HMS Vanguard (1909)

El octavo HMS Vanguard de la Marina Real Británica fue un acorazado de la clase St Vincent class, una versión agrandada del HMS Dreadnought diseñado y construido por Vickers en Barrow-in-Furness. Fue diseñado y construido durante la carrera armamentistica naval angloalemana, y paso su vida de servicio en la Home Fleet británica.[1]

HMS Vanguard

HMS Vanguard en torno al año 1910.
Banderas
Royal Navy Ensign
Historial
Astillero Vickers Barrow-in-Furness
Clase Clase St. Vincent
Tipo Acorazado
Operador Marina Real británica
Autorizado 1907
Iniciado 2 de abril de 1908
Botado 22 de febrero de 1909
Asignado 1 de marzo de 1910
Baja 9 de julio de 1917
Destino Hundido por una explosión interna
Características generales
Desplazamiento 19 560 t
Eslora 152,40 m
Manga 25,60 m
Calado 8,70 m
Blindaje • Cinturón: 180–250 mm
• Barbetas: 130–230 mm
• Torre de mando: 200–280 mm
• Torretas: 280 mm
• Cubierta: 20–75 mm
Armamento • 10 cañones de 305 mm (12”) (5 × 2)
• 12 cañones de 101 mm (4”)
• 1 cañón AA de 101 mm
• 1 cañón AA de 76,2 mm (3”)
• 3 tubos lanzatorpedos submergidos de 457 mm (18”)
Propulsión • 4 turbinas Parsons
• 18 calderas de carbón
• 4 hélices
Potencia 24 500 Cv.
Velocidad 21,70 nudos
Autonomía 6900 millas náuticas a 10 nudos
Tripulación 758 hombres

Historial operativo editar

 
HMS Vanguard en 1910.

Al inicio de la Primera Guerra Mundial, el Vanguard se unió a la primera escuadra de combate en Scapa Flow, y participó en la Batalla de Jutlandia como parte de la cuarta escuadra de combate. Tomó parte de la acción desde el comienzo al final, pero no sufrió daños ni bajas.

Hundimiento editar

Poco antes de la media noche del domingo, 9 de julio de 1917 en Scapa Flow el Vanguard sufrió una explosión interna, probablemente causado por un resto de cordita almacenado cerca de los polvorines de las torres P y Q. Se hundió instantáneamente con la pérdida de 843 hombres; solo hubo dos supervivientes. El lugar, está designado y controlado bajo los términos del acta de protección de tumbas militares.

En términos de pérdida de vidas, la destrucción del HMS Vanguard permanece como la más catastrófica explosión accidental de la historia del Reino Unido y uno de las peores perdidas accidentales de la Royal Navy, por encima de la del HMS Bulwark en 1914.

Un tribunal de investigación escuchó los relatos de muchos testigos en barcos cercanos. Aceptaron el consenso de que se había producido una pequeña explosión con un resplandor blanco entre el trinquete y la torreta "A", seguida tras un breve intervalo por dos explosiones mucho mayores. El tribunal decidió, basándose en las pruebas disponibles, que las detonaciones principales se produjeron en el polvorín "P", en el polvorín "Q" o en ambos. Una gran cantidad de escombros arrojados por las explosiones cayeron en los barcos cercanos; una sección de chapa de aproximadamente 1,8 por 1,2 m aterrizó a bordo del acorazado HMS Bellerophon. Se comprobó que procedía de la sala hidráulica nº 2, situada a popa de la barbeta "A". No mostraba signos de una explosión del polvorín "A", lo que reforzaba las pruebas visuales que sugerían que la explosión tuvo lugar en la parte central del buque.[2]

Aunque la explosión fue obviamente una detonación de las cargas de cordita de un cargador principal, la razón de la misma estaba menos clara. Había varias teorías. La investigación concluyó que parte de la cordita a bordo, que había sido descargada temporalmente en diciembre de 1916 y catalogada en ese momento, había sobrepasado su vida útil. Se planteó la posibilidad de una detonación espontánea, pero no pudo probarse.[3]​ También se observó que varias calderas del buque seguían en uso y que algunas puertas estancas, que deberían haber estado cerradas en tiempo de guerra, estaban abiertas mientras el buque estaba en puerto. Se sugirió que esto podría haber contribuido a una temperatura peligrosamente alta en los polvorines. La conclusión final del tribunal fue que el incendio se inició en un polvorín de cuatro pulgadas, tal vez cuando el aumento de temperatura provocó la ignición espontánea de la cordita, extendiéndose a uno u otro de los polvorines principales, que luego explotaron.[4]

Referencias editar

  1. Siegfried Breyer (1973). Battleships and Battle Cruisers, 1905-1970 (Acorazados y cruceros de batalla, 1905 – 1970). Londres, editorial Macdonald & Jane's
  2. Schleihauf, pp. 61–62
  3. Brown, p. 169
  4. Burt, pp. 84, 86

Bibliografía editar

Enlaces externos editar