Diferencia entre revisiones de «Reino de Asturias»

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De otra parte, existen testimonios que manifiestan que ni los ''lugones'' ni los ''pésicos'' se identificaban originariamente con los ''astures'': así, en el [[Parroquial Suevo]] se distingue entre ''astures'' y ''pésicos'', como si fueran dos tribus diferenciadas, y en una lápida encontrada en el concejo de [[Piloña]] -la ''piedra de los Ungones''- se señala la frontera entre los ''lugones'' y los ''astures''. Parece, pues, que no existía ninguna identidad supratribal que cohesionase a las tribus del futuro territorio asturiano.
 
Sin embargo esta situación comenzó a cambiar en el [[Bajo Imperio]] y en tiempos de las invasiones germánicas: la lucha primero contra los romanos y luego contra los [[vándalo|vándalos asdingos]] y los [[visigodo]]s fue forjando una identidad común entre los pueblos de la futura Asturias. A este respecto, diversas excavaciones arqueológicas han encontrado restos de fortificaciones en los alrededores del [[Campamento romano de La Carisa]] (concejo de [[Lena (Asturias)|Lena]]). Los expertos consideran que dicha línea defensiva, ubicada estratégicamente en la cuenca alta del [[río Caudal]] —vía de entrada natural a Asturias desde la Meseta—, prueba la existencia de una resistencia organizada en el seno de la cual forzosamente debieron cooperar todos los habitantes de Asturias central. En este sentido, dichos especialistas han descubierto en la Carisa dos niveles arqueológicos diferentes, uno de los cuales corresponde a las [[Guerras Cántabras]] y el segundo al periodo [[650675]]-[[710725]], en el que tuvieron lugar la expedición del rey visigodo [[Wamba]] contra los astures y la conquista de Asturias por [[Muza]].
 
La identidad asturiana que progresivamente iba forjándose cristalizaría de una manera definitiva tras la coronación de [[Pelayo]], la victoria en [[Covadonga]] y la subsiguiente consolidación del Reino de Asturias. En este sentido, la [[crónica Albeldense]], al narrar patrióticamente los sucesos de Covadonga, afirma que tras esa batalla ''"Asturorum Regnum divina providentia exoritur"'', '''''nació por la divina providencia el Reino de los Astures'''''.
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{{cita|Dice Isa ben Ahmad Al-Razi que en tiempos de Anbasa ben Suhaim Al-Qalbi, se levantó en tierras de Galicia un asno salvaje llamado Pelayo.|Crónica de Al Maqqari}}
 
En el transcurso de la [[Invasión musulmana de la Península Ibérica|conquista islámica de España]], las principales ciudades y centros administrativos de la Península fueron cayendo en manos de las tropas musulmanas. El dominio de las regiones centrales y meridionales, como los valles del Guadalquivir o del Ebro presentó muy pocos problemas para los recién llegados, que se ayudaron de las estructuras administrativas visigodas existentes, de origen romano. Sin embargo, en las montañas del norte, los centros urbanos eran prácticamente inexistentes (como [[Gigia]]) y la sumisión del país había de realizarse valle a valle. A menudo los musulmanes recurrían a tomar rehenes para asegurarse la pacificación del terreno recién conquistado.
 
Tras la primera incursión de [[Tarik]] que en el año [[711]] llegó hasta [[Toledo]], el virrey yemení de [[Ifriqiya]], [[Musa ibn Nusair]], cruzó el año siguiente el [[Estrecho de Gibraltar]] y llevó a cabo una masiva operación de conquista que le llevaría capturar, entre otras, las ciudades de Mérida, Toledo, Zaragoza y Lérida. En la última fase de su campaña militar llegó hasta el noroeste de la Península donde logró apoderarse de las poblaciones de [[Lugo]] y [[Gijón]]. En esta última ciudad situó a un pequeño destacamento bereber al mando de un gobernador, [[Munuza]], cuya misión debía consistir en consolidar el dominio musulmán sobre Asturias. Como garantía de la sumisión de la región algunos nobles, entre ellos algunas teorías apuntan que [[Don Pelayo|Pelayo]] (aunque su origen resulta desconocido), fueron llevados como rehenes de Asturias a Córdoba.
 
Pero, según cuentan tanto la [[Crónica Rotense]] (crónica de Alfonso III donde se considera a Pelayo como sucesor de los reyes de Toledo, con claros fines de búsqueda de legitimidad política) como la de [[Al-Maqqari]] (historiador marroquí del siglo XVI que murió en El Cairo, Egipto, y que pudo haber tomado sus fuentes de la versión anterior, y reescribirlo ocho siglos después, con nula utilidad como documento histórico), Pelayo logró fugarse de dicha ciudad durante el gobierno del valí [[Al Hurr]] ([[717]]–[[718]]) y a su vuelta a Asturias instigó una revuelta contra las autoridades musulmanas de Gijón (la identidad de don Pelayo, sigue siendo un tema abierto, siendo esta solo una de las teorías). El caudillo de los astures —cuyo origen es discutido por los historiadores<ref>Se le atribuyen orígenes astures, visigodos, gallegos, cántabros, cordobeses e incluso británicos. Véase la página dedicada a [[Don Pelayo]] para conocer todas las teorías al respecto.</ref>— tenía entonces su morada en Bres (concejo de Piloña) y a dicho lugar Munuza envió tropas al mando del general [[Al Qama]]. Tras recibir noticias de la llegada de los musulmanes, Pelayo y sus compañeros cruzaron apresuradamente el río Piloña y se dirigieron al [[monte Auseva]], en una de cuyas cuevas, [[Santa Cueva de Covadonga|Covadonga]], se refugiaron. Allí lograron emboscar al destacamento sarraceno, que fue aniquilado. La victoria —relativamente pequeña, pues en ella intervinieron apenas unos cuantos cientos de soldados bereberes— otorgó un gran prestigio a Pelayo y provocó una insurrección masiva de los astures. Munuza, viéndose entonces aislado en una región crecientemente hostil decidió abandonar Gijón y dirigirse a la Meseta a través del [[Camino de la Mesa]]. Sin embargo fue interceptado y muerto por los astures en Olalíes (actual concejo de Llanera[[Grado (Asturias)|Grado]]).
 
[[Archivo:Campamento-romano-carisa 01-2006.jpg|thumb|left|300px|Vista del yacimiento del monte Curiechos, en [[Campamento romano de La Carisa|La Carisa]]]]
 
Recientemente, en el Picu Homón —junto al [[Camino Real del Puerto de la Mesa|puerto de la Mesa]]— y el [[Campamento romano de La Carisa]] (situada unos 15 kilómetros más al este, en el concejo de [[Lena (Asturias)|Lena]], dominando los valles del [[valle del Huerna|Huerna]] y [[Pajares]]), se han llevado a cabo excavaciones por un equipo de arqueólogos, que han encontrado fortificaciones cuya datación, según los datos proporcionados por el Carbono 14, es de entre mediadosfinales del siglo VII y principios del VIII: En estos lugares han sido halladas atalayas y fosos de casi dos metros, en cuya construcción y vigilancia tuvieron que participar miles de soldados, lo que requería de un alto grado de organización y de un liderazgo firme, probablemente el del propio Pelayo.<ref>[http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=1295&pIdSeccion=38&pIdNoticia=412025 Los expertos creen que La Carisa albergó los choques bélicos previos a la batalla de Covadonga]</ref> Por tal motivo, los especialistas consideran que es muy probable que la construcción de dicha línea defensiva tuviera como objetivo impedir la entrada de los musulmanes en Asturias a través de los puertos de la Mesa y Pajares.<ref>[http://www.lne.es/secciones/noticia.jsp?pNumEjemplar=1336&pIdSeccion=39&pIdNoticia=424603 La vinculación de los restos de la muralla al rey Pelayo es «una hipótesis seria»]</ref>

Tras la victoria de [[Don Pelayo]] en la [[batalla de Covadonga]] ([[722]]) sobre los [[musulmán|musulmanes]], se establece una pequeña entidad territorial en las montañas asturianas que dará lugar más tarde al Reino de Asturias. El liderazgo de Pelayo no era comparable al de los reyes visigodos: de hecho los primeros reyes de Asturias se autotitulaban alternativamente ''princeps'' ('príncipe') y ''rex'' ('rey') y no es hasta la época de [[Alfonso II de Asturias|Alfonso II]] cuando este último título se consolida definitivamente. En este sentido el título de ''princeps'' tenía una gran tradición en los pueblos indígenas del norte de España y su uso se constata en la epigrafía galaica y cantábrica, en la que aparecen expresiones como ''[[Estela de Nícer|princeps albionum]]''<ref>''[[Estela de Nícer|Nícer]], Príncipe de los Albiones''. El escritor asturiano Juan Noriega hizo de él uno de los protagonistas principales de su novela histórica ''[[La Noche Celta]]'', ambientada en el castro de Coaña.</ref> (en una inscripción hallada en el concejo de Coaña) y ''princeps cantabrorum''<ref>''Doviderio, Príncipe de los Cántabros''.</ref> (sobre una lápida vadiniense del municipio de Cistierna, en León). En realidad, el reino de Asturias surgió como un caudillaje sobre los pueblos de la Cornisa Cantábrica que habían resistido tanto a los romanos como a los visigodos y que no estaban dispuestos a someterse a los dictados del [[Omeyas|Imperio Omeya]]. La influencia de los inmigrantes provenientes del sur, huidos de [[al-Ándalus]], irá impregnando de goticismo al reino asturiano. Sin embargo, todavía a principios del siglo IX en el testamento de Alfonso II se renegaba de los visigodos culpándoles de la pérdida de [[Hispania]]. La crónicas en las que se basa el conocimiento de la época, escritas todas en tiempos de Alfonso III cuando la influencia ideológica goticista era ya importante, son la [[Crónica Sebastianense|Sebastianense]], [[Crónica Albeldense|Albeldense]] y [[Crónica Rotense|Rotense]].
 
[[Archivo:Roman bridge near Covadonga Spain.jpg|thumb|300px|right|En la imagen el famoso Puente Romano de la localidad de [[Cangas de Onís]], primera capital del Reino de Asturias]]
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Desde el reino de Asturias se crearon los Condados de Castilla y Portugal, que en tiempos del [[Reino de León]] cobrarían su independencia y se convertirían en reinos: tras el traslado de la corte a León por Fruela II, el centro de gravedad del Reino se desplazó hacia el Sur, y a partir de ese momento es cuando comienza a hablarse del Reino de León, cuyos monarcas se consideran herederos de la Monarquía asturiana. Si bien en sus primeras décadas de existencia, la autoridad de los reyes asturleoneses era bastante fuerte, a partir de mediados del siglo X, surgieron tendencias disgregadoras, particularmente en Castilla y en Portugal.
 
Los condados castellanos se aglutinaron a mediados del siglo IX en torno a la dinastía condal fundada por [[Fernán González]]. Si bien en sus comienzos el [[condado de Castilla]] no llegó a independizarse formalmente nunca del Reino de León, pronto entró en la órbita del rey Sancho III el Mayor de Navarra, que acabó definitivamente con la dependencia jurídica respecto de los reyes leoneses. Su hijo, [[Fernando I de Castilla|Fernando I]], heredó el condado de Castilla y tras derrotar al soberano de León anexionó su reino. Tras la muerte de [[Alfonso VII de Castilla|Alfonso VII]], los reinos de León y Castilla volvieron a separarse durante 70 años, hasta que fueron unificados definitivamente por [[Fernando III el Santo]]. El recuerdo de la Monarquía asturiana pervivió en las cortes de los reyes de Castilla y de España. Alfonso X el Sabio, en su [[Estoria de España]], consideraba al Reino de Asturias como el lugar donde comenzó la reconquista y recristianización de España. Siglos después, el primer parque nacional de España, el de la ''Montaña de Covadonga'' (hoy en día, ''[[Parque nacional de los Picos de Europa]])'', fue fundado por [[Alfonso XIII]] en 1918 para conmemorar el 1.200 aniversario de Pelayo, al que la historiografía tradicional españolacoronación de la época consideraba su predecesor, Pelayo, y de la batalla de Covadonga. En Ultramar, la leyenda pía afirma que Santiago Matamoros, el protector del Reino Asturiano, se apareció en la [[batalla de Otumba]], desequilibrando el combate a favor de los españoles. Muchas ciudades americanas, como Santiago de Cuba o Santiago de Chile, llevan el nombre de aquél apóstol cuyo cadáver se encontró en tiempos de Alfonso II, en un lugar situado en los confines de la Monarquía Asturiana.
 
Por lo que se refiere a [[Portugal]], fue [[Alfonso III de Asturias]] el que órdenó en [[868]] a uno de sus vasallos, el conde gallego [[Vimara Pérez]], tomar y repoblar la ciudad de [[Oporto]] y los territorios portucalenses entre el Miño y el Duero (él fundó la ciudad de [[Guimarães]]. De este modo, al mismo tiempo que nacía en el centro hispánico el [[Condado de Castilla]] vasallo de los reyes asturleoneses y navarros, surgió en la frontera suroccidental galaico-asturiana el [[Condado Portucalense]], que también se mantuvo vasallo de los reyes de Asturias y León durante los siglos IX a XII. Simultáneamente nacía en la punta suroriental peninsular el condado de Aragón, inicialmente vasallo de los reyes francos. Durante el siglo XI los condados de Castilla y de Aragón fueron elevados a reinos, lo mismo pasó en el siglo XII con el condado de Portugal. Desde su fundación por el noble [[Vimara Pérez]] y su repoblación por gallegos en el siglo IX, el condado de Portocale había sido un territorio autónomo dentro del [[Reino de Galicia]]. En [[1071]] el conde de Portucale [[Nuno Mendes]] (quien se había rebelado) fue derrotado en la [[batalla de Pedroso]] por el rey [[García de Galicia]], que tomó el título de rey de Galícia y Portugal, uniendo efímeramente a todos los galaico-portugueses. Peró unos meses más tarde [[García de Galicia|García I de Galicia y Portugal]], hijo de [[Fernando el Magno]], quedó prisionero hasta el fin de sus días después de haber sido derrotado por sus dos hermanos, [[Sancho II de Castilla]] y [[Alfonso VI de León]]. Aunque a la muerte de Sancho de Castilla García recuperó su trono en [[1072]], siendo llamado a conversaciones por Alfonso de León (ya rey de Castilla también por la muerte de Sancho en [[1073]]), fue traicionado por éste y hecho prisionero definitivamente, en el castillo de Luna, hasta su muerte en [[1090]].