Diferencia entre revisiones de «Mano invisible»

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Línea 1:
Lo que no dijo:
En razón de que el número de quienes citan a Adam Smith es inmensamente superior al número de quienes lo han leído, antes de analizar su obra es necesario señalar que existen tres grandes mitos que suelen ser falsamente atribuidos a Smith: primero, la política del ‘dejar hacer, dejar pasar’; segundo, la existencia de ‘la mano invisible’; y tercero, la defensa del ‘capitalismo’.
 
‘La mano invisible’
En la primera sección del Capítulo II del Libro IV de su obra, refiriéndose a la acción individual de las personas, Adam Smith escribe la siguiente frase:
‘Ninguno por lo general se propone originariamente promover el interés público.... Cuando prefiere la industria doméstica a la extranjera, sólo medita su propia seguridad, y cuando dirige la primera de forma que su producto sea el mayor valor posible, sólo piensa en su ganancia propia; pero en este y en muchos otros casos es conducido, como por una mano invisible, a promover un fin que nunca tuvo parte en su intención.’
 
Esa es la única vez que la palabra ‘invisible’ aparece a lo largo de las mil sesenta y una páginas que tiene la obra. Sin embargo, la ‘mano invisible’ quizás es la metáfora más usada en la argumentación económica, tal vez superada solo por aquella otra famosa metáfora del ‘libre juego’ entre oferta y demanda.
 
Desde luego, lo que suele resaltarse es la posibilidad de que la ‘mano invisible’ logre transformar parte de las ganancias del comerciante y del productor en ganancias para el resto de la población; posibilidad que no podría ser negada ni siquiera por el más radical adversario de la economía de mercado.
Pero el mito levantado alrededor de esa metáfora consiste en convertir esa posibilidad –‘en este y en muchos otros casos’- en la creencia de que la ‘mano invisible’ siempre conducirá al bien común; creencia que es negada una y otra vez por el propio Adam Smith, por ejemplo cuando explícitamente intercede por la necesidad de legislar:
‘Dos objetos son los que presenta la economía política, considerada como uno de los ramos de la ciencia de un legislador y que debe cultivar un estadista: el primero... habilitar a sus individuos y ponerles en estado de poder surtirse por sí mismos de todo lo necesario; y el segundo, proveer al Estado o República de rentas suficientes para los servicios públicos y las expensas o gastos comunes, dirigiéndose en ambos objetos a enriquecer al Soberano y al pueblo como tales’.
 
Cuando expresa más temor por la ambición privada que por la tiranía pública:
‘Puede decirse que la caprichosa ambición de algunos tiranos y ministros, que en algunas épocas ha tenido el mundo, no ha sido tan fatal al reposo universal de Europa como el impertinente celo y envidia de los comerciantes y fabricantes’.
 
Alfredo Vergara (2005): “América Latina: entre luces y sombras”, edición digital accesible a texto completo en
http://www.eumed.net/libros/2005/av/
 
 
La '''mano invisible''' es una metáfora que expresa en economía la capacidad autorreguladora del [[libre mercado]]. Fue acuñada por el filósofo político escocés [[Adam Smith]] en su [[Teoría de los sentimientos morales]] (1759), y popularizada gracias a su obra magna, [[La riqueza de las naciones]] (1776), a pesar que sólo fue utilizada tres veces en este último texto.