| los parásitos representan una historia de vida fascinante teniendo en cuenta por una parte su tremenda variabilidad, su tamaño desde organismos microscópicos hasta macroscópicos, su localización, el desarrollo en órganos diversos, las múltiples formas de reproducción y las variadas migraciones intra y extraorgánicas, a las que se ven sometidos con el único fin de mantener la especie. Esta variabilidad es el resultado de una adaptación genotípica y fenotípica|Caridad Sánchez Acedo, 2000.}}</ref> Plausiblemente, sería el primer estadio de un proceso continuo que conduciría al mutualismo.
 
{{cita| Muchas especies de artrópodos albergan endosimbiontes de transmisión hereditaria. Debido a que la persistencia de estos simbiontes hereditarios depende de modo tan íntimo de la de sus hospedadores, generalmente se ha supuesto que los microorganismos que son transmitidos de padres a hijos a lo largo de generaciones de hospedadores, con gran eficacia, deberían evolucionar con el tiempo hasta volverse beneficiosos para sus hospedadores.
 
Cada vez está más claro que los simbiontes hereditarios son muy comunes en los artrópodos. Muchos de dichos simbiontes son beneficiosos. Pero una parte considerable de los mismos son deletéreos y, más que ser beneficiosos para sus hospedadores, mantienen relaciones antagonistas con parte de ellos.| Michael E. N. Majerus, ''Simbiontes hereditarios causantes de efectos deletéreos en los antropos''.<ref>Bol. S.E.A.. no 26, 1999 : 777-806.</ref>}}
 
En este estadio, el parásito debe atenuar la virulencia contra su hospedador y, entre otras adaptaciones, se desprende de una característica típica de todo organismo, su tendencia a reproducirse geométricamente auto-regulando esta tendencia;<ref>{{cita|Como indican Benke & Barnad (1990), la adaptación mutua entre el hospedador y el parásito da lugar a lo que en términos parasitológicos se conoce como evolución paralela o coevolución. De acuerdo con Markell y cols (1990), la posibilidad de adaptación a una forma de existencia parásita debe estar basada en la capacidad de "preadaptación" o en cambios evolutivos que hagan posible la existencia en un ambiente distinto.|Sánchez Acedo, 2000, p. 85.}}</ref><ref>“Los «individuos» permanentemente se fusionan y regulan su reproducción. Margulis, 2002, p. 18.</ref><ref>Más adelante se hace referencia a la autorregulación observada por Kwang Jeon en uno de sus trabajos de laboratorio donde bacterias parásitas en amebas reducen su población de 100.000 a 40.000 transcurridos varios años de relación simbiótica</ref> paralelamente, el hospedador deberá reaccionar neutralizando los efectos deletéreos de su parásito. «En cualquier momento esas asociaciones pueden disolverse, sus miembros pueden cambiar e incluso destruirse entre sí, o simplemente perder a su simbionte».<ref> «Los resultados de la interacción de organismos vivos muy distintos no son plenamente predecibles», Margulis (2003a), p. 132.</ref>
Este primer estadio simbiótico, el más inestable, en el que «el éxito del parasitismo [también la simbiosis] radica en la acomodación y en la supervivencia, es decir el éxito del parásito se mide no por los trastornos que causa a su hospedador, sino por su capacidad para adaptarse y para integrarse al medio interno de este último»,<ref> «Desde el punto de vista inmunológico, el parasitismo puede considerarse un éxito si el parásito se integra en el hospedador de manera que no se le considere exógeno». Sánchez Acedo, 2000, pp.58-59.</ref> se podría prolongar hasta estadios de integración muy elevados en los que, antes de alcanzar una relación mutualista ya se podría estar produciendo transferencia de material genético, señalando Margulis que en las relaciones simbióticas son de poca utilidad conceptos como «coste» o «beneficio».<ref>Margulis (2003a), p.132.</ref>
 
{{cita|Algunos autores como Mcinnes (1976), Nee y Maynard Smith (1990), consideran que los parásitos dependen de expresiones génicas de sus hospedadores, al haber perdido sus mecanismos génicos. Inversamente, -los parásitos adquieren, por convergencias adaptativas o por otros mecanismos, información similar a la de sus hospedadores, lo que les convierte en mejores parásitos, evadiendo mejor la defensa inmunitaria. El intercambio macromolecular, el diálogo químico entre el parásito y su hospedador, según Despommier (1990) será una parte esencial de la [[Parasitología]] del futuro.|Caridad Sánchez Acedo, 2000. pp. 58.}}
 
Caridad Sánchez Acedo (2000) señala la observación de Martínez Fernández (1999) según la cual: «el parasitismo se puede asimilar a un fenómeno peculiar de megaevolución que es el resultado de una especiación y se encuadra en el mecanismo universal de la evolución».
 
== Importancia de la simbiosis en la naturaleza ==