Diferencia entre revisiones de «Edad Contemporánea»

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Sin embargo, fue la evidencia del triunfo de las fuerzas de la modernidad lo que hizo que precisamente en la Edad Contemporánea se desarrollara un discurso paralelo de [[crítica a la modernidad]], que en su vertiente más radical desembocó en el [[nihilismo]]. Es posible seguir el hilo de esta crítica a la modernidad en el [[romanticismo]] y su búsqueda de las raíces históricas de los pueblos; en la filosofía de [[Arthur Schopenhauer]], [[Friedrich Nietzsche]] y posteriores movimientos ([[irracionalismo]], [[vitalismo]], [[existencialismo]]); en los rasgos más experimentales del [[arte contemporáneo]] y la [[literatura contemporánea]] que, no obstante, reivindican para sí la condición de literatura o [[arte moderno]] ([[expresionismo]], [[surrealismo]], [[teatro del absurdo]]); en concepciones teóricas como la [[postmodernidad]]; y en la violenta resistencia que, tanto desde el [[movimiento obrero]] como desde posturas radicalmente [[conservador]]as, se opuso a la ''[[la gran transformación]]''<ref>[[Karl Polanyi]] (1944); edición española: Madrid, La Piqueta, 1989. ISBN 84-7731-047-5.</ref> de economía y sociedad. Superar el ideal ilustrado de progreso y confianza optimista en las capacidades del ser humano, implicaba una noción ''[[progresista]]'' y de confianza en la capacidad del ser humano que efectúa esa crítica, por lo que esas "superaciones de la modernidad" fueron de hecho nuevas variantes del ''discurso moderno''.<ref>Matthew Stewart, ''La verdad sobre todo, una irreverente historia de la filosofía con ilustraciones'', Editorial Punto de Lectura, Madrid, febrero de 2002, ISBN 84-663-0581-5, Páginas 609-611.</ref>
 
== La "Era de la Revolución" (1776-1848) ==
En los años finales del siglo XVIII y los primeros del siglo XIX se derrumba el [[Antiguo Régimen]] de una forma que fue percibida por los contemporáneos como una aceleración del [[tiempo histórico|ritmo temporal de la historia]], que trajo cambios trascendentales conseguidos tras vencer de forma violenta la oposición de las fuerzas interesadas en mantener el pasado: todos ellos requisitos para poder hablar de una [[revolución]], y de lo que para [[Eric Hobsbawm]] es ''La Era de la Revolución''.<ref>El título original en inglés al libro de Hobsbawm (''op. cit''.) sobre ese periodo es ''The Age of Revolution'', con el subtítulo ''Europe'' (Europa), lo que determina que la fecha elegida para su inicio fuera 1789 (la Revolución francesa) y no 1776 (la independencia de los Estados Unidos).</ref> Suele hablarse de tres planos en el mismo proceso revolucionario: el económico, caracterizado por el triunfo del [[capitalismo]] industrial que supera la fase [[mercantilista]] y acaba con el predominio del sector primario ([[Revolución industrial]]); el social, caracterizado por el triunfo de la [[burguesía]] y su concepto de sociedad de clases basada en el mérito y la ética del trabajo, frente a la sociedad estamental dominada por los privilegiados desde el nacimiento ([[Revolución burguesa]]); y el político e ideológico, por el que se sustituyen las [[monarquía absoluta|monarquías absolutas]] por sistemas representativos, con constituciones, parlamentos y división de poderes, justificados por la ideología [[liberal]] ([[Revolución liberal]]).