Diferencia entre revisiones de «Matanzas de Paracuellos»

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== Polémicas entre historiadores ==
En el prefacio de su segunda edición de ''Paracuellos: cómo fue'', en 2005, el stalinista y de extrema izquierda Gibson (que no es Historiador si no licenciado en literatura y subvencionado) descalifica globalmente el libro de César Vidal, y toda obra que no este en la linea izquierdista que a Gibson le gusta. Por una parte, le acusa de un sesgo ideológico neofranquista (Gibson acusando a los demás de sesgo ideológico) ("''Un comentario final sobre el libro de Vidal, cuyo rabioso anticomunismo le lleva, a mi juicio, a grotescas exageraciones, suposiciones y tergiversaciones"''<ref name=ref_duplicada_2>(Gibson 2005: 21)</ref>). Por otra, cuestiona su método de investigación (Gibson tendría que cuestionarse así mismo debido a su activismo comunista y su extremismo de izquierdas, pero no lo hace, cuestiona a los demás y da por bueno el genocidio de paracuellos minimizándolo y exculpando a los responsables, afirmando que la culpa fue del momento histórico, de la mentalidad de la época, del nerviosismo, del miedo, del pesimismo reinante, etc. etc. Gibson esta empeñado en demostrar que los muertos de paracuellos se lo merecieron por no estar en el bando adecuado (comunista stalinista)y toda su argumentación se base en los escritos de la propia izquierda ("''¿Hacen falta más comentarios sobre el proceder de este escritor empeñado en demostrar que en Madrid se llevó a cabo, con la connivencia del Gobierno de la República, un genocidio en toda regla?''";<ref name=ref_duplicada_2 /> "''Traigo a colación el libro de Vidal porque es todo lo contrario a un intento de conocer y difundir la verdad de lo ocurrido en el Madrid de noviembre de 1936. Parte de la base de que los «rojos» son todos monstruos — así lo subrayan tanto el subtítulo como la cubierta del libro— y que el Partido Comunista había decidido tiempo atrás llevar a cabo un «genocidio» de burgueses españoles en el momento oportuno. En función de este dogma, el autor picotea aquí y allá entre los periódicos de izquierdas del momento en busca de suculentas citas que apoyen sus argumentos. Y cuando encuentra algo que le parezca de utilidad lo sirve fuera de contexto, a veces truncado y a veces mutilado''"<ref name=ref_duplicada_3>(Gibson 2005: 16)</ref>). Y así cita varios ejemplos de invención y mutilación de citas, a lo que se une la falta de referencias de muchas de las fuentes que dice aportar, lo cual impide su verificación.
 
El ejemplo más desarrollado es el relativo al editorial del diario ''[[La Voz]]'' del 3 de noviembre de 1936,<ref>El ejemplar completo de ese día puede consultarse en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional ([http://hemerotecadigital.bne.es/datos1/numeros/internet/Madrid/Voz,%20La%20(Madrid.%201920)/1936/193611/19361103/19361103_00000.pdf#search=%22cien%20mil%22&page=1 PDF, 7 Mb]).</ref> citado por Vidal en su libro como una de las pruebas de que "''durante el mes de noviembre de 1936, pocas dudas podía haber de que el sentir común de las fuerzas que integraban el Frente Popular era exterminar a los enemigos de clase''".<ref>(Vidal 2005: 163)</ref> Así, según Vidal: