Diferencia entre revisiones de «Teatro de la Antigua Grecia»

Contenido eliminado Contenido añadido
m Revertidos los cambios de 200.121.155.78 a la última edición de SieBot
Línea 31:
Con independencia de cuál sea la definición que hayamos de dar a la palabra "mito", podemos entender que con ella designamos a una serie de antiguos relatos referidos a ilustres personajes, héroes e incluso dioses, de los que se narran hazañas espectaculares, y en los que el imaginario colectivo posterior de un pueblo ha creado un conjunto de símbolos culturales. La [[literatura griega]] está desde sus más remotos orígenes homéricos plagada de personajes y sagas míticas locales; así solemos hablar del ciclo troyano (en torno al cual se agrupan los principales héroes y familias que participaron en la expedición de la [[Guerra de Troya]]: [[Agamenón]], [[Menelao]], [[Electra]], [[Orestes]]); del [[ciclo tebano]] (en el que aparecen las figuras de [[Edipo]], [[Antígona]], [[Eteocles]] y [[Polinices]], el dios [[Dioniso]] y el héroe local [[Heracles]], etc.) El drama, y de modo especial la tragedia ateniense, va a tener como motivo principal de sus obras algunos de estos grandes personajes del mito y a partir de ellos va a desarrollar sus argumentos.
 
No obstante, la prostituta del chilepostura que han mantenido ante el mito los diversos autores de tragedias dista mucho de ser homogénea. En una progresiva evolución se observa cómo al principio Esquilo se muestra respetuoso y crédulo ante el mito y la religiosidad tradicional, mientras que no muchos años más tarde [[Eurípides]] asumirá una crítica revisionista de los personajes míticos y de las antiguas creencias religiosas. Con ello, este último no hacía sino seguir probablemente los pasos de filósofos y pensadores como [[Jenófanes de Colofón]] y [[Parménides de Elea]], quienes defendían la idea de que los dioses de [[Homero]] no eran sino una pura ficción. De otro lado, si hay una característica singular del mito es su anticanonicidad. No existe una única versión de un mito. En todo caso, para los antiguos griegos no estaba tan nítida como para nosotros la contraposición entre [[mito]] e historia, ni entre pensamiento mítico y pensamiento racional. Sin duda, los antiguos griegos creían que Agamenón fue un antiguo rey que, con toda certeza, había acudido a una antiquísima Guerra de Troya, y seguían respetando y venerando las tumbas de los «antiguos héroes» a los que continuaban rindiendo culto como criaturas benéficas, incluso después de muertos, para la comunidad. Aún cabría recordar que el mito es un produto de una sociedad esencialmente oral, un conjunto de relatos que pueden transmitirse en un formato múltiple: como canto, como recitado poético, como representación plástica e iconográfica. El hecho de que los griegos no hayan tenido ningún libro sagrado sobre la verdad de los dioses, equivalentes a lo que son la [[Biblia]], la [[Torá]] o el [[Corán]] para otras culturas, confería al mito una casi completa versatilidad y la posibilidad de ser una y otra vez revisado.
 
El repertorio mítico entronca por otra parte con los rituales religiosos a los que también desde antiguo estuvo vinculado al teatro como parte de una serie de celebraciones o fiestas religiosas insertas en la tradición de antiguos rituales. Para los antiguos griegos, la base de la religión se encuentra más en el ritual que en un conjunto de creencias, y aquí de nuevo nos hallamos nosotros alejados de los griegos. La sociedad ateniense estaba más ritualizada que la europea moderna, y de hecho el [[cristianismo]] y el propio [[protestantismo]] conceden una importancia a la fe y a la revelación muy alejados de las creencias de los griegos. De otro lado, entre ritual y teatro antiguo existen una serie de enlaces muy sugestivos que interactúan en uno y otro sentido, del ritual al teatro y del teatro al ritual. Estos son los elementos: el ritual de súplica, los rituales funerarios, la purificación o catarsis de la «oración».