Parque nacional y natural de Doñana

parque nacional de España
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Doñana es un espacio natural protegido español situado en Andalucía que cuenta con 53.709 ha. Su gran extensión de marismas acoge durante el invierno a numerosas especies de aves acuáticas, que suelen alcanzar cada año los 200.000 individuos. Se considera la mayor reserva ecológica de Europa.[1]​ Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994. En el año 2006 el parque recibió 376.287 visitas.[2]

Localización

Doñana se sitúa al sudoeste de la península Ibérica, en su mayor parte en la provincia de Huelva y una menor parte en las de Sevilla y Cádiz. Sus coordenadas son (37°2′0″N 6°24′28″O / 37.03333, -6.40778). Su superficie de 50.720 ha se extiende por los municipios de Moguer, Lucena del Puerto, Almonte e Hinojos en la provincia de Huelva; Sanlúcar de Barrameda en la provincia de Cádiz; y Pilas, Villamanrique de la Condesa, Aznalcázar, Isla Mayor y La Puebla del Río en la provincia de Sevilla.

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Distribución por provincias del Espacio Natural de Doñana.
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Distribución por municipios del Espacio Natural de Doñana.


Historia

Época Antigua

 
Vista de las Marismas del Guadalquivir.

Aunque geológicamente se trata de una zona relativamente reciente ha asistido al paso de diversas civilizaciones como los fenicios, los griegos y probablemente los tartesios. En este sentido, en 1923 el arqueólogo alemán Adolf Schulten, en compañía de Lammerer y J. Bonsor buscó la ubicación de la capital tartésica en las dunas de Doñana no hallando nada de interés.[3]​ Pese a todo, ya fallecido Schulten, se halló en 1978 la Estela de Villamanrique en la localidad cercana de Villamanrique de la Condesa (Sevilla) y en 2007 se hicieron sondeos en la marisma de Hinojos (Huelva) con intención de recabar datos sobre la mítica ciudad. También son destacables los asentamientos romanos de entre los siglos II y V a.C dedicados a la pesca, generalmente el salazón)[4]​ o la elaboración de garum. La zona marismeña actual era conocida como Lago Ligur al norte, ya colmatado, y el Golfo Tartesio al sur.[5]

Edad Media

«En tierra de Niebla ha una, tierra que Las Rocinas, e es llana, e es toda Sotos, e ha siempre puercos...» «...non se puede correr esta tierra sinon en invierno muy seco, que non sea llovioso, e en verano non es de correr, porque es seca e muy dolentrosa."» (Alfonso XI en su Libro de la Montería, entre 1342 y 1348.)
 
Alfonso X el Sabio.

En 1255, tras reconquistar el reino vasallo de Niebla, el rey Alfonso X estableció entre el río Tinto y el Guadalquivir una zona de caza o "Cazadero Real" en el Bosque de Las Rocinas[6]​ y el pequeño santuario de Santa Olalla, ya desaparecido, en el Arroyo de La Rocina. En 1295, su hijo Sancho IV prometió a Guzmán el Bueno el Señorío de Sanlúcar, un territorio situado tras las Arenas Gordas en la margen izquierda del estuario del del Guadalquivir, que se mantuvo en manos de la Casa de Medina-Sidonia durante más de tres siglos. La presencia de dicha casa nobiliaria en el territorio de la actual provincia de Huelva se consolidó a partir de 1369, cuando Enrique II de Castilla otorgó al IV Señor de Sanlúcar el Condado de Niebla.

En 1493 los Reyes Católicos donaron parte de las tierras de la actual aldea de El Rocío a su secretario, cuyo hijo las vendió más tarde al municipio de Almonte. En los años posteriores se comenzó a introducir especies nuevas para la caza como el ciervo y se potenció la cría de ganado, para cuya protección comenzó la eliminación de los lobos.

 
Puesta de sol.

Edad Moderna

Casi un siglo después el VII Duque de Medina-Sidonia recompró de nuevo parte de las tierras. A finales de siglo su esposa, Ana de Silva y Mendoza, hija de la Princesa de Éboli, se mudó a una casa de la reserva de caza que a partir de ahí comienzó a denominarse "Coto de Doña Ana", que derivó en el término actual de "Coto de Doñana". Esa casa se reformó años más tarde convirtiéndose en palacio.

Testimonio excepcional del uso cinegético que la Casa de Medina-Sidonia hizo del Coto de Doñana, son los primeros versos de la Fábula de Polifemo y Galatea, que Góngora dedicó al Conde de Niebla, en el que pide al noble que aproveche la suspensión de la caza para oír sus versos. Asimismo, en 1624 el IX Duque de Medina-Sidonia tuvo como invitado en sus estados al rey Felipe IV, quien participó acompañado de una gran corte durante días en grandes cacerías y banquetes por cuenta del duque.

En 1797 Francisco de Goya se alojó en dicho palacio invitado por XIII Duquesa de Alba y su esposo el XV Duque de Medina-Sidonia, que eran sus mecenas, estancia en la cual realizó el Álbum de Sanlúcar y, al parecer, la maja vestida y la desnuda.

Edad Contemporánea

A partir de 1854, con la mención de la zona en un documento llamado "Avifauna de Doñana: Catálogo de las aves observadas en algunas provincias andaluzas" de Antonio Machado y Nuñez comenzó a ponerse en valor su importancia estratégica para la diferente fauna del parque. Así fue visitado por diversos naturalistas ingleses como Abel Chapman que consiguieron dar a conocer en Europa la importancia estratégica de la zona para las aves migratorias que se desplazan al continente africano. El XIX Duque de Medina-Sidonia fue el último propietario del Coto de Doñana, desvinculándolo definitivamente de su casa nobiliar.

 
Marismas.

Guillermo Garvey compró Doñana a dicho duque y siguió dedicándolo a usos cinegéticos, ampliándose el palacio en 1909. En los años 50 se consolidó el parque como espacio natural, cuando los naturalistas consiguieron que muchos de los proyectos de explotación de la zona a cargo del gobierno franquista no se llevaran a cabo. Así, en 1954, se fundó la Sociedad Española de Ornitología, lo que permitió que creciera el interés de diversos investigadores por el parque y que se realizaran diversas expediciones españolas, francesas e inglesas por la zona. En el último año de la década parte de las tierras fueron finalmente vendidas para las urbanizaciones turísticas de la actual Matalascañas. Estos últimos acontecimientos suscitaron interés entre los conservacionistas europeos, por lo que diversas instituciones y donantes anónimos se ofrecieron para comprar parte de las tierras. Finalmente en 1963 el Gobierno y WWF compraron parte del territorio y creron la primera reserva de Doñana, creándose en 1964 la Estación Biológica de Doñana, instituto de investigación dependiente del CSIC y que investiga la biodiversidad de Doñana (desde su creación) y de otros ecosistemas nacionales e internacionales (posteriormente).[7]

En 1969 se creó el Parque Nacional de Doñana, parte de cuyo territorio era propiedad del MEC y parte, aún en manos privadas, era gestionado por el ICONA. Diez años después se amplíó el espacio protegido y se creó el llamado "Preparque de Doñana". En 1980 la UNESCO clasificó el Parque Nacional de Doñana como Reserva de la Biosfera y en 1982 fue incluido en la lista de humedales del Convenio de Ramsar. En 1989 la Junta de Andalucía convirtió el Preparque en Parque Natural de Doñana. En 1994 fue catalogado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, lo que permitió que mejoraran las posibilidades de conservación de la zona. Cuatro años después, en 1998 se produjo el Desastre de Aznalcóllar, una riada de lodos tóxicos provenientes de una mina de la empresa Boliden-Apirsa que afectó al río Guadiamar y parte de las aguas del parque.[8]

En 2000 el Ministerio de Medio Ambiente, tras la catástrofe de Aznalcóllar, promovió el programa "Doñana 2005", cuyo fin era la regeneración hídrica de las marismas. En 2006 las competencias de cuidado del parque se transfieren íntegramente a la Junta de Andalucía mediante el Real Decreto 712/2006, de 9 de junio, por el que se ampliaron las funciones y servicios de la Administración del Estado traspasados a la Comunidad Autónoma de Andalucía, en materia de Conservación de la Naturaleza. El Parque Nacional de Doñana y el Parque Natural se convirtieron en el "Espacio natural de Doñana", un único territorio dividido en áreas con diferente grado de protección ambiental.[9]​ En 2008 este espacio natural se hermanó con el Parque Natural Regional de la Camarga en Francia, con la que comparte aspectos antropológicos y etnográficos[10]

Durante su mandato, el presidente del gobierno español Felipe González empezó a utilizar Doñana como lugar de vacaciones, costumbre que han seguido José María Aznar[11]​ y José Luis Rodríguez Zapatero.

Clima

 
Doñana desde el Guadalquivir.

El parque de Doñana posee un clima suave, de tipo mediterráneo. Este clima mediterráneo se caracteriza por tener inviernos relativamente húmedos y veranos secos que son resultado de las variaciones del frente polar y de las altas presiones subtropicales Las estaciones más lluviosas son las intermedias, en primavera y especialmente en otoño se pueden dar lluvias torrenciales provocadas por la acumulación de calor en las masas de agua durante el verano, y la llegada de gotas frías polares. En invierno, en cambio, pueden aparecer, locálmente, anticiclones térmicos. Las temperaturas son suaves durante todo el año unos 15 ºC. Lo más significativo del clima son los tres o cinco meses de aridez en el verano; cuando está bajo el dominio del anticiclón subtropical.

Temperaturas y precipitaciones
ene feb mar abr may jun jul ago sep oct nov dic MEDIA
Temp. máxima media (°C) 17 17,9 20,9 22 26,2 30,0 34 33 29,5 25 20,9 18 24,3
Temp. mínima media (°C) 6,9 7,9 8,5 11 15,2 17,9 20,5 22,2 20 15,9 13,8 10,2 14,1
Precipitaciones (mm) 62 43 72 40 28 8 2 4 20 52 62 63 462

Especies animales

Se encuentran catalogadas 20 especies de peces de agua dulce, 11 de anfibios, 21 de reptiles, 37 de mamíferos no marinos y 360 aves, de las que 127 se reproducen habitualmente en el Parque.

Entre ellas destacan:

Pero la lista es extensísima: Erizo europeo, Escribano montesino, Escribano palustre, Espátula, Estornino negro, Estornino pinto, Fumarel cariblanco, Fumarel común, Galápago europeo, Gambusia, Ganga común, Garceta común, Garcilla bueyera, Garcilla cangrejera, Gaviota argentea,, Grajilla, Herrerillo capuchino, Herrerillo común, Jilguero, Lavandera blanca, Lavandera boyera, Lugano, Malvasía, Martín pescador, Martinete, Milano negro, Morito, Mosquitero común, Musaraña, Negrón común, Nóctulo pequeño, Nutria, Oropéndola, Ortega, Pagaza piconegra, Papamoscas cerrojillo, Papamoscas gris, común, Porrón moñudo, Porrón pardo, Rabilargo, Rascón, Rata de agua, Rata negra, Ratonero común, Reyezuelo listado, Ruiseñor bastardo, Ruiseñor común, Salamanquesa común, Serreta mediana, Sisón, Somormujo lavanco, Tarabilla común, Tarro blanco, Tejón, Terrera común, Tritón ibérico, Tritón jaspeado, Turón, Urraca, Vencejo común, Verderón común, Zampullín chico.

El lince ibérico

 
Lince ibérico, uno de las especies más protegidas del parque.

El Lince Ibérico es el felino más amenazado del planeta.[12]​ Restringido a la Península Ibérica la drástica disminución de ejemplares ha llevado a que sea declarada especie protegida (1966) y a que solo existan colonias de linces en los Parques Naturales de Sierra de Ándujar y Cardeña, Montoro, y a Doñana y su entorno pues las otras colonias peninsulares se estiman desaparecidas.

 
Centro de visitantes de El Acebuche.

El Centro de Cría de El Acebuche en Doñana desarrolla un programa de cría en cautividad en el que ha logrado la supervivencia de once ejemplares nacidos en el centro más una treintena capturados en el parque y cuya posible supervivencia era más que dudosa. Estos intentos de conservación se ven amenazados por la alta tasa de mortalidad de ejemplares o los recurrentes atropellos a causa de vehículos que entran ilegalmente en el parque o transitan por las carreteras del entorno de Doñana, aunque a veces las causas de deceso no quedan lo suficientemente claras como denuncian algunos organismos.[13]​ La delicada situación de esta especie animal la ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles del parque.

Flora

 
Narciso.

Son de especial interés especies como la Vulpia fontquerana, la Linaria tursica, el enebro costero, el Micropyropsis tuberosa, el Hydrocharis morsus ranae o la Thorella verticillatinundata, muchas de ellas fuertemente amenazadas. En otro sentido se realizan trabajos para eliminar especies no autócnonas como el Eucaliptus, la Acacia, el Gomphocarpus fruticosus, la Nicotiana glauca o la Carpobrotus edulis.

Otras especies destacables del parque, de las más de 900 que se asientan en los ecosistemas de Doñana son: la Adelfa, el Alcornoque, el Alhelí de mar, el Almajo dulce, la Barrilla pinchosa, el Barrón, la Brecina, el Brezo, la Camarina, el Cantueso, el Cardo marino, el Carrizo, la Clavellina, la Enea, el Helecho común, el Jaguarzo, la Junquera, el Labiérnago, la Lechetrezna del mar, el Lentisco, la Masiega, el Palmito, el Pino piñonero, la Retama negra, la Retama de escobas, el Romero, la Sabina, el Tojo, el Tomillo, el Torvisco o la Zarzamora. También, hay las plantas florecientes, como la lavanda.

La flora en las dunas móviles

La dureza de este ecosistema se hace patente en la necesidad de algunas especies vegetales para adaptarse a condiciones muy especiales: las dunas de arena y su suelo inconsistente. Este ecosistema de dunas móviles, casi inexistente en otros lugares de la península ibérica, es consecuencia del fuerte viento del sur-oeste. El enterramiento de la vegetación, y sobre todo de árboles, a cargo de los lentos movimientos de arena es uno de los más conocidos fenómenos de la zona de playa del parque.

Parque Natural de Doñana: el preparque

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Distribución del Parque Natural de Doñana.

Abalario-Asperillo

La zona costera al Oeste del Parque nacional, desde Matalascañas hasta Mazagón, (un rectángulo de 25 km de longitud y unos 5 km tierra adentro), es un terreno de dunas fósiles con varias lagunas y zonas húmedas, ocupada por una gran masa forestal de pino y eucaliptos y abundante fauna, incluyendo ejemplares de lince. Esta zona no incluye los núcleos urbanos de Matalascañas y Mazagón, pero si otros antiguos equipamientos civiles y militares, incluyendo un camping y la base militar de El Arenosillo para lanzamiento y experimentación de cohetes y misiles, aunque su declaración como parque natural consiguió bloquear la construcción de un gran proyecto urbanístico al oeste de Matalascañas.

Preparque Norte-Pinares de Hinojos

Una zona situada al norte del Parque Nacional, desde El Rocio hasta más al norte de Hinojos, con zonas de marisma y bosques. El pinar del Coto del Rey, entre Aznalcázar y Villamanrique de la Condesa, es refugio de diversas especies de rapaces.

Preparque Este-Brazo de la Torre-Entremuros

Una zona situada al este del Parque Nacional, entre el Brazo de la Torre y el Guadalquivir, con zonas de marisma y caños, donde acuden las aves que habitan en Doñana durante los veranos e inviernos de sequía. Parte de las marismas están transformadas para el cultivo del arroz.

Pinar de la Algaida-Marismas de Bonanza

Una zona situada al sureste del Parque Nacional, en la margen izquierda del río Guadalquivir y al norte de Sanlúcar de Barrameda, que incluye un gran bosque de pinos y una zona de marisma en la que existen explotaciones de salinas. Estas marismas son las únicas que se siguen inundando con las mareas, ya que las demás dependen exclusivamente de los cauces de agua dulce y de la lluvia, y en ellas se encuentran flamencos y avocetas. El Pinar de la Algaida existe por repoblación desde principios del siglo XIX, contiene una gran colonia de milanos y en él se localiza El Tesorillo, un recinto sagrado dedicado al Lucero, así como el Pozo de los Caveros de origen romano.

Lugares de interés

  • Palacio del Acebrón. Fue construido en los años 60 por Luis Espinosa Fondevilla, que lo dedicó como lugar de residencia y pabellón de caza. En la actualidad funciona como centro de visitantes del parque.
  • Parque dunar de Matalascañas y Museo del Mundo Marino.
  • Centro de visitantes de El Acebuche. Situado en un antiguo cortijo, es el lugar de partida para las visitas al parque. Dispone de senderos y observatorios de aves sobre la laguna del mismo nombre.

La Romería de El Rocío y su relación con el Coto

El término municipal de Almonte, y por ende el parque, se encuentra enclavado en una zona en la que las manifestaciones religiosas han sido frecuentes a lo largo de los siglos. Los pasados cultos religiosos a divinidades de la naturaleza y las aguas como los de la diosa Cibeles (cuyo culto tiene muchas similitudes con las actuales celebraciones rocieras) fueron rápidamente adaptados por los primeros cristianos de esas tierras. De época paleocristiana fue datada una pequeña basílica ya desaparecida, pero es sobre todo una vez finalizada la reconquista de la zona en 1262 cuando las advocaciones marianas se consolidan. En torno a 1270-1284 Alfonso X reconstruye la Ermita de Santa María de las Rocinas y en 1337 aparece la primera reseña al culto mariano en la zona:

«... e señalamente son los mejores sotos a correr cabo de una eglesia que dicen Santa María de las Rocinas» (Alfonso XI, 1337.)

La imagen es anterior, probablemente del siglo XIII[14]​ aunque es a finales del siglo XVI cuando adopta la iconografía actual de acuerdo a la moda del tiempo: como dama de la corte.

El culto a la Virgen del Rocío es inseparable del entorno natural, del coto. La misma leyenda sobre el hallazgo de la imagen a cargo de un pastor se encuentra unida a la dureza de los parajes naturales de Doñana:

«... en el sitio llamado de La Rocina, cuyas incultas malezas le hacían impracticable a humanas plantas y solo accesible a las aves y silvestres fieras [...] miró una imagen de la Reina de los Ángeles de estatura natural, colocada sobre el tronco de un árbol.» (Regla de la Ilustre, Más Antigua y Principal Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Almonte, 1758.)

Una vez arraigada la romería de El Rocío, la masificación de peregrinos a lo largo de determinadas fechas es evidente, no solo en la aldea de El Rocío donde se sitúa la ermita sino también en zonas aledañas pertenecientes o no al parque como la Piara del Acebuchal, el Puente del Ajolí, la Boca del Lobo o el camino de Moguer. Todo ello a permitido dar a conocer más el parque pero a la vez ha supuesto un importante impacto medioambiental en éste[15]​ (peligro de incendios, paso de caballos y de automóviles todoterreno, carretas...) según denuncian diferentes instituciones y ecologistas además de hacer necesarios multitud de medios de protección contra incendios[16]​ y de seguimiento en general.[17]

Referencias

Bibliografía y biblioweb

Véase también

Enlaces externos