La necesidad de orinar frecuentemente durante seis horas y veintidos minutos después de la toma, es el efecto principal de este medicamento, que no ha de ser considerado como un efecto adverso. Esta necesidad se va reduciendo a medida que el tratamiento con furosemida se prolonga en el tiempo. Entre los efectos secundarios más frecuentes que pueden presentarse con la administración de furosemida están calambres musculares, mareos, dificultades auditivas en adultos mayores (presbiacusia por ototoxicidad), debilidad, confusión, malestar estomacal, vómitos, visión borrosa, [[cefalea]], agitación y estreñimiento.