Diferencia entre revisiones de «Lamarckismo»

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== Contexto histórico ==
AaaaA diferencia del pensamiento evolucionista de [[Darwin]], al que se le puede atribuir una influencia directa de su abuelo Erasmus y del propio Lamarck,<ref>{{cita|Creo que Lamarck tuvo mucha más influencia sobre Darwin de lo que reconoce la tradición (un punto avanzado también por otros historiadores de la ciencia: véase Corsi, 1978; Mayr, 1972, pág. 90)[…] Darwin dijo poco de Lamarck en sus publicaciones. La única referencia explícita a la teoría lamarckiana en el Origen es un cicatero elogio en el prefacio histórico añadido a las ediciones posteriores a la primera. Pero sabemos que Darwin estudió a Lamarck intensamente y no le gustó lo que leyó. Tenía un ejemplar de la edición de 1830 de la ''Phiiosophie zoologique'' (véase Hull, 1985, pág. 802) que leyó al menos dos veces y del que tomó gran cantidad de notas. Lo que quizá sea más importante es que Lamarck proporcionó a Darwin una introducción al tema de la evolución a través de la imparcial pero crítica exégesis de [[Lyell]] en sus ''Principies of Geology''.|Goul, 2002, p. 219-221}}</ref> y un ambiente en el que la ''filosofía zoológica'' habría generado una cierta inquietud evolucionista,<ref>"La teoría de la transmutación de especies [la teoría de Lamarck], considerada en el último capítulo, ha encontrado algunos apoyos en muchos naturalistas". Charles Lyell, Principles Of Geology, Volume II, The University of Chicago Press, Ltd., London, Originally published in 1832 by John Murray, London, University of Chicago Press edition 1991, p.18.</ref> los antecedentes en Lamarck son difusos y tuvo que elaborar su teoría en un contexto que la recepción de su obra demostró hostil.
 
Es obvio que el pensamiento evolucionista solo fue posible tras establecerse el método científico y su empeño por describir el mundo con explicaciones que el propio mundo pudiera darnos, sin recurrir a causas externas a él. La [[ilustración|Ilustración]], el espíritu de ''[[L'Encyclopédie]]'', y el apoyo de [[Buffon]] harían posible que Lamarck desarrollase sus trabajos sobre Historia Natural, botánica y acometiese el estudio de los [[invertebrado]]s. También, habrían existido pequeños destellos evolucionistas que cuestionarían el fijismo en [[Diderot]] y [[Maupertuis]] y, anteriormente, en [[Leibniz]];<ref>{{cita|Además de la Ilustración, también fue importante para el desarrollo del evolucionismo en [[Francia]] el pensamiento de [[Leibniz|Gottfríed Wilhelm Leibniz]]. De hecho, incluso el propio Liebniz había especulado en un trabajo suyo poco conocido, ''Protogaea'' (1691), que tal vez en algún momento o en algún lugar del universo, las especies de animales estén o estuvieron o estarán, más sometidas al cambio de lo que en el momento lo están en el nuestro; y varios animales que tienen algo del gato, como el león, el tigre y el lince, fueran hace tiempo de la misma raza y constituyeran hoy nuevas subdivisiones de la antigua especie de los gatos. Por tanto, siempre regreso a lo que ya más de una vez he dicho, que nuestra determinación de las especies físicas es provisional y proporcional a nuestros conocimientos.|Harris, 1981, ''Evolución. Génesis y revelaciones.''}}</ref> el avance en la geología habría posibilitado que Lamarck se plantease la imposibilidad de que la Creación hubiese previsto todas las formas de vida que se observaban en la naturaleza, perfectamente adaptadas a unos cambios que se habrían dado con posterioridad a esa creación. En todo caso, el fijismo estaba perfectamente establecido y su propuesta evolucionista tuvo que enfrentarse al dogma religioso de la Creación y al pensamiento científico del muy influyente [[Cuvier]] que justificó los descubrimientos que los fósiles proporcionaban sobre formas de vida diferentes a las actuales, como especies sin conexión con éstas, extinguidas por los sucesivos cataclismos que se habrían producido a lo largo de la historia geológica.<ref>{{cita| Desgraciadamente, el contexto social que rodeaba a Lamarck no era el adecuado para que su teoría tuviera una gran acogida. A principios del siglo XIX las Ciencias Naturales estaban lideradas en Francia por Georges Cuvier, quien había elaborado, sobre un enorme volumen de concienzudos datos, su teoría de los cataclismos y sucesivas creaciones para explicar los cambios observados en las faunas fósiles. Lamarek, anciano y solo, fue vapuleado científicamente por un joven y brillante Cuvier, catedrático de Historia Natural, de Anatomía Comparada y secretario de la Academia de Ciencias de París.|Sandín, Lamarck y los mensajeros, p. 31.}}</ref><ref>{{cita|La idea de que los seres vivos actuales son el resultado de un proceso evolutivo de transformación en el tiempo, en oposición al concepto de inmutabilidad o fijismo de las especies, no es totalmente intuitiva y ha tenido que ser descubierta.|Antonio Fontdevila, Andrés Moya, 2003, p. 58.}}</ref>