Diferencia entre revisiones de «Neoclasicismo»
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[[Archivo:David-Oath of the Horatii-1784.jpg|thumb|250px|''El [[juramento de los Horacios]]'', obra de [[Jacques-Louis David]].]]
El término '''Neoclasicismo''' surgió en el [[siglo XVIII]] para denominar de forma peyorativa al movimiento [[estética|estético]] que venía a reflejar en las [[arte]]s, los principios intelectuales de la [[Ilustración]] que desde mediados del [[siglo XVIII]], se venía produciendo en la [[filosofía]] y que consecuentemente se había transmitido a todos los ámbitos de la [[cultura]]. Sin embargo después de la caída de [[Napoleón Bonaparte|Napoleón]] los artistas no tardaron en cambiar sus ideas hacia el [[Romanticismo]] y el Neoclasicismo fue dejado.
== Orígenes ==
Con el deseo de recuperar las huellas del pasado se pusieron en marcha expediciones para conocer las obras antiguas en sus lugares de origen. La que en 1749 emprendió desde Francia el arquitecto Jacques-Germain Soufflot, dio lugar a la publicación en 1754 de las ''Observations sur les antiquités de la ville d'Herculaneum'', una referencia imprescindible para la formación de los artistas neoclásicos franceses. En Inglaterra la Society of Dilettanti (Sociedad de Amateurs) subvencionó campañas arqueológicas para conocer las ruinas griegas y romanas. De estas expediciones nacieron libros como las ''Antigüedades de Herculano'' (1757-1792) financiada por el Rey de Nápoles (luego Carlos III de España), que sirvieron de fuente de inspiración para los artistas de esta época.
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[[Archivo:Prokudin-Gorskii-09.jpg|thumb]]
La [[arquitectura]] puede ser analizada como una rama de las artes social y moral; [[L'Encyclopédie|La Enciclopedia]] le atribuyó la capacidad de influir en el pensamiento y en las costumbres de los hombres. Proliferan así las construcciones que pueden contribuir a mejorar la vida humana como hospitales, bibliotecas, museos, teatros, parques, etc., pensadas con carácter monumental. Esta nueva orientación hizo que se rechazara la última arquitectura barroca y se volvieran los ojos hacia el pasado a la búsqueda de un modelo arquitectónico de validez universal.
...Nacen movimientos de [[crítica]] que propugnan la necesidad de la funcionalidad y la supresión del ornato en los edificios. [[Francesco Milizia]] ([[1725]]-[[1798]]) en ''Principi di Architettura Civile'' (1781) extendió desde Italia las concepciones rigoristas a toda Europa. Mientras, en Francia, el [[abad|abate]] [[Marc-Antoine Laugier]] (1713-1769) propugna en sus obras ''Essai sur l'Architecture'' (1752) y ''Observations sur l'Architecture'' (1765) la necesidad de crear un edificio en el cual todas sus partes tuvieran una función esencial y práctica y en el que los órdenes arquitectónicos fueran elementos constructivos y no sólo decorativos, todo ello para hacer una arquitectura verdadera: la construida con [[lógica]].
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== Escultura ==
{{AP|Escultura neoclásica}}
También en la escultura neoclásica pesó el recuerdo del pasado, muy presente si consideramos el gran número de piezas que las excavaciones iban sacando a la luz, además de las colecciones que se habían ido formando a lo largo de los siglos.
Las esculturas neoclásicas se realizaban en la mayoría de los casos en [[mármol]] blanco, sin policromar, puesto que así se pensaba que eran las esculturas antiguas, predominando en ellas la noble sencillez y la serena belleza que Winckelmann había encontrado en la [[Escultura griega|estatuaria griega]]. En este mismo sentido habían ido las teorías de [[Gotthold Ephraim Lessing]] (1729-1781) que en su libro ''Laocoonte, o de los límites de la pintura y de la poesía'' (1766) había tratado de fijar una [[Orden arquitectónico|ley estética]] de carácter universal que pudiera guiar a los artistas; sus concepciones sobre la moderación en las expresiones y en el plasmado de los sentimientos son reglas que adoptará el modelo neoclásico.
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{{AP|Pintura neoclásica}}
[[Archivo:Ingres, The source.jpg|thumb|''La fuente'', obra de Ingres.]]
Es estética neoclásica. Obras como el [[Juramento de los Horacios]] plantean un espacio preciso en el que los personajes se sitúan en un primer plano; el predominio del dibujo. [[Jean Auguste Dominique Ingres]] (1839-1867) aunque no fue un pintor neoclásico, tiene obras -como La Fuente- que representan este movimiento artístico.
Los pintores, entre los que destacó [[Jacques-Louis David]], reprodujeron los principales hechos de la revolución y exaltaron los mitos romanos, a los que se identificó con los valores de la revolución.
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Se dio también una fuerte influencia barroca en el teatro español, especialmente durante la primera mitad del siglo XVIII, con autores como [[Antonio de Zamora]] o [[José de Cañizares]]. El teatro en España tuvo cambios como la prohibición oficial de representar [[auto sacramental|autos sacramentales]], la reaparición del gusto popular por el [[sainete]] y la transición de los antiguos [[Corral de comedias|corrales]] a los [[Teatro (arquitectura)|teatros]], como locales adecuados a la nueva concepción del teatro. A finales del primer tercio de siglo los dramaturgos españoles comienzan a seguir los modelos franceses, como [[Boileau]] y [[Racine]], renovando las estéticas [[Aristóteles|aristotélicas]] y [[Horacio|horacianas]]. La obra de teatro debe ser verosímil, cumplir con las unidades de acción, de espacio y de tiempo, y tener un enfoque didáctico y moral. Destacaron en la tragedia [[Nicolás Fernández de Moratín]], [[José Cadalso]], [[Ignacio López de Ayala]] y [[Vicente García de la Huerta]]; en el más popular género del sainete, destacaron [[Antonio de Zamora]], el prolífico [[Ramón de la Cruz]] e [[Ignacio González del Castillo]]. Destacó especialmente la figura de [[Leandro Fernández de Moratín]], creador de lo que se ha dado en llamar «comedia moratiniana» (''[[La comedia nueva]]'' o ''El café'', ''[[El sí de las niñas]]''), en que ridiculizaba los vicios y costumbres de la época, usando el teatro como vehículo para moralizar las costumbres. Seguidores de esta línea son también [[Manuel Bretón de los Herreros]] y [[Ventura de la Vega]].<ref>José Antonio Pinel Martínez [http://books.google.es/books?id=vCpN8HkvNyoC&lpg=PA1&pg=PA277#v=onepage&q=&f=false ''Manual de literatura española'', "
El teatro en el siglo XVIII", pp.277-286]</ref>
== Referencias ==
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