Diferencia entre revisiones de «Paro general en Venezuela de 2002-2003»

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El día [[9 de diciembre]] en la noche un grupo de personas agolpadas en los alrededores de la sede de Pdvsa La Campiña, se dirigieron hacia la sede del canal privado Globovisión, a objeto de protestar contra las emisoras privadas de televisión venezolanas, tales como Venevisión, RCTV, Globovisión, Televen y otros. La protesta fue protagonizada en su mayoría por estudiantes, vecinos, amas de casa y trabajadores quienes decidieron manifestar su desacuerdo con el desenvolvimiento de los medios en promoción del paro petrolero.
 
Para las 11:00 pm de la noche, las sedes de los canales RCTV, Televen, Venevisión y otros canales privados de alcance nacional, ya habían sido rodeadas por chavistas protestantes. La acción también fue desarrollada en el interior del país, donde cientos de personas acudieron a la sede de TVS en Maracay y de otras televisoras de los estados Zulia y Bolívar. Trabajadores de la emisora aragüeña TVS denunciaron destrozos y vandalismo a la planta <ref>[http://www.libertad-prensa.org/Director.aspx?P=Articulo&A=125 Denuncia de andalismo en TVS] International Center of Journalist, 16/12/2002</ref>
La protesta se fundamentaba en la solicitud de poner fin a la conducta de la mayoría de los medios de comunicación privados, quienes para la fecha habían cesado su programación habitual de espacios informativos, novelas, películas y programas infantiles; y se encontraban transmitiendo de manera ininterrumpida los hechos de violencia que ocurrían.
Línea 100:
Los empresarios, por su cuenta, comenzaron a abrir sus negocios y locales comerciales, desobedeciendo a las federaciones que los agrupaban. Para afrontar la crisis creada por el paro, tuvieron que tomar medidas como recortes de horario y reducción de personal, que afectó directamente los índices de desempleo. Otras empresas y tiendas no soportaron la crisis y debieron cerrar sus puertas, dejando a miles de empleados en las calles. Los medios de comunicación también tomaron medidas similares, despidiendo a muchos periodistas.
 
Otro duro golpe contra el paro ocurrió el [[23 de enero]] de 2003, cuando el chavismo realizó una marcha con una concurrencia multitudinaria en la céntrica avenida Bolívar de la capital venezolana {{cita requerida}}. La marcha permitió mostrar a la comunidad internacional el apoyo con el que contaba el jefe de Estado a pesar de los más de 50 días de paro en su contra. Su discurso y las imágenes de la marcha fueron mostrados en transmisión conjunta de radio y televisión, ante la negativa de los medios privados de reseñar la marcha.
 
El paro terminó el [[3 de febrero]] de [[2003]], sin mayor aviso por parte de sus líderes. Un día antes, el 2 de febrero, la oposición realizó una recolección de firmas para un referendo consultivo (recolección que posteriormente fue declarada nula por el [[Consejo Nacional Electoral (Venezuela)|Consejo Nacional Electoral]] (CNE) por no cumplir una serie de requisitos legales). Esa noche, la oposición celebró el éxito de la recolección de firmas, y el 3 de febrero muchas empresas comenzaron a trabajar con las limitaciones arriba descritas.
Línea 119:
Durante el paro, los medios de comunicación se comportaron de una forma atípica en comparación con otros países: todas las televisoras privadas de alcance nacional y los periódicos más importantes le dieron apoyo irrestricto, sin disimulo. Los primeros suspendiendo toda su programación de entretenimiento y sus anuncios comerciales para dar paso a programación política e informativa durante 18 ó 20 horas al día.
 
Los periódicos apoyaron al paro: algunos no circularon los primeros días, pero después decidieron seguir editando ediciones donde sólo se exponía el desarrollo y el "éxito" del paro, suspendiendo publicidad y noticias deportivas, culturales y de otra índole. Era cotidiano ver a grandes periódicos de circulación nacional, como [[El Universal]], titular en su primera plana con grandes letras mayúsculas: "¡Hasta que se vaya!"{{cita requerida}} Esta actitud de los medios fue criticada por algunos opositores a Chavez, como el historiador [[Jorge Olavarría]]{{cita requerida}}.
 
Simpatizantes del presidente Chávez acusaron a los medios de comunicación privados, incluyendo canales de televisión, emisoras de radio y la prensa nacional, de sólo emitir los actos de protesta de la oposición —también habían manifestaciones y concentraciones chavistas todos los días— y de no permitir entrevistar a personas partidarias del gobierno. El canal de TV y la emisora de radio oficial también participaron en esta guerra mediática parcializándose a favor del gobierno, si bien era un enfrentamiento desproporcionado{{cita requerida}}. De esta forma, la polarización se acentuó mucho más y los medios de comunicación imparciales prácticamente desaparecieron.
 
Estas posturas se han mantenido durante los años subsiguientes, si bien algunos medios se han plegado al abandonar programas o artículos de corte opositor. El gobierno también apoyó la creación de periódicos, emisoras de radio, televisoras y sitios de Internet de carácter alternativo, que son consideradas por la oposición como focos de propaganda gubernamental, pero que el gobierno defiende como espacios de expresión para quienes eran censurados por las emisoras privadas.