Diferencia entre revisiones de «Sabino Arana»

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Es preferible «hablante» frente a «parlante»; véase Diccionario Panhispánico de Dudas, entrada «parlar»
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A la muerte de su padre en [[1883]], parte de la familia se traslada a [[Barcelona]] y Sabino se matricula en las Facultades de Derecho y Filosofía y Letras por deseo de su madre (a él le gustaban más las materias de ciencias). Cursa pocas materias y apenas se presenta a los exámenes de una carrera que ni terminó ni pensó nunca ejercer<ref name=pp2 />. Se matricula también un año en Ciencias Naturales y Físicas y Filosofía y Letras, y comienza a escribir un estudio sobre la [[ortografía]] del [[dialecto vizcaíno|euskera vizcaíno]]. Tras morir su madre en [[1888]], queda huérfano a los 23 años, abandona definitivamente los estudios universitarios y regresa a Vizcaya.
 
Ese mismo año, y tras haber logrado notables progresos en el aprendizaje del [[euskera]] (idioma que, al ser Aranacastellano castellanohablanteparlante de origen, desconocía años antes), oposita junto a [[Miguel de Unamuno]] y [[Resurrección María de Azcue]] a la cátedra de vascuence recién creada en el Instituto de Bilbao. Luis de Iza, Pedro de Alberdi y Eustaquio de Madina también se presentan a esa plaza.<ref>[http://www.sabinetxea.org/libro/libro/d.html Cronología biográfica de Sabino Arana]</ref> Azcue gana la cátedra al conseguir once votos del tribunal calificador, frente a tres de Unamuno y ninguno del joven Arana.<ref>''Creación y evolución de las cátedras de euskera en Vizcaya hasta 1936'', GRANJA PASCUAL, José Javier, Eusko Ikaskuntza, 1994; ''El chimbo expiatorio'', JUARISTI, Jon, Espasa-Calpe, 1999</ref>
 
=== Sus primeros artículos y obras ===
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Según cita el propio Arana, los cuatro partidos católicos «vasquistas» de la época (carlistas,<ref>Los carlistas consideraban maketos a los españoles liberales, como manifestaba su medio de expresión ''El Basco'': «''Maketos son toda esa caterva de castellanos liberales que han invadido nuestro suelo: y no son maketos porque son castellanos, si no porque siendo liberales han de aborrecer nuestros fueros. Carlos III expulsando a los jesuítas de estas provincias porque las consideraba de su dominio particular, fue maketo. Todos esos reyes que se han sucedido después, mermando nuestras libertades, fueron maketos. El liberalismo que somete a todos los pueblos a la unidad constitucional, engendra toda esa pleyade de maketos, verdaderos chupópteros que nos sacan la sangre y nos deshonran (...) No son maketos aquellos valientes batallones castellanos que exponían sus vidas, en la última guerra por la defensa de nuestros Fueros, no son maketos... Carlos VII, que rechaza la corona que le ofrece la Revolución porque no quiere pactar con la España enemiga de nuestros Fueros, no es maketo''». (''Obras completas'', págs. 510–511. Ed. Sendoa. San Sebastián, 1980).</ref> euskalerriakos, integristas y nacionalistas) estaban totalmente de acuerdo en que los «inmigrantes» procedentes de otras regiones españolas eran los odiados, los casi invasores del territorio vasco que representaban físicamente la destrucción de los modos de vida tradicionales, no porque fueran foráneos, sino porque tenían ideas distintas a las de Arana y el resto de los citados partidos, como el liberalismo y el constitucionalismo antifuerista.
 
Según la ideología inicial de Arana, los maketos hacían sentirse avergonzados a los vascohablantesvascoparlantes que ignoraban el castellano, y manifiesta su pena por los vascos que no saben euskera, aunque le dolía más el vascohablantevascoparlante que no fuese «patriota», considerando lo peor para la «patria» un español que hable euskera;<ref>«''Muchos son los euskerianos que no saben euskera. Malo es esto. Son varios los maketos que lo saben. Esto es peor. Gran daño hacen a la patria cien maketos que no saben euzkera. Mayor es el que le hace un solo maketo que lo sepa. Para el corazón de la Patria, cada vasco que no sabe euzkera es una espina; dos espinas cada vasco que lo sabe y no es patriota; tres espinas cada español que habla euzkera''». (''Baserritarra'', nº 8).</ref> venidos de todas las partes de España, eran los genuinos representantes de la mezquindad española y de lo que él pensaba fuese una inferioridad étnica y cultural. Criticó también a esos maketos por realizar trabajos con más bajo salario, por ser inexpresivos, por ser torpes, etc., lo que los diferenciaba de los genuinos vizcaínos, que eran inteligentes, nervudos, etc.<ref>«''La fisionomía del bizkaino es inteligente y noble; la del español inexpresiva y adusta. El bizkaino es nervudo y ágil; el español es flojo y torpe. El bizkaino es inteligente y hábil para toda clase de trabajos; el español es corto de inteligencia y carece de maña para los trabajos más sencillos. Preguntádselo a cualquier contratista de obras, y sabréis que un bizkaino hace en igual tiempo tanto como tres maketos juntos''». (''Bizkaitarra'', nº 29).</ref>
 
==== Sobre los liberales ====